lunes, 28 de mayo de 2012

DIOS TE CREO MUJER

PR LIC GUILLERMO SEBASTIAN OLIVERA

 Pro 31:10  Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

 Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.


INTRODUCCIÓN

Este exquisito cuadro de una esposa verdaderamente hermosa está concebido y trazado de conformidad con las costumbres de naciones orientales, pero sus enseñanzas morales vienen bien a todos los climas. En el hebreo los versos principian con las letras del alfabeto hebreo en orden. ¿Quién la hallará?

La pregunta denota que las tales son raras, pero no del todo. Fuerte eso es, de carácter moral.

Proverbios tiene mucho que decir acerca de las mujeres. Qué oportuno que el libro termine con una ilustración de una mujer de carácter firme, gran sabiduría, muchas habilidades y una gran compasión.

Algunas personas tienen la idea errónea de que la mujer ideal en la Biblia es retraída, servil y completamente casera. ¡No es así! Esta mujer es una excelente esposa y madre. Es además fabricante, importadora, administradora, corredora de bienes raíces, granjera, costurera, tapicera y comerciante. Sin embargo, su fortaleza y dignidad no provienen de sus sorprendentes logros. Son el resultado de que teme a Dios. Ya que en nuestra sociedad la apariencia física cuenta demasiado, puede sorprendernos que esto nunca se mencione en esta descripción. Su atractivo proviene totalmente de su carácter.

La mujer descrita en este capítulo tiene habilidades sobresalientes. La posición social de su familia es alta. Es más, tal vez no se refiera a una mujer, sino una descripción de la mujer ideal. No la vea como un modelo que se debe imitar en cada detalle. ¡Sus días no son lo bastante largos para hacer todo lo que ella hace! En cambio, véala como una inspiración para ser todo lo que usted pueda ser. No podemos ser igual a ella, pero podemos aprender de su laboriosidad, integridad e ingenio.


DESARROLLO

La mujer que ama a Dios está llena de virtudes

Hacia el final del primer capítulo de Génesis leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y le dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se muevan sobre la tierra”. Este pasaje muestra dos cosas en cuanto a la mujer. Primero que la mujer al igual que al hombre fue creada a imagen de Dios. Dios no creó a la mujer para que fuera inferior al hombre; ambos son igualmente importantes.

La mujer no fue creada solamente como parte complementaria del hombre, sino que Dios quería darle privilegios que solamente ella es capaz de desempeñar, tales como: ser madre y esposa.  ¡Qué bendición haber nacido mujer!

1. Hacer feliz a un hombre.  Dios vio que el hombre no era feliz y que estaba incompleto, por eso hizo a la mujer.

 2. Madre.  La bendición de ser madre.

a. Dar vida a un nuevo ser.  Privilegio que solo es dado a la mujer.

b. Educar a los hijos y enseñarlos.

c. Formarlos en los cuatro aspectos principales que son: moral, social, físicamente y espiritual.

 La mujer que ama a Dios está llena de virtudes, tales como los que se encuentran en Proverbios 31:10 en adelante.  Pero ahora, hablaremos de dos que son: AMOR Y PERDON.  Estas dos virtudes van de la mano.

 CONCLUSIÓN
Las mujeres de nuestra vida son criaturas engalanadas con cualidades divinas muy particulares, las que hacen que extiendan manos de bondad y de amor a quienes las rodean. Podemos alentar esa conducta natural si les concedemos la oportunidad de dar expresión a los talentos e impulsos con que han sido bendecidas.

Las mujeres son una parte esencial del “plan de felicidad” que nuestro Padre Celestial ha delineado para nosotros. Ese plan no puede operar sin ellas.

Cuán agradecido estoy, cuán agradecidos debemos estar todos, por las mujeres en nuestra vida. Que Dios las bendiga; que Su gran amor descanse sobre ellas y las corone con brillo y belleza, gracia y fe. Y que Su Espíritu descanse también sobre nosotros, los varones, y nos guíe siempre para que las respetemos, estemos agradecidos por ellas, les demos ánimo, fuerzas y amor, lo cual es la esencia misma del Evangelio de nuestro Redentor y Señor. Esto ruego humildemente, en el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.


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