domingo, 27 de mayo de 2012

HECHOS CAP.13 AL 17 (PARTE 5)


Los Hechos de los Apóstoles

Rev. Pieter J. Den Admirant: pastor misionero que trabajó Los Hechos de los Apóstoles por años en Chile

Hechos 13

1. (13,1-3) Desde Jerusalén, Saulo y Bernabé llevaron consigo a Juan Marcos, el hijo de María, hermana de Bernabé (véase Col. 4,10). En aquel entonces vivían en Antioquía varios profetas y maestros, entre ellos Bernabé y Saulo. Los creyentes de esta comunidad cristiana estaban ansiosos por comprender la voluntad de Dios con respecto a su misión entre y hacia los gentiles. Comprendieron que la predicación que efectuaban entre los gentiles en su propia ciudad era tan sólo el inicio de algo más grande. Espiritualmente estaban vigilando y orando a fin de poder conocer la voluntad del Señor, junto con esto ayunaban con el propósito de alcanzar una mayor preparación y concentración en la oración, pudiendo así recibir dirección divina. El Señor contestó sus oraciones mostrando a los profetas, a través del Espíritu Santo, que deberían apartar a Bernabé y Saulo para predicar el evangelio a los gentiles. Nuevamente oraron y ayunaron para encomendar a esto nuevos `misioneros' a la gracia de Dios en la nueva etapa de su vida. Entonces pusieron sus manos sobre ellos, siendo esto una señal de comunión, pero sobre todo una promesa de que era el Espíritu Santo quien los capacitaba para su tarea; Él les acompañaría en todo tiempo. Así fueron enviados a cumplir su misión, llevando consigo a Juan Marcos como su ayudante.

* Dios está respondiendo las oraciones para su gloria. ¿Oramos cada día, pidiendo al Señor la extensión de su reino en este mundo?

2. (13,4-12) Desde la costa siria se dirigieron rumbo a la isla de Chipre. Habiendo llegado a Salamina comenzaron a predicar la Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Según el principio de 1,8 debían empezar siempre con los judíos (así entendieron el mandato de Jesús). Era una oportunidad, que casi siempre estaba abierta, el poder hablar en las sinagogas. Dios, sin embargo, abrió también las puertas del mundo gentil. Pablo y Bernabé cruzaron toda la isla hasta que llegaron a Pafos. Esta localidad era la sede del gobernador Sergio Paulo, un hombre sabio. Éste vivía bajo la influencia de un judío que pretendía ser un profeta y que practicaba la magia. Era justamente un judío, que conocía la revelación de Dios, que intentó apartar al procónsul de la fe, tratando de impresionarlo con algo satánico, la magia. El procónsul estaba ansioso de oír la Palabra de Dios, por esta razón hizo llamar a Pablo y Bernabé. Esto no le agradó a Elimas, quien trató de disuadir al gobernador de no aceptar la fe cristiana. Saulo, cuyo nombre griego es `Pablo', lleno del Espíritu Santo, castigó las prácticas fraudulentas de Elimas, cuyo único objetivo era ganar dinero; en vez de rendir obediencia a la voluntad de Dios, su vida era el reflejo de las prácticas satánicas. Pablo en el nombre del Señor sentenció a Elimas a una ceguera temporal. El apóstol actuó con el verdadero poder de Dios, quien es más poderoso que toda fuerza diabólica, aunque el mago pretendía disponer de poderes divinos. El procónsul quedó totalmente impresionado por el poder del evangelio, aceptando de inmediato la fe. Nuevamente vemos cómo la oposición constribuye en cierto modo a la extensión del reino de Dios.

* El poder de Dios salva a los creyentes y castiga a los incrédulos. ¿Nos sometemos completamente al Señor?

3. (13,13-41) Desde Pafos en la isla de Chipre salieron rumbo a Panfilia, un distrito de Asia Menor. Allí Juan Marcos los dejó para volver a Jerusalén. No sabemos los motivos por los cuales regresó. Podemos pensar en el temor por las dificultades y la oposición en la labor misionera, o simplemente por no aceptar que los paganos se convirtieran a Cristo sin antes circuncidarse. Pablo consideró este alejamiento de Marcos como una deserción (esto lo desprendemos de 15,37ss).

Atravesando el campo de Perge llegaron a Antioquía (esta no es la misma Antioquía de 13,1), una ciudad de Pisidia y colonia romana. La estrategia de los apóstoles fue impactar con el evangelio en las ciudades importantes, en los nudos principales del entonces imperio. En esta ciudad de Pisidia los judíos formaban un grupo importante. Debido a la presencia de éstos, muchos gentiles ya conocían algo de la revelación de Dios; además, es manifiesto que precisamente ellos estaban muy abiertos a la predicación del evangelio de Jesucristo. En el día de reposo Pablo y Bernabé entraron en la sinagoga, lugar en donde se les dio la oportunidad de compartir algunas palabras. Pablo fue el vocero; su sermón lo podemos dividir en tres partes:

a. El actuar de Dios en la historia de Israel y sus promesas con respecto al Mesías y su venida (16-25)

b. El rechazo, muerte y resurrección del Señor Jesús (26-37)

c.  Aplicación del evangelio y advertencia en caso de incredulidad (38-41).

d. Pablo comienza con un breve resumen de la historia de Israel. En su libre y soberana gracia Dios había escogido a los patriarcas. Asimismo, con gran poder los había liberado del pueblo de Egipto. Aunque Israel había pecado durante todo su peregrinaje por el desierto, Dios soportó sus pecados e incredulidad; y ahuyentó a siete naciones hostiles, entregando a Israel la tierra de Canaán como herencia. Guió a su pueblo por medio de jueces, siendo el último de ellos el profeta Samuel. Cuando el pueblo pidió un rey, el Señor les dio a Saúl, pero a la postre este rey fue un desobediente a Dios; es por eso que fue reemplazado por David, el hombre de quien Dios mismo dijo: "Varón conforme a mi corazón". Toda la historia de Israel anuncia a gran voz la clara demostración de la gracia de Dios.

Ahora Pablo menciona inmediatamente a Cristo, la simiente de Dios y el cumplimiento de todas las promesas dadas a Israel. El apóstol muestra claramente que Jesús era en primer lugar el Salvador de Israel. Juan el Bautista, su precursor, preparó su venida predicando el bautismo de arrepentimiento para que luego el pueblo aceptara a Jesús, su Mesías.

Ad b. Israel, sin embargo, no recibió a su Mesías, sino que por el contrario lo entregó a la muerte en la cruz. Por consiguiente, Dios debería haber abandonado a su pueblo por este rechazo. No obstante, pese a todo, Dios mostró su verdadero carácter, su gracia fue revelada justamente mediante el sacrificio de Jesús, su Hijo. Dios hizo evidente que estaba al lado de su Hijo, levantándolo de los muertos. Muchas personas fueron testigos de este hecho. Ahora Pablo y Bernabé tienen el privilegio de proclamar el significado trascendental de la aparición de Jesús, cuya muerte y resurrección fueron profetizadas en las Escrituras. Él, a diferencia de David, no vería corrupción sino que sería resucitado de los muertos.

Ad c. Con firmes palabras Pablo se dirige a su pueblo (comp. los versículos 26 y 38) para llamarlo a la fe en Jesucristo y recibir así el perdón de sus pecados. No hay otro camino para obtenerlo, ya que al no guardar la ley de Dios (además, guardarla es imposible por la naturaleza pecaminosa que en nosotros hay) nadie será declarado justo por Dios; sólo la fe en Jesús nos salva. Pablo termina su predicación amonestando al pueblo para que no endurezca su corazón contra el evangelio, porque de acuerdo a las profecías Dios juzgaría la incredulidad.

* El evangelio nos predica el perdón en Jesús. No hay otro nombre que nos lleve a la salvación. La justificación es por la fe a través de su obra. ¿Confiamos sólo en Él?

4.

(13,42-52). Muchos de los judíos y también de los gentiles creyeron. Pablo y Bernabé instaron a éstos a que perseverasen en la gracia de Dios (comp. 11,23) ya que no hay otro fundamento de salvación fuera de ella.

Por otro lado se reveló también la resistencia contra la gracia de Dios y la predicación de Pablo. Algunos judíos, por su celo, no querían que el evangelio fuese predicado a los gentiles. Pablo explica que según el orden de Dios fue necesaria la predicación del evangelio primeramente a los judíos y posteriormente a los pueblos gentiles. Las Escrituras hablan en forma clara que las promesas están destinadas también a ellos (Isaías 49). Los gentiles se gozaron sobremanera al oír esto; se enteraron de la mejor noticia que existe: ellos también podían ser partícipes de la gracia de Dios por medio de Cristo. Todos los gentiles ordenados para la vida eterna llegaron a ser creyentes. Aunque ellos aceptaron el evangelio, Lucas muestra que sólo por iniciativa de Dios llegaron a ser salvos. El poder de la Palabra fue tal que se difundió por toda aquella provincia. Pero junto a esto una gran ola de resistencia se levantó de parte de los judíos y mujeres piadosas y distinguidas, simpatizantes de la religión judía, que emplearon su influencia en los gobernantes de la ciudad para acometer en contra del evangelio. Por esa razón, Pablo y Bernabé tuvieron que salir de allí. Sin embargo, Lucas termina positivamente, ya que la resistencia nunca es capaz de destruir la obra de Dios: los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo. El gozo de los creyentes no depende de circunstancias favorables, sino del Espíritu Santo por quien conocemos el profundo amor de Dios hacia nosotros.

* ¿Experimentamos el gozo del Espíritu Santo, aun en las dificultades?

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. Una iglesia enriquecida con dones ministeriales anhelará la extensión del evangelio a otros lugares.

Es notable la capacidad ministerial que existía en la iglesia de Antioquía, en la que era posible hallar profetas y maestros. Sin duda esta iglesia se vio grandemente beneficiada por los dones que el Señor le había dado para su edificación. El pensamiento generalizado de gobierno eclasiástico de hoy en día es de un pastor por congregación, mas la Palabra nos muestra que una misma iglesia podía estar constituída por más de un líder espiritual. Cuando en una congregación hay más de un don ministerial, habrá también una interacción espiritual hermosa, en la cual se esforzará por buscar la voluntad de Dios para su pueblo. Allí el Espíritu Santo está plenamente gobernando la vida de esa iglesia, apartando a los creyentes para propósitos específicos. ¿Buscamos en unidad la dirección de Dios para la extensión del evangelio o queremos mantener a los líderes con potenciales ministeriales dentro de la iglesia local?

1b. Despojémonos de toda ligereza en la fe, buscando seriamente la voluntad de Dios.

La oración de la primera iglesia enfocada en la búsqueda de la voluntad de Dios en cuanto a sus propósitos con este mundo, debe ser un gran ejemplo para nosotros. Lamentablemente en muchos sectores de la cristiandad la oración se ha vuelto egoísta, buscando sólo satisfacer los deseos personales de acuerdo al patrón existente en el mundo. En sus oraciones muchos dejan fuera la gloria de Dios, anhelando únicamente una mayor prosperidad, o sanidad, pero no la voluntad de Dios en cuanto a la extensión de la Palabra sobre esta tierra.

2a. En la predicación del evangelio debemos aprovechar los lugares que se hallan abiertos para hacerlo.

La estrategia apostólica de Pablo, por ejemplo, fue la de dirigirse en primera instancia a la sinagoga de alguna ciudad determinada. Desde allí comenzaban la evangelización, extendiéndola luego a otros lugares. Como creyentes deseosos de ver crecer la Palabra de Dios, debemos en estos días saber qué lugares nos presenta la sociedad para con libertad predicar el evangelio. Por ejemplo, podemos pensar en los colegios, instituciones infantiles, radios, la calle misma, y otros. La pregunta es, ¿estamos aprovechando todas estas puertas abiertas para proclamar la enseñanza de Jesús?

2b. Debemos estar conscientes que al predicar el evangelio nos encontraremos con ataques satánicos que intentarán desanimarnos.

Los apóstoles llegan para predicar la Palabra, pero un emisario de Satanás trata de impedir que ésta halle fe en el corazón de un hombre. Entonces, el instrumento del diablo es castigado por el Señor. Este castigo, como los otros que podemos encontrar en el libro de los Hechos, tenía un propósito: quitar los obstáculos que impedían el libre avance del evangelio. Nunca temamos la confrontación con aquellos que se resisten a la Palabra, ya que el evangelio, poder de Dios, al final triunfará.

3. ¡Qué maravilloso milagro el que Dios haya cumplido su promesa enviando a Jesús!

Empero, cuanto mayor es su gracia, tanto mayor nuestra responsabilidad al ser receptores de ella. Cuando a los apóstoles se les dio la oportunidad de decir algo a la asamblea reunida, no dudaron en proclamar la salvación y la gracia de Dios manifestadas en Jesucristo. El pueblo de Israel debía sentirse agradecido por la inmensa misericordia del Señor para con ellos, pero esta misma misericordia los hacía tremendamente responsables ante Dios. Nosotros como creyentes que vivimos por la gracia del Señor, debemos saber que ella nos demanda una vida de santidad, obediencia y gratitud permanente a Dios.

4. La elección de Dios es el secreto detrás de la recepción del evangelio.

El apóstol Pablo predica a una gran cantidad de personas, pero sólo una parte de ella cree a la Palabra. De los que creyeron, Lucas nos dice "que estaban ordenados para vida eterna". Por otra parte no debemos olvidar que Lucas también hace hincapié en la responsabilidad del hombre si rechaza el evangelio (v.40). Sin embargo, el conocimiento de la elección es un gran consuelo para la predicación del evangelio: siempre habrá frutos, y todos ellos según la voluntad de Dios.

Hechos 14

1. (14,1-7) En este capítulo continúa la descripción del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé. Más que en el capítulo anterior se constata aquí la gran difusión del evangelio al mundo gentil. De esta manera el evangelio avanza con paso firme en su progreso. Este capítulo nos muestra que aunque en el mundo gentil exista tanta oposición, Dios, a pesar de todo, sigue edificando a su iglesia. Él es el Creador de todo el mundo y, por lo tanto, merece la adoración de todos.

Desde Antioquía Pablo y Bernabé viajaron a Iconio, capital de la provincia de Galacea, donde había mucha agricultura. También aquí la predicación es dirigida primeramente a los judíos, llegando a cosecharse hermosos frutos, ya que tanto judíos como griegos (tenemos que pensar en los `piadosos', los adherentes de la sinagoga) creyeron. Otros que eran desobedientes a la Palabra (así dice el texto en griego) incitan y enconan a los gentiles contra los hermanos (los discípulos de Cristo). Sin embargo, pese a esto, permanecieron bastante tiempo allí predicando; esto lo hicieron con franqueza, en plena dependencia del Señor, quien responde a la predicación de su gracia de acuerdo a su promesa (Marcos 16,20) con prodigios y milagros, por lo cual muchos creyeron. Pero los judíos produjeron una división: unos estaban a favor de los apóstoles (nótese que se incluye acá a Bernabé al número de los apóstoles), otros a favor de los judíos; tan áspera se tornó la situación que hubo un grupo, aun de los gobernantes, que quería atacar y apedrear a Pablo y Bernabé. Al enterarse éstos, huyeron de la ciudad, pero no dejaron de predicar, ya que continuaron con sus labores en otras ciudades como Listra y Derbe.

* La palabra de Dios siempre encontrará oposición, sin embargo, ella tiene el poder de cambiar a aquellos que aprenden a confiar plenamente en las promesas de Dios.

2. (14,8-20) En este pasaje encontramos al `hombre religioso' quien reconoce a un ser superior digno de adoración, pero que en realidad es nada más que una deificación del hombre mismo. Contrario a esto, la fe verdadera se basa en la revelación de Dios y responde a su llamado con confianza y obediencia.

Pablo y Bernabé llegaron a Listra, una ciudad en la región de Galacia llamada Licaonia. En este lugar la presencia de judíos residentes no era muy notable; la mayor parte de la población era gentil. Allí se quedaron un buen tiempo para predicar. Un cierto día encontraron a una persona con los pies tullidos, cojo de nacimiento. La amplia descripción que nos hace el médico Lucas de este hombre resalta aún más la grandeza del milagro. La predicación de los apóstoles había despertado fe en este hombre. Pablo le ordena levantarse. Aunque no menciona el nombre de Jesús, es obvio que es por su poder que habla y ordena a este hombre que se levante. [4] Fue a causa del poder de Dios que las palabras de Pablo tuvieron efecto.

La reacción de la gente fue de mucho entusiasmo, pero un entusiasmo atiborrado de superstición. No reconocen el poder del nombre de Cristo, sino que alaban a Pablo y Bernabé tratándolos como si fueran divinidades encarnadas. A Bernabé denominan Júpiter (Zeus para los griegos) y a Pablo llaman Mercurio (Hermes en el Panteón griego), el mensajero de los dioses, ya que Pablo en este momento era el portavoz. Partieron del pensamiento que estos dioses ahora se estaban revelando en forma humana a ellos. Probablemente la población pensaba en la antigua leyenda según la cual los dos dioses Zeus y Hermes visitaron Listra, siendo recibidos por un matrimonio de ancianos (Filemón y Baucis), quienes fueron recompensados ricamente por el agasajo tan hospitalario que le brindaron a las divinidades.

La gente había escuchado la predicación de los dos. Sin embargo, aún no habían entendido la diferencia entre la religión verdadera y su paganismo. Su `fe' les llevó a la deificación de los apóstoles; no conocían el evangelio que habla de la única revelación de Dios, Jesucristo, quien hecho hombre vino para rescatarnos de nuestros pecados, incluso el de idolatría. Obedeciendo a sus instintos idólatras, quisieron ofrecer sacrificio a estos "dioses" a fin de ganarse el favor de ellos. Indignados por tanta idolatría, los apóstoles rasgaron sus ropas y se metieron en medio de la multitud gritando: "Varones, ¿por qué hacéis esto?"; comienzan a decir que ellos también eran seres humanos, los que precisamente estaban predicando que era urgente convertirse de la idolatría al Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay. Los hombres no necesitan ganarse el favor de Dios mediante sacrificios, porque Él ha venido en Jesucristo a otorgarnos su amor y su perdón. Pablo y Bernabé continúan diciendo que Dios permitió, en tiempos pasados, que cada nación siguiera su propio camino, aunque en aquellos tiempos también se manifestó otorgando sus beneficios, dando las lluvias y cosechas a su tiempo, llenando con alegría sus corazones. El hecho de que Dios mantenga y sustente a su creación significa que no existe para la gente ningún tipo de excusa para no servir al Dios verdadero. Ahora, sin embargo, Dios quiere reve­larles su favor total para que le conozcan y le sirvan a Él.

Las palabras de los apóstoles no lograron un efecto conveniente. Difícilmente pudieron impedir que la gente les ofreciera sacrificios; la multitud estaba empecinada en la adoración de los hombres, en vez de someterse al único Salvador del mundo. Procedentes de Antioquía e Iconio, llegaron algunos judíos con el fin de rebatir a Bernabé y Pablo. Estos comenzaron a persuadir a la gente de que todo lo que dijeron los dos, era mentira. Como resultado de esto apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad pensando que estaba muerto. Al día siguiente él y Bernabé prosiguieron con su viaje en dirección a Derbe. Claramente se vio la mano protectora del Señor sobre Pablo, para que éste continuase predicando el evangelio en otros lugares. Al parecer, la visita de los apóstoles a Listra fue un fracaso. Empero, Dios tenía también allí unos discípulos que creyeron en Él.

* La predicación del evangelio encuentra en el camino muchos obstáculos, siendo la característica de éstos: incredulidad a la tan necesaria revelación de la gracia de Dios.

3. (14,21-28) En este pasaje se nos relata no sólo el regreso de los apóstoles, sino también los `cuidados posteriores' que llevaron a cabo en las iglesias jóvenes. Este cuidado posterior edifica a los nuevos creyentes de dos formas: les enseña en la práctica todo lo que respecta a la vida cristiana, las dificultades por las cuales deben pasar, y les da una estructura firme a través de la elección de ancianos. A través de estos oficios Dios cuida y protege a sus hijos, porque los ancianos están llamados para la edificación de la fe de cada uno de los creyentes.

Después de haber proclamado el evangelio en Derbe, regresaron visitando las iglesias que habían podido levantar en Listra, Iconio y Antioquía. Allí, Bernabé y Pablo animaban a los creyentes a permanecer fieles en la fe. (Compare esta expresión con 11,23 y 13,43; permanecer fiel al Señor es perseverar en la gracia y en la fe; en los tres versículos se usa el mismo verbo). Los creyentes necesitaban esta exhortación, puesto que debían estar conscientes de que para llegar al reino debían pasar por muchas dificultades. Además, los apóstoles designaron ancianos para el bienestar de las iglesias y la buena administración de ellas. Oraban por los nuevos líderes encomendándolos al Señor, en quien habían creído. La vida espiritual de éstos no debería depender de los apóstoles sino sólo del Señor.

Desde el Asia Menor regresaron nuevamente a Antioquía, lugar desde donde habían emprendido su primer `viaje misionero'. Dando cuenta de sus labores hablaron de las puertas abiertas que Dios les había concedido, tanto entre los judíos como entre los gentiles. Luego permanecieron allí mucho tiempo con los discípulos, es decir, con los creyentes en Cristo. Tanto en judíos como gentiles, Pablo y Bernabé habían encontrado mucha resistencia, pero a la vez aceptación por la fe. Los muros de separación habían caído (Efesios 2,14). Dios estaba reuniendo un pueblo entre los judíos y los gentiles para mostrar la grandeza de su gracia.

* Dios abre siempre nuevas puertas para la proclamación del evangelio; pero esto no implica que el progreso del evangelio sea todo "color de rosas".

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. La franqueza en la predicación no depende de nuestra valentía.

Es notable ver que Pablo y Bernabé, pese a tanta oposición, siguieron predicando el evangelio. Esto lo entendemos cuando sabemos que el evangelio es poder de Dios para salvación (Romanos 1,16). Tal es su valor, que debe ser anunciado. Sobre todo, es Dios quien nos otorga las fuerzas para continuar.

1b. Las intervenciones milagrosas de Dios son un instrumento poderoso para fortalecer la predicación del evangelio, cuando la iglesia es duramente atacada.

En Iconio los apóstoles encontraron una vez más gran resistencia de parte de los judíos. Estos últimos pretendían desacreditar la vida de los discípulos para que los gentiles no atendieran a sus palabras. Mas el Señor responde soberanamente a la predicación de su Palabra, de tal manera que Él hace notoria su presencia para acallar a los enemigos de la cruz de Cristo. Al parecer los milagros siempre son necesarios allí donde hay una tenaz oposición, pero, aun así, esto obedece al gobierno absoluto del Señor. Lo que sí es algo cierto, en todo tiempo, es encontrarnos con la ayuda del Señor que nos fortalecerá para continuar predicando su Palabra.

2a. La idolatría es una religión humana; la fe en Jesucristo, es religión divina.

El ser humano no puede alcanzar la fe en Jesús partiendo de sí mismo. Al no reconocer su pecado, quiere elevar al hombre a alturas divinas. El evangelio nos revela nuestra dependencia total de la gracia de Dios. Sólo si su Espíritu nos abre los ojos, podemos estar en condiciones de reconocer nuestra culpa ante Dios y entregar enteramente la vida a Jesucristo.

2b. Siempre es característico de los hombres atribuir el poder de Dios a los hombres que son sus instrumentos.

La restauración física de un hombre enfermo de nacimiento, llamó profundamente la atención de la gente de Listra. De inmediato interpretan este milagro de acuerdo a sus concepciones paganas, diciendo que Pablo y Bernabé eran deidades que los estaban visitando. Luego procuraron rendir adoración divina a los apóstoles. El modo de proceder de los habitantes de Listra es muy similar al que encontramos en muchas personas de hoy en día, entre las cuales podemos encontrar a gran cantidad de creyentes. Si de pronto Dios utiliza a alguien para hacer un milagro o una sanidad, la reacción de las personas es de exaltar, aunque dicen que Dios lo hizo, al hombre, haciéndolo alguien especial por sobre otros ministros.

2c. Nunca la labor de los creyentes dirigidos por Dios resultará en fracaso.

Si pudiéramos visualizar la labor apostólica de Pablo y Bernabé en Listra a través de una óptica humanista, diríamos que fue un rotundo fracaso, casi con perjuicio de pérdida humana. Pero en la soberanía de Dios estas cosas están permitidas, pues a través de ellas Él manifiesta su gran cuidado para con sus hijos, asegurándonos que lo que hagamos por amor de su nombre jamás resultará fallido.

3a. Los ancianos no deben ejercer dominio sobre la iglesia, sino servirla para su bienestar.

Los apóstoles en su sabiduría dejaron establecido una buena estructura en la iglesia. El oficio de anciano representa el señorío y el cuidado de Cristo por su iglesia. Los ancianos son llamados para velar por la vida espiritual de la iglesia y la conducta de acuerdo a los mandamientos de Dios.

3b. El camino que debe transitar la iglesia hasta llegar a la gloria eterna de ninguna manera está exento de dificultades.

Los apóstoles fortaleciendo los ánimos de los hermanos, les exhortaban a que permaneciesen fieles al Señor. De ningún modo les presentaron a los nuevos discípulos del Señor una vida cristiana libre de todo problema, al contrario, hablaron de tribulaciones (como las que ellos, los apóstoles, soportaron en Listra) que hallarían por causa de Cristo. Concerniente a esto, creemos que es un gran mal el que se les hace a los creyentes cuando no se les enseña a esperar momentos de tribulación por causa del evangelio. A veces la vida cristiana es predicada de un modo tan triunfalista, que luego muchas son las decepciones en la existencia diaria.

Hechos 15

Este capítulo nos informa con respecto a ciertos judíos que pretendían volver a reedificar los muros que el mismo Dios había derribado entre judíos y gentiles; éstos exigían que se les obligase a los gentiles a pasar por el rito de la circunsición, olvidando que de esta manera estaban atentando contra la libertad cristiana, cambiando la pura gracia de Dios en una nueva ley. La importancia del capítulo 15 radica en la amenaza que debe enfrentar el progreso del evangelio en medio de los gentiles. Gracias al Señor la iglesia recibió sabiduría para poder tomar decisiones adecuadas. De este modo la predicación del evangelio sería realizada en forma libre, sin impedimentos que surgieran desde el propio seno de la iglesia.

1. (15,1-6) Luego del regreso de Pablo y Bernabé, algunos hermanos provenientes de Judea llegaron a Antioquía. Estos hombres enseñaban que un gentil no alcanzaba la salvación sólo con creer en Jesús y bautizarse, ya que le era necesario guardar la ley de Moisés y circuncidarse. Ellos partían de la idea que el pacto de Dios con Israel (en su forma antigua), todavía estaba vigente y que era imprescindible incorporarse a éste mediante la circuncisión. En el fondo no tenían claro el significado trascendental del sacrificio de Jesús (comp. la carta a los Gálatas). Estos hermanos, con sus doctrinas, confundían tremendamente a las iglesias. Cuando Pablo y Bernabé se opusieron contra estas opiniones, entonces la iglesia de Antioquía decidió enviarlos a Jerusalén para que allí se pronunciaran acerca de este asunto tan delicado. En su viaje visitan algunas iglesias en Fenicia y Samaria donde cuentan las maravillas que el Señor ha hecho en medio de los gentiles. Antes de las discusiones posteriores, Lucas ya muestra que Dios ha bendecido el actuar de los apóstoles entre los gentiles, sin que ellos impusieran ninguna carga pesada a los nuevos creyentes.

* Hay mucha gente que piensa ganar la salvación por méritos propios, aun dentro de los creyentes; esto se debe únicamente a un profundo desconocimiento de la gracia de Dios.

2. (15,7-21) Cuando Pablo y sus acompañantes llegaron a Jerusalén, informaron a los apóstoles y ancianos la forma especial en que Dios había bendecido la predicación del evangelio entre los gentiles. Pero allí también surgieron los mismos problemas a causa de algunos fariseos que habían recibido a Cristo, mas no habían llegado a comprender verdaderamente el significado de su sacrificio. Por esta razón se reunió la iglesia de Jerusalén para tratar el asunto. Pedro comienza diciendo cómo Dios le había elegido para ministrar la Palabra entre los gentiles. Haciendo alusión a lo ocurrido en la casa de Cornelio, demuestra que fue el mismo Dios quien confirmó la fe de los recién convertidos al derramar su Espíritu sobre ellos sin imponer previamente ninguna carga, pues Dios conoce los corazones. No existe ninguna cosa aparte de la fe que nos pueda limpiar de nuestros pecados. Las cosas exteriores no son decisivas, sino el interior de nuestro corazón. Por lo tanto Dios mismo ha quitado la diferencia: judío y gentil, ambos descansan en Cristo Jesús. Entonces, si Dios no exigía a los gentiles la imposición de cargas pesadas, sería ilógico retarlos a que lo hicieran. Hay un solo camino por medio del cual todos los hombres pueden ser salvos: la gracia en Jesucristo. Los israelitas no están en condiciones de exigir, pues ni ellos mismos eran capaces de cumplir la ley de Dios para la salvación.

Aunque todos estaban impresionados por las palabras de Pedro, al parecer todavía no estaban convencidos. Por lo tanto, Pablo y Bernabé relatan ahora en el mismo espíritu cuán grandes milagros Dios había hecho a través de ellos en medio de los gentiles. Si Dios está confirmando la predicación entre los gentiles, sin imponer ninguna cosa, ¿no debería ser esto suficiente para continuar en la misma línea? Cuando hubieron terminado de hablar, Jacobo, el hermano del Señor, tomó la palabra. Éste era una alguien muy respetado dentro de la comunidad de creyentes; por el hecho de guardar la ley de Moisés al pie de la letra, fue llamado "el justo". Su opinión en este asunto podría ser determinante. Estuvo totalmente de acuerdo con lo dicho por Pedro, mostrando que ya en el Antiguo Testamento Dios había hablado por boca de Amós, que Él restauraría a su pueblo. Esta restauración se ha hecho a través de Jesús, mientras que el mismo Amós también hizo ver que los gentiles se convertirían al Señor, sin mencionar que ellos deberían cumplir las leyes antiguas. Por ende, Jacobo sugiere que se debe romper completamente con el paganismo, llevando una vida pura en cuanto a las relaciones sexuales; no comer carne de animales ahogados, es decir, que no fueron matados sin antes haber sido escurrida su sangre; por último que deberían abstenerse de sangre. Las dos últimas prohibiciones tenían que ver con el mandamiento estricto de no beber sangre, ya que "la vida (o el alma) de la carne en la sangre está" (Levítico 17,11). Esta costumbre se había arraigado tan profundamente en los judíos y los piadosos gentiles que habría sido un cambio demasiado drástico no prohibirlo a los nuevos creyentes.

* La iglesia es protegida por el Señor, para que ésta no cambie el evangelio por la ley.

3. (15,22-35) La propuesta de Jacob y lo planteado por Pedro fue unánimemente aceptado por la asamblea. La propuesta era una protección para el libre anuncio del evangelio, pero, por otro lado, también una medida para no romper la unión con los judíos que querían ser fieles a la ley de Dios. ¡Fue una proposición tremendamente sabia! Se acordó enviar a la iglesia de Antioquía, junto con Pablo y Bernabé, a unos líderes de la iglesia de Jerusalén; éstos fueron Judas, llamado Barsabás y Silas; su misión sería la de presentar una carta que comunicaría los acuerdos tomados. La carta hacía mención de la abnegada labor misionera de Pablo y Bernabé, "hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo"; de esta manera se expresaba la gran estima que la iglesia madre tenía por la obra misionera de estos hombres. Esta carta además comunicaba la decisión que se había tomado conforme a la voluntad del Espíritu ("ha parecido bien al Espíritu y a nosotros"). Podían hablar con tal seguridad, ya que la decisión tomada estaba en armonía con la Palabra y confirmación de Dios. De esta manera se protegía la libertad cristiana sin afectar a los cristianos judíos. No se imponía a los creyentes gentiles ninguna carga más que los requisitos necesarios. Cuando se comunicó la decisión del primer `sínodo', la iglesia de Antioquía se regocijó y animó enormemente, puesto que ahora los creyentes gentiles podían contarse como miembros con pleno derecho dentro de la iglesia. Judas y Silas, ambos profetas, se quedaron por algún tiempo en Antioquía, enseñando y confortando a la congregación de aquel lugar. Después de un tiempo, Judas volvió a Jerusalén, pero Silas prefirió permanecer en Antioquía. Junto con Pablo y Bernabé siguió predicando la Palabra del Señor.

* Pretender guardar la ley nos hace vivir en inseguridad; sólo el evangelio produce gozo.

4. (15,36-41) Por un tiempo Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía, enseñando en la congregación. Entonces Pablo le dijo a Bernabé de sus planes para visitar a todas las iglesias que habían formado. Deseaba dar `cuidados ulteriores' a fin de animar y fortalecer la vida de los creyentes en ellas. Bernabé estuvo de acuerdo con este plan, pero mostró su deseo llevar nuevamente consigo a su sobrino Juan Marcos. ¿Pensó Bernabé que los temores de su sobrino habrían desaparecido, y que ya había alcanzado una mayor madurez para el ministerio? Pablo, sin embargo, se negó a la propuesta de Bernabé, ya que Marcos anteriormente les había dejado solos; no había mostrado el empeño necesario para la obra misionera y por ende no era apto para desplegar mayores esfuerzos en este segundo viaje. El desacuerdo se encendió tanto que se produjo una ruptura entre ambos hermanos (la palabra griega habla de un fuerte desacuerdo o irritación). La disputa resultó bastante amarga. No se logró un consenso común, por lo que ambos debieron tomar distintos caminos. Bernabé tomó a Juan Marcos y se embarcó para Chipre, su ciudad natal (Hch. 4,36). Pablo escogió a Silas como su nuevo compañero de viaje. Aunque lo que sucedió fue un pecado, gracias a Dios no detuvo el progreso del evangelio; el Señor usó este triste incidente para la extensión de su reino, aun en un grado superior.

* A pesar de nuestras fallas, el Señor no permite que el avance del evangelio se detenga.

Síntesis aplicativa de temas importantes

1. El desconocimiento de la gracia de Dios conduce al legalismo como medio para alcanzar la salvación.

Un grupo de creyentes en Jesucristo no había entendido aún el significado pleno del sacrificio expiatorio de Jesús, como suficiente para obtener el perdón y la vida eterna. Éstos proclamaban que la salvación sólo se completaba obedeciendo a la ley de Moisés, en la que era imprescindible la circunsición. Hoy en día vemos también como en este asunto de la salvación, aún persisten brotes de legalismo dentro de las iglesias. Muchos creyentes no tienen una clara comprensión de la gracia de Dios, haciendo depender la salvación de lo que ellos puedan hacer o sentir. Es por esta razón que la iglesia necesita siempre ser enseñada en este tema de la salvación como gracia de Dios manifestada en el sacrificio de Jesús. Su sacrificio es suficiente para salvarnos de todos nuestros pecados, ya que es una "propiciación" de los pecados de todo el mundo (1 Juan 2,1).

2a. Aun en las iglesias las discusiones son inevitables, pero no por ello debieran producir rencor entre la hermandad.

A través del libro de Hechos vemos cómo la iglesia de nuestro Señor pasa por diferentes momentos, en todos ellos aferrándose por completo al cuidado de Dios. La iglesia se fortalece en el Señor siendo llena del Espíritu Santo, pero esto no evita que haya dentro de su seno ciertas dificultades, como la que presenta el cap.15. Así que no nos desalentemos ante los eventuales problemas que encontraremos en la iglesia, más bien pidamos al Señor que nos conceda la sabiduría para poder ser instrumentos de edificación.

2b. El libertinaje es una violación a la santidad de la ley de Dios; el legalismo, lo es de la gracia de Dios.

El Señor nos da la debida sabiduría para detectar ambos peligros, tomando las medidas necesarias. Le agrada una iglesia que alabe su bondad y que respete su voluntad.

3a. Toda decisión que se acuerde dentro de la iglesia ha de tener un apoyo verdaderamente bíblico; siendo la Palabra de Dios aplicada sabiamente a una situación específica.

Ante perturbaciones legalistas acerca de la salvación, la iglesia tuvo que reunir a sus líderes espirituales en Jerusalén para dirimir sobre este asunto. Fue Jacobo quien sopesó los testimonios, y los visualizó a la luz de la Escritura. A partir de esto se dio una sabia decisión. Una decisión que salvaguardaba la gracia de Dios del legalismo, y que no atentaba contra la conciencia de los creyentes judíos y prosélitos. Luego se dirá que esta decisión fue la que tomó el Espíritu Santo y ellos. Así que ellos podían hablar con tal seguridad que eran guiados por el Espíritu Santo porque acudían al consejo de la Palabra de Dios. Esta es una regla que ha de regir toda decisión, ya que es muy común decir "el Espíritu dice...", cuando en verdad a veces tal cosa que se opone a la Escritura.

3b. La gracia de Dios produce el gozo más grande.

Mi "ser hijo de Dios" depende plenamente del sacrificio de Jesús. La iglesia de los gentiles se gozó en las buenas nuevas de la decisión tomada en Jerusalén. No debían quedar afuera por no cumplir la ley, sino sólo entrar por la puerta de la gracia.

4a. Los nuevos creyentes necesitan ser fortalecidos en su fe.

Los más maduros deben preocuparse de ellos, aunque la vida de los últimos no siempre sea un buen ejemplo. Sin embargo, Dios usa incluso lo torcido para la expansión de su reino. ¡Todo depende de su gracia!

4b. Aun entre los creyentes maduros los desacuerdos son una realidad que hay que afrontar.

Pablo y Bernabé, compañeros inseparables de misiones, tienen que separarse. El motivo es la negativa de Pablo a que Bernabé llevase a su sobrino Marcos para emprender una visita a las iglesias. ¿Actuó con compasión Bernabé, queriendo dar una nueva oportunidad a su sobrino?, ¿fue a caso muy duro Pablo? Podemos pensar en muchas respuestas, pero lo que interesa es ver aquí como dos siervos de Dios tienen una tan grande disputa que creen que la mejor opción es separarse. Nunca es bueno disentir tanto de opiniones hasta el punto de que haya una ruptura en el trabajo realizado. Pero aun siendo esto un pecado, Dios utilizó esta situación para extender aún más su Palabra. De vez en cuando es inevitable que líderes maduros no trabajen en forma unida, debido a las diferencias de opiniones existentes entre ellos.

Hechos 16

La tónica común en el libro de Hechos es el progreso en la predicación del evangelio, y el capítulo 16 de este libro no es la excepción a esta regla. Este capítulo nos informa del segundo viaje misionero de Pablo; a pesar de los obstáculos, el apóstol y sus ayudantes llegan aEuropa. Los versículos 6-10 muestran claramente la dirección de Dios con respecto al trabajo misionero de Pablo. Dios, que nos ha enviado a su Hijo unigénito para brindarnos la salvación, manda a sus mensajeros por todo el mundo.

1. (16,1-10) Pablo en su segundo viaje misionero nuevamente vuelve a Derbe y Listra. Allá encuentra a otro compañero (aparte de Silas) llamado Timoteo. Este hermano gozaba de buen testimonio entre los creyentes, siendo esto uno de los requisitos básicos para trabajar en el reino de Dios. Timoteo era hijo de una mujer judía creyente, pero su padre era griego. Por el hecho de que su madre fuera judía, se lo consideraba también a él como judío. Pablo se vio obligado a circuncidar a Timoteo. Es curioso ver que después de tan corto tiempo de haberse realizado el concilio en Jerusalén tuviera que hacerse esto. Según Gálatas 2, Pablo no hizo lo mismo con Tito, ya que éste como gentil no necesitaba de esto para ser salvo. Aquí Pablo lo hace por otro motivo: Timoteo era judío; nunca los judíos aceptarían a Timoteo cuando él les predicase el evangelio si antes no hubiese recibido la señal de la circuncisión. Pablo actúa entonces conforme a lo que él escribe en 1 Cor. 9,19-23, "a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos".

Pablo y sus compañeros comunicaron a las iglesias las decisiones tomadas en Jerusalén, motivo por el cual éstas fueron fortalecidas en la fe, y creciendo cada día en número. El crecimiento recibió un nuevo estímulo. Podían seguir predicando sin imponer cargas pesadas.

Ahora el `equipo misionero' se propone predicar el evangelio en otras partes del Asia Menor. Su plan era viajar más al norte por Frigia y Bitinia para llegar a la región del Bósforo en ciudades importantes como Bizancio y Nicomedia. En dos oportunidades Lucas nos dice explícitamente cómo el Espíritu Santo prohibió a este equipo llevar a cabo sus planes en las ciudades que ellos querían. Este incidente destaca a grandes rasgos que es el Espíritu Santo el ejecutor de los planes; Él guía la predicación del evangelio en otras partes del mundo. No sabemos exactamente cómo les fue impedido, ¿Acaso por profecía? ¿O simplemente por falta de éxito? En cualquier caso, fueron dirigidos al noroeste hasta llegar a Troas por la costa, muy cerca del continente Europeo.

Por tercera vez Dios interviene; ahora lo hace a través de una visión. Se le muestra a Pablo cómo un hombre de Macedonia está pidiendo ayuda. ¡La única ayuda permanente es la predicación del evangelio! Pablo y los suyos entendieron el llamado de Dios y lo tomaron en serio.

* ¿Qué haríamos si el Señor nos hiciera un llamado para ayudar a un sector específico?, ¿estaríamos dispuestos a obedecerle?

2. (16,11-18) De inmediato la delegación partió para Macedonia; pasando por la pequeña isla de Samotracia y por un puerto llamado Neápolis. A 15 kilómetros de este puerto se hallaba Filipos, ciudad a la que muy pronto llegarían. Era una colonia romana poblada por ex-militares al servicio de Roma. Había allí muy pocos judíos, tanto que ni siquiera había una sinagoga. Pues, cuando Pablo y sus compañeros, buscaron, como era su costumbre, a sus compatriotas no encontraron ninguna sinagoga; se nos dice que sólo unas mujeres tenían una reunión de oración cerca del río, un lugar común para reunirse. ¿Cómo les sería posible predicar el evangelio si apenas había unos cuantos judíos? Pero Dios proveería. El Señor obró en las mujeres a quienes Pablo predicó el evangelio, de tal forma que Dios abrió el corazón de una de ellas para que estuviese atenta a la Palabra predicada por Pablo. Esta mujer llamada Lidia era temerosa de Dios (una gentil que se había convertido al Dios de Israel), y provenía de Asia Menor, de la ciudad de Tiatira. Era una mujer pudiente, que inmediatamente no sólo abrió su corazón sino también su casa para alojar a los predicadores del evangelio. Ella fue bautizada junto con toda su familia. Era el primer fruto de la predicación del evangelio, y a la vez una prueba de la gran cosecha que seguiría. Sin embargo, los siervos de Dios encuentran también aquí la resistencia del enemigo. Pasando por la ciudad, Pablo y los suyos en varias ocasiones fueron seguidos por una muchacha esclava que tenía un espíritu que predecía el futuro. Mientras ella seguía a Pablo, clamaba diciendo: "Estos hombres son siervos del Dios altísimo, quienes os anuncian el camino de la salvación". Pablo juzgó este espíritu, pues no quería que la gente se confundiera con respecto al evangelio, a tal punto de hacerlo descender al nivel de las religiones vigentes. Entonces, en el nombre de Jesucristo, Pablo ordenó al espíritu salir de la muchacha. El espíritu obedeció en seguida. La palabra del Dios todopoderoso se mostró más fuerte que el poder satánico en el mundo pagano.

* El poder del evangelio es el más grande que existe. Nunca debemos avergonzarnos con respecto a este mensaje.

3. (16,19-34) Los amos de la muchacha no se gozaron con la liberación, mas bien se irritaron sobremanera contra Pablo y Silas, ya que éstos habían puesto fin a su fuente de recursos. Por eso los arrastraron hasta los magistrados romanos. Ante ellos ocultaron la marcha real de las cosas y los acusaron de rebelión, hombres que si no eran detenidos comenzarían a perturbar el orden público a través de la propagación de regímenes extraños de vida; además añadieron a sus acusaciones que estos hombres eran judíos, apelando con esto a los sentimientos anti-semitas ya presentes en la sociedad romana. La multitud fue fácilmente influenciada, por lo que los magistrados ordenaron rasgar la ropa de los acusados y luego azotarles. Nada oímos de algún interrogatorio previo o de una justicia sincera. Después de ser azotados, el carcelero cumple las órdenes con prontitud echándolos en el calabozo más lúgubre, una celda pestilencial, fría y húmeda, sin mostrar un ápice de misericordia para ellos. A medianoche Pablo y Silas orando al Señor cantaban himnos. Derramaban su corazón delante de Dios y se gozaban cantando para la gloria del Señor. Este testimonio de fe fue oído por todos los presos. A partir de ahora, el plan de Dios para con la ciudad de Filipos comenzaría a tomar forma para los apóstoles. De pronto los cimientos de la cárcel se sacuden con la intensidad de un gran terremoto, y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Encontramos dos veces la palabra `todos', indicándose así la extensión y la grandeza del milagro. Nada puede impedir el progreso del evangelio. En aquella noche comenzaba a colocarse la base de la primera iglesia en Europa.

El estruendo del lugar despertó al carcelero, quien al percatarse de lo sucedido quería matarse, porque pensaba que algunos presos habían escapado, y él como carcelero tenía la responsabilidad sobre ellos. La fuga de presos significaría su muerte y vergüenza. Pablo detuvo el suicidio, explicando que todos estaban allí. El carcelero se postró temblando, preguntando que tenía que hacer para ser salvo. Posiblemente recordó lo que había dicho la muchacha esclava. El carcelero se dio cuenta que detrás de estos hombres estaba presente la mano de un Dios poderoso. Como pagano que era, preguntó qué cosa tenía que hacer para ser salvo. La respuesta fue totalmente diferente: no hacer nada sino creer en lo que hizo el Señor Jesús. Entonces le proclamaron la Palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Dios obró nuevamente, despertando la fe y el amor en ellos. Agradecido les lavó sus heridas, y en seguida se bautizó él con todos los suyos; el gozo de aquel momento se plasmó en una cena que el carcelero realizó en su hogar.

* "El carcelero lavó y fue lavado. El que lavó las heridas fue lavado de los pecados. El que alimentó, fue alimentado" (Crisóstomo).

4. (16,35-40) Al parecer los magistrados piensan que han actuado con demasiada dureza, y por eso ruegan a Pablo que salga de la ciudad. Éste, sin embargo, exige, en su calidad de ciudadano romano, rehabilitación, quizás con la intención de proteger a la joven iglesia de Filipos. Pablo está dispuesto a sufrir, pero quiere evitar que se piense que la iglesia de Jesucristo pertenece a un grupo dudoso, cuyo líder (Pablo) con razón fue azotado y encarcelado. Por ello pide, como un acto público de restitución, a que sean los mismos magistrados quienes los saquen de la cárcel.

* ¿Es encomiable nuestro testimonio ante los ojos de la sociedad?

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. No buscar agradarse a uno mismo sino a los demás por amor de Cristo es algo muy sabio que permite la libre predicación de la Palabra.

En su segundo viaje misionero Pablo encuentra un nuevo creyente que cumple los requisitos para servir al Señor; el apóstol desea que este creyente llamado Timoteo les acompañe en el viaje. Pero debido a que su madre era judía, debió circuncidarlo para evitar poner tropiezo a los creyentes de los judíos. Si no está en juego la gracia de Dios, lo más sabio es no discutir sobre cosas triviales para nuestra fe y atender a los pensamientos de hermanos `débiles' (comp. Rom. 14,1.15-23).

1b. Confirmar en la fe es asegurar a los creyentes que la salvación depende entera y completamente de la obra de Cristo.

Pablo pasa por las iglesias dándoles a conocer las resoluciones que se tomaron en Jerusalén. Las noticias de esto hizo que las iglesias fuesen confirmadas en la fe, en la seguridad de la salvación sin la necesidad de la circuncisión. De esta manera también se produjo un crecimiento numérico. Asimismo si buscamos el fortalecimiento de la fe en los creyentes, debemos enseñarles a depender enteramente de la gracia de Dios en Cristo, sin la exigencia de reglamentos para ser salvos.

1c. En la obra misionera o evangelística es importante estar atentos a la dirección del Espíritu Santo.

Aunque el mandato de nuestro Señor es predicar el evangelio a todo el mundo, no obstante, debemos ser sensibles a la dirección del Espíritu para que sigamos el rumbo que Él nos muestra; en esto usará distintos medios para darnos a conocer su voluntad específica.

2a. Es el Señor quien abre el corazón para que la gente comprenda su Palabra y la reciba con fe.

La comitiva apostólica llega finalmente a Filipos; no hallando sinagogas, se dirigen a un lugar de oración fuera de la ciudad, cerca de un río. Allí se reunían algunas mujeres a las cuales comienzan a hablarles la Palabra. De una de estas mujeres llamada Lidia, se nos dice que "el Señor abrió el corazón de ella para que estuviera atenta a lo que Pablo decía". Esto nos muestra que sin la asistencia de Dios, la predicación del evangelio no tendría su efecto. Ante la dureza de la gente pidamos al Señor que Él abra su corazón, alumbrando sus mentes oscurecidas por el pecado para que contemplen la gracia salvadora en Jesucristo.

2b. El diablo pretende hacer descender el cristianismo al mismo nivel que las demás religiones del mundo.

El maligno usa a una joven, a la cual le había dado espíritu de adivinación, para desacreditar al evangelio. Esta joven decía que Pablo y sus compañeros eran siervos de Dios que anunciaban el camino de la salvación. A primera vista esto no nos parece de ninguna manera una amenaza, pero toda propaganda que venga de los demonios, por verdadera que pueda parecer, no es sino otra manera astuta de hacer que el evangelio sea otro mensaje de salvación entre tantos. Satanás muestra que el cristianismo es una opción entre tantas opciones. Quiere hacer creer a los hombres que al fin de cuentas todos creemos en el mismo Dios. Demostremos al mundo que esta es una de las más grandes mentiras.

3. Adorar a Dios, incluso en los momentos difíciles, revela cuán grande es nuestra comunión y conocimiento de Él.

Luego de ser injustamente castigados, Pablo y Silas son dejados en situaciones realmente precarias en una cárcel. ¿Pero qué hacían allí?, ¿a caso no fue el Espíritu Santo quien los guió a aquella ciudad de Filipos? Los siervos del Señor hacen lo que saben hacer en cualquier circunstancia: adorar a Dios. De esta manera la adoración a Dios no sólo se realiza en los buenos momentos, sino también en los malos pasajes de la vida. Si comprendiéramos que es Dios quien tiene el control absoluto sobre todas las cosas, adoraríamos su grandeza en todo tiempo. Sólo el Señor da cánticos en la noche (Job 35,10; Salmo 42,8). Este es un testimonio tremendo que lleva a la conversión de otros.

4. El testimonio de la iglesia es trascendental.

Si es malo, la predicación del evangelio en seguida pierde su valor. Si es bueno, a pesar de la mucha resistencia, siempre deja a la gente impresionada, ya que encuentra a personas diferentes por pertenecer a Cristo. Es por esta razón que Pablo exige sus derechos como ciudadano romano, a fin de que no se pretenda decir, como afirmaban sus acusadores, que los creyentes eran un grupo de rebeldes. Sin embargo, la iglesia de Jesucristo es una iglesia sana y santa, a pesar de todos sus pecados.

Hechos 17

El cap. 17 es muy fascinante. En él encontramos a Pablo en el centro de la cultura griega, Atenas, y en una declarada confrontación con la filosofía pagana. Incredulidad y burlas son las reacciones inmediatas ante la predicación de Pablo. En este mismo capítulo encontramos oposi­ción de parte de los judíos. Pablo tiene que huir de Tesalónica, también de Berea (aunque su predicación encuentra allí más fe que en Tesalónica), y no puede establecer una iglesia en Atenas (ver el v.33: "Así Pablo salió de en medio de ellos"). ¿Hubo aquí entonces un saldo negativo en la obra misionera?, ¿un retroceso en lo que hasta ahora parecía un gran avance? De ninguna manera, ya que a pesar de la tan grande resistencia al evangelio, igual hubo personas que creyeron en Jesús (v.34); lo mismo sucedió en Tesalónica (v.4) (es preciso ver también la carta a los Tesalonicenses para saber cuánta fe, amor y espe­ranza había en aquel lugar). En Berea los judíos respondieron más favorablemente que los de Tesalónica. Pese a tanta oposición, incredulidad y burlas, Dios sigue obrando y tiene el poder. ¡También el capítulo 17 es un paso hacia adelante en la predicación del evangelio!

1. (17,1-15) Desde Filipos Pablo y sus compañeros viajan a Tesalónica; tuvieron que cubrir una distancia de 150 kilómetros. Lucas nos relata que allí había una sinagoga. La predicación de Pablo siempre comenzaba con los judíos. Pablo entra en la sinagoga y predica (literalmente: "pronuncia un discurso con preguntas y respuestas", como un diálogo) a Cristo, explicando y predicando en base a las Escrituras que:

a.

era necesario que el Mesías padeciera, ya que así estaba ordenado en el plan y voluntad de Dios,

b.

el Mesías ya había venido, en la persona de Jesucristo.

Lo más probable es que Pablo mostrara a partir de las Escrituras los paralelos existentes entre la profecía del A.T. relativas al Mesías y su cumplimiento en la vida de Jesús. El resultado fue que su predicación encontró fe en tres grupos: "algunos de ellos" (los judíos), "un gran número de los griegos piadosos" (los gentiles que participaban en la sinagoga) y "muchas mujeres nobles" (también participantes de la fe judía).

Sin embargo, ciertos judíos incrédulos provocaron un alboroto, involucrando en él a algunas personas del mercado, personas sin trabajo (vagos) para asaltar la casa de Jasón donde se alojaban Pablo y Silas. Su móvil fue el celo, no podían soportar el éxito de la predicación. Al no encontrar allí a Pablo trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades, gritando que éstos estaban desencadenando una revolución en todo el mundo, revolución que ahora trasladaban también a Tesalónica. Jasón y sus compañeros, al dar alojamiento a estos hombres tan `peligrosos', son acusados de involucrarse en esta rebelión en contra del César. La acusación era que aquellas personas se oponían a la autoridad del César, diciendo que había otro rey. Resulta un tanto jocoso lo que aquí sucede, pues la gente acusa a Jasón de lo que ellos mismos están haciendo: alborotar. La denuncia fue de índole político, pero nada tenía que ver con la predicación de Pablo; no obstante, en cierto modo la imputación contenía algo de verdad, ya que ciertamente había otro rey: Jesucristo, cuyo reino triunfaría sobre el reino de los césares. Este rey Jesús, no tiene necesidad de armas terrenas para conquistar a los hombres, pues con su espíritu Él puede obrar en el corazón de ellos. Jasón se prestó como fiador y pagó la fianza por Pablo y Silas. Sin embargo, los hermanos estimaron aconsejable que éstos dejaran la ciudad. Pero había una iglesia y el Señor de la iglesia se quedaba allí.

Lo mismo sucedió en Berea, la siguiente ciudad, pero con la diferencia de que allí muchos judíos creyeron la Palabra del Señor con gran gozo, examinando y estudiando las Escrituras para ver si era verdad lo que Pablo predicaba. También su predicación se extendió a los gentiles, de donde tanto mujeres como hombres confiaron en el Señor. Pero los judíos hostiles de Tesalónica llegaron a Berea, provocando también allí un alboroto. Debido a esto los hermanos instaron a Pablo que se retirara, aunque Silas y Timoteo se quedaron.

* Ninguna oposición puede impedir el progreso del evangelio.

2. (17,16-34) En este pasaje Lucas nos esboza la confrontación del evangelio con la filosofía pagana y con la religiosidad reinante en aquel entonces. En Hechos 14 encontramos el encuentro de los apóstoles con la religiosidad del pueblo; en los capítulos 16 y 19 el enfrentamiento con la magia, y ahora con los filósofos de Atenas.

La importancia política de Atenas no era la misma que en otrora había gozado en la historia; sin embargo, sí tenía significado cultural: era el centro de las ciencias.

Habiendo llegado Pablo a Atenas se irritó cuando vio la idolatría que en la ciudad imperaba. Discutió con los judíos y los piadosos (gentiles que tenían temor por el Dios de Israel); pero en aquella ciudad hizo también mucho hincapié en sus contactos con los gentiles, conversando en el mercado con filósofos de los epicúreos y estoicos. Los seguidores de Epicuro asignaron mucha importancia al disfrutar de la vida y ser libre de toda tristeza y dolor. No creían en la intervención de poderes sobrenaturales en la vida. Epicuro quería liberar al hombre de su miedo a los dioses y a la muerte. En tanto el estoicismo era una doctrina filosófica que enseñaba la posibilidad del dominio sobre sí mismo y sobre las pasiones hasta alcanzar la imperturbabilidad del ánimo.

Para estos filósofos Pablo es sólo un palabrero (lit. "una persona que picotea semillas", es decir: una persona que ha escuchado mucho de algo, pero que en realidad no sabe nada, un charlatán). Lo llevaron al Areópago, la colina donde se administraba justicia. Allá Pablo se dirige a los filósofos en un discurso que posee la siguien­te estructura:

a. La introducción: La ignorancia de los atenienses.

El tema del discurso es Jesús y la resurrección. No obstante, para llegar a este tema, Pablo comienza su predicación buscando un punto de contacto: su punto de partida es la ignorancia claramente exteriorizada en los atenienses por el altar que habían levantado al "dios no conocido". Pablo demuestra que el altar para el dios no conocido manifiesta claramente que no conocían al Dios verdadero (v.23).

b. El Creador no es objeto de idolatría.

Pablo se adhiere estrechamente a lo que los filósofos mismos confiesan (ver el v.28). Debido a que fue Dios el creador del universo y de todo el linaje humano a partir de un solo hombre, entonces se debe comprender que este hecho en sí es un fuerte ataque a la idolatría. Él es mayor que su creación, ni siquiera habita en templos, tampoco depende de nuestro servicio. Nos creó para vivir en esta tierra y para que le busquemos como corresponde. Nunca tenemos que pensar que la divinidad sea semejante a oro, plata, piedra, escultura de arte y algo que nazca producto de la imaginación de los hombres. En otras palabras: se trata de un Dios que se reveló a nosotros como un Dios glorioso y no un dios que no sobresale por encima del ser humano (vv.24-29).

En lo precedente Pablo había dicho que Dios estaba muy cerca de nosotros, pues en palabras del poeta griego Arató, "linaje suyo somos". Esto implica que ningún hombre puede disculparse por su idolatría, ya que eso es degradar a Dios hasta algo menos que un hombre, siendo infinitamente más que eso.

c. El llamamiento.

Ahora Pablo proclama el llamamiento de Dios. En su misericordia Él pasa por alto los tiempos de esta ignorancia. Aunque tal ignorancia no exime de responsabilidad, no obstante, Dios hace un comienzo nuevo en Jesucristo. Su revelación en Él es tan clara, probada por la resurrección de los muertos, que nos llama ahora al arrepentimiento, para que confesemos nuestra ignorancia e idolatría como culpa ante Él. Pues llegará el día en que Dios juzgará a este mundo a través de su Hijo Jesucristo (30 y 31).

Cuando Pablo hizo mención de la resurrección, de inmediato surgió el menosprecio y la burla de parte de los filósofos. Mientras tanto hay otros que quieren saber algo más; ¿es hambre espiritual, o simplemente una curiosidad intelectual? Pablo salió de en medio de ellos, dejándolos en su actitud incrédula. Empero, algunos creye­ron, juntándose con él. La predicación del evangelio nunca será en vano. A pesar de que la confron­tación con el paganismo será una lucha vehemente, satanás igual verá como pierde terreno en el corazón de los hombres. Algunas personas, entre ellas Dionisio el aeropagita, probablemente una persona de influencia (un juez que trabajaba allí) y una mujer desconocida, Dámaris, y otros, pusieron fe en el mensaje de Pablo.

* El evangelio desenmascara la religión humana como idolatría.

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. Aunque la oposición venga de diferentes sectores, en el fondo apunta a lo mismo: menosprecio hacia Cristo. El

evangelio (de Cristo crucificado) es "para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura" (1 Cor.1,23). Sin embargo, Dios siempre preservará a un pueblo que pondrá fe en su Palabra, siendo esta fe su propia obra en el corazón. Aunque los hombres malvados intentaron desacreditar el evangelio y a los mensajeros de éste, tanto en Tesalónica como en Berea hubieron personas que creyeron en Jesús como el Cristo.

1b. El estudio de la Escritura debe ser una práctica constante; sólo así desaparecen las dudas y se fortalece la fe en Jesucristo.

Pablo y Silas llegaron hasta Berea. En la sinagoga se encontraron con judíos que recibieron con solicitud la Palabra, a la vez que escudriñaban cada día la Escritura para comprobar si lo que Pablo hablaba acerca de Jesús como el Cristo era realmente así. Sería una verdadera muestra de crecimiento espiritual que los hombres se entreguen al estudio diligente de la Palabra; pero al contrario de esto, vemos cómo muchos creyentes se han entregado a la ociosidad, conformándose sólo con lo que escuchan; ni si quiera existe el discernimiento para juzgar lo que se está predicando, viendo si ello realmente tiene asidero bíblico. Es peligroso cuando los creyentes aceptan todo sin investigar ellos mismos, pues de esa manera también están abiertos a la influencia de errores y de falsos profetas y maestros.

2a. Pablo vio la idolatría, se enojó al verla y ... predicó.

El fuego se enciende sólo si sabemos `ver' bien. Pablo no visitó Atenas como turista con interés histórico sino como apóstol que tiene gran preocupación por la vida perdida de la gente. La idolatría reinante en Atenas encendió el celo por Dios en el apóstol Pablo. Es por esta razón que con gran pasión se entrega a la predicación del evangelio que habla del único Dios verdadero y de su Hijo Jesucristo. Asimismo nosotros, no podemos ser insensibles a la inmensa idolatría que existe en el mundo, como todo tipo de licencia para pecar. Idolatría es poner cualquier persona o cosa en el lugar de Dios, sean grandes personajes, `ídolos', o también cosas `inocentes' como nuestra carrera, auto, posesiones, familia, trabajo, o autovanagloria.

¿Sabemos `ver' bien cómo vive la gente? ¿sabemos discernir la idolatría incluso a menudo hasta en la misma iglesia? Ante todo esto, ¿cuál es nuestra actitud?, ¿enardece nuestro espíritu ver tanta incredulidad e idolatría a nuestro alrededor? Si la respuesta de Pablo a los males de Atenas fue la predicación del evangelio, entonces igual debe ser la nuestra para desenmascar el pecado del hombre y llevarlo al señorío de Cristo.

2b. Nuestra predicación del evangelio no debe ocultar aquellos temas que resultan chocantes para el mundo.

El punto de partida de la predicación del apóstol Pablo es el altar erigido al Dios no conocido. Pero no debemos creer que la religiosidad en el hombre es un apoyo para el evangelismo, al contrario, es un enemigo acérrimo de la verdadera conversión, y que por lo tanto hay que atacar fuertemente como algo que no da respuesta a las inquietudes del ser humano. Pablo les dice a filósofos y gente de la ciudad, que el Dios que ellos no conocen es el Dios que él anuncia; siendo Él, el creador de todo. Su predicación parece tener mucha aceptación, hasta que toca el tema de la resurrección de Jesús, como el del juicio venidero. Esto hizo que los filósofos presentes allí se burlarán. Esto nos muestra que aunque Pablo sabía del rechazo a lo sobrenatural que había en estas escuelas filosóficas de Atenas, igual predicó todo el mensaje de Dios. A veces se predica la Palabra y no se quiere hablar de los temas que el hombre no puede ni quiere aceptar, como por ejemplo el infierno, el juicio, y otros asuntos que por lo general algunos creyentes deciden dejar fuera de la predicación. ¿Hacemos esto nosotros?

2c La fe no proviene de abajo, de la religiosidad del hombre; sino sólo de arriba, del Espíritu Santo.

La religiosidad del hombre conduce a la idolatría; la revelación de Dios, a la verdadera adoración. La cruz de Jesús es tropiezo para los judíos, ya que declara que nuestras obras no tienen valor en el juicio de Dios; para los griegos la cruz y la resurrección de Jesús es locura, porque no pueden comprender la razón por la cual Dios se reveló a través de un hombre, Jesús, su propio Hijo. Sin embargo, debemos predicar `esta locura', creyendo que Dios abrirá paso al corazón del hombre, para que el evangelio halle fe en él.

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