viernes, 11 de mayo de 2012

GEDEÓN


GEDEÓN

Después de la muerte de Josué, el pueblo de Dios fue gobernado por Jueces. Ese período duró por 356 años. 1 Reyes 6:1 enseña que desde el tiempo de Éxodo hasta el principio del Templo de Salomón fue 480 años. Sabemos que el pueblo de Dios andaba por 40 años en el desierto y que los reinos de Saúl y David duraron ochenta años. Salomón comenzó la construcción del templo en el cuarto año de su reino. Restando 124 de 480 deja 356 años.

El período de los Jueces se resume en Jueces 2. El pueblo de Dios siempre se dexlizó en la idolatría. Cuando lo hizo, Dios permitió que sus enemigos lo oprimieran. Entonces el pueblo de Dios se arrepintiera y clamara al Señor por liberación. Entonces Dios levantara un Juez para salvar a Su pueblo de sus enemigos. Aquellos jueces eran en realidad, líderes militares. Mientras el Juez tenía vida, el pueblo servía a Dios. Cuando el Juez murió, el pueblo regresó a sus costumbres idólatras.

He aquí una lista de los Jueces:

  • Otoniel - Jueces 3:7-11.
  • Aod - Jueces 3:12-30.
  • Samgar - Jueces 3:31.
  • Débora y Barac - Jueces 4:1-5:31.
  • Gedeón - Jueces 6:1-8:33.
  • Abimelec - Jueces 9:1-56.
  • Tola y Jair - Jueces 10:1-5.
  • Jefte - Jueces 10:6-12:7.
  • Ibzán, Elon, y Abdón - Jueces 12:8-15.
  • Sansón - Jueces 13:1-16:31.
  • Samuel - I Samuel 7:15.

Espero que algún día Ud. lea el libro entero de los Jueces. Ahora, consideremos la historia de Gedeón.

Gedeón era el sexto juez. En su época, el pueblo de Dios estaba oprimido por los madianitas y los amalecitas. 135,000 tropas enemigos entraron a la tierra para destruirla. El pueblo de Dios estaba oprimido y empobrecido. Clamó al Señor por liberación.

Gedeón no era más que un hombre común. El dijo que su familia estaba pobre en y él era el menor en la casa de su padre. Un día, un ángel de Dios le apareció cuando se escondía de los madianitas y estaba trillando trigo. El ángel dijo: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. . . ve con es tu fuerza, y salvarás a Israel de la o de los madianitas".

Gedeón no lo creyó. El dijo: "Si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado . . ."

Gedeón quería una "señal" de Dios. Estaba pronto a obedecer a Dios, pero él necesitaba algo palpable. Las Escrituras enseñan que Dios conoce nuestro origen y se recuerde que somos polvo. ¡Dios nos hizo! No espera que ciegamente sigamos cualesquiera instrucciones. Él entiende nuestra necesidad de confirmación. Por eso, dio a Gedeón una serie de señales. Eso milagros convencieron totalmente a Gedeón que Dios le llamaba a asolar a los madianitas.

La primera señal era un fuego milagroso que salía de una peña. Esto se describe en Jueces 6:21-24.

La segunda y tercera señales tuvieron que ver con un vellón de lana. Al principio Gedeón pidió a Dios que haga húmida la lana con el roció, y la tierra alrededor de ella estaba seca. Entonces pidió a Dios que haga el milagro al revés haciendo seca la lana y húmida la tierra. Dios concedió la petición de Gedeón. (Véase Jueces 6:36-40)

La cuarta señal se relacionó con un sueño que Dios dio a un soldado madianita. Dios contó a Gedeón que si aún tuviera miedo de entrar en la batalla, debiera infiltrar el campamento del enemigo en secreto. Cuando Gedeón hizo eso, escuchó a los soldados que describían un sueño. Interpretaron que el sueño significaba que iban a ser vencidos por Gedeón. (Véase Jueces 7:9-15)

Dios puede discernir los pensamientos y los propósitos de nuestros corazones. No puede ser engañado. Él sabía que Gedeón quería obedecer, y por eso Dios le concedió la evidencia. Si Ud. sinceramente quiere obedecer a Dios, ¡Él le dará a Ud. también, la evidencia!

Sin embargo, Gedeón pudo reunir solamente 32,000 soldados para la batalla. Como ya hemos dicho, los madianitas y los amalecitas tuvieron 135,000 tropas. Aunque los israelitas eran menos, Dios dijo que los que tenían miedo deberían regresar a sus hogares. 22,000 tropas dejaron el ejército.

Dios vio los 10,000 soldados que se quedaron y dijo a Gedeón que aún eran muchos. Si vencieran al enemigo bajo esas circunstancias pensarían que hubieran ganado la victoria por su propia fuerza.

Dios dijo a Gedeón que llevara esos hombres al agua para beber. Los que bebieron poniendo sus manos a la boca, llegarían a formar el ejército de Dios. Había solamente 300 hombres en ese ejército.

Gedeón dividió su ejército pequeño en tres grupos. Cada soldado fue dado una trompeta, y un cántaro con un antorcha encendida adentro. En la madrugada, infiltraron al campamento del enemigo. En la hora de cambiar las guardias, tocaron sus trompetas y sacaron sus antorchas. El campamento estaba tan lleno de confusión que los madianitas comenzaron a matarse el uno al otro. Esa noche 120,000 soldados enemigos murieron y Gedeón ganó una victoria grande. Sin embargo, Gedeón sabía que la gloria por la victoria perteneció a Dios.

Hay muchas lecciones que podemos aprender de Gedeón. Una lección tiene que ver con el estar guidado por Dios. Las Escrituras enseñan que Dios sí guía y dirige a sus hijos. Jesús dijo que Él área el Buen Pastor. Él dijo que sus ovejas le seguirían, pero no seguirían a un desconocido. Romanos 8:14 dice: "Todos los que son guidas por el Espíritu de Dios, éstas son hijos de Dios."

Dios quiere dar a Ud. dirección y orientación. El diablo es un engañador que a veces aparece como un ángel de luz. Si Ud. está sincero de corazón, Dios le dará suficiente evidencia para hacer una decisión racional, en la misma manera que lo hizo para Gedeón.

"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus, si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios, y todo espíritu que no confiesa a Jesús no procede de Dios. Este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que había de venir y que ahora ya está en el mundo." (1 Juan 4:1-3)“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.”

El llamado del Señor no le llegó a alguien que vivía en un palacio. No le llegó a alguien que estaba especialmente entrenado para esa misión, a un gran guerrero por así decirlo, o a alguien que era líder de Israel. El llamado fue para un campesino que estaba trillando trigo, para esconderlo de los madianitas. “el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” dice la Palabra (1 de Samuel 16:7). Él mira el corazón y Él llama. Él llama a cualquiera. A ti, que puede que no tengas una maestría en teología o que tal vez nunca te hayas parado en un púlpito. Aún así, tú tienes a Cristo. Eres miembro de Su cuerpo, con el mismo rol importante y significativo que cada miembro de tu cuerpo físico tiene. Luego, el Señor llamó a Gedeón, un campesino que estaba trillando trigo, hacia su trabajo. ¿A caso parecía que era un “varón esforzado y valiente? Estaba trillando el trigo para ESCONDERLO de los madianitas. Y aun así, eso es lo que eres exactamente “un hombre (o mujer) de valor” cuando el Señor está contigo. “El Señor es la fuerza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1), David dijo. “Si Dios es por nosotros, quién contra nosotros” (Romanos 8:31), “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE” (Filipenses 4:13) Pablo dijo. “separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5), dijo el Señor. No importa lo que tengamos o lo que podamos hacer – sin el Señor, por nosotros mismos, no podemos hacer nada- pero puede hacer a través de nosotros, si obedecemos a su llamado. Y continuando con el verso 13: “Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.”

¿A caso había entendido Gedeón que estaba hablando con un ángel del Señor? Probablemente todavía no, como únicamente en el verso 22 lo admite. Gedeón respondió con un “porqué” al saludo del Señor el cual abrió la conversación. “Si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? Algunos hermanos o hermanas miran al pasado, a tal o cual evento y piensan lo mismo así como Gedeón: “si el Señor está conmigo, ¿por qué me pasa entonces todo esto? “Nunca te dejará ni te desamparará” (Hebreos 13:5) dice la Palabra. El Señor nunca te dejará ni te desamparará, aún si surgen los momentos difíciles, y surgirán en la vida. Sin embargo, Dios no esperó hasta que Gedeón ya no tuviera preguntas. El verso 14 nos da Su respuesta: “Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”

“¿No te envío yo?” No importa quién eres o cuáles son tus referencias. Esas puede que les importen a los hombres. El hombre mira títulos y nombres. Sin embargo, el Señor no. – Él solo mira el corazón. Lo que en realidad importa es que Él te ha enviado. Si el Señor te envía y tú obedeces sus instrucciones, entonces tú tendrás éxito en cualquiera que sea la misión que tengas, aún si es la liberación de toda una nación, como aquí con Gedeón. Y la conversación


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