jueves, 31 de mayo de 2012

Análisis del Libro de Efesios


Autor: El apóstol Pablo.

Fecha: Probablemente escrito en Roma en el año 60 - 64 d.C.

Marco Histórico: Los judíos convertidos en las iglesias primitivas se inclinaban a ser exclusivos y a separarse de sus hermanos gentiles. Esta situación en la iglesia de Éfeso pudo haber motivado al apóstol a escribir esta carta, la idea fundamental de la cual es la unidad cristiana.

Tema Principal: La unidad de la iglesia, especialmente entre los creyentes judíos y gentiles.

Texto Clave: 4:13

"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo."

Más que carta, la Epístola a los Efesios (=Ef) es un escrito doctrinal y exhortatorio, que pone de manifiesto en su autor fundamentales intereses pedagógicos y pastorales. Es una reflexión sobre la iglesia, vista como cuerpo de Cristo (1.22b-23; 4.15–16. Cf. Col 1.18), y una sólida enseñanza acerca de la salvación que Dios ofrece a los pecadores (2.4–9).

Éfeso

Desde el año 133 a.C., con una población cercana al medio millón de personas, Éfeso era la capital de la provincia romana de Asia y residencia oficial del gobernador. Estaba situada en un lugar privilegiado de la costa del Mediterráneo, con un puerto de mucho tráfico y una importante vía de comunicación con el interior de Asia Menor. El culto a la diosa Diana, en cuyo honor se había erigido en Éfeso un templo al que acudían en peregrinación devotos de «toda Asia y el mundo entero» (Hch 19.23–41), contribuía a aumentar el prestigio de la ciudad.

El libro de los Hechos hace referencia a dos visitas de Pablo a Éfeso. La primera fue breve (Hch 18.19–21), pero la segunda se prolongó «por tres años» (Hch 19.1–20.1, 31), un período cuya duración indica la importancia de la obra misionera allí realizada.

Propósito

Las frecuentes alusiones que en otras epístolas hace el apóstol a Éfeso o a personas relacionadas con esta ciudad, revelan que lo unían estrechos lazos de trabajo y afecto con la comunidad cristiana allí establecida (cf. 1 Co 15.32; 16.8; 1 Ti 1.3; 2 Ti 1.18; 4.12). Sin embargo, en la presente epístola se advierte una casi total ausencia tanto de nombres propios (por excepción, en 6.21 se cita a Tíquico) como de los saludos personales que son habituales en los escritos paulinos. Por esta razón se piensa que se trata más bien de una especie de carta circular dirigida a diversas congregaciones.

El pensamiento en torno al cual se estructura la Epístola a los Efesios es la unidad de la iglesia y de toda la creación bajo el gobierno de Cristo resucitado (1.20–22a), en quien se han de «reunir todas las cosas... en el cumplimiento de los tiempos establecidos» (1.9–10). Este es el propósito de Dios, mantenido en el secreto de su sabiduría (3.10), el cual ahora ha de ser revelado universalmente por medio de la iglesia (3.10–11).

Contenido y estructura

El texto de la carta consta de dos secciones principales. La primera (1.3–3.21), de índole doctrinal, se presenta a continuación de unas palabras iniciales de saludo (1.1–2). La segunda (4.1–6.20) contiene una serie de exhortaciones a vivir de acuerdo con la vocación y la fe cristiana. Por último, un breve epílogo pone punto final a la carta (6.21–24).

La sección doctrinal comienza con una alabanza a Dios (1.3–14), que nos escogió en Cristo desde antes de la creación (v.4) y nos predestinó «para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo» (v.5). Esa elección y destino pertenecen al «misterio de la voluntad» divina, ahora manifestado, de que tanto judíos como gentiles son llamados a participar de los beneficios de la redención (1.7; 2.11–22).

En una oración de gratitud y súplica por la fe y el amor de los efesios (1.15–23), Pablo evoca la grandeza del poder de Dios (1.19) y el señorío único y definitivo de Jesucristo, cabeza de «la iglesia,... plenitud de Aquel que todo lo llena en todo» (1.22–23).

El capítulo 2 recuerda a los lectores que, aunque antes estaban muertos en sus «delitos y pecados» (2.1–3), ahora son salvos por gracia (2.5) y forman parte de un pueblo único, en el que no hay diferencias de clase ni enemistades de raza (2.14–16), pues todos en él pertenecen a la familia de Dios (2.19–22).

El misterio de la salvación de los no judíos fue revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Cristo (3.5). Y también lo ha sido a Pablo (3.3), ministro como ellos, escogido por Dios para anunciar el evangelio a los gentiles (3.8).

En la segunda sección, el apóstol exhorta a guardar «la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (4.3–6), lo que en nada se opone a la diversidad de los dones espirituales que deben estar siempre presentes en la iglesia (4.7–16; cf.1 Co 12).

La vocación cristiana ha de manifestarse en la renovación profunda de la persona, con el abandono de los antiguos hábitos perniciosos y haciendo concordar pensamientos, palabras y actitudes con la realidad de la nueva vida en Cristo (4.22–24). Los principios del Espíritu: «bondad, justicia y verdad» (5.9), deben gobernar el corazón de los creyentes y presidir todas sus relaciones humanas: de esposas y esposos, de padres e hijos, y aun de amos y esclavos (5.21–6.9).

Particularmente importante es el pasaje 5.21–33, donde el autor establece un paralelismo entre la unidad esencial de Cristo y su iglesia y la figura del matrimonio.

La sección concluye con una exhortación a luchar contra el mal. La indumentaria y las armas del soldado inspiran a Pablo la figura militar que hallamos en 6.10–20, con la cual, más una última nota de despedida, termina el cuerpo central de la carta.

Fecha y lugar de redacción

Como ocurre con otros textos epistolares del NT, tampoco hay unanimidad de criterio respecto a la fecha y al lugar de redacción de esta epístola, incluida en el grupo de las llamadas «de la prisión» (véase Introducción a las Epístolas) a causa del testimonio del autor sobre su situación personal (3.1; 4.1). Teniendo presente esta clara referencia a su cautividad, se ha pensado que la carta fue redactada en Roma, entre los años 60 y 61 d.C.

Por otra parte, Efesios ofrece algunas peculiaridades literarias, de vocabulario y de perspectiva teológica que la diferencian de los demás escritos paulinos, a excepción de la Epístola a los Colosenses, con la que tiene muchas afinidades en temas, conceptos y expresión.

Esquema del contenido:

Prólogo: Salutación (1.1–2)

1. La obra salvadora de Dios (1.3–3.21)

2. La vida cristiana (4.1–6.20)

Epílogo: Salutaciones finales (6.21–24)



Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

La Biblia de Referencia Thompson, Versión Reina-Valera 1960, Referencia Temática # 4257.
TOMADO DE LINAJE ESCOGIDO

Análisis del Libro de Filipenses


Autor: El apóstol Pablo.

Fecha: Incierta, probablemente fue escrita desde Roma, año 60 - 64 d.C.

La Iglesia: La iglesia filipense era una iglesia ideal en muchos sentidos. Fue fundada por Pablo en su segundo viaje misionero, en medio de una tempestad de persecuciones. El comienzo de la obra se limitaba a unas pocas mujeres que se reunían cerca del río. Lidia, una vendedora de púrpura, fue la primera convertida, pero pronto se unió el carcelero de Filipos y su familia. Estos y quizás, unos pocos más, se convirtieron en el núcleo de la iglesia.

Mensaje Central: Jesucristo

Características de la carta: Esta es una carta de amor espiritual a la iglesia, llena de cariño entrañable y de gratitud. Escrita en circunstancias difíciles mientras Pablo estaba prisionero. La carta resalta la victoria y el gozo.

Filipos

La primera mención que el NT hace de Filipos se encuentra en Hch 16.12. En ese texto leemos que se trataba de una importante «ciudad de la provincia de Macedonia y una colonia», evidentemente romana. Su nombre primitivo había sido Krénides, que significa «lugar de las fuentes», pero cuando en el 360 a.C. conquistó la ciudad el padre de Alejandro Magno, el rey Filipo II de Macedonia, cambió aquel antiguo nombre por el suyo propio.

Filipos estaba situada sobre la célebre «Vía Egnatia», que comunicaba Roma con Asia Menor. Se alzaba a unos 12 km. de la costa norte del mar Egeo, junto al límite de la región macedónica con la de Tracia. Sometida a Roma desde el año 167 a.C., a partir del 31 a.C., con la categoría de colonia y por disposición del césar Octavio Augusto, gozó de los privilegios y derechos que las leyes del imperio otorgaban a las ciudades romanas.

La iglesia filipense

La Epístola a los Filipenses (=Flp), junto con la dirigida a Filemón, es la más personal de cuantas poseemos del apóstol Pablo. Es también el testimonio de un sentir gozoso y de mutua gratitud: de Pablo hacia los filipenses, que lo habían socorrido en momentos muy difíciles para él; y de los filipenses hacia Pablo, agradecidos por la labor que entre ellos había realizado.

Desde los primeros contactos hasta la redacción de esta carta habían pasado varios años. Aquellos encuentros iniciales, que dieron origen a una estrecha relación fraternal (Fil 1.3–8; 4.1), tuvieron lugar durante el segundo viaje misionero de Pablo, después de haber él recorrido el interior de Asia Menor, desde Cilicia, al sudeste de la península, hasta Troas, al noroeste.

En Troas, acompañado de Silas, Timoteo y seguramente también de Lucas, embarcó Pablo rumbo a Neápolis, puerto del norte de Grecia. De allí se dirigió a Filipos, donde no se detuvo mucho tiempo, aunque sí el suficiente para fundar una iglesia, la primera nacida en suelo europeo. Esta comunidad cristiana estaba formada en su mayor parte por personas que habían pasado del paganismo al judaísmo (véase, p.e., el caso de Lidia de Tiatira, Hch 16.14–15), las cuales se reunían para el culto «fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración» (Hch 16.13).

Lugar y fecha de redacción

No hay unidad de opinión respecto del lugar y de la fecha en que Pablo escribió la carta. Hay quienes opinan que la envió desde una prisión en Éfeso, lo que permitiría apuntar como fecha probable los años 54 a 55. En tal caso, la carta tendría, como de hecho tiene, un marcado carácter de agradecimiento a los cristianos de Filipos, quienes al saber de la cautividad del apóstol, habían decidido mandarle algunos auxilios como expresión de amor y solidaridad fraternal (4.18). Por otra parte, si se interpreta la mención del «pretorio» (1.13) como una referencia al palacio imperial, podría tener mayor apoyo la hipótesis que localiza la prisión en Roma (Hch 28.16–31). En tal caso, la carta habría sido escrita en esta ciudad, el año 63.

Contenido y estructura

La epístola no tiene una clara estructura doctrinal. Más parece responder a vivos sentimientos personales que al propósito de ofrecer un texto bien planificado y teológicamente articulado. No obstante, hay en ella profundos pensamientos junto a consejos y enseñanzas prácticas para la vida de los cristianos y para la marcha de la iglesia en conjunto.

Desde la acción de gracias inicial (1.3–11), dos notas predominan en la epístola: el gozo que caracteriza a una fe madura, y el amor de Pablo a la iglesia de Filipos. Esas notas son, sin duda, una hermosa lección de esperanza, impartida por el autor en medio de las penalidades físicas y morales de su cautiverio.

El cuerpo principal de la carta (1.12–4.20) transcurre entre un prólogo lleno de expresiones entrañables (1.1–11) y un epílogo revelador de la generosidad de los filipenses (4.21–23). El texto se desarrolla en una variada sucesión de temas y motivos de reflexión:

(a) 1.12–26: Pablo da testimonio de que incluso la cárcel brinda oportunidades de anunciar el evangelio (1.12–14). Y reflexiona acerca de su ministerio apostólico, al que seguirá consagrado «tanto si vivo como si muero» (1.20) en tanto le llega la hora «de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor» (1.23). Porque para Pablo «el vivir es Cristo y el morir, ganancia» (1.21).

(b) 1.27–2.18: Este pasaje contiene una declaración fundamental de la fe cristiana: un himno (2.5–11) dedicado al Hijo de Dios preexistente y eterno, a Cristo Jesús: Él siendo en forma de Dios... se hizo semejante a los hombres,... se humilló a sí mismo... hasta la muerte, y muerte de cruz». Por su obediencia, «Dios también lo exaltó sobre todas las cosas», para ser reconocido y adorado universalmente como Señor.

(c) 2.19–30: Sigue una referencia personal a Timoteo y Epafrodito, colaboradores del apóstol. Al primero, espera enviarlo pronto a Filipos (2.19), y acerca del segundo, explica el porqué de haberlo enviado ya (2.25–30). Además, él también confía en estar pronto en condiciones de visitar a los creyentes de la ciudad (1.19; 2.24).

(d) 3.1–4.1: Hace también una enérgica llamada de atención a la presencia en Filipos de «muchos... que son enemigos de la cruz de Cristo» (3.18). Parece seguro que también a Macedonia habían llegado algunos maestros judaizantes que, con su insistencia en mantener vigente la Ley de Moisés y especialmente la práctica de la circuncisión, perturbaban la fe de los cristianos de origen gentil.

(e) 4.2–9: La alegría de la salvación ha de ser una constante en la vida del cristiano (4.4). Pablo exhorta a los creyentes a confiar plenamente en el Señor, que está cerca (4.5), y a pensar y actuar de manera siempre digna de alabanza (4.8).

(f) 4.10–20: Insiste en manifestar su agradecimiento por la solicitud con que los filipenses le habían atendido en diversas ocasiones, en momentos de tribulación en los que otros parecían haberse olvidado de él (4.15).

Algunos han supuesto que originalmente fueron dos las cartas de Pablo a la iglesia de Filipos, después refundidas en una, porque en la estructura presente de la carta se ha observado, en ciertos pasajes, una brusca ruptura de la ilación de ideas: (2.19; 3.1b-21; 4.2 y 4.10). Lo cierto es que el texto de la carta es característicamente paulino, tanto desde el punto de vista estilístico como de vocabulario.

Esquema del contenido:

Introducción (1.1–11)

1. Vivir en Cristo (1.12–2.18)

2. El ministerio de Pablo (2.19–3.21)

3. Gozo y gratitud (4.1–20)

Epílogo: Salutaciones finales (4.21–23)

Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

La Biblia de Referencia Thompson, Versión Reina-Valera 1960, Referencia Temática # 4258.

TOMADO DE LINAJE ESCOGIDO






martes, 29 de mayo de 2012

Mujer evangélica busca ser la esposa perfecta siguiendo consejos de la Biblia

EE.UU.- Hace casi un año, una joven evangélica decidió seguir los consejos de la Biblia sobre las labores de las mujeres para conseguir una perfecta convivencia y ser la esposa perfecta. En breve, habrá cumplido con su objetivo pese a que los dictámenes fueran duros.

Cuando Rachel Held Evans decidió que quería ser mujer y esposa ideal, preguntó a muchos expertos y se encontró con numerosas opiniones, algunas de ellas contradictorias entre sí. Por ello, decidió que lo mejor sería coger la Biblia, extraer todos los pasajes dirigidos a la mujer, a sus funciones en el hogar y con su esposo y seguirlos al pie de la letra. Ya casi ha conseguido su meta.

Se ha dejado el pelo largo, se ha confeccionado su propia ropa, ha aprendido a cocinar, a orar con el pelo cubierto, a someterse a su marido y a llamarle "Señor", ha dejado de chismear y ha vivido fuera del hogar familiar durante los días de su menstruación. Pueden parecer medidas extremas pero ella asegura que le han funcionado a la perfección y que su matrimonio funciona mejor.
No fue algo sencillo. Pese a ser un matrimonio dentro de la Iglesia Evangélica, su marido no veía bien el establecer una jerarquía tan marcada en su relación, pero terminó aceptando con el tiempo. Lo siguiente fue que su círculo de amigos y sus vecinos aceptaran sus nuevas costumbres. Algunos lo aceptaron, otros no, pero asegura que siempre contó con el respeto de los demás e incluso personas con otras creencias, como judíos o protestantes, decidieron acercarse a ella para aprender

Cada mes, se fue centrando en una de las diferentes virtudes y su objetivo ha terminado siendo ayudar a otras personas con su trabajo diario y dando ejemplo. Por ello, lanzará en 2012 un libro en el que contará toda su experiencia. Tomado de AcontecerCristiano.net

lunes, 28 de mayo de 2012

DIOS TE CREO MUJER

PR LIC GUILLERMO SEBASTIAN OLIVERA

 Pro 31:10  Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

 Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.


INTRODUCCIÓN

Este exquisito cuadro de una esposa verdaderamente hermosa está concebido y trazado de conformidad con las costumbres de naciones orientales, pero sus enseñanzas morales vienen bien a todos los climas. En el hebreo los versos principian con las letras del alfabeto hebreo en orden. ¿Quién la hallará?

La pregunta denota que las tales son raras, pero no del todo. Fuerte eso es, de carácter moral.

Proverbios tiene mucho que decir acerca de las mujeres. Qué oportuno que el libro termine con una ilustración de una mujer de carácter firme, gran sabiduría, muchas habilidades y una gran compasión.

Algunas personas tienen la idea errónea de que la mujer ideal en la Biblia es retraída, servil y completamente casera. ¡No es así! Esta mujer es una excelente esposa y madre. Es además fabricante, importadora, administradora, corredora de bienes raíces, granjera, costurera, tapicera y comerciante. Sin embargo, su fortaleza y dignidad no provienen de sus sorprendentes logros. Son el resultado de que teme a Dios. Ya que en nuestra sociedad la apariencia física cuenta demasiado, puede sorprendernos que esto nunca se mencione en esta descripción. Su atractivo proviene totalmente de su carácter.

La mujer descrita en este capítulo tiene habilidades sobresalientes. La posición social de su familia es alta. Es más, tal vez no se refiera a una mujer, sino una descripción de la mujer ideal. No la vea como un modelo que se debe imitar en cada detalle. ¡Sus días no son lo bastante largos para hacer todo lo que ella hace! En cambio, véala como una inspiración para ser todo lo que usted pueda ser. No podemos ser igual a ella, pero podemos aprender de su laboriosidad, integridad e ingenio.


DESARROLLO

La mujer que ama a Dios está llena de virtudes

Hacia el final del primer capítulo de Génesis leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y le dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se muevan sobre la tierra”. Este pasaje muestra dos cosas en cuanto a la mujer. Primero que la mujer al igual que al hombre fue creada a imagen de Dios. Dios no creó a la mujer para que fuera inferior al hombre; ambos son igualmente importantes.

La mujer no fue creada solamente como parte complementaria del hombre, sino que Dios quería darle privilegios que solamente ella es capaz de desempeñar, tales como: ser madre y esposa.  ¡Qué bendición haber nacido mujer!

1. Hacer feliz a un hombre.  Dios vio que el hombre no era feliz y que estaba incompleto, por eso hizo a la mujer.

 2. Madre.  La bendición de ser madre.

a. Dar vida a un nuevo ser.  Privilegio que solo es dado a la mujer.

b. Educar a los hijos y enseñarlos.

c. Formarlos en los cuatro aspectos principales que son: moral, social, físicamente y espiritual.

 La mujer que ama a Dios está llena de virtudes, tales como los que se encuentran en Proverbios 31:10 en adelante.  Pero ahora, hablaremos de dos que son: AMOR Y PERDON.  Estas dos virtudes van de la mano.

 CONCLUSIÓN
Las mujeres de nuestra vida son criaturas engalanadas con cualidades divinas muy particulares, las que hacen que extiendan manos de bondad y de amor a quienes las rodean. Podemos alentar esa conducta natural si les concedemos la oportunidad de dar expresión a los talentos e impulsos con que han sido bendecidas.

Las mujeres son una parte esencial del “plan de felicidad” que nuestro Padre Celestial ha delineado para nosotros. Ese plan no puede operar sin ellas.

Cuán agradecido estoy, cuán agradecidos debemos estar todos, por las mujeres en nuestra vida. Que Dios las bendiga; que Su gran amor descanse sobre ellas y las corone con brillo y belleza, gracia y fe. Y que Su Espíritu descanse también sobre nosotros, los varones, y nos guíe siempre para que las respetemos, estemos agradecidos por ellas, les demos ánimo, fuerzas y amor, lo cual es la esencia misma del Evangelio de nuestro Redentor y Señor. Esto ruego humildemente, en el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.


Una profetisa problemática


Una profetisa problemática

Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera

Apocalipsis 2:20  "Sin embargo, tengo contra ti que toleras a la mujer Jezabel, que dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a cometer inmoralidad sexual y a comer lo sacrificado a los ídolos.

 INTRODUCCIÓN
Tiatira era un centro laboral, con muchos gremios que se dedicaban a la confección de ropa, tintorería y alfarería. Lidia, la primera convertida de Pablo en Filipos, era una mercader de Tiatira. La ciudad era esencialmente secular, sin preferencia por religión alguna.
Los creyentes de Tiatira fueron felicitados por sus buenas obras. No debemos sentirnos satisfechos cuando nuestra iglesia solo se regocija en la salvación de sus miembros o disfruta de la adoración conjunta. Debemos crecer en amor, fe y obras de servicio. Como los tiempos son difíciles, debemos invertir nuestro tiempo con sabiduría y fidelidad.

 DESARROLLO
En realidad, muchísimas cosas iban bien dentro de esta iglesia. Tenía gran amor, mucha fe, y hacía grandes obras de caridad. Había, sin embargo, una persona dentro de esta congregación que estaba llevando a muchos lejos de la verdad y perjudicando su bienestar espiritual. Veamos lo que Jesús le dice a esta iglesia.
A pesar de todo lo bueno que había en esta iglesia había una falla fatal que tenía el potencial de destruirla. Jesús habla de una mujer que se consideraba profetisa y proclamaba sus mensajes supuestamente divinamente inspirados a la congregación.
Debemos aclarar que el problema no fue el hecho de ella ser mujer. El oficio de anciano y de pastor/maestro se limita bíblicamente a los hombres, pero es la única limitación de oficio que encontramos. Las mujeres podían recibir mensajes proféticos, como lo podían los hombres. El problema, más bien, fue que sus mensajes, aunque presentados como divinamente inspirados, no lo eran. Lo que sucede es que:

 Los falsos profetas se disfrazan
¡Qué bueno fuera si todos los falsos profetas vinieran claramente marcados como tal! Desgraciadamente, en la vida real, los falsos profetas se hacen pasar por profetas verdaderos y nada los delata.
Es para desenmascarar a esta mujer que Jesús la llama Jezabel. Jezabel fue una de las mujeres más malvadas del Antiguo Testamento. Ella era una mujer cananita – de las tribus que rodeaban a Israel. Dios les había dicho que no se casaran con ellas. El rey Acab, sin embargo, desobedeció este mandato de Dios al casarse con Jezabel – y ella empezó a construir templos a los dioses de su pueblo. Sobre todo, llevo al pueblo de Israel a adorar a Baal, un dios cuya adoración incluía varias prácticas inmorales. Jezabel llegó a ser modelo de la mujer malvada.
Jezabel, también, llega a ser el nombre que Jesús aplicó a la mujer que enseñaba falsas doctrinas dentro de la iglesia de Tiatira. Como la original Jezabel, esta mujer alejaba a los creyentes del Dios verdadero y los llevaba tras los ídolos. Pero hay una diferencia. Era obvio que Jezabel, la original, alejaba a la gente de Dios. Esta mujer, que Jesús llama Jezabel, hacía su obra encubiertamente. Dice que ella engañaba a los siervos de Jesús. Podemos ver que las enseñanzas de los falsos profetas parecen lógicas.
No sabemos exactamente qué enseñaba esta mujer, pero era una doctrina que llevaba al desenfreno. Al parecer, ella enseñaba que uno podía conseguir alguna clase de conocimiento especial. Jesús habla de los "profundos secretos de Satanás", mal llamados, que ella pretendía enseñar.
Es posible que ella haya enseñado que el creyente debe lanzarse al desenfreno, para así conocer más plenamente la gracia de Dios. Parece que tal enseñanza circulaba dentro de la iglesia algunos años después de la muerte de Cristo. Las enseñanzas de esta mujer se parecían en algo a lo que la gente había aprendido de los apóstoles.
Ellos habían hablado de la gracia; ella también habló de la gracia. Ellos habían hablado del perdón; ella también habló del perdón. Lo que hizo que fuera tan peligrosa su falsa doctrina fue precisamente el hecho de que tenía algún parecido superficial a la verdad bíblica. De este modo, muchos fueron engañados. El resultado fue el pecado y la inmoralidad. Es importante notar que cualquier enseñanza es errónea que nos lleva a pecar. Jamás es la voluntad de Dios que pequemos. Al contrario; él busca un pueblo santo y dedicado a él.
Si alguien viene y te enseña algo, entonces, que te da permiso para pecar sin consecuencias, aléjate de esa persona. Puede ser que saque versículos bíblicos para tratar de comprobar lo que dice. Puede ser que hable de cosas que te parecen correctas. Si el resultado de su enseñanza es que ahora tienes permiso para pecar, está sumamente equivocado – y su enseñanza te llevará a la destrucción.
Tenemos que entender, entonces, que las enseñanzas de los falsos profetas parecen lógicas. La otra cosa que tenemos que entender es que su persona es atractiva. Muchas veces, los falsos profetas son personas de gran carisma personal. Atraen a sus seguidores como la miel atrae moscas.
Al leer el pasaje, encontramos la idea de que esta mujer tenía gran atractivo personal. Se nos dice que ella ha inducido a muchos a cometer inmoralidades sexuales y participar en la adoración a los ídolos. Ella parece ser el centro de este movimiento.
La persona del falso profeta puede ser muy atractiva. Ten mucho cuidado cuando te llama la atención más la persona de un maestro que sus enseñanzas. Si te llama más la atención su carisma personal que la calidad de su percepción espiritual, piensa dos veces antes de seguir a la persona. Muchas veces, los falsos profetas tienen gran carisma personal. Los falsos profetas se disfrazan, como lo hizo esta mujer, para poder engañar a los creyentes. El resultado es que muchos se desvían tras sus enseñanzas y sus costumbres. Pero hay algo más que tenemos que entender. Es que:

Los falsos profetas serán destruidos
Jesús dice sin darle vueltas al asunto que esta mujer sería destruida. Ella pasaba mucho tiempo en la cama, así que Jesús le iba a dar mucho más tiempo ahí, pero ahora sería un lecho de dolor, causado por su enfermedad. En realidad, el pecado sexual siempre ha resultado en enfermedades.
Quienes no desean seguir el patrón de Dios tendrán que pagar las consecuencias, empezando con las enfermedades. Y el juicio no se acaba con las enfermedades; el fin de quienes siguen a los falsos profetas es la muerte.
Los hijos de esta mujer, dice, morirían. Algunas personas piensan que ésta es una referencia a los hijos naturales de la mujer. Sin embargo, Dios no castiga de muerte a los hijos por los delitos de sus padres. Es mejor entender que los "hijos" de esta mujer son sus seguidores.
La mujer, entonces, sufriría una grave enfermedad; los que habían cometido pecado con ella también sufrirían; y quienes habían creído sus falsas doctrinas morirían. De este modo, sería obvio que el juicio de Dios había venido sobre esta falsa doctrina.
El fin de los falsos profetas es el mismo; Cristo los destruirá. Actualmente, algunos falsos profetas han muerto por su propia mano; otros han sido castigados por Dios; y a otros, les espera su castigo después de la muerte. Aunque existe la oportunidad del arrepentimiento, si no lo hay, viene repentinamente el castigo de Dios.

CONCLUSIÓN
¿Cuál debe ser nuestra reacción ante la presencia de los falsos maestros entre la misma iglesia? Cristo nos llama a ser fieles. Al remanente de creyentes que no había seguido las falsas enseñanzas de esta mujer, Cristo dice: Retengan con firmeza lo que ya tienen, hasta que yo venga.
Ante la diversidad de doctrinas que se enseñan, Cristo nos llama a retener la doctrina pura que hemos recibido de la Palabra. Y nos da una fuerte motivación: el hecho de que él viene pronto.
Los falsos profetas pueden enseñar sus mentiras, pero un día volverá Cristo en su poder para castigar. En aquel día, quienes hayan mantenido la doctrina pura y la vida santa del creyente serán librados y recompensados. Quienes se hayan dejado persuadir por las mentiras, en cambio, serán castigados y condenados.
¿Estás preparado para ese día? ¿Estás plenamente convencido de lo que crees? ¿Conoces la verdad para poder hace frente a las mentiras tan atractivas que circulan? No dudes que habrá personas muy atractivas, con argumentos lógicos, que te tratarán de distraer. Si te mantienes fiel a Cristo, tendrás la victoria.

SIN SANTIDAD NADIE VERA AL SEÑOR


SIN SANTIDAD NADIE VERA AL SEÑOR

Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera

Hebreos 12:14  Procurad la paz con todos, y la santidad sin la cual nadie verá al Señor.

INTRODUCCIÓN
Los lectores conocían el ritual de la limpieza que los preparaba para la adoración, y sabían que debían ser "santos" o "limpios" a fin de poder entrar en el templo. El pecado siempre obstaculiza nuestra visión de Dios; por lo tanto, si queremos ver a Dios, debemos obedecerle y renunciar al pecado. Vivir en santidad armoniza con vivir en paz. Una buena relación con Dios conduce a una buena relación con la comunidad de creyentes. Aunque no siempre vamos a sentir amor por todos los creyentes, debemos buscar la paz a medida que logramos ser más semejantes a Cristo.
Jurar con engaño significa mentir bajo juramento. ¡Qué gran valor le da Dios a la honestidad! La deshonestidad surge con mucha facilidad, sobre todo cuando la veracidad total puede costarnos algo, hacernos sentir incómodos o colocarnos en una posición desfavorable. Sin una comunicación sincera, las relaciones se obstaculizan. Sin honestidad (pureza), se vuelve imposible una relación con Dios. Si mentimos a otros, comenzamos a engañarnos a nosotros mismos. Dios no puede oírnos ni hablarnos si levantamos un muro de autoengaño.

DESARROLLO
Seguid la paz con todos en especial con los hermanos, de modo que los “cojos” entre ellos “no salgan del camino”, y ninguno de ellos “carezca de la gracia de Dios”. Santidad un término griego distinto de la “santidad” de Dios. Tradúzcase aquí “la santificación”. La de Dios es santidad absoluta; nuestra porción es vestirnos la santidad de él, volviéndonos “santos como él es santo”, por la santificación. Mientras sigamos “la paz con todos”, no hemos de procurar complacerlos, de modo que hagamos de la voluntad de Dios y de nuestra santificación un objeto secundario; esto último debe ser nuestra primera finalidad nadie verá al Señor—no lo verá como hijo; en la gloria celestial. En el Oriente nadie salvo los favoritos más grandes son admitidos al honor de ver al rey. El Señor siendo puro y santo, sólo los puros y santos lo verán. Sin la santidad en ellos, no podrían gozar de él, quien es la santidad misma. La conexión de la pureza con el ver al Señor aparece en. se dice que todos verán al Señor; pero eso será como Juez, no como su porción perenne y a su Dios, como es el significado aquí. El verbo griego no denota meramente la acción de ver, sino el estado de mente del vidente a la que se presenta el objeto: “Ellos verdaderamente comprenderán a Dios”. Nadie sino los santos podrían apreciar al Dios santo; nadie sino ellos solos permanecerán en su presencia. “Los malos sólo lo verán en su forma como Hijo del hombre; sin embargo, será en la gloria en donde él juzgará, no en la humildad, en la cual fue juzgado. Su forma como Dios, en la que es igual al Padre, sin duda los impíos no lo verán; son sólo los puros de corazón los que verán a Dios” [Agustín]. “Vendrá a juzgar, quien estuvo delante de un juez. El vendrá en la forma en que fue juzgado, para que vean al que traspasaron; el que antes estuvo velado, vendrá manifestado en poder; él, como juez, condenará a los verdaderos culpables, el mismo que fue falsamente tenido por culpable.”
Los creyentes tienen la responsabilidad y la obligación especial de mantener unas vidas santas, porque ellos ya no están ciegos o muertos como cuando eran incrédulos. Con una nueva naturaleza en ellos, los cristianos ya no tienen excusa para continuar practicando el pecado ni para vivir sin dar gloria a Dios cada día.
El ser humano puede escalar en la vida de santidad paso a paso, avanzar más en algunos periodos de su vida, pero volverse lento en otros. El creyente avanza en la santidad a la par que profundiza y se fortalece en la gracia de Dios. Cuando se lee en 1 Tesalonicenses 5:23 “Que el Dios de paz los santifique por completo” se puede inferir que hay grados de santidad y que cada vez podemos ser más santos; Pedro dice “crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor” dando la pauta para la búsqueda constante de una mayor santidad.
La lectura de la Biblia, la oración privada regular, la asistencia a las reuniones de la iglesia, el escuchar la Palabra de Dios habitualmente y la recepción regular de la Cena del Señor son medios escriturales que ayudan a una persona a ser cada vez más santa. Si un creyente no es diligente en estos eventos espirituales será muy raro encontrar algún progreso en la santificación.

CONCLUSIÓN
Por cuanto ha establecido un día en el cual ha de juzgar al mundo—Tal lenguaje, fuera de duda, enseña que el juicio será, en su esencia, un solemne tribunal judicial celebrado sobre toda la humanidad a un mismo tiempo. Por aquel varón al cual determinó,  dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Esta es la evidencia más patente para la humanidad en general, de la autoridad judicial de que el Resucitado está revestido.

Santificado apartado como santo para el uso de personas creyentes: separado de “la criatura”, que está bajo la servidumbre de corrupción. Así como en la Cena del Señor, la nación santifica los elementos, separándolos de su posición contraria al mundo espiritual y colocándolos en su verdadera relación con la nueva vida. Así en todo uso de cosa creada, la oración agradecida tiene el mismo efecto, y debería usarse siempre. Por la palabra de Dios y por la oración—es decir, “por medio de la oración intercesoria” (así el griego), es decir, oración consagrante a favor de la “creación” o alimento, y consistiendo aquella oración principalmente en “la palabra de Dios.” Las llamadas Constituciones Apostólicas, 7:49, dan esta antigua oración de agradecimiento, la cual consiste casi exclusivamente en versículos de las Escrituras, “Bendito eres tú, O Señor, quien me das de comer desde mi juventud, quien das alimento a toda carne: Llena nuestros corazones de gozo y alegría para que nosotros, teniendo toda suficiencia, abundemos para toda buena obra en Cristo Jesús nuestro Señor, por quien sean a ti la gloria, el honor y la potencia para siempre Amén.” En el caso de hombres inspirados, “la palabra de Dios” se refería a las oraciones inspiradas de ellos; pero como habla Pablo en general, inclusive del hacimiento de gracias por las comidas de hombres no inspirados, “la palabra de Dios” más probablemente se refiere a las palabras tomadas de las Escrituras, usadas en oraciones de agradecimiento.

Si no somos santos antes de morir, no lo seremos después en la gloria. ¿Qué placer o gusto puede esperar una persona que en esta vida despreció la santidad si en el cielo sólo estarán personas santas? ¿De qué hablará con todas las personas redimidas por Cristo? ¿Qué podrá esperar una persona que vivió entre la mundanalidad y el pecado de un lugar como el cielo donde todo es santo? “Cuando un águila esté feliz en una jaula de hierro, cuando una oveja sea feliz en el agua, cuando un búho sea feliz en un día soleado, cuando un pez sea feliz en tierra seca, entonces, sólo entonces, admitiré que un hombre no santificado puede estar feliz en el cielo”.