domingo, 27 de mayo de 2012

¿Has dejado tu primer amor?

¿Has dejado tu primer amor?       Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
Apocalipsis 2:4 "Sin embargo, tengo contra ti que has dejado tu primer amor”

INTRODUCCIÓN
Pablo había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás, pero muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la segunda generación de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una iglesia muy activa y sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la comunidad, pero por motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar motivado por el amor a Dios, o no perdurará.

DESARROLLO
Así como cuando un hombre y una mujer se enamoran, los nuevos creyentes experimentan entusiasmo cuando se dan cuenta de cuán importante es ser perdonado. Pero cuando perdemos de vista la seriedad del pecado, empezamos a perder el entusiasmo por nuestro perdón. En los primeros pasos de su vida cristiana, pudo haber sentido entusiasmo sin conocimiento. ¿Tiene ahora conocimiento sin entusiasmo? Ambos son necesarios si hemos de mantener el amor a Dios de forma intensa y sin mancha. ¿Ama a Dios con el mismo fervor de cuando se convirtió?
Por eso el Señor en este versículo 4 le reprocha a la iglesia de Éfeso: tengo algo contra ti. Mira le está diciendo, yo reconozco todo lo que tu has hecho por el bien del Evangelio, por la extensión del Evangelio, yo sé que lo que has hecho lo has hecho bien, pero con el tiempo hubo algo que dejaste de lado, y era mirarme a mí, era amarme a mí, era hacer las cosas por amor a mí, era dejar de hacer cosas por amor a mí, era hablar por amor a mí, era dejar de hablar mal por amor a mí.
Hoy día, tenemos un desafío en este tiempo, ser una iglesia que ame al Señor con todo su corazón. Y que lo demuestre no solo en sus actos, no solo en sus dichos, no solo en sus pensamientos, sino en su manera de vivir, en su manera de proyectar este Evangelio. Hay muchos de nosotros que probablemente estamos encerrados en medio de nuestras actividades, y creemos que eso es amar al Señor. Nos estresamos de tantas actividades que tenemos, hasta de mal genio nos ponemos de tanta actividades que tenemos. Dejamos a nuestra familia de lado, dejamos a nuestros hijos de lado, dejamos a nuestro entorno de lado, por tantas actividades que tenemos. Ya no estamos amando a Jesucristo, estamos más amando la idea de la organización a quién estamos sirviendo. Servimos al Señor y a través de ese servicio muchos de los que están a nuestro alrededor son impactados, pero porque servimos al Señor.
Una iglesia que sirve al Señor es una iglesia que no se olvida que su primer Amor es Jesucristo. Una iglesia como la que cada uno de nosotros compartimos en el diario vivir es la que nunca se olvida que Jesucristo es su pasión, es todo. Tengo algo contra ti, que has dejado a tu primer amor.

CONCLUSIÓN
Cuando amamos al Señor, cuando reconocemos su amor en nosotros, nuestra fe se va haciendo verdadera, nuestro amor se va haciendo real. No vamos a olvidarnos de lo que el Señor puso al comienzo en nuestras vidas.
Pero este amor se había llenado de reglas, pero este amor se había llenado de impurezas, pero este amor se había llenado de asperezas, pero este amor se había llenado de dificultades que se van desarrollando en las relaciones con las personas, con los que son hijos, con los que son llamados santos. Este amor se fue desfigurando por aquellos que de alguna manera ejercieron algún liderazgo equivocado. Este amor se fue siendo más condicionado en la medida de que si está con mis intereses, yo apoyo, si no tengo mis intereses yo guardados allí, mejor yo no apoyo. La iglesia necesita sacudirse de esa rutina litúrgica, religiosa que ha traído muchas veces mal al pueblo simplemente por haber dejado de amar al Señor.
Necesitamos sacarnos todo eso que puede impedir que el amor de Dios fluya a través de nosotros en las diferentes acciones, de las diferentes maneras, como él quiere actuar con nosotros. Cuando el amor de Jesucristo invado todo nuestro ser debemos preocuparnos día a día de que no se vaya filtrando, de que no se vaya escapando, con mucha oración, con mucha lectura de la palabra del Señor, con ayuno, con juntarnos, con mirarnos a los ojos honestamente, con mirar en nuestro hermano el rostro de Cristo por el cual Cristo fue crucificado, y no mirar al hermano como nuestro enemigo.
Tengo algo contra ti, que has dejado tu primer amor. Voy por compromiso, lo hago por compromiso, doy por compromiso, por compromiso con quién? Por compromiso para quién? Debemos analizar nuestro corazón, debemos abrir nuestro corazón, dejar que el Espíritu Santo redarguya todo nuestro ser y comience a revelarnos cuáles son las reales motivaciones que hoy día tenemos para servir al Señor. Debemos dejar que el Espíritu Santo trabaje en nuestro entendimiento, renueve nuestro entendimiento cada día, como dice Romanos, Capítulo 12, debemos ser renovados constantemente. Por qué? Porque en esa renovación nos vamos a ir dando cuenta de aquellas cosas que no le agradan a Dios y podemos corregir a tiempo.
Seguir amando al Señor con todo nuestro corazón. Sabe cuál es la idea de esto? Es seguir creyendo que su amor es suficiente para nosotros. Sabe cuál es la idea de esto? Es creer que el amor de Dios todo lo puede en nuestra vida y yo creo que cuando está el amor de Dios hay milagros, hay sanidades, hay señales, hay prodigios, hay provisiones, está la presencia, está su unción, está su autoridad. El amor de Dios presente en nosotros refleja la compañía de Jesús, la compañía del Espíritu Santo, la compañía del Padre, la compañía de este Dios divino, poderoso que nos va a llevar de victoria en victoria.
Cuidemos a la iglesia de no cambiar su amor por los intereses que cada uno de nosotros tengamos, incluyendo los líderes. Cuidemos de no cambiar el amor de Dios, por nada de lo que nosotros creemos que es bueno. La iglesia necesita estar pendiente, el amor es Dios, el amor es el mayor, el amor de Dios a través de Jesucristo nos dio salvación,
El amor de Dios sobrepasa todo entendimiento. El amor de Dios sobrepasa todo conocimiento. El amor de Dios sobrepasa toda emoción. El amor de Dios sobrepasa todo lo que pueda considerarse importante en esta humanidad.

Así que: que el Señor nunca te diga, “tengo algo contra ti”, sino que le diga, bien buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor. ¡Aleluya! ¡GLORIA A DIOS!


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