domingo, 27 de mayo de 2012

HECHOS CAP. 18 AL 23 (PARTE 6)


Los Hechos de los Apóstoles

Rev. Pieter J. Den Admirant: pastor misionero que trabajó Los Hechos de los Apóstoles por años en Chile

Hechos 18

El libro de Hechos deja en constancia la gran oposición existente contra la predicación del evangelio; pero también, junto a esto, revela el progreso de la predicación entre los hombres. Ahora en este capítulo encontramos tres peligros:

a. la soledad de Pablo, quien a pesar de ser apoyado por Aquila y Pricila, echó de menos a Silas y a Timoteo.

b. la declarada oposición del lado de la sinagoga, y

c. el ser desani­mado. Mucho agotamiento puede desembocar en un stress espiritual.



Pero también hallamos las bendiciones:

a. la llegada de Silas y Timoteo, por lo que ahora Pablo se podía entregar por entero a la predicación,

b. la conversión de muchos, tanto de judíos como de griegos, y

c. la bendición de la visión alentadora, en la cual Dios se manifiesta a Pablo como el Dios que está presente y por quien la predicación del evangelio alcanza victoria. Así se hace visible el progreso del evangelio, ya sea a través de la obra de Pablo y sus compañeros, como de Apolos quien fue de gran provecho. Nunca somos los únicos trabajando para el Señor.

1. (18,1-17) Corinto era una ciudad con dos puertos muy importantes; esta ciudad estaba ubicada en un istmo estrecho entre Atica y el Peloponeso. Vivían en aquella ciudad muchos colonizadores romanos. Debido a su ubicación geográfica y a sus puertos esta ciudad siempre estaba muy solicitada por los visitantes y comerciantes con un solo deseo: ganar mucho dinero. Además, Corintio, como sucede casi con todas las ciudades puertos, estaba entregada por entero a prácticas pecaminosas: inmoralidad, prostitución y ebriedad. Es en esta ciudad en donde Pablo encuentra a Aquila y Priscila, un matrimo­nio expulsado de Roma por orden del emperador Claudio, presumiblemente por tensiones en la sinagoga de Roma causadas por la predicación de Cristo. Pablo se juntó con este matrimonio porque tenía la misma profesión que ellos, hacer tiendas. Probablemente, ya eran cristianos que servían al Señor con todo su corazón.

Todos los días de reposo el apóstol se dirigía a la sinagoga persuadiendo a judíos y griegos que Jesús era el Cristo. La Palabra de Dios era su única arma en esta lucha. El Señor bendecía la predicación dando la fe a judíos y griegos. Otra bendición es la llegada de Silas y Timoteo. Aparentemente ellos fueron los portadores de un apoyo económico de parte de las iglesias de Tesalónica y Filipos, lo que permitió a Pablo dedicarse por completo a la predicación. Pero también la llegada de éstos fue un apoyo espiritual en medio de la soledad del apóstol. Ahora estaba trabajando junto a sus compañeros fieles, cuya fe y amor significaron mucho para él. También la oposición fue muy fuerte, tanto así que Pablo tuvo que romper su relación con judíos que la fomentaban, advirtiéndoles que su sangre (significa la culpa que les costará la muerte) caería sobre sus propias vidas. ¡Oponerse contra el evangelio es mortal! Pero aunque había mucho rechazo, también había aceptación del lado de los judíos. Pablo fue recibido acogedoramente en la casa de Justo, quien vivía al lado de la sinagoga. ¡Sinagoga e iglesia, la una al lado de la otra! Un desafío e invitación para judíos y griegos, para que juntos escudriñen las Escrituras a fin de encontrar al Mesías, ¡Jesucristo!

Incluso el mismo principal de la sinagoga llamado Crispo creyó en el Señor con toda su casa y muchos corintios más; a pesar de la oposición, el Señor seguía obrando. El Señor al saber cuán débil es el hombre (Pablo no era una excepción) y al saber lo que los judíos harían con Pablo, le fortaleció mediante una visión para que éste siguiera hablando y predicando sin temor, ya que en aquella ciudad había muchos escogidos, creyentes potenciales, pero que todavía no conocían la luz del evangelio. Es por esta razón que el Señor no permitiría que nadie le hiciera algún mal a Pablo.

La estancia de Pablo en Corintio fue de un año y medio. Un día, sin embargo, surgió una contienda. Poniéndose de acuerdo cierto número de judíos, llevaron a Pablo ante Galión para que fuese procesado como criminal, acusándole de promover otro tipo de adoración que el que mencionaba la ley. El gobernador Galión no quiso involucrarse en lo que él consideraba sólo como conflictos internos. El público entonces se apoderó de Sóstenes, quien era, después de la conversión de Crispo, el principal de la sinagoga; éste es duramente golpeado, pero Galión, como una persona indiferente, no intervino.

* Dios fortalece y alienta a sus siervos para que éstos continúen en la obra del reino.

2. (18,18-23) En este breve párrafo, Lucas reune el final del segundo viaje y el comienzo del tercero, el cual será el último viaje del apóstol en dirección a la capital romana. Acompañado por Aquila y Priscila, Pablo se dirigió a Siria, posiblemente a Antioquía, de donde partió por primera vez a la obra misionera. Zarpó de Cencrea, puerto oriental de Corinto; pero antes de esto se hubo rapado la cabeza, porque tenía hecho un voto. Podemos pensar en un voto como de un nazareo. Ellos solían no tomar vino, dejarse crecer el cabello y no tocar un muerto. Aquí, sin embargo, Pablo se corta el pelo totalmente. Es posible que el apóstol hiciera un voto para dar gracias a Dios por la protección en Corinto. Normalmente un voto concluía con una ofrenda especial en Jerusalén. Lucas describe a Pablo como un judío fiel a la ley. En el trayecto Pablo hace una breve visita a la ciudad de Efeso, y predicando en la sinagoga encuentra gente abierta para el evangelio que le pide quedarse allí. Pablo no acepta la invitación, pero les promete volver si Dios quiere. En el v.22 Lucas nos relata muy sucintamente sobre la visita de Pablo a Cesarea y a Jerusalén (por la palabra `subir' que Lucas emplea, tenemos que pensar en Jerusalén) y luego su regreso a Antioquía, lugar base de todos sus viajes misioneros. Era el lugar en donde el apóstol descansaba después de cada viaje. También renueva sus orientaciones en esta iglesia, la que tenía una espiritualidad muy rica. Pasado un tiempo reanuda su tercer viaje, que tiene como principal propósito fortalecer a los nuevos creyentes en Galacia y Frigia.

* Hay que dar y recibir para poder dar de nuevo. Así es la ley en la obra de Dios. ¿Estamos cumpliendo ambos lados del propósito de Dios?

3. (18,24-28) En este curso del relato el hagiógrafo introduce a Apolos, mostrando de esta manera que el Señor tiene otras personas aptas para la obra en su reino.

Aquí encontramos a Apolos como una persona con muchos dones, pero con un deficiente conocimiento doctrinal de las cosas del Señor. Con respecto a Apolos, Lucas nos dice que era:

a. judío y a la vez un creyente en el Señor Jesús,

b. procedente de Alejandría, una ciudad egipcia importante por su cultura y comercio. Fue aquí en donde se llevó a cabo la traducción griega del A.T., llamada la Septuaginta. Aquí vivía también el filósofo judío Filón, famoso por su interpretación alegórica de la Escritura;

c. además Apolos era un hombre erudito (o elocuente);

d. capaz, poderoso en las Escrituras;

e. conocedor del camino del Señor (camino significa aquí el nuevo estilo de vida que Dios nos exige)>

f. un entusiasta predicador de Jesucristo, pero con muy poca teología

g. sabedor sólo del bautismo de Juan el Bautista, y por ende con un conocimiento de Jesús sólo a partir de la predicación de Juan.

Aquila y Priscila dándose cuenta de la deficiencia doctrinal de este ferviente predicador de Jesucristo, le enseñaron con mayor precisión el `camino'. Apolos aceptó esta enseñanza, y su predicación fue de gran provecho.

Apolos tuvo el deseo de pasar por Acaya (cuya capital era Corinto). Los hermanos lo alentaron, y escribieron cartas para que donde llegara le dieran una buena acogida. Su predicación recibió muchas bendiciones, demostrando por las Escrituras que Jesús es el Mesías.

* ¿Estamos abiertos para recibir una enseñanza más precisa, por la cual nuestra vida puede llegar a ser más fructífera?

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. La constante y consciente oposición en contra del evangelio, trae eternas consecuencias. Los judíos nuevamente son protagonistas de una férrea oposición en contra del evangelio y su mensajero Pablo. Pero la paciencia de Dios en sus siervos tiene un límite; la blasfemia es castigada; la Palabra y su mensajero dan la espalda a estos oponentes, en los cuales el destino condenatorio es a causa de ellos mismos. Además, Pablo dice que él está `limpio', esto es en el sentido de que ha predicado la Palabra, pero que son ellos los que la rechazaron. Advirtamos a la gente, que resistir el evangelio es peligroso y tiene consecuencias eternas. Por otra parte, no seamos culpables de haber callado el evangelio, cuando pudimos haberlo predicado.

1b.Dios fortalece la vida de sus siervos a fin de que éstos sean instrumentos para llamar a sus escogidos. Todos tenemos que admitir que somos personas débiles; incluso los mejores dotados de talentos verán como sus ánimos decaen ante la constante oposición a Cristo. Son muchas las cosas en la vida cristiana que tienden a desalentarnos, y es por esa razón que el Señor nos prepara para afrontar con esperanza y fortaleza todo ataque del enemigo. Nuestro Señor le dice a Pablo que Él estará junto a él, por lo que ninguno pondrá las manos sobre Pablo para hacerle daño. La razón de esto, es que en Corinto había gente que a pesar de vivir en las tinieblas de pecado llegaría a convertirse a Dios. Así también podemos pensar en que si Jesús no viene aún es porque todavía en este mundo queda gran número de aquellos escogidos que formarán parte de su pueblo.

1c.Es la enseñanza de la Escritura la que posibilita la madurez en el Señor. El apóstol Pablo se quedó un año y medio en Corinto; su labor fue la enseñanza. El fin de la enseñanza es adoctrinar a los hermanos y procurar crear en ellos (obviamente como obra de Dios) raíces profundas de convicción cristiana. Si los apóstoles consideraron tan importante la enseñanza en su tiempo, ¿acaso no lo es también para nuestro tiempo? Hay lugares en donde los hermanos sólo viven de las prédicas, pero al carecer de la enseñanza sólida de la Biblia ven debilitadas sus vidas.

2.Todos necesitamos tiempos de descanso y del estímulo de los hermanos para retomar nuevos ánimos a fin de comenzar de nuevo la realización de una tarea. El punto de partida del apóstol Pablo fue la ciudad de Antioquía; desde allí partió por primera vez a la obra misionera. Pero también oímos de los regresos a este lugar, luego de cumplir sus labores apostólicas. Sin duda, el apóstol hallaría allí un gran estímulo de la hermandad para seguir predicando. Así también todos aquellos que de una u otra manera servimos al Señor necesitamos de ese lugar en donde nuestras vidas puedan ser edificadas y fortalecidas en Dios.

3a. Para ser verdaderamente útil no basta tener mucho entusiasmo. Necesitamos madurez espiritual y conocimiento de las cosas del Señor. Pensando en las multitudes que todavía no conocen al Señor es estimulante saber que hay más creyentes consagrados con todos sus dones a disposición de Jesús. A la vez, vemos cuán importante es el crecimiento en la fe. Nuestro crecimiento es de gran importancia, tanto para nosotros mismos como para aquellos con quienes compartimos el evangelio.

3b.Los ministros y hermanos en general debieran estar siempre abiertos a una enseñanza más profunda de la Escritura. Apolos era un creyente fervoroso y muy capaz en el conocimiento de la Escritura, pero aun así necesitaba una mayor profundización en el estudio de la Palabra. Lo bueno es que él aceptó humildemente ser enseñado, ya que sólo así sería más útil para Cristo. Muchos ministros son personas llenas de talentos, pero lamentablemente algunos no quieren admitir que necesitan más estudio de la Palabra a través de otros. Todos necesitamos servir al Señor con mayor excelencia en cuanto al conocimiento bíblico, y ello lo lograremos aprendiendo de aquellos que de manera sincera buscan interpretar correctamente la Biblia.



Hechos 19

El evangelio prospera a pesar de toda la oposición. Muchos se levantan en su contra, pero ello no impide que llegue a los discípulos de Juan y demás judíos de Efeso. Por más de dos años Pablo puede predicar el evangelio. El fracasado exorcismo de los hijos de Esceva muestra claramente que lo que Pablo hace no tiene ninguna vinculación con la magia. Como fruto de esto, el nombre del Señor Jesús era magnificado, creciendo poderosamente la Palabra de Dios. En conclusión, en este capítulo se nos relata la confrontación entre el evangelio y el paganismo, confrontación que a la larga tiene un solo vencedor: Jesucristo.

1. (19,1-7) Luego de haber viajado Pablo por los lugares más apartados, hace su arribo a Efeso, lugar en donde encuentra a algunos discípulos. Eran creyentes que sostenían la misma posición que Apolos había sostenido antes, su conocimiento sólo se limitaba al bautismo de Juan. Es factible que haya sido un grupo influído directamente por Juan el Bautista, o indirectamente a través de Apolos. Pablo les dijo: "¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?" Aparentemente el apóstol nota la ausencia de algo importante en la fe de estos hombres. ¿Cómo se daría cuenta de esto? ¿Es porque no hablaban en lenguas? ¿O acaso porque no hablaban mucho acerca del Espíritu Santo? Quizás, pero es importante considerar la segunda pregunta de Pablo: "¿En qué, pues, fuisteis bautizados?"; a lo que ellos responden: "En el bautismo de Juan". Carecían de la plenitud del Espíritu Santo y del pleno conocimiento de Jesús, ya que la obra del Espíritu Santo se caracteriza por sus dones, pero sobre todo por un profundo conocimiento de lo que significa la cruz y la resurrección de Cristo.

Ellos habían sido bautizados en el bautismo de Juan, pero desconocían la promesa de Juan anunciada en su predicación, la cual era: "Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado;

él os bautizará en Espíritu Santo y fuego"

(Lucas 3,16). Lo más probable es que estos discípulos nunca hubieran oído del cumplimiento de aquella promesa; por lo tanto es mejor reproducir el versículo 2b, como sigue: "Ni siquiera hemos oído que (ya) vino el Espíritu Santo (prometido)". Pablo explica que el bautismo de Juan fue un bautismo de arrepentimiento, preparatorio; mientras que en Jesús está el cumplimiento y la plenitud de la gracia prometida por los profetas. Ahora los discípulos fueron bautizados en el nombre de Jesucristo. Después de haber puesto las manos sobre ellos, recibieron el Espíritu Santo, comenzando a hablar en otras lenguas y a profetizar, es decir: a proclamar las grandes maravillas del Señor.

* Haber sido bautizado en el nombre de Jesús, significa: haber recibido la promesa de la plenitud del Espíritu, cuya obra principal es abrir nuestros ojos ante el amor de Cristo.

2. (19,8-10) Cuando Pablo había visitado por primera vez la ciudad de Efeso, en aquella oportunidad se le insto por parte de los judíos a que se quedara con ellos por más tiempo (18,20). Ahora Pablo se reencuentra con ellos. El interés por el evangelio era tan grande, que le fue posible a Pablo predicar (según el griego, discutir y persuadir) durante tres meses. En ninguna ciudad Pablo tuvo la oportunidad de predicar en una sinagoga el evangelio del reino de Dios por un tiempo tan prolongado como ahora. Pero también leemos cómo la enemistad entra en escena; el endurecimiento lleva a algunos a maldecir el Camino (= la enseñanza acerca de Jesús) ante la multitud; esto comprometía grandemente al evangelio. La división era necesaria y urgente, por lo que Pablo tuvo que separar a los que creyeron de los que se resistían a hacerlo, esto era lo más saludable. Pablo comenzó a reunirse en la escuela de un tal llamado Tiranno; esto lo hizo todos los días por espacio de dos años. Con respecto a este lugar podemos pensar en un colegio dirigido por un filósofo o el establecimiento educacional en donde un médico tendría su formación. Hay un manuscrito que agrega que las reuniones se extendían desde la quinta hasta la décima hora. ¡En todo caso, sin lugar a dudas, esta iglesia recibió una enseñanza muy amplia y profunda! Cuando Pablo habla más tarde de su estadía en Efeso, diciendo que fue de tres años (20,31), hemos de añadir los tres meses que predicó en la sinagoga. Desde esta zona geográfica el evangelio se difundió por toda la región de Asia Menor.

* Para tener una buena base en la fe es necesaria una buena enseñanza; una enseñanza que es tanto amplia como profunda. ¿Estamos estudiando a diario las Escrituras?

3. (19,11-20) Las curaciones extraordinarias que se llevaron a cabo a través de la imposición de las manos por parte de Pablo, fueron motivo para que mucha gente buscara sus paños y delantales (de Pablo). Era tanto el poder de Dios, que las enfermedades se iban de ellos y los espíritus malos salían. Pero todo esto nada tenía que ver con magia, aunque dadas las condiciones de superstición y de prácticas esotéricas que había en la ciudad, existía el peligro de considerarlo vinculado a la magia. Lucas hará mención de una historia que corrobora lo dicho.

En Efeso vivía un sumosacerdote (o sacerdote principal) llamado Esceva, que tenía siete hijos, que eran exorcistas judíos (personas que echan fuera a los demonios). Ellos, al ser testigos del poder de Jesús operando a través de Pablo, trataron de imitar sus milagros invocando el nombre de Jesús, como si su nombre fuera algo mágico. De esta manera intentaron echar fuera a los demonios. No obstante, cuando estaban poniendo en práctica su reciente "descrubimiento mágico", el espíritu malo les respondió: "A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?" Por tanto, como era de esperar, el espíritu malo no salió del hombre. Aunque hablaban utilizando un lenguaje cristiano, no poseían el poder de Dios, ya que no tenían una relación viva con Él. La empresa de exorcismo tuvo un final desastroso; el hombre, en quien estaba el espíritu malo, se abalanzó con tal fuerza sobre ellos que pudo dominarlos físicamente, haciéndoles huir desnudos y heridos.

Este hecho se convirtió en una predicación directa, la cual proclamaba vívidamente que el poder sobre los demonios sólo se alcanza por medio una estrecha relación con Jesús. Después de este incidente, mucha gente se convirtió al Señor. Fue así como nació un gran temor por el Señor, siendo su nombre grandemente magnificado. La gente se dio cuenta que Jesús no era un nombre mágico, sino una persona viva con la que era posible tener un trato personal. El hecho produjo una tan grande que muchos de los que habían practicado la magia creyeron y confesaron sus pecados. La conversión se hizo manifiesta a través de un acto visible: muchas personas trajeron sus libros (sobre la magia) y los quemaron delante de todos. A través de este acto, se confesó públicamente que sólo Jesús es el Señor. El valor que asigna Lucas a la cantidad de libros quemados (un valor tremendo) indica cuán extensa era la práctica e influencia de la magia en aquel lugar. La palabra del Señor había ganado la victoria, y esto a pesar de la influencia de la magia y de quienes intentaron imitar la obra del Señor; así la iglesia crecía y la Palabra de Dios prevalecía en el sector. Los creyentes verdaderos fueron liberados de la superstición.

* El reconocimiento de un Señor vivo que tiene poder, convierte a los incrédulos. La conversión verdadera siempre se hace visible, ¿podemos decir lo mismo de nuestras vidas?

4. (19,21-41) Pablo decidió que ya era tiempo de viajar a Jerusalén, y desde allí partir a Roma. Su anhelo fue siempre predicar el evangelio en Roma, la capital política del mundo. Antes, Macedonia y Acaya se hallaban en el itinerario de viaje del apóstol, quien a modo de preparar su llegada a aquellos lugares envía a dos de sus colaboradores, a Timoteo y Epafrodito, y a Erasto especialmente a Macedonia. Mientras tanto, Pablo se quedó por algún tiempo en Asia. La razón de esta decisión la podemos leer en 1 Cor. 16,8,9, "Se me ha abierto puerta grande en Efeso".

* En nuestras labores ministeriales debemos estar sensibles a las puertas que el Señor abre y ver cuándo es el tiempo de buscar otras oportunidades para predicar.

Durante el último período de la estancia de Pablo en Efeso, ocurrió un gran alboroto. Había en la ciudad una imagen de la diosa Diana (Artemis en el griego), que según la leyenda había caído del cielo. Era famoso el templo en donde esta imagen se encontraba, llamado el templo de Diana. Cierto Demetrio, fabricador de templecillos de plata, proveía de sus productos a muchos comerciantes que mantenían un buen negocio vendiendo estos objetos. La predicación y actuación de Pablo se convirtieron en una fuerte amenaza para él, y para cuantos vivían de este negocio. De consiguiente, el odio que nace hacia la proclamación del evangelio y su vocero es por miedo a perder el trabajo que los sustentaba económicamente, y no por un temor reverente a la diosa Diana. Aunque sus palabras tienen también un tinte religioso ("No solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de Diana sea estimado en nada...", v.27), sin duda alguna la primera preocupación fue de índole económico. Sus palabras alarmaron a sus compañeros, y juntos causaron una gran conmoción. La gente que participaba del mismo oficio, al unísono comenzó a gritar: "¡Grande es Diana de los efesios!" Esto, a su vez, causó alboroto en toda la ciudad. Entonces arrebataron a Gayo y Aristarco, compañeros de Pablo, y se los llevaron al teatro; allí, durante dos horas continuas, no cesaron de aclamar: "¡Grande es Diana de los efesios!" Un judío llamado Alejandro no fue capaz de apaciguar a la multitud, mientras el escribano (cargo similar al de un alcalde) tuvo más éxito. El apagó los ánimos al decir que un alboroto de tal magnitud era peligroso para la ciudad. Si había motivos importantes, el camino hacia un proceso estaba abierto, pero por el momento no había razón para culpar a Pablo y los demás creyentes.

* En medio de grandes peligros, Dios protege el progreso del evangelio.

Síntesis aplicativa de temas importantes

1. La obra del Espíritu Santo se caracteriza principalmente por el pleno conocimiento de la obra de Jesucristo.

La plenitud del Espíritu se encuentra en Cristo. Aunque nosotros tenemos más conocimiento que los discípulos de Juan, también es posible que sepamos muy poco del conocimiento pleno y claro de la obra salvadora de Jesús. ¡Siempre necesitaremos más de la iluminación del Espíritu Santo!

2. Un conocimiento profundo del evangelio nos ayudará aún más en la comunicación del evangelio a otros.

Pablo tenía el gran privilegio de poder enseñar todos los días, por lo menos unas horas, en los misterios de las Escrituras. Es por ello que el evangelio se difundió por toda la región de Asia Menor. Del mismo modo, como creyentes debemos estar sujetos a una enseñanza constante y profunda de las Escrituras. ¿Cuán grande es nuestro conocimiento del evangelio? ¿Lo estudiamos a diario? ¿Lo difundimos por los sectores donde vivimos?

3a. El nombre de Jesús nunca ha de estar vinculado con la magia, o alguna práctica extraña; sólo una relación viva con Jesús producirá bendición.

Los poderes de las tinieblas son capaces de darse cuenta si alguien actúa con el poder de Jesús, o si lo hace con su propia fuerza. Si actuamos llenos del Espíritu Santo el fruto se manifestará.

3b. La conversión debe manifestarse en actos concretos, de otra manera no es conversión genuina.

En Hechos 19 vemos cómo los nuevos convertidos se despojaban de todos sus libros de magia. Sabían que no era posible combinar cosas tan opuestas como la fe en Jesús y la magia. Para nosotros quizás es un tanto difícil determinar de qué manera se debe dar a conocer una conversión, pues podríamos caer en legalismos. Pero lo que es claro, es que la conversión siempre implica un cambio de vida, en donde el amor por Dios y los semejantes es algo real.

4a. Tenemos que ser sensibles a las oportunidades, que por la gracia de Dios, se nos presentan en las labores ministeriales, o si tenemos que desplazarnos a algún otro terreno.

No es fácil tomar una decisión en cuanto a dejar de actuar en algún punto geográfico y dirigirnos hacia otro. Muchas veces el Señor nos abre las puertas para un ministerio sin interrupción, pero en otras ocasiones esto no sucede así. Si estamos seguros de ser guiados por Dios hemos de estar conscientes que en última instancia no es la mano del hombre la que determina la estancia de la obra misionera en un lugar, sino la voluntad de Dios.

4b. La predicación del evangelio pone fin a la idolatría y a la ganancia que se obtiene con ella.

Aquellos que se convierten a Cristo, saben inmediatamente que no se puede honrar a Cristo y a los ídolos. La fe en el único Dios mata el sincretismo (añadir a la fe creencias paganas). Perder las cosas de este mundo nunca debe producir congoja, sino el más grande gozo al saber la ganancia sublime y eterna que nos proporciona el evangelio: conocer el perdón de Dios, su gracia y su voluntad.

Hechos 20

El hecho de que el evangelio haya progresado en gran parte del mundo conocido, no significa que su marcha triunfal era una que no conocía de obstáculos en su avance. Por el contrario, leemos en la segunda epístola de Pablo a los corintios que este período en Asia (Menor) fue muy difícil para él, a tal punto que temía por su vida (2 Cor. 1,8). Pero Dios fortaleció su fe y restableció su esperanza (2 Cor. 1,9,10). Luego de haber concluído su labor apostólica se despide de las iglesias, ya que sabe que quizás nunca más verá a sus hermanos. Es una mirada retrospectiva llena de preocupación por la vida espiritual de las iglesias, pero a la vez llena de gratitud, sabiendo que la vida de la iglesia está en las manos de Dios.

1. (20,1-16) A partir de este capítulo Lucas nos describe el viaje de Pablo a Jerusalén, y de allí a Roma. Pablo se da cuenta de que le espera mucho sufrimiento, e informa a las iglesias de esto. Luego del tumulto del capítulo anterior, Pablo se despide de los creyentes de Efeso para partir a Macedonia y Grecia. Su viaje tiene el propósito de fortalecer y exhortar a los hermanos. Es probable que en este viaje Pablo haya visitado a las congregaciones de Filipos, Tesalónica y Berea, sin embargo, sí es un hecho que llegó a Grecia (la región de Acaya, ver Hch.18,12). Debido a un asalto planificado por los judíos, Pablo decide no viajar por barco a Siria, sino hacerlo por tierra a través de Macedonia. Es posible también que haya estado tres meses en Corinto. Allí Pablo tuvo que cambiar su plan a causa del peligro de viajar a Jerusalén por barco, ya que de no haberlo hecho así los judíos lo hubieran matado. Entonces volvería por Macedonia, junto con siete hermanos y compañeros. Seguramente viajaba con ellos porque llevaba una ofrenda para la iglesia madre de Jerusalén, a fin de evitar que ladrones se apropiaran del dinero.

Desde ahora la historia tiene un cambio de expresión: `nosotros'. Aparentemente Lucas se unió al grupo. Ellos navegaron después de la fiesta de los panes sin levadura (la Pascua) de Filipos a Troas. Ya sea por el viento contrario o la falta de viento, el viaje duró más de lo acostumbrado. Se nos relata ahora con respecto a una reunión en día domingo (v.7) por la noche (podemos pensar en la noche después del sábado, según la costumbre de los judíos; o la noche del día domingo, según la división de los días de los griegos; prefiero la última posibilidad). Es evidente que los primeros creyentes comenzaron a reunirse también en el día de la resurrección de Jesús. Lucas emplea dos veces las palabras "el primer día de la semana", una en Lucas 24,1 para describir la resurrección de Jesús, y esta vez para describir la resurrección de un joven. En aquella ocasión Pablo predicó el evangelio y la congregación partió el pan (la Santa Cena). Pablo, que tenía mucho que decir, alargó su discurso hasta la medianoche. Pero debido al poco oxígeno existente y a la gran cantidad de personas presentes en aquel lugar, un joven llamado Eutico cayó, rendido por un sueño profundo, de la ventana desde el tercer piso, para luego ser hallado muerto. Pablo inmediatamente descendió e hizo lo mismo que Elías había hecho en una situación similar (2 Reyes 17,21): se echó sobre el joven y le abrazó. El poder de la resurrección de Jesús estaba presente, porque así lo afirma Pablo cuando dice: "No os alarméis, pues está vivo". El Señor no permitió que el progreso del evangelio se paralizara por causa de la muerte. El culto se reanuda con la Santa Cena y la predicación. El accidente fue un incidente, no el foco de interés, sino un medio para confiar más en el poder del Señor (v.12).

* El consuelo del evangelio es el triunfo sobre el pecado y la muerte.

2. (20,13-38) Pablo, por motivos que desconocemos, viajó por tierra, en tanto sus compañeros lo hicieron por mar; nuevamente el grupo se volvió a reunir en Asón. Pablo camina los cuarenta kilómetros por la costa. Allí se embarcaron juntos y navegaron a Mileto pasando Mitilene en la isla Lesbos y las islas Quío y Samos. Pablo esta vez no pasa por Efeso, pues el tiempo de Pentecostés se acercaba, y él quería estar en aquella fiesta en Jerusalén.

En Mileto Pablo hizo llamar a los ancianos de Efeso para despedirse de ellos (Mileto y Efeso están situadas la una de la otra a una distancia de cincuenta kilómetros). Tan pronto como los ancianos llegaron, el apóstol comenzó su discurso de despedida. Encontramos que este discurso encierra tres motivos, los cuales son:

a.

dar a conocer el fiel cumplimiento de su trabajo (18-21);

b.

mostrar los sufrimientos que le sobrevendrían (22-27);

c.

manifestar su preocupación y expectativas por la iglesia (28-36).

ad a. Los ancianos están conscientes de la conducta intachable del apóstol Pablo; una conducta que se caracteriza por:

- Un servicio humilde al Señor.

- Un servicio con lágrimas, que mostró la preocupación por la vida espiritual de cada miembro de la iglesia.

- Un servicio con muchas pruebas (las asechanzas de los judíos).

- Un servicio útil para los hermanos (en cuanto a su salvación).

- Un servicio caracterizado por la abundante enseñanza pública y personal

- un servicio focalizado hacia la conversión a Dios y la fe en Jesús

ad b. El sufrimiento de Pablo será:

- U

n sufrimiento desconocido (vv.22-23).

El va ligado a Jerusalén, sin saber exactamente lo que allá le acontecerá, salvo lo que el Espíritu Santo le ha mostrado: que le espera prisión y tribulaciones.

-

Un sufrimiento aceptado voluntariamente (v.24).

Pablo está dispuesto a sufrir, y, aun, a perder su vida. Vemos aquí una clara reminiscencia a las palabras de Jesús (en Mar. 8,35). El apóstol está dispuesto a dar su vida para cumplir su tarea en el servicio del evangelio, dando testimonio de la gracia de Dios.

- Un sufrimiento seguro (vv.25-27).

La iglesia no verá más su rostro. Su despedida es definitiva. Su disposición para sufrir es el fiel reflejo de cómo fue su vida. Como un fiel servidor de Cristo ha predicado la Palabra del Señor, de tal modo que no se hace ningún reproche. Por tanto el que no acepta la Palabra del Señor, la rechaza por su propia y mala voluntad. Pablo mismo predicó todo el consejo de Dios, es decir, todo el plan salvífico de Dios (el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesús, ver el v.21).

ad c. La ausencia de Pablo implica para los ancianos una mayor responsabilidad; esta tiene las siguientes características:

- Una responsabilidad de auto-cuidarse (v.28a).

Los ancianos deben "mirar por ellos mismos" (comp. 1 Tim. 4,16). Es importante que los ancianos nunca abandonen el fundamento de la fe, sino que sigan creyendo en la obra salvadora de Cristo. Esta es la sana doctrina, que tiene importancia para ellos mismos y para toda la congregación.

- Una responsabilidad por toda la congregación (v.28b).

Los ancianos son `obispos', es decir: personas que vigilan la congregación y la cuidan, preocupándose de la vida espiritual de los hermanos. Apacentar a la iglesia del Señor es una labor que consiste en dar atención a cada hermano, y como buen obispo preocuparse de su vida espiritual, si los hermanos siguen o no fieles en el evangelio, la sana doctrina.

-

Una responsabilidad divina (v.28c).

Esto no puede ser de otra manera, ya que es dada por el Espíritu Santo; además, por otro lado, la iglesia pertenece a Dios, ya que Él la adquirió por un precio carísimo: la sangre de su propio Hijo. Esa es la razón por la cual los ancianos, en el nombre del Señor, deben cuidar de los hermanos. Aunque fueron elegidos por la iglesia, en el fondo recibieron su oficio del Espíritu Santo. ¡Por tanto su oficio es de una alta responsabilidad!

- Una responsabilidad incesante (vv.29-30).

La orden de preocuparse por la congregación es necesaria, ya que después llegarán, tanto de dentro como de fuera de la iglesia, falsos maestros y profetas ("lobos rapaces"), que con su accionar pretenderán destruir la iglesia. Aquí podemos pensar en el judaísmo, la doctrina de que la salvación depende también de nuestro cumplimiento de la ley de Dios. A la vez podemos pensar en el libertinaje (la doctrina que enseña que podemos vivir como queramos, ya que sólo nuestra alma será salvada, y que el cuerpo y lo que hacemos con él no importa). Estos son los hombres que "hablan cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos". Los ancianos deben seguir el ejemplo de Pablo, quien con lágrimas, durante un período extenso, no cesó de amonestar (la palabra griega significa "reprender, amonestar, corregir") a los hermanos.

- Una responsabilidad bajo una expectativa (vv.31-37).

Pablo no concluye su exhortación con amargura; él tiene esperanza y expectación, pues sabe que la iglesia es del Señor, y Él en su amor nunca la abandonará. Pablo encomienda la iglesia a la gracia (la protección y el perdón continuo) de Dios. Él tiene el poder de edificar la iglesia sobre la roca que es Cristo y llevarla a su destino eterno, la herencia con todos los santificados. Pablo mismo puede confiar la iglesia en las manos de Dios; puesto que el Señor mismo ya ha hecho todo para el bienestar de ella, negándose a sí mismo. Pablo concluye diciendo que su modo de trabajar fue dar en vez de recibir. Después de haber orado se despidieron mutuamente, con gran emoción, sabiendo que este era el último contacto en esta tierra.

* El cuidado de la vida espiritual de cada miembro en forma individual y de la iglesia en su totalidad, se basa en el sacrificio de Jesús.

Síntesis aplicativa de temas importantes

1. Los milagros apoyan la predicación del evangelio; nunca deben tomar el lugar de ella.

Es casi sorprendente ver cómo Pablo, luego de la resurrección del joven Eutico, continua la reunión con los hermanos, como si nunca hubiera sucedido nada. No pone el énfasis en lo sensacional sino en el evangelio mismo. Nos podemos embobar ante un milagro, sin embargo, él no satisface nuestras necesidades más íntimas, sólo el evangelio lo hace. La resurrección de Eutico es consecuencia de la resurrección de Jesús, quien es el mensajero de la resurrección final. Gracias a la obra salvadora de Jesús se nos abre una expectativa que va más allá de la muerte.

2a. Servir a Dios es sacrificarse por el bienestar de la iglesia y para la gloria de Dios.

El que quiere servir a Dios no debe pensar en ganar aplausos, sino en negarse a sí mismo, teniendo la disposición a sufrir. En el sufrimiento manifestamos cuanto amor tenemos por el Señor. Si queremos ser útiles, entonces focalicemos nuestro servicio en la conversión de otros, y en el continuo cuidado de la iglesia, centrando este cuidado en lo espiritual y material.

2b. Un ministerio eficaz se caracteriza por la humildad y por una predicación que abarca todo el consejo de Dios para los hombres.

En su discurso de despedida a los ancianos de la iglesia, el apóstol Pablo pone de relieve su conducta intachable como siervo de Dios. Desde el día que él entró en Asia su servicio al Señor fue hecho en humildad. Pablo se conocía a sí mismo como un siervo al servicio de otros por amor de Cristo. Además tuvo que afrontar el dolor de verse acosado por hombres perversos que sólo querían su muerte. También se nos dice que en cuanto a la proclamación de la Palabra él estaba "limpio de la sangre de todos" los creyentes, es decir: él nunca ocultó algo del consejo de Dios para sus vidas. El apóstol no predicó sólo lo que agradaba al oído, él anunció todo lo que Dios ha decretado en su Palabra. Esta es una integridad espiritual que debe anhelar todo ministro que verdaderamente entiende su gran responsabilidad ante Dios.

2c. Para comenzar a cuidar la vida espiritual de otros, es menester empezar por nosotros mismos.

La persona que tiene un cargo importante dentro de la iglesia, ha de entender que tiene una gran responsabilidad en sus manos; los hermanos que gozan del privilegio de tener un liderazgo dentro de la iglesia deben:

* Cuidarse a sí mismos, cultivando una vida espiritual; y examinar su conocimiento de la sana doctrina, para evitar extraviarse de ella.

* Velar por cada miembro de la congregación, instándoles a que sigan en la fe; además, deben fomentar una vida consagrada al Señor como símbolo de gratitud.

* Cuidar a la congregación en su totalidad, preocupándose por hacer guardar la sana doctrina y evitar así la entrada de ciertas herejías.

Hechos 21

Ya a partir del capítulo 21 se hace cada vez más evidente el hecho de que Pablo tiene que sufrir mucho, aun hasta la muerte. Pero como la muerte de Jesús fue de importancia crucial con respecto a la salvación de la iglesia, de igual modo el sufrimiento y la muerte de Pablo fueron de importancia para la edificación de la fe de la iglesia. Además, Lucas nos muestra la manera en que el sufrimiento de Pablo vino a servir como instrumento para la divulgación del evangelio desde Jerusalén hasta Roma. Hechos es el libro de la propagación del evangelio, a pesar de todo.

1. (21,1-14) Una vez que Pablo y sus compañeros se hubieron despedido de los ancianos de Efeso en la playa de Mileto, se embarcaron para proseguir con su viaje, el cual siguió sin ningún problema. Mucho antes de la fiesta de Pentecostés arribaron a Tiro, lugar en donde el barco tenía que ser descargado. Estuvieron allí siete días, compartiendo con algunos discípulos. A estos creyentes el Espíritu Santo les reveló que Pablo pronto sería encarcelado si este decidía viajar a Jerusalén; es por eso que llegan a la conclusión de que mejor sería no subir a Jerusalén. Cuando en el versículo 4 leemos que "ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén", tenemos que interpretarlo diciendo, que el conocimiento del sufrimiento de Pablo fue revelado por el Espíritu Santo, pero que la conclusión (no ir a Jerusalén) vino de ellos. Esta fue una tentación cada vez más fuerte para desobedecer al Espíritu Santo. Sin embargo, Pablo permaneció fiel a su llamamiento. Al final de su estadía la gente lo despidió con oraciones.

Se llevó a cabo una nueva estadía de varios días en Cesarea; en aquella localidad, Pablo se hospedó en la casa de Felipe el evangelista, a quien había conocido antes. Aquí Lucas podía recibir muchos informes para la compilación de su libro. Felipe tenía cuatro hijas dotadas con el don de profecía. Mientras Pablo y sus compañeros posaron allí, un profeta llamado Agabo llegó desde Judea. Al atarse sus pies y sus manos con el cinturón de Pablo, profetizó simbólicamente que el apóstol sería atado por los judíos en Jerusalén, y que luego sería entregado a la jurisdicción de los gentiles. Esta profecía nuevamente se convirtió en una tentación real para Pablo, ya que los hermanos, en base de la profecía, le rogaron que no subiese a Jerusalén. Pablo responde a las súplicas que sus hermanos hacían llenos de emoción; él pide que dejen de quebrantarle el corazón a través de sus lágrimas, pues él estaba dispuesto no sólo a ser atado sino también a morir por el nombre del Señor Jesús, tal como Él le había predicho antes de su llamado como apóstol (9,16). Al ver los hermanos que nada adelantaban con sus insistencias, sólo se remiten a decir: "Hágase la voluntad del Señor".

* Para conocer la voluntad del Señor con respecto a nuestra vida, es importante hacernos la pregunta: ¿de qué manera podemos servir mejor a Dios?

2. (21,15-26) Habiendo hecho los preparativos, el apóstol Pablo junto a una comitiva parte para Jerusalén. Algunos hermanos de Cesarea acompañaron a Pablo para presentarlo a cierto Mnasón de Chipre, un discípulo anciano en cuya casa se hospedaría el apóstol. No sabemos con exactitud el lugar geográfico en donde viviría este Mnasón, tal vez en un lugar entre Cesarea y Jerusalén, Antípatris (ver 23,31). Puesto que Mnasón había vivido entre los gentiles, estaba en mejores condiciones de comprender más plenamente el trabajo de Pablo en medio de los gentiles, no así los hermanos que nunca habían salido de Jerusalén.

Pablo fue recibido con gozo por los hermanos de Jerusalén, no sólo por sus amigos sino también por los ancianos que estaban reunidos en la casa de Jacobo, el hermano del Señor, quien ejercía un cargo de liderazgo en la iglesia. Pablo contó todas las cosas que el Señor había hecho entre los gentiles por su ministerio. Como antes, en el caso de Pedro (11,18), también ahora glorificaron al Señor. Se dan cuenta que lo que Pablo ha dicho es parte de la misma obra del Señor: en Jerusalén, en medio de los judíos, había sucedido lo mismo, millares de judíos habían puesto su fe en Jesús. Sin embargo, esta bendición se ha transformado en un problema. Muchos judíos que creían en Jesús, eran a la vez celosos por la ley y querían seguir rigurosamente todos sus mandamientos, no sólo los mandamientos éticos (como los diez mandamientos). Aquellos judíos tenían ciertas sospechas de Pablo, pues pensaban que por sus frecuentes contactos con los gentiles ya se había olvidado de respetar la ley de Dios. Pero esto no era verdad, ya que Pablo siempre había predicado la salvación sólo a través de la obra mediadora de Jesús como el único camino hacia la salvación, pero nunca había predicado que es malo que los judíos guardasen los mandamientos de la ley. Pablo era el apóstol que siempre buscaba la unión entre los creyentes de los judíos y los gentiles.

Para echar por tierra esta calumnia, los hermanos propusieron a Pablo que se uniera a unos hermanos que habían hecho un voto de nazareo (en cuanto a esto ver Num. 6). Para cumplir este voto, Pablo debió estar durante siete días en el templo para purificarse, probablemente de la contaminación cogida a través de sus contactos con los gentiles. También le piden hacerse cargo de los gastos causado por el corte de pelo de los nazarenos (esta expresión incluye según el v.26 también los sacrificios al terminar el voto al final del período). Los hermanos recalcaron que esto no implicaba que la observancia de la ley era necesaria para la salvación, puesto que ya se les había notificado a los gentiles que lo único que debían hacer era abstenerse de la idolatría, de la inmoralidad y del beber sangre.

Pablo aceptó la sugerencia; el apóstol, ansioso de promover la unidad entre judíos y gentiles, hizo todo lo posible para cortar totalmente con la calumnia. Tal era su amor por la iglesia de su Señor Jesucristo, que no escatimaría en los sacrificios.

* Un intenso amor por el Señor nos permite sacrificarnos nosotros mismos en favor de la unidad de la iglesia.

3. (21,27-40) Aún no había concluído totalmente los días de la fiesta de Pentecostés, cuando de pronto Pablo tuvo que terminar abruptamente su permanencia en el templo. Judíos de Asia Menor, probablemente de Efeso, gritaron todo tipo de acusaciones en su contra, una mezcla de verdades y mentiras. Pablo nunca había predicado una doctrina contra el pueblo, al contrario, lo hacía en beneficio de ellos cuando predicaba del mensaje de la salvación en Cristo. No enseñaba a vivir contra la ley, sólo decía que guardarla no hacía salvo a nadie, por eso recalcaba que no correspondía poner un yugo sobre las espaldas de los gentiles. No había predicado algo contra el templo, ni siquiera entraría con un gentil al templo (Trófimo), como ellos aseguraban.

Los gritos alborotaron a la ciudad entera; Pablo fue arrastrado fuera del templo, puesto que estando allí no podían matarlo, eso no era posible hacer dentro de este lugar sagrado. De pronto intervino el comandante del batallón. Las tropas romanas estaban acampanadas en la fortaleza Antonio, cerca del templo, de donde podían ver fácilmente lo que ocurría. Por el desconocimiento de los sucesos se optó por detener a Pablo, amarrándolo con dos cadenas. El comandante, ahora, consultó de qué se trataba el asunto, pero por los gritos no pudo enterarse de la situación. Ordenó que Pablo fuese llevado a la fortaleza; siendo éste cargado en hombros a causa de la violencia con la que había sido tratado por la multitud, la que aún seguía gritando furiosamente. Cuando Pablo se comunicó en lengua griega con el comandante, si le era posible hablar al pueblo, él se extrañó, pensando que Pablo era el egipcio que había incitado una rebeldía un poco antes. Cuando explicó que era un judío nacido en Tarso, recibió permiso para dirigirse al pueblo. Se cumplió la palabra de Jesús, de que testificaría encadenado ante el pueblo en Jerusalén.

* Pablo no consideró su detención una catástrofe, sino una oportunidad para testificar de Cristo. ¿Seguimos siendo predicadores del evangelio aun en circunstancias muy difíciles?

Síntesis aplicativa de temas importantes

1. Fácilmente sacamos conclusiones que nos convienen de las `indicaciones' del Espíritu Santo.

Aunque como Pablo conozcamos bien lo que ha de venir en materia de oposición, es importante hacerse la pregunta: ¿cómo y dónde puedo servir mejor al Señor? Es necesario saber interpretar espiritualmente lo que el Espíritu nos dice. En el caso de Pablo, el Espíritu Santo mostró que debería sufrir mucho si decidía viajar a Jerusalén. Para Pablo, esto no era una novedad; él estaba dispuesto a sufrir por el Señor, ya que en este momento sería lo mejor que podría hacer, mas no siempre es así (compárese cap. 22,18): Dios, en ese tiempo, tenía claramente otro plan con su vida.

2a. Testimoniar a otros de lo que Dios ha hecho por medio de nuestras vidas, tiene un sólo propósito: glorificar a Dios.

Una vez que Pablo hubo llegado a Jerusalén fue a ver a Jacob, el cual estaba reunido con los ancianos de la iglesia de Jerusalén. A todos ellos les contó en forma detallada las cosas que el Señor había hecho por medio de él entre los gentiles. Los que allí estaban reunidos, al oír lo que Pablo decía comenzaron luego a glorificar a Dios, pues entendían que sólo Él podía hacer algo tan lleno de misericordia: perdonar y permitir la entrada de los gentiles al reino de Dios. Es interesante notar que aunque había un amor muy grande hacia el apóstol Pablo y un enorme reconocimiento de su labor apostólica entre los gentiles, no obstante, es Dios quien sobresale en todo este asunto. Lo que hemos dicho debe ser un indicativo para saber apreciar lo que Dios hace usando a sus siervos, y no comenzar a propagandear de tal manera el ministerio de alguien hasta el punto de opacar la gloria y la mano de Dios. Por tanto, dar testimonio de cómo el Señor nos usa es muy edificante para otros, pero es peligroso si llega a formar parte de nuestro vocabulario diario.

2b. Para querer buscar la unidad de la iglesia se necesita un profundo amor y humildad.

Por un lado, Pablo jamás pretendió echar agua al vino del evangelio. Sólo nos salvamos por el sacrificio vicario (suplente) de Jesucristo. Por otro lado, en cosas triviales, no tenía ningún problema en aceptar la ley antigua; todo lo hacía con un solo propósito: ganar a todos y mantener la unidad.

3a. Siempre habrán quienes malinterpretarán (consciente o inconscientemente) la predicación del evangelio de la gracia.

El apóstol Pablo aún no había concluído con el rito de la purificación en el templo, cuando un grupo de judíos provenientes de Asia comenzaron a alborotar al pueblo, descalificando enormemente la obra apostólica de Pablo entre los gentiles. Estos judíos acusaban a Pablo de tres cosas: decían que su enseñanza (1) atentaba contra el pueblo de Israel, es decir, igualaba a judíos y gentiles ante Dios; (2) atentaba contra la ley, al decir que guardarla no era el medio para alcanzar salvación y favor divino; (3) y atentaba contra el templo, diciendo que por el sacrificio perfecto de Cristo éste ya no era necesario en su aspecto sacrificial. Sin duda el ataque de los judíos contra la enseñanza de Pablo era un ataque directo contra la doctrina de la gracia de Nuestro Señor Jesucristo. Quizás en nuestros días ya no haya judíos que hostiguen el mensaje del evangelio, pero sí hay algunos dentro de la misma iglesia que al no reconocer ni comprender la gracia de Dios, siguen viviendo todavía en legalismo; éstos procuran desacreditar a los que predican de la gracia, pues no les cabe en la cabeza cómo es posible que seamos salvos por la fe en el sacrificio de Cristo y no por las obras.

3b. La disposición a sufrir hasta la muerte es fruto de un profundo conocimiento del amor de Cristo.

Pablo había declarado que él estaba dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias por el nombre de Jesús (13). Pronto fue arrastrado y arrestado. Su disposición no era el afán de ser mártir, sino agradecer con su propia vida a Dios por la muerte de Jesús. Cuanto más grande es nuestro conocimiento del amor de Cristo (conocimiento que es obra del Espíritu Santo) manifestado a través de su muerte, cuanto más grande será nuestro amor por Él.



Hechos 22

Ahora se nos relata el testimonio público que Pablo hizo acerca de Cristo a los ciudadanos de Jerusalén. En su discurso usa de mucha discreción, pues no es su fin provocar a la multitud reunida. A través de sus palabras, él desea acercarse más a su pueblo, no sólo para no ser acusado y condenado, sino para ganar también el favor de éste. En esto se manifiesta el amor de Cristo mismo. Testificar es entonces tratar de ganar almas en el poder del Espíritu (ver Hechos 1,8 y Juan 15,26), y a la vez glorificar a Cristo a través del sufrimiento, ya que ello muestra cuán grande es el amor por Él.

1. (22,1-21) En presencia de soldados romanos, Pablo se dirige a su pueblo, hablándoles en su propio idioma, el arameo (algunos expositores piensan que hablaba en hebreo, aunque este era un idioma que ya no se empleaba en aquel tiempo como lengua popular; no obstante, se usaba como lengua religiosa). Pablo comienza diciendo que es judío, nacido en Tarso, pero (ya como niño) educado en Jerusalén, instruído en la puntualidad de la ley a los pies de Gamaliel. Las epístolas de Pablo claramente prueban que él era versado en el estilo de las discusiones usadas por los rabinos. Pablo habla sin reservas sobre el papel que jugó en la persecución de los cristianos. Para evitar dar motivos de ofensa se refiere a Cristo y su enseñanza con la palabra "los de este Camino" (ver Hechos 9,2). Pablo menciona su oposición de aquel entonces contra el evangelio y su conversión a Cristo, por un lado, para dar a conocer a sus oyentes que él entiende su incredulidad, ya que él había actuado de igual manera; por otra parte, para mostrar que su conversión tenía su origen en la intervención directa de Cristo en su vida. Implícitamente, sus palabras son un testimonio poderoso de Cristo, quien los llama a la fe. Por ejemplo miremos cómo Pablo relata lo que Ananías le había dicho a él (v.14): "El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca". Pablo, al relatar su experiencia de conversión, predica a la vez el evangelio del perdón a través del Señor Jesús (v.16).

En la segunda parte de su relato comenta sobre lo que le ocurrió después (esta es una experiencia sobre la cual todavía no hemos leído en el libro de Hechos); mientras estaba en el templo de Jerusalén, luego de su conversión, le sobrevino un éxtasis y vio una visión; en ella el Señor le mandaba salir de Jerusalén rápidamente, ya que el pueblo no aceptaría su testimonio allí. En un principio Pablo no podía aceptar esta orden, pues pensaba que si el pueblo sabía de su celo con que persiguió a la iglesia y que además había sido el testigo de la muerte de Esteban, casi partícipe de su muerte, entonces con toda seguridad aceptarían su testimonio. Sin embargo, el Señor le envió a los gentiles, no por falta de amor por su pueblo sino porque sabía que su propio pueblo estaba empeñado en asesinar a Pablo. Este relato no es sino un esfuerzo por llegar al corazón de Israel, esperando que ahora los judíos le escucharán y se arrepentirán.

* Contar nuestra propia conversión debe ser para la gloria del Señor y para vencer la resistencia contra el evangelio, mostrando que una vez teníamos la misma resistencia.

2. (22,22-30) Al momento de decir Pablo que la acción salvífica de Dios estaba dirigida también a los gentiles, de inmediato la multitud se llenó de ira. Todos a una voz comenzaron a gritar: "¡Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva!" Aparentemente la gente tomó el relato de Pablo como un menosprecio hacia el pueblo de Israel. Dando expresión del gran enojo que tenían empezaron a arrojar sus ropas y lanzar polvo al aire. El comandante de la guarnición romana intervino de inmediato, arrestando a Pablo para saber lo que estaba sucediendo. Quiso aplicar la medida que se solía aplicar a los esclavos (nunca a los romanos): interrogatorio con azotes. Cuando un centurión estaba listo para ejecutar la orden, Pablo le preguntó si era lícito actuar de esta forma con un ciudadano romano, sin que antes hubiera una condena previa en base de hechos concretos. El superior se asustó cuando el centurión le comunicó lo que Pablo le había preguntado, pues estaba prohibido dar casatigo a un ciudadano romano, sin antes haberlo sujetado a un proceso judicial concluyente. Se enteró que Pablo era ciudadano romano de nacimiento, ya que este privilegio se había otorgado a todos los ciudadanos de Tarso, en tanto que algunos debieron comprar esta ciudadanía por un elevado precio. El trato hacia Pablo cambió, y en seguida se suspendió el castigo. El comandante sintió temor por haberlo mantenido encadenado, pensando quizá que sería acusado a las autoridades judiciales romanas. Era lógico que Pablo apelara a su ciudadanía romana. Creer en Jesús significa que debemos estar dispuesto a sufrir por su nombre. A la vez el Señor permite que no suframos más de lo necesario. Al día siguiente el comandante convocó a una reunión al Sanedrín. Él trajo a Pablo a la reunión, después de haberle quitado las cadenas. Deseaba oír ambos lados de la historia para entender finalmente por qué los judíos estaban contra él.

* "El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán".

Síntesis aplicativa de temas importantes

1a. Nuestro testimonio debe ser para ganar almas y glorificar a Dios, no para autovanagloriarse.

Muy a menudo en la iglesia se cae en el error de dar testimonio con un contenido que da más la impresión de vanagloria que de glorificar al Señor. Muchas veces la frase "que todo sea para la gloria de Dios" se ha transformado en un simple dicho, y no en una verdad. Nuestra vida y testimonio deben ser cristo-céntricos. Así fue el testimonio del apóstol Pablo, una experiencia `conmovedora' de conversión cuyo único fin era llevar a los hombres a Jesucristo.

1b. Nuestro testimonio debe mostrar a la gente que en otro tiempo nosotros también vivíamos en incredulidad, sin conocer el amor de Jesús.

Antes de relatar Pablo su historia de conversión, muestra al pueblo judío reunido en Jerusalén cuál había sido su antigua manera de proceder para con aquellos que creían en Jesús. Él había sido un acérrimo enemigo de la predicación del evangelio, pero esto era porque no conocía el amor de Jesús muerto y resucitado por sus pecados. Por tanto, al predicar él no habla como alguien que nunca ha estado al nivel de la incredulidad de la gente, al contrario, quiere enfatizar en su testimonio cuán grande ha sido la gracia de Dios para con él. De esta manera, también el testimonio de nuestra antigua manera de vivir y cómo llegamos a conocer el amor de Dios puede ser un hermoso aliciente para aquellos que piensan que por la multitud de sus pecados nunca serán perdonados por Dios.

2. Soportar la persecución es una forma de glorificar a Cristo, y es la oportunidad para dar un fuerte testimonio de nuestro amor por Él.

En nuestro servicio al Señor, hemos de entender que la persecución es inevitable. Pero el que sufre, no se halla atravesando solo el valle de sombra de muerte, sino que cuenta con la protección y preocupación de Dios.

3. Hay oportunidades en que el sufrimiento no se puede evitar, pero a veces puede ser innecesario.

En el libro de los Hechos vemos cómo los primeros cristianos sufrieron físicamente por predicar a Cristo, esto era algo que ellos aceptaron por amor al Señor. Sin embargo, Pablo, el que tanto castigo había recibido por causa de Jesús, esta vez rechaza el ser castigado con azotes. Él apela a ciertos derechos dentro del aspecto judicial romano. Muchos creyentes a veces no quieren usar de sus derechos como ciudadanos y se dejan abusar; debemos tener cuidado en este aspecto y pedir la sabiduría del Señor para saber cuando actuar a nuestro favor o cuando no hacerlo.

Hechos 23

En este capítulo se continúa relatando el progreso del evangelio. En el versículo 11 el Señor anima a Pablo, comunicándole, a través de una visión o sueño, que de la manera en que ha testificado de Cristo en Jerusalén, así lo hará también en Roma, centro y corazón del imperio romano. No importa las cosas que vengan, ya que todo cooperará para que se cumpla el plan de Dios en la vida de Pablo.

1. (23,1-11) El comandante Lisias logró convocar una reunión del sanedrín. Lisias quería tener antecedentes concretos para saber más acerca del conflicto existente entre Pablo y los demás judíos. En conclusión, el sanedrín no tenía la autoridad para condenar a Pablo. Por lo tanto, el apóstol hablaba en pie de igualdad con los miembros del sanedrín, llamándolos hermanos. Pablo dice que siempre había actuado con buena conciencia delante de Dios; él puede defenderse sin temor alguno, ya que demuestra que no ha cometido ningún mal. El sumo sacerdote interviene, pues encuentra irreverente la actuación de Pablo. En razón de esto ordena a unos de sus siervos golpear a Pablo en la boca. Pablo protestó vehemente ante esta injusticia, diciendo: "¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?" Pablo no sabía que el que había dado la orden era el sumo sacerdote. Cuando lo supo se disculpó, recordando las palabras de las Escrituras: "No maldecirás al príncipe de tu pueblo" (Ex. 22,28). Tenía el derecho de oponerse a la injusticia, pero la autoridad del gobierno debía ser honrada. Aquí vemos una semejanza con la reacción de Jesús en Juan 18,21-23, aunque la de nuestro Señor fue más calmada que la de Pablo. Al disculparse Pablo mostró su respeto por la ley y por el sumo sacerdote (ver la acusación en 21,28).

A fin de abrirse paso, Pablo hace uso de la controversia que había entre los fariseos y los saduceos en cuanto a la resurrección. De esta manera se atrae el apoyo de los fariseos, quienes sí creen en la resurrección, en tanto que los saduceos la rechazaban. Pablo apela a este método, pues sabe que una discusión y conversación pacíficas no son posibles, ya que ni aun se le daría la oportunidad de testificar de Cristo. Cuando Pablo hace mención de la resurrección, está haciendo alusión (aunque en forma indirecta) a la resurrección de Cristo. El fue acusado (21,28) de haber hablado contra el pueblo; en realidad el pueblo está dividido, así como el Sanedrín mismo está dividido. En este sentido las palabras de Pablo fueron el detonante para que se produjera dicha división en el sanedrín, ya que al hablar de la resurrección de inmediato provocó un encuentro teológico entre fariseos que sí creían en la resurrección y saduceos que no creían en ella, ni en ángeles ni espíritus.

La confrontación explotó en el sanedrín. Los fariseos decían que no encontraban ningún mal en él, y hasta admitían que era posible que un espíritu o un ángel le hubiese hablado a Pablo; por su parte los saduceos tenían opiniones contrarias. La disputa se hizo tan violenta que el tribuno tuvo que sacar rápidamente a Pablo del lugar, pues temía que éste fuese muerto por la turba. A la noche siguiente el Señor se reveló a Pablo y le dijo:"Ten ánimo Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma". Esto fue de gran consuelo para el apóstol. El Señor había visto su anhelo de testificar de su nombre. Ahora podía hacerlo en Roma, aunque él todavía no sabía cómo se lograría esto.

* ¿Estamos dispuestos a testificar de Cristo a pesar de toda oposición?

2. (23,12-35) Al día siguiente 40 hombres [5] tramaron una conspiración en contra de Pablo, jurando que no comerían ni beberían hasta que hubieran dado muerte a Pablo. Se dirigieron a los miembros del sanedrín proponiendo que ellos pidieran al tribuno que éste convocase a una reunión de investigación. Ellos habían determinado matarlo en el camino. Es muy probable que este haya sido un grupo de zelotes que hacían todo el empeño por mantener una religión pura. Un sobrino de Pablo, sin embargo, se enteró de este plan e inmediatamente lo dio a conocer al comandante quien le ordenó no decir nada a nadie para evitar que los judíos cambiasen sus planes, buscando otra posibilidad de matar a Pablo. El comandante tomó de inmediato sus medidas e hizo llevar a Pablo a Cesarea, la sede del procurador de Judea, Félix. A fin de asegurarse lo hizo llevar bajo una fuerte guardia, casi la mitad de la guarnición. Partieron a la tercera hora de la noche, lo que significa las nueve de la noche, puesto que la primera hora empezaba a las seis. El comandante Claudio Lisias envió una carta a Félix, explicando las razones por las cuales le enviaba a Pablo; en ella hablaba de las acusaciones de los judíos y de la inocencia de Pablo. Además le adelanta que será visitado por los judíos, quienes se dirigirán a él con sus acusaciones. Obviamente el comunicado a los judíos se hizo una vez que Pablo fue transferido a Felix, ya que en aquella hora éstos no sabían nada del traslado secreto de Pablo. En el descubrimiento de la conspiración vemos la mano del Señor que le prometió a Pablo que predicaría el evangelio en Roma, el centro del imperio romano. El apóstol recibirá el privilegio de poder testificar allí de Jesús.

* Nunca pensemos que el plan de Dios para nuestras vidas se frustrará; el Señor se encargará de que eso nunca suceda.

Síntesis aplicativa de temas importantes

1. En algunas ocasiones el método apologético, es decir, la defensa de la fe, suele ser el mejor mecanismo para testificar de Cristo.

Una de las situaciones más embarazosas para un creyente, es el estar en un lugar en donde la gente es totalmente escéptica a su testimonio, tornándose esto en una atmósfera de enemistad. En el testimonio de Pablo podemos ver que él no actuó siempre como un gigante espiritual, sino también como ser humano con su propio carácter y debilidades. Al comienzo, Pablo se expresa en un lenguaje un poco oculto, no hablando de inmediato de Cristo sino de un tema un tanto delicado como el de la esperanza de la resurrección. La conclusión que podemos sacar es que testificar no siempre es una cosa romántica, en donde los adversarios están callados y perplejos, sino que también es un asunto de defenderse refiriéndose a las creencias que ya existen entre los oyentes como, en este caso, la de la resurrección. La idea de Pablo era decir que la resurrección sólo tiene base a través de la resurrección de Cristo. El Señor sabe en qué condiciones estamos cuando testificamos de Él; no nos juzga en base de los resultados, sino en base a la actitud de nuestro corazón.

1b. Podemos quejarnos del trato injusto que se nos brinda de parte de la autoridades, pero sin olvidar el respeto hacia ellas.

El apóstol Pablo se dirige al concilio que le va a juzgar, diciendo que él siempre ha actuado con limpia conciencia delante de Dios. Al parecer esto irrita al sumosacerdote quien manda golpear a Pablo en la boca. El apóstol se queja de este proceder diciendo fuertes palabras de castigo divino, pero de ninguna manera es su intención faltar el respeto a un líder religioso de su pueblo. Podemos llevar esta situación a nuestra vida como iglesia, en la cual ella puede verse hostigada por las autoridades civiles, recibiendo un injusto trato de ellas. En tales circunstancias es bueno levantar una voz que manifieste nuestro descontentos con tal o cual medida, pero nunca debemos hacerlo olvidando el respeto que como autoridad ellos se merecen. Asimismo, dentro de la iglesia alguien puede alegar una injusticia de parte de los líderes eclesiásticos, pero debe hacerlo de una forma que muestre respeto hacia ellos.

1-2. ¡Qué alegría es saber que pese a las amenazas de la gente, nadie podrá arrebatarnos de las manos de Dios!

A menudo vemos sólo el actuar de la gente, pero olvidamos que por sobre ellos hay un plan de Dios que no puede ser alterado ni saboteado en nuestras vidas. El que se sabe instrumento en las manos de Dios, ha de confiar que nadie puede destruirle antes de haber cumplido la voluntad de Dios en esta tierra. Saber esto, llega a ser una fuente de gran consuelo y ánimo para seguir trabajando en el reino de Dios.

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