sábado, 30 de marzo de 2013

Análisis de la Epístola de Pablo a Filemón


Autor: El apóstol Pablo.
Es una carta privada de intercesión escrita por Pablo probablemente desde Roma, y enviada a Filemón a Colosas (Col 4:7-9)
Esta epístola de Pablo a su amigo Filemón (v. 1, 17) ocupa un lugar único entre los escritos del NT. Es la carta paulina más breve y, además, la única de carácter absolutamente personal.
El apóstol, ya anciano (v. 9), está preso en alguna cárcel de Roma, Cesarea o Éfeso. Timoteo (v. 1) y otros colaboradores (23–24) se encuentran a su lado, pero él, por lo delicado del asunto que va a tratar, prefiere escribir de su propio puño y letra (v. 19) en vez de dictar la carta a algún amanuense.
El destinatario es un creyente llamado Filemón, persona generosa y de buena posición a quien Pablo mismo, probablemente, había llevado a la fe en Jesucristo (v. 19). De las referencias hechas a Arquipo (v. 2, cf. Col 4.17) y a Onésimo (v. 10, cf. Col 4.9), ambos relacionados con Filemón o con la iglesia que se reunía en su casa (v. 2), se deduce que los tres tenían en Colosas su residencia habitual.
Propósito
La razón inmediata de esta corta pero preciosa misiva surgió el día en que Onésimo se presentó ante Pablo, probablemente en busca de ayuda y protección. La situación de Onésimo era muy comprometida en aquellos momentos, ya que se trataba de un esclavo fugado de la casa de su amo, en este caso, Filemón. Las leyes de la época, considerando delictivo el acto, lo castigaban con enorme dureza, incluso con la muerte.
No se saben las razones de la fuga de Onésimo (cf. v. 18). En cambio, se puede suponer que conocía en persona al apóstol, seguramente por haberle visto alguna vez en casa de Filemón. Esto explicaría que el esclavo acudiera a él en las difíciles circunstancias en que se encontraba.
Contenido y estructura
La relación así establecida entre Pablo preso y Onésimo evadido, dio al tema un giro radical al convertirse el esclavo a la fe de Jesucristo (v. 10). Y Pablo, el preso, tiene ahora que plantear el problema a Filemón desde la perspectiva insólita de que este, dueño frustrado del esclavo rebelde, deberá recibirlo de nuevo en su casa, y «no ya como esclavo, sino... como hermano amado,... tanto en la carne como en el Señor» (v. 15–16).
Habiendo resuelto el apóstol que lo más oportuno sería el retorno de Onésimo junto a su amo legal, exhorta a este a acogerlo, y subraya: «como a mí mismo» (v. 12, 17). De esa forma los fuerza a reencontrarse, y pone a prueba la fe de ambos.
Con la solución dada al problema, Pablo, indirectamente, se pronuncia contra la esclavitud, al considerar el caso de Onésimo desde la perspectiva de la ley del amor (cf. 2 Co 10.3–5). Esta exige, en el nombre de Cristo Jesús, que sean abatidas todas las barreras y borradas todas las diferencias de clase, causa principal de injusticia, opresión y violencia entre unos seres humanos y otros (cf. Gl 3.28).
Fecha y lugar de redacción
La Epístola a Filemón (=Flm) es otra de las llamadas «epístolas de la prisión» (véase Introducción a las epístolas). Muestra una gran afinidad con Colosenses, lo que sugiere que fue escrita por el mismo tiempo. Aunque no ha podido precisarse el lugar ni la fecha de su redacción, tradicionalmente se piensa que fue escrita en Roma, alrededor del año 61.

Esquema del contenido:
Salutación (1–3)
El amor y la fe de Filemón (4–7)
Pablo intercede por Onésimo (8–22)
Salutaciones y bendición final (23–25)
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
La Biblia de Referencia Thompson, Versión Reina-Valera 1960, Referencia Temática # 4265.

CUATRO CLAVES PARA OÍR LA VOZ DE DIOS


 CUATRO CLAVES PARA OÍR LA VOZ DE DIOS
La época en la que vivimos está tan íntimamente ligada al racionalismo y el pensamiento analítico y cognoscitivo, que casi nos burlamos cuando escuchamos a alguien decir que es capaz de oír la voz de Dios; sin embargo, no nos mofamos, debido a varias razones. Primero, los hombres y mujeres en toda la Biblia escucharon la voz de Dios, y también hay algunos hombres y mujeres eficaces y con una gran reputación que viven hoy en día y que demuestran que escuchan la voz de Dios. Finalmente, hay dentro de nosotros un profundo sentimiento de hambre por tener comunión con Dios y oírle hablar a nuestros corazones.
Como cristiano nacido de nuevo y que cree en la Biblia, durante años luché sin éxito para poder oír la voz de Dios; yo oraba, ayunaba, estudiaba la Biblia y trataba de escuchar una voz dentro de mí, pero no me servía de nada; ¡no había ninguna voz interior que pudiera oír! Entonces, Dios hizo que me apartara durante un año para estudiar, leer y experimentar en el área de aprender a oír su voz y, durante ese tiempo, el Señor me enseñó cuatro claves que abrieron la puerta para una oración de dos direcciones. He descubierto que no solo funciona para mí, sino que también ha funcionado para muchos miles de creyentes que han aprendido a usarlas; estas claves han proporcionado una tremenda intimidad a su experiencia cristiana y han transformado su manera de vivir. Esto mismo le ocurrirá a usted también a medida que busque a Dios utilizando las cuatro claves siguientes, que se hallan en Habacuc 2:1,2. Quiero animarle a que lea este pasaje de la Biblia antes de continuar.
Clave nº 1 – La voz de Dios en nuestro corazón suena como un flujo de pensamientos espontáneos; por lo tanto, cuando sintonizo con Dios, sintonizo con la espontaneidad.
La Biblia dice que el Señor me respondió y me dijo... (Habacuc 2:2). Habacuc conocía el sonido de la voz de Dios, y también Elías la describió como una voz tranquila y suave (I Reyes 19:12). Yo siempre había estado a la escucha de una voz interior audible, y estoy seguro de que Dios puede hablar de esa forma y que a veces lo hace; sin embargo, he comprobado que para la mayoría de nosotros, la mayor parte de las veces la voz interior de Dios nos viene en forma de pensamientos espontáneos, visiones, sentimientos o impresiones. Por ejemplo, ¿no hemos tenido todos nosotros la experiencia de estar conduciendo por la carretera y pensar que debemos orar por cierta persona? En general, reconocemos que eso es la voz de Dios que nos llama a orar por ese individuo. Mi pregunta para usted es: ¿Cómo sonaba la voz de Dios cuando usted iba conduciendo en su auto? ¿Era una voz audible o era un pensamiento espontáneo que surgió en su mente? La mayoría de ustedes diría que la voz de Dios les llegó como un pensamiento espontáneo.
Así que me dije a mí mismo: "Quizá cuando estoy a la escucha de la voz de Dios, debería estar escuchando un flujo de pensamientos espontáneos; quizá la comunicación en el espíritu se recibe en forma de pensamientos espontáneos, impresiones, sentimientos y visiones." Mediante la experimentación y respuesta de miles de personas, ahora estoy convencido de que esto es así.
La Biblia lo confirma de muchas maneras. La definición de paga, la palabra en griego que significa intercesión, es: "un encuentro casual o una intersección accidental". Cuando Dios pone en nuestro corazón a personas por las que interceder, lo hace a través de paga, un pensamiento de encuentro casual, intercalado accidentalmente en nuestros procesos de pensamiento; por lo tanto, cuando me pongo en sintonía con Dios, sintonizo con los pensamientos casuales o espontáneos. Cuando estoy tranquilamente delante de Dios en oración, he descubierto que el flujo de pensamientos que llega a mi mente viene, definitivamente, de Dios.
Clave nº 2 – Debo aprender a aquietar mis propios pensamientos y emociones, para así poder sentir el flujo de pensamientos y emociones de Dios dentro de mí.
Habacuc dijo: " Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie... (Habacuc 2:1). Habacuc sabía que para poder oír los pensamientos interiores espontáneos y suaves de Dios, primero él tenía que ir a un lugar tranquilo y aquietar sus propios pensamientos y emociones. El Salmo 46:10 nos anima a que estemos tranquilos y conozcamos que Él es Dios. Existe un profundo conocimiento interior (flujo espontáneo) en nuestro espíritu que cada uno de nosotros puede experimentar cuando aquietamos nuestra carne y nuestra mente.
He descubierto varias maneras sencillas de aquietarme a mí mismo y estar dispuesto a recibir el flujo espontáneo de Dios. Amar a Dios mediante una canción tranquila de adoración es para mí uno de los medios más efectivos (ver II Reyes 3:15). A medida que me tranquilizo (mis pensamientos, voluntad y sentimientos) y descanso delante de Dios, soy consciente del fluir divino; si me vienen pensamientos acerca de cosas que haya olvidado que tengo que hacer, las escribo en un papel y no pienso más en ellas; si vienen a mi mente pensamientos de culpabilidad o de indignidad, me arrepiento profundamente, recibo el lavamiento de la sangre del Cordero, y me visto de su manto de justicia, viéndome a mí mismo sin mancha delante de la presencia de Dios (Isaías 61:10; Colosenses 1:22).
Cuando fijo mi mirada en Jesús (Hebreos 12:2), y estoy tranquilo en su presencia compartiendo con Él lo que hay en mi corazón, el diálogo en ambas direcciones comienza a fluir; los pensamientos espontáneos comienzan a fluir desde el trono de Dios hasta mi corazón, y me encuentro realmente conversando con el Rey de reyes.
Es muy importante que usted se aquiete y se concentre de manera adecuada para poder recibir la palabra pura de Dios. Si usted no está tranquilo, simplemente recibirá sus propios pensamientos y si usted no está concentrado en Jesús adecuadamente, recibirá un flujo impuro porque el flujo intuitivo llega de aquello sobre lo que usted tenga puesta su mirada. Por lo tanto, si usted fija sus ojos en Jesús, el flujo intuitivo vendrá de Jesús; si usted fija sus ojos sobre algún deseo de su corazón, el flujo intuitivo vendrá de ese deseo. Para poder tener un fluir puro, antes que nada usted debe aquietarse y después, debe fijar sus ojos en Jesús. De nuevo reitero que la adoración tranquila al Rey y después el recibir desde la tranquilidad que sigue, hará que esto se produzca fácilmente.
Clave nº 3 – Cuando oro, fijo los ojos de mi corazón en Jesús, viendo en el espíritu los sueños y visiones del Dios Todopoderoso.
Ya hemos aludido a este principio en los párrafos anteriores; sin embargo, debemos desarrollarlo más ampliamente. Habacuc dijo: "Sobre mi guarda estaré," y Dios dijo: "escribe la visión" (Habacuc 2:1,2). Es muy interesante que Habacuc realmente iba a comenzar a buscar visión a medida que oraba; iba a abrir los ojos de su corazón y mirar en el mundo espiritual para ver lo que Dios quisiera mostrarle. Esta es una idea intrigante.
Yo nunca había pensado en abrir los ojos de mi corazón y buscar visión; sin embargo, cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta que eso era exactamente lo que Dios quería que yo hiciera. Él me ha dado ojos en el corazón, que debo usar para ver en el mundo espiritual la visión y movimiento del Dios Todopoderoso. Creo que hay un mundo espiritual activo funcionando a mi alrededor, y ese mundo está lleno de ángeles, demonios, el Espíritu Santo, el Dios omnipresente, y su Hijo omnipresente, Jesucristo. No hay ninguna razón que me impida ver ese mundo aparte de mi cultura racional, que me dice que no crea ni siquiera que existe y que no me da ningún tipo de instrucción sobre cómo llegar a abrirme para ver ese mundo espiritual.
El prerrequisito más obvio para ver es mirar. Daniel estaba viendo una visión en su mente y dijo: "Miraba yo... estuve mirando... miraba yo" (Daniel 7:2,9,13). Ahora, cuando oro, miro a Jesús que está presente conmigo y le observo cuando me habla, haciendo y diciendo las cosas que están en su corazón. Muchos cristianos se darán cuenta que si solamente miran, podrán ver. Jesús es Emmanuel, Dios con nosotros (Mateo 1:23) y es así de sencillo; usted verá una visión interior espontánea de manera similar a cuando recibe pensamientos interiores espontáneos. Usted podrá ver a Cristo presente con usted en un ambiente tranquilo, porque Cristo está presente con usted en un ambiente tranquilo; en realidad, usted probablemente descubra que la visión interior llega tan fácilmente que tenderá a rechazarla, pensando que es algo que viene de usted mismo. (La duda es el arma más eficaz de Satanás contra la Iglesia). Sin embargo, si usted persiste y escribe esas visiones, la fe enseguida vencerá a la duda a medida que usted reconozca que el contenido de esas visiones solo pudo haber nacido en Dios Todopoderoso.
Dios continuamente se revelaba a su pueblo del pacto usando sueños y visiones, y lo hizo desde Génesis hasta Apocalipsis; Él ha dicho que ya que el Espíritu Santo fue derramado en Hechos 2, nosotros deberíamos esperar recibir un fluir continuo de sueños y visiones (Hechos 2:1-4, 17), Jesús, nuestro ejemplo perfecto, demostró esta capacidad de vivir de un contacto continuo con el Dios Todopoderoso; Él dijo que no hacía nada por iniciativa propia, sino solo lo que veía hacer al Padre y lo que oía decir al Padre (Juan 5:19,20,30). ¡Qué manera de vivir tan increíble!
¿Es en realidad posible que nosotros vivamos de la iniciativa divina, tal como Jesús lo hizo? Uno de los principales propósitos de la muerte y resurrección de Jesús fue que el velo fuera rasgado de arriba abajo, dándonos acceso a la misma presencia de Dios, y se nos manda que nos acerquemos (Lucas 23:45; Hebreos 10:19-22). Por lo tanto, incluso aunque lo que estoy describiendo parezca un poco inusual para una cultura del siglo veintiuno, está demostrado y se describe como una enseñanza y experiencia bíblica central. Es tiempo de restaurar a la Iglesia todo lo que le pertenece a ella.
Debido a su naturaleza intensamente racional y su existencia en una cultura demasiado racional, algunas personas necesitarán más ayuda y comprensión de estas verdades antes de que puedan moverse en ellas. Podrán encontrar esta ayuda en el libro Comunión con Dios, por los mismos autores.
Clave nº 4 – Tener un diario, escribir nuestras oraciones y las respuestas de Dios, proporciona una nueva y gran libertad para oír la voz de Dios.
Dios le dijo a Habacuc que escribiera la visión y la declarase en tablas... (Habacuc 2:2). Nunca se me había pasado por la mente escribir mis oraciones y las respuestas de Dios, tal como lo hizo Habacuc por mandato de Dios. Si usted comienza a buscar en la Escritura esta idea, hallará cientos de capítulos que la demuestran (Salmos, muchos de los profetas, Apocalipsis). ¿Por qué, entonces, yo nunca había pensado en ello?
Llamé a este proceso "llevar un diario" y comencé a experimentar con él; descubrí que es fabuloso para facilitarnos el poder distinguir claramente la voz interior de Dios, el flujo espontáneo, porque a medida que escribía, era capaz de escribir en fe durante largos periodos de tiempo, sencillamente creyendo que era Dios quien me hablaba. No tenía que estar probándolo a medida que lo iba recibiendo (lo que produce interferencias en el receptor), porque sabía que cuando el fluir finalizara yo podría volver a mirarlo y entonces probarlo y examinarlo detenidamente, asegurándome que estaba en línea con las Escrituras.
Usted se quedará maravillado cuando intente escribir un diario; al principio puede estorbarle la duda, pero deséchela, recordándose a usted mismo que es un concepto bíblico y que Dios está presente, hablando a sus hijos. No se tome a usted mismo demasiado en serio, pues cuando lo hace, estará tenso y se pondrá en el camino del mover del Espíritu Santo; cuando cesamos en nuestra labor y entramos en el reposo de Dios es cuando Él es libre para fluir (Hebreos 4.10). Por lo tanto, sonría, siéntese cómodamente, tome lápiz y papel, y vuelva su atención hacia Dios en adoración y alabanza, buscando su rostro. A medida que usted vaya escribiendo sus preguntas para Dios y comience a aquietarse fijando su mirada en Jesús, que está presente con usted, de repente tendrá un pensamiento muy positivo en respuesta a su pregunta. No dude de él, simplemente escríbalo y más tarde, cuando lea su diario, usted también será bendecido al descubrir que está realmente dialogando con Dios.
Algunas notas finales.
Nadie debería intentar hacer esto sin antes haber leído, al menos, todo el Nuevo Testamento (preferentemente, toda la Biblia); tampoco se debería intentar a menos que se esté sometido a un liderazgo espiritual sólido. Todos los principales movimientos directivos que surgen de la escritura de un diario, deberían someterse al liderazgo antes de actuar conforme a ellos.

CRISTO VENCIÓ Y ESTA ENTRE NOSOTROS

Pr Dr. Guillermo Sebastián Olivera
Lucas 24:5 y 6 Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?   No está aquí; más bien, ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando estaba aún en Galilea.
INTRODUCCIÓN
La resurrección de Jesús de la muerte es el hecho central de la historia cristiana. Sobre ella, la Iglesia está construida; sin ella, no existiría hoy la Iglesia cristiana. La resurrección de Jesús es única. Otras religiones tienen sistemas éticos sólidos, conceptos acerca del paraíso y escrituras sagradas. Solo los cristianos tienen un Dios que se hizo hombre, literalmente murió por su pueblo y resucitó en poder y gloria para gobernar a su Iglesia para siempre.

DESARROLLO

¿Por qué la resurrección es tan importante?

 1) Como Cristo resucitó de la muerte sabemos que el reino de los cielos irrumpió en la historia. Nuestro mundo ahora se dirige a la redención, no a la perdición. El poder de Dios está empeñado en destruir el pecado, al crear vidas nuevas y preparadas para la Segunda Venida de Jesús.

2) Gracias a la resurrección sabemos que la muerte se ha conquistado y que nosotros también resucitaremos para vivir por siempre con Cristo. 3) La resurrección da autoridad al testimonio de la Iglesia en el mundo. Mire la predicación de los primeros evangelistas en Hechos: ¡El mensaje más importante de los apóstoles fue la proclamación de que Jesucristo resucitó de la muerte!

4) La resurrección da sentido a la fiesta cotidiana de la Iglesia, la cena del Señor. Como los discípulos en el camino a Emaús, partimos el pan con nuestro Señor resucitado que viene en poder para salvarnos.

5) La resurrección nos ayuda a encontrar significado aun en medio de la más grande tragedia. No importa qué llegue a sucedernos, a medida que caminamos con el Señor, la resurrección nos da esperanza para el futuro.

6) La resurrección nos asegura que Cristo vive y gobierna su Reino. El no es una leyenda, realmente vive.

7) El poder de Dios que hizo que Jesús resucitara está a nuestra disposición, al grado que podemos vivir para El en un mundo malo.
Los cristianos pueden verse unos a otros en forma diferente: defender una gran
variedad, de creencias en relación con la política, estilo de vida e
incluso teología. Pero hay una creencia central que une e inspira a todos
los verdaderos cristianos: ¡Jesucristo resucitó de la muerte!.

 CONCLUSIÓN

La mayoría de los griegos no creían en la resurrección corporal de las personas. Veían la vida venidera como algo que sólo se relacionaba con el alma. De acuerdo a la filosofía griega, el alma era la persona real, aprisionada en el cuerpo físico, y en la muerte quedaba liberada. No había inmortalidad para el cuerpo sino que el alma entraba en un estado eterno. En las Escrituras, al contrario, el cuerpo y el alma se unificarán después de la resurrección. La iglesia en Corinto se hallaba en el corazón de la cultura griega. Por eso muchos creyentes tuvieron dificultad para creer en la resurrección corporal. Pablo escribió esta parte de su carta para resolver esta confusión acerca de la resurrección.

Siempre habrán personas que digan que Jesús no resucitó. Pablo nos asegura
que muchas personas vieron a Jesús después de su resurrección: Pedro,
los discípulos (los doce), más de quinientos creyentes (muchos de los
cuales vivían al momento en que Pablo escribió esto, aunque otros
murieron); Santiago (el hermano de Jesús), todos los apóstoles y por último
Pablo mismo. La resurrección es un hecho histórico. No se desaliente por
causa de los incrédulos, los que niegan la resurrección.
Llénese de esperanza porque un día usted y ellos verán la prueba viviente,
cuando Cristo vuelva.

La resurrección de Cristo es el centro de la fe cristiana. Como Cristo resucitó de la muerte, como prometió, sabemos que dijo la verdad: El es Dios. Como resucitó, su muerte por nuestras pecados fue válida y somos perdonados. Porque resucitó vive e intercede por nosotros. Porque resucitó y venció la muerte, sabemos que también nosotros resucitaremos.

lunes, 25 de marzo de 2013

Sociologia de la Religion (parte 2)


¿Cuál es el papel de las religiones en la construcción social de la realidad?

La noción en la que se basa una parte de la pregunta, el de la construcción social de la realidad, es una expresión acuñada por dos de los sociólogos de la religión a los que aludo en la respuesta a la pregunta anterior. Thomas Luckmann y Peter Berger proponen que de hecho la realidad está mediada por una construcción social que se da a través de un proceso de socialización. Para decirlo brevemente, las religiones nos ayudan a percibir la realidad no sólo como una serie de OB-jetos materiales (como cosas que se oponen a los sentidos, sería el sentido, lo que queda aun más explícito en el término en alemán: Gegenstand = objeto), sino como una realidad que tiene algo por encima o por detrás de lo que percibimos cotidianamente. Son estos marcos religiosos “de sentido”, los que nos permiten entender que haya quienes interpreten muchos de los acontecimientos en el mundo como milagros o al menos como una “hierofanía” o manifestación de la voluntad divina en este mundo en el que habitamos.
Las religiones suelen presentar, además de un conglomerado de creencias en torno a lo divino, una forma sistemática de organizar y prescribir la relación de los hombres con lo sobrenatural y, de paso, suelen establecer formas de comportamiento vinculadas con determinadas nociones del “buen creyente”. En términos generales, plantean el razonamiento según el cual quien crea en determinadas formas de actuación de lo divino en el mundo de los humanos, ha de ser un creyente que lo haga de manera congruente y que no sugiera variaciones en el comportamiento de lo sobrenatural que se salgan del sistema establecido por el sistema de creencias en que se inscribe. Habrá que aclarar que esa relación general entre un conjunto de creencia y de prescripciones de las religiones no siempre, ni en todas las religiones se cristaliza en una doctrina y en una institución que se encargue de vigilar que el comportamiento de los creyentes se ajuste a las regulaciones establecidas en la doctrina. Cuando surgen cuerpos organizados y que se abrogan la interpretación de los designios divinos, suele sucedes que estos no sólo planteen de qué manera es o debe ser la relación del hombre con lo sobrenatural, sino también cuál debe ser el comportamiento de l creyente que se inscribe dentro de una interpretación doctrinal hacia los otros creyentes e incluso hacia quienes no comparten sus creencias.
Acostumbrados como estamos a que en las religiones de occidente existan iglesias, puede parecernos extraño que existan doctrinas que no estén ligadas a una jerarquía burocrática (en el sentido weberiano de forma racional de administrar y vigilar las tareas de salvación de las almas ajenas). En algunos casos, pueden darse diversas interpretaciones doctrinales, como en el caso del Islam, sin que necesariamente exista un conjunto sacerdotes ligados a instituciones religiosas más allá de las escrituras y de los esfuerzos por transmitir y hacer comprensibles los mensajes escritos.
A grandes rasgos puede hablarse de dos consecuencias de las religiones como fuente de sentido en la vida de sus creyentes. Por un lado, la posibilidad de que una fe compartida sea la base para la solidaridad entre los creyentes, quienes harán esfuerzos explícitos por construir una comunidad basada en el hecho de que comulgan en una misma visión de lo divino que les prescribe una vida de armonía con sus compañeros de fe. Por el otro lado está la posibilidad de que los creyentes en una doctrina y en una determinada interpretación de la manera en que los humanos deben comunicarse con lo divino entren en conflicto con quienes sostienen visiones diversas. Desafortunadamente, aunque existen ejemplos históricos de comunidades que se han sostenido unidas gracias a su fe, es más frecuente encontrar casos de enfrentamiento, tanto dentro de la misma visión de lo religioso, como entre distintas religiones. Es decir, los conflictos inter-religiosos e inter-denominacionales ha sido parte de la historia de buena parte de los pueblos e incluso los “hermanos” en religión suelen entrar en sangrientos y fatales enfrentamientos, como sabemos por las guerras fratricidas que se dan entre diferentes interpretaciones del Islam o entre diferentes versiones del cristianismo. Al respecto, vale la pena mencionar el “debate” sostenido por dos importantes figuras del pensamiento alemán contemporáneo a finales del año 2004. Jürgen Habermas (1929- ), una de las más importantes figuras del pensamiento social y de la filosofía de nuestra época, sostuvo un intercambio en torno a la razón secular y la razón religiosa con Joseph Ratzinger (1927- ), quien meses más tarde adoptaría el nombre de Benedicto XVI al ser nombrado líder de la iglesia de Roma. En pocas palabras, mientras que el primero, en su carácter de filósofo de una época de grandes cambios sociales, destacaba la necesidad de encontrar formas de convivencia basadas en la razón secular sin excluir las visiones religiosas e inspiradas en visiones trascendentales, el segundo, desde su postura de líder religioso, señalaba el peligro que conlleva el radicalizar las posturas basadas en lo religioso y de qué manera en la historia se han forzado estas posturas para “justificar” la opresión o el conflicto.

¿Cuáles son los bienes simbólicos y religiosos que producen las religiones?

Entiendo que en la pregunta se plantea una distinción entre bienes simbólicos y bienes materiales. Por otra parte, considero que todas la religiones producen bienes “religiosos” (por definición, o no serían religiones) y a la vez “simbólicos”. Pero no creo que sea tan fácil distinguir lo material de lo que significa. Cosas tan concretas, visibles, tangibles como un templo, un altar, un libro sagrado o una ofrenda son a la vez objetos materiales y simbólicos. Conllevan un significado que depende de quien los considera bienes religiosos. Igualmente, toda acción tiene un significado y ésta se materializa al menos en el momento en que alguien la ejecuta, es decir, la encarna. De tal modo, la transustanciación de la carne de Cristo es un acto simbólico que se ejecuta en ocasión de una celebración y un rito religiosos con los que se conmemora “el hecho” del sacrificio de Jesús en la cruz. Para varias interpretaciones en la visión cristiana ello no es sólo “simbólico” en el sentido de que el sacerdote actúe “como si” él fuera Jesús, sino que para los creyentes efectivamente Jesús el cristo se encarna en la hostia y el vino se convierte en verdadera sangre. Evidentemente, habrá quien sostenga que ese líquido que es el vino de consagrar no es la sangre de Cristo, ni puede probarse que tenga las mismas propiedades químicas, aunque no por ello los creyentes se convencerían de que el Salvador no esté presente en el acto de la consagración y de la comunión.
De ahí que autores como Pierre Bourdieu (1930-2002) propongan el concepto de “bienes de salvación” como forma de designar lo que de intangible contienen los bienes y los discursos que ofrecen las religiones. En buena parte de los casos, las iglesias luchan por ser las portadoras de la salvación, con lo que se establece una especie de “mercado de bienes de salvación” y a la vez de competencia entre esas instituciones por ser las legítimas portadoras del mensaje divino. En pocas palabras, y a riesgo de esquematizar en extremo, la visión de que son las religiones o las iglesias las que conducen a la salvación está vinculada con la noción de que se requiere de determinadas relaciones entre los humanos para poder alcanzar lo divino. Esa visión realmente parece tener pocas vías de escape si se considera que el término mismo de la religión como una forma re-ligar incluye tanto un vínculo con dios o los dioses como un vínculo entre los creyentes. Un componente importante de lo simbólico es lo que Durkheim llamara el “tótem”, que representa no sólo al dios de la tribu, sino a la noción de misma de la comunidad cuya solidaridad se representa en sus símbolos religiosos.

Sociologia de la Religion (parte 1 )

"SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN"

¿Cuál es el objetivo central de la sociología de la religión?

Antes de responder la pregunta del “para qué”, quiero exponer brevemente “qué es” la sociología de la religión. Me parece esencial aclarar que la religión de hecho fue una de las primeras inquietudes de la sociología, como se demuestra en los escritos de los clásicos de esta disciplina que pretendían hacer de esta disciplina una ciencia (Émile Durkheim [1858-1917], Max Weber [1864-1920]) y es incluso una importante preocupación en el análisis social con intenciones liberadoras en el caso de Marx.
Hay que recordar que Durkheim postula que para entender a las civilizaciones más modernas (como Francia, a cuyo grado de solidaridad social y desarrollo cultural habrían de llegar o al menos aspirar las demás sociedades) era necesario entender a las sociedades primitivas. Esa postulación la realiza en el marco de su obra Las formas elementales de la vida religiosa para ayudar al lector a comprender que el análisis de la religión en las sociedades sin escritura es un elemento que nos permite entender las formas más avanzadas de sistematización de lo religioso en sociedades más complejas, en las que se da toda una reglamentación de lo religioso. Por su parte, Weber insiste en la necesidad de entender el papel de lo religioso en la historia de las diversas civilizaciones, en especial las clásicas, y emprende un amplio análisis de las manifestaciones y rituales y su relación con el ethos de los diversos pueblos. Dos son las obras más conocidas de Weber: Economía y sociedad (que representa una compilación de diversos temas) y, sintomáticamente, La ética protestante y el espíritu del capitalismo. En esta última obra expone su razonamiento de que es precisamente una ética del trabajo, vinculada a una visión (monoteísta) de lo religioso en la relación con lo divino, la que se encuentra en la base de la racionalidad de la administración y acumulación capitalistas.
Una de las más famosas tesis de Max Weber atañe a la “secularización”, es decir, la tendencia a que con procesos como la industrialización, la racionalización capitalista y la urbanización, las personas tenderían a hacerse “mundanos” y “del siglo” y a alejarse de las prácticas religiosas. Entre los sociólogos especialistas en el análisis del comportamiento religioso, hay quienes han matizado esa tesis, en especial Thomas Luckmann (1927 - ) al señalar que más bien se trata de un alejamiento de las manifestaciones colectivas y rituales, pero no necesariamente de una decadencia de las creencias religiosas. Más que una “secularización”, la modernización y sus ritmos acelerados traerían consigo un descenso en las prácticas visibles de la “religión de iglesia”.
Por su parte, Carlos Marx (1818-1883), el tercer pensador clásico para la sociología (disciplina que ciertamente fue criticada por la visión burguesa que se deja entrever en las primeras formulaciones por Augusto Comte, quien acuñara el término) plantea, en un primer momento a partir de su lectura crítica de Ludwig Feuerbach y luego en sus intentos de ampliar la crítica social y de la economía política, que la religión tiene efectos de control político de la sociedad. En breve, para Marx (y todavía más acendradamente en diversas interpretaciones del “marxismo”), la religión se constituye en un obstáculo para el desarrollo de las potencialidades humanas y en una forma de alienación o “falsa conciencia”.
Con base en los antecedentes mencionados, estoy ahora en posición de señalar que el objetivo de la sociología de la religión consiste en el análisis y la comprensión de las personas en su relación con lo divino. Repetidamente los sociólogos de la religión han señalado, siguiendo a Weber, que no es problema de esta disciplina el resolver la pregunta de si en verdad puede haber una relación directa e individual o colectiva y mediada por las instituciones entre los hombres y lo divino (sea que se trate de un dios o de varios), sino que más bien el problema consiste en analizar las manifestaciones de la religión en al menos dos ámbitos: (1) de qué manera los hombres intentan la comunicación con lo divino e instituyen rituales y otras manifestaciones de sus devociones y (2) de qué manera las relaciones entre los hombres se ven influidas por sus concepciones religiosas. En buena parte de esos análisis la sociología de la religión se ve en la necesidad de entender el comportamiento y las interpretaciones que los actores sociales hacen de su actuar, además de plantear formas para comprender las formas de organización (movimientos, agrupaciones, instituciones religiosas) que encarna lo religioso. En los estudios realizados desde la perspectiva de la sociología de la religión la pregunta no es en torno a la existencia “real” de fenómenos sobrenaturales, sino el hecho de que las personas y los grupos muestran creer en la existencia de estos, son devotos de determinadas imágenes, se declaran seguidores de un líder religioso o de una doctrina sagrada. A diferencia de los historiadores que buscan evidencias de que determinado personaje sagrado existió y tuvo una vida “históricamente comprobable”, los sociólogos documentan en cambio la devoción por ese tipo de personajes y la creencia que manifiestan sus seguidores.

En pocas palabras, la sociología de la religión tiene como objetivo central comprender los comportamientos que los actores sociales señalan como religiosos e incluso (según una definición “funcional” del fenómeno religioso propuesta por Thomas Luckmann, en contraposición a la definición más esencialista de su colega Peter Berger [1929- ]) de aquellos comportamientos que funcionan como la religión (por ejemplo, cultos, visiones de lo divino menos vinculadas a una “voluntad” racional, entre otros)

La oración cambia destinos


Pr Dr. Guillermo Sebastián Olivera
 1Cr 4:10  Y Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: "¡Oh, si realmente me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal, de modo que no tuviese dolor!" Y Dios le concedió lo que pidió.
 INTRODUCCIÓN
Jabes es recordado por un pedido de oración, más que por un acto heroico. En su oración, pidió a Dios que lo bendijera, que lo ayudara en su trabajo ("ensancharas mi territorio"), que estuviera con El en todo lo que hiciera y que lo guardara del mal y del daño. Jabes reconoció a Dios como el verdadero centro de su trabajo. Cuando oramos por la bendición de Dios, también debemos pedir que El tome su posición legítima como Señor sobre nuestro trabajo, nuestro tiempo en familia y nuestra recreación. Obedecerle en las responsabilidades diarias es heroico.
Jabes oró específicamente para ser protegido del mal y del daño. Vivimos en un mundo caído donde abunda el pecado, y es importante pedirle a Dios que nos mantenga a salvo del inevitable mal que sale a nuestro encuentro. Pero también debemos evitar los malos motivos, deseos y acciones que se originan dentro de nosotros. Por lo tanto, debemos buscar no sólo la protección de Dios contra el mal, sino debemos pedirle que guarde nuestros pensamientos y acciones. Podemos comenzar a utilizar su protección al llenar nuestras mentes con pensamientos y actitudes positivos.
 
DESARROLLO
Y qué lindo es cuando Dios despierta una generación a ciertos tesoros de su palabra. Y esa oración, la verdad es que encierra muchas cosas lindas y en esta semana de ayuno, de oración, yo quiero animar su corazón a orar y buscar el rostro de Dios con el contenido que se desprende de esta oración.
 Jabes buscó la orientación de Dios. Jabes por revelación comprendió que tenía que pedirle a Dios algunas cosas de suma importancia. Muchas veces nosotros como creyentes llevamos una vida pasiva en el Señor, “Dios me llamó y voy a esperar que Dios haga en mi vida”, y allí utilizamos la palabra esperanza, y no la fe que es la que viene con obras, con acción.
Jabes no esperó que Dios lo usara, Jabes actuó en fe creyendo que Dios era poderoso para promoverlo a una posición superior. Jabes comprendió que tenía que depender de Dios. Y su dependencia a Dios era integral, porque muchas veces queremos depender de Dios en lo económico. Pero Jabes quería una dependencia absoluta en Dios. Y por esto Jabes invocó a Dios. La palabra invocar no solo significa orar. Hemos oído en el mundo la invocación de los muertos y sabemos que en esa invocación se pide que el muerto venga. Pero Jabes no invocó a un muerto, sino aquel que vive, Jabes invocó al Dios del cielo. Jabes quería que Dios estuviera allí con él. Él sabía que Dios podía descender y estar allí a su lado para comprender los secretos de Dios. Quería conocer los misterios del reino. La revelación de la palabra de Dios. Los mecanismos y estrategias para alcanzar las promesas que Dios había dado a sus hijos. Dios nos ha dado muchas promesas, pero sus promesas tienen unas condiciones que tenemos que cumplir para que se den. Jabes sabía esto, por lo cual invocó la presencia de Dios, pidió que fuera el Espíritu de Dios allí con él, en su vida en una comunión íntima y personal.
Así que ese Jabes invocó a ese Dios maravilloso: “: ¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio”. ¿De qué tamaño es tu territorio? Yo conozco hombre de Dios, que su territorio es el globo terráqueo, había un hombre de Dios que cuando oraba, tomaba un globo terráqueo entre sus manos y empezaba a clamar por las almas de todo el mundo, y mencionaba los países y continentes y a través de su ministerio la gloria de Dios se derramaba poderosamente. Y hacía obras por todo el mundo. Porque su territorio era el globo. Tenía un territorio mundial en Dios. Pero también conozco ministros, cuyo territorio es su país. Claman a Dios por su país, y se pueden mover ministerialmente en su país. Pero también conozco hombres cuyo territorio está limitado por su casa y su obsesión es sólo la salvación de su propia familia. Su obsesión es que su hermano, su hijo y los demás miembros de la familia se salven no importa lo que pase afuera. Ese es su territorio. Hasta allí llega su visión. Y hay otros cuyo territorio son ellos mismos, y oran y claman por sí mismos. Y oran y piden por sí mismos. Porque su territorio está limitado a sí mismos. Pero Jabes descubrió que Dios podía ensanchar su territorio. Jabes empezó a clamar porque sabía que Dios es un Dios de abundancias, que Dios es un Dios de ministerio y de visión amplia y que Él lo había llamado en un llamamiento supremo. En un llamamiento grande, y empezó a clamar a Dios.
CONCLUSIÓN
“y si tu mano estuviera conmigo”, ¿sabe qué significa? Que él imploró, él anheló de manera muy honda, entró profundamente en el Señor y le rogó a Dios. Usted tiene que entrar en esa presencia íntima con Dios, en lo más profundo en el secreto del Señor, orar allí con Dios. En el corazón de Dios. Allí con el Señor di: ¡oh, Señor, si tu mano estuviere conmigo! Necesito que tu mano esté conmigo. Usted tiene que entrar en esa presencia íntima de Dios. Conocer bien al espíritu de Dios. Para que allí el Señor esté con usted y le de nuevas fuerzas, y se levante con la fuerza de Dios para alcanzar los logros, las victorias con el poder de la mano de Dios en su vida.
Cuantas veces le decimos a Dios: ¿Señor y donde estas? Te he servido, mira cuantos años sirviéndote, mira cuanto tiempo predicando tu palabra, mira cuanto tiempo haciendo esto y no estoy viendo las bendiciones. Dios te dirá: Ven acá, es que hace mucho tiempo tú me dejaste atrás y saliste adelante, no te dije nada porque sabia que ibas a volver.. ¿Cuántas veces hemos anhelado que Dios esté con fuego en nuestros corazones? ¿Cuántas veces hemos gemido para que Dios permanezca en lo más profundo de nuestro corazón? Necesitamos orar y rogar en su presencia, necesitamos gemir a Dios. Necesitamos llorar en la presencia, en la gloria del Señor. Entonces Dios hará maravillas.
"Y le otorgó Dios lo que pidió": Jabes estaba pidiendo de una manera correcta, pues Dios no solo le dio, sino que dice le otorgó, como si fuera un premio, como un reconocimiento, le otorgó, le concedió. No fue una respuesta simple a una oración, sino más bien la respuesta de Dios fue un reconocimiento a su actitud, a su búsqueda a su comunión, a una vida íntegra, a una dependencia que él tenía de Dios. Dios entonces lo premió respondiendo sus oraciones.
Dios puede hacer y quiere hacer cosas grandes con tu vida, así como lo hizo con Jabes.
 

¡LA TAREA MISIONERA DE LA IGLESIA NO PUEDE SER OLVIDADA!


Pr Dr. Guillermo Sebastián Olivera
Hechos 14:21  Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
 INTRODUCCIÓN
En Derbe, Pablo no estaba lejos del bien conocido camino que desciende de la mesa central a Cilicia y a Tarso. Pero sus pensamientos no estaban en su hogar terrenal. Volvió a visitar aquellos lugares donde había sido denigrado y perseguido, pero donde había dejado como ovejas en el desierto a los discípulos que su Maestro le había permitido reunir. Ellos necesitaban la edificación en la fe, el consuelo en medio de sus inevitables padecimientos, y la protección de instituciones permanentes. Sin titubear, pues, a causa de los peligros que los aguardaran, los misioneros vuelven a aquéllos, y les dan palabras de estímulo que ninguno sino los fundadores de la religión verdadera se hubiera atrevido a dirigir a los primeros convertidos, de que “es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.

Pablo y Bernabé volvieron a visitar a los creyentes en todas las ciudades en las que poco antes los amenazaron y atacaron físicamente. Sabían los peligros que enfrentaban, sin embargo creían que tenían la responsabilidad de animar a los nuevos creyentes. No importa cuán inconveniente e incómoda resulte la tarea, no debemos descuidar el apoyo que necesitan los nuevos creyentes, a quienes les hace falta nuestra ayuda y nuestro estímulo. ¡Para Jesús no fue conveniente ni cómodo ir a la cruz en nuestro lugar!

 DESARROLLO

La Iglesia en los primeros siglos era una Iglesia que evangelizaba, adoctrinaba y discipulaba (Hechos de los apóstoles.) Pero hoy es difícil explicarse; ¿Por qué aquel plan tan simple y que resultó tan efectivo en la Iglesia primitiva dejó de ser aplicado por la iglesia de hoy?

Estoy convencido que si realmente retornamos a ese plan simple y ponemos en acción la labor de discipular, con la ayuda del Seños y la del Espíritu, veremos un crecimiento cualitativo de jóvenes comprometidos con el señor, siervos e Iglesias a que sean columnas y baluartes de la verdad. Por eso ya es tiempo de volvernos a la Biblia, despertar del sueño y trabajar con una nueva visión y misión.

Nos conformamos con una pequeña probada de su Gloria, cuando él quiere derramar de sus bendiciones para su nombre sea ¡¡alabado por todos los pueblos!! Pero debemos hacerlo a su manera. No a nuestra manera.

La verdad que Es inmenso la progresión que se ve en el libro de Hechos. Primero Dios obró para que los creyentes fueran añadidas. Luego las multitudes se añadieron. Luego los discípulos fueron aumentados, luego multiplicados grandemente. Así Dios trajo gran gloria  a su nombre aumentando el número de iglesias diariamente.

Pues regresemos y volvamos a ver esta progresión  que hoy también Dios puede hacer maravillas siempre en cuando nosotros obedecemos a la gran comisión de “ID Y HACED DISCÍPULOS”

Somos narradores de una historia de amor: Dios buscando a la humanidad rebelde.

Tenemos nuestra historia (testimonio) en esa historia (evangelio)  y la responsabilidad de ser testigos de ella.

Al dar testimonio los demás pueden entender que ellos también son protagonistas de esa historia.

La mayor parte de los creyentes no comparten su testimonio. La realidad es que somos un pueblo avergonzado que no tiene la motivación y la confianza suficiente para hablar de su fe.

Hay una fuerte intimidación provocada por el vivir una cultura que rechaza la verdad absoluta. Todas las verdades son relativas y nadie puede imponer su verdad. Toda pretensión de verdad adquiere un carácter de intolerancia

 

CONCLUSIÓN

En otra parte. Pablo lo exhorta personalmente sobre un área de debilidad: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios.” (2 Tim.1.6-8) Timoteo, como muchos siervos de Dios, tenía un problema de confianza y una tendencia a no manejar las cosas de la manera directa que era apropiada.

Pablo le recuerda a Timoteo que continúe por el camino que él le mostró por medio de su ejemplo y enseñanza: “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.” (2 Tim.1.13-14) “Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido.” (2 Tim. 3.10-14)

Pedro, Pablo y otros apóstoles, ellos antes de ser discipuladores fueron discípulos de un maestro, luego ellos mismos empiezan a realizar otros discípulos de Jesús así continuando con la misión encomendada.

Hace falta retomar la tarea misionera como un asunto prioritario. Desarrollar esta labor nos atemoriza al qué dirán, al rechazo, la indiferencia y tal vez hasta una sonrisa burlona. Pero nada debe impedirnos salir a la obra misionera. Debemos considerar al apóstol Pablo evangelizando con mucho ánimo. Lo vemos en Listra predicando con vehemencia, donde fue apedreado por esta causa. Lo sacaron fuera de la ciudad pensando que estaba muerto, pero éste se levantó en medio de sus discípulos y volvió a la ciudad. Al otro día partió hacia Derbe y siguió predicando. ¡Qué tal pasión por las almas! Sueño que llegue el día en que la gente de diferentes partes, diga de la iglesia, como en los tiempos primitivos:” estos que trastornan el mundo entero también han venido acá.”. Si somos honestos, nos daremos cuenta que hace falta potenciar la obra misionera. Estamos en el tiempo de la promesa, del gran avivamiento y de la gran cosecha, la parte que nos toca a nosotros es trabajar. Dios hará su parte y lo hará bien. Debemos reconocer que nuestra parte es indispensable. Pablo dijo: “yo sembré Apolos regó, pero el crecimiento lo ha dado Dios.”. Si la iglesia cumple con los requerimientos de Dios se podrá hacer un buen trabajo.

Dios nos ha llamado para predicar la Palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo. Los campos están blancos para la siega, comienza a humillarte ante el Señor. Comienza a orar, a buscar el rostro del Señor y conviértete de todo corazón. Medita como estas, ve y predica no un mensaje de ofertas sino el evangelio genuino de nuestro Señor Jesucristo.

 

 

¡Andando delante de mí con verdad, de todo su corazón ¡


Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
1Reyes 2:4  para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.

 INTRODUCCIÓN

David le enfatizó a Salomón la necesidad de hacer que Dios y sus leyes fueran el centro de su vida personal y gobierno para poder preservar el reino, como Dios había prometido hacerlo. Esta promesa de Dios constaba de dos partes: una parte era condicional y dependía de las acciones del rey actual. La otra parte era incondicional.

La promesa condicional de Dios era que David y sus descendientes permanecerían como reyes solamente si lo honraban y lo obedecían. Cuando los descendientes de David no hicieron esto, perdieron el trono. La promesa incondicional de Dios era que la línea ancestral de David continuaría para siempre. Esto se cumplió con el nacimiento de Jesucristo, un descendiente de David que además fue el Hijo eterno de Dios. David, cuya vida fue un ejemplo de obediencia, dio un buen consejo a su hijo, el siguiente rey. Dependía de Salomón seguirlo.

 

DESARROLLO

El encargo de David a Salomón es que obedezca las órdenes del Señor. La autoridad de un padre moribundo es mucha, pero nada comparada con la del Dios vivo. Dios había prometido a David que el Mesías vendría de su simiente y esa promesa fue absoluta; pero la promesa de que no les faltaría hombre sobre el trono de Israel era condicionada: si él anda delante de Dios con sinceridad, celo y resolución; para esto debe prestar atención a su camino.

La sangre pide venganza y se aplaca con la sangre del asesino; de lo contrario contamina la tierra y recae sobre el encargado de vengarla. Si David, al morir, no repara ese estado de injusticia, legará a su hijo una carga maldita. Esto dice él, que ha sido mal entendido e interpretado, ya desde tiempos antiguos.

Para ambos casos David apela a la sabiduría de Salomón. Un rey sabio no puede dejar impune la injusticia y el crimen. Se oponen «ir en paz al otro mundo» e «ir manchado en sangre».

Para consolidar su posición, Salomón se adelanta a eliminar enemigos presentes y potenciales, en parte cumpliendo el testamento de su padre, en parte vigilando a su rival. Que la continuidad dinástica y el reino del rey prudente se tengan que asegurar con un baño de sangre, es algo que el narrador ni disimula ni encuentra escandaloso.

Se trata de cuatro figuras insignes y representativas: Adonías por la casa real, Joab por el ejército, Abiatar por el sacerdocio, Semeí por la tribu de Saúl. Cada uno poderoso a su manera; unidos, capaces de derrumbar la casa del rey.

Luego comienza la gran tarea de consolidar la obra de David haciéndola progresar en los aspectos fundamentales de la vida ciudadana. Al reinado de signo militar de David sigue el reinado pacífico de Salomón en el que progresa la vida ciudadana: administración política, diplomacia y comercio exterior, arte y literatura, religión. Ésta será la gran contribución del nuevo rey. Su nombre lo ha predestinado para la tarea, su sabiduría le ayudará a realizarla.

La conclusión que se deduce es que nuestro texto ha sido redactado durante el destierro y constituye un llamamiento implícito a la conversión. Quiere hacer saber a la generación del destierro que la continuidad dinástica estaba subordinada al cumplimiento de las cláusulas de la alianza. O sea, el único camino para la restauración de la monarquía pasa por la conversión y la fidelidad a la Ley de Moisés.

 

CONCLUSIÓN

Hoy día, el llamado es el mismo, un llamado a la conversión de todos los seres humanos, pero esta conversión es por medio Cristo el hijo de Dios, es el único camino para llegar a gozar de la vida eterna. Recordemos, que Jesús pertenece a la descendencia del rey David y por tanto, la promesa de Dios a David se cumple, pues Jesús reinara eternamente.

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino." Ha puesto su dirección en su palabra por medio de su espíritu. Su palabra va delante en el futuro y nos protege de los embates de la vida. El señor Jesús es tanto el autor como el consumador de la dirección de Dios.

Él Señor mismo prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos. Eso representa que está a tu lado para ayudarte a entender y aprovechar las oportunidades que se te están presentando. Es con su ayuda que lo lograremos, pero él espera que lo rindamos todo para gobernar cómo él se ha propuesto en su iglesia y en cada uno de sus hijos. Esta alta demanda de nosotros no descansa en un egoísmo de su parte que quiere confiscarlo todo, sino que tiene un propósito en su corazón al decirnos: “porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado” “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”

Entonces nunca debemos perder de vista lo siguiente: “andando delante de mí con verdad, de todo su corazón”, es el camino que debemos seguir eternamente.

                                 GLORIA A DIOS