domingo, 30 de septiembre de 2012

EL SEXTO SELLO


Apocalipsis 6:12-17 - Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

En estos versículos aquí encontramos el comienzo de la ira de Dios en contra de la violencia, el odio, y la rebelión del mundo. Como podemos ver, aquí se nos dice que habrá un gran terremoto; pero, este terremoto no será como nada que el mundo ha presenciado hasta el día de hoy, sino que será uno como nunca se ha visto en toda la historia; será una catástrofe como nunca se ha presenciado.   

Fíjense bien en la magnitud de lo que acontecerá, para que entiendan bien lo que les digo.  Aquí vemos que se nos dice: “…y todo monte y toda isla se removió de su lugar…”  La gran realidad es que todos aquí hemos presenciado la devastación de terremotos y catástrofes; el más reciente siendo el que sucedió en Japón, que tuvo una magnitud de 8.9 en la escala de Richter, y produjo un tsunami de 30 pies[3].  En esa catástrofe vimos como hubo gran pérdidas de vida y propiedades, pero la realidad es que todos los terremotos combinados que han sucedido en la historia no tendrán comparación con el que encontramos descrito aquí, ya que aquí vemos que se nos dice que: “….todo monte y toda isla se removió de su lugar…”  Y por si no lo sabían, grandes terremotos pueden ocasionar una oleada de erupciones volcánicas[4]

Y creo que es por eso mismo que aquí encontramos que no solamente ocurrirá un terremoto de intensidad como jamás ha sucedido, sino que también sucederán eventos celestiales.  Así que además de que la tierra y las montañas serán movidas de lugar, el cielo desaparecerá de vista debido al polvo, ceniza, y el humo.  El pánico y temor que todo esto producirá causará que: “…los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero…”  Dile a la persona que tienes a tu lado: nadie escapara el Juicio de Dios. 

El mundo de los no creyentes temblará del terror al ver los eventos que están aconteciendo en el cielo y la tierra, es en ese momento que muchos se darán cuenta que el Juicio de Dios se ha acercado. Que se ha acercado el día cuando tendrán que pararse ante la presencia de Dios, ante la presencia del Cordero, a quien han rechazado, maldecido, desobedecido, e ignorado. La realidad es que no existe una persona que pueda escapar el Juicio de Dios.  Sean creyentes o no, toda persona en el mundo tendrá que pararse cara a cara con Dios en el día del juicio; los que han creído y se han mantenido firmes en su fe experimentarán el gozo de entrar en el Reino de Dios, mientras que los que le han rechazado y desobedecido experimentarán su ira.  ¿Quién experimentará la ira de Dios? 

La ira de Dios será en contra de toda persona que se crea auto-suficiente. La ira de Dios será en contra de todo religioso que piense que está haciendo o ha hecho el bien lo suficiente para ser aceptado por Dios. La ira de Dios será en contra de toda persona que pensó que él era insignificante y que no podía hacer nada por Su Reino. La ira de Dios será en contra de todos los sabios que pensaron que eran muy inteligentes para creer en Cristo. La ira de Dios será en contra todos los científicos que pensaron que la ciencia había progresado tanto que habían podido probar que Dios no existía. La ira de Dios, será algo que definitivamente yo no quisiera experimentar. 

 

6.12 El sexto sello cambia la escena de regreso al mundo físico. Los primeros cinco juicios fueron dirigidos a regiones específicas, pero este juicio es universal. Todos tendrán miedo cuando la tierra misma sea sacudida.

 

6.15-17 Al ver a Dios sentado en el trono, todos los seres humanos, grandes y pequeños, se aterrorizarán y clamarán que las montañas caigan sobre ellos de modo que no tengan que enfrentarse al juicio del Cordero. Esta vívida escena no tiene la intención de asustar a los creyentes. Para ellos, el Cordero es un Salvador tierno. Pero los generales, emperadores o reyes que antes no mostraron temor de Dios y con orgullo ostentaron su incredulidad, hallarán que estaban equivocados, y en aquel día deben enfrentarse a la ira de Dios. Nadie que haya rechazado a Dios podrá sobrevivir el día de su ira, pero los que pertenecen a Cristo recibirán una recompensa y no un castigo. ¿Pertenece a Cristo? Si es así, no tiene por qué temer a esos últimos días.

 

12. Como el 6:4, 6-8: la espada, el hambre y la pestilencia, corresponde a Mat_24:6-7; y el 6:9, 10, sobre los martirios corresponde a Mat_24:9-10; así este pasaje,Mat_6:12-17, corresponde a Mat_24:29-30. “el sol se oscurecerá, y la luna no dará su lumbre. y las estrellas caerán del cielo;… entonces lamentarán todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del hombre que vendrá …;” lenguaje figurado descriptivo de los presagios de la venida inmediata del día del Señor; pero no la venida misma hasta que los elegidos sean sellados, y los juicios reclamados por los mártires, caigan sobre la tierra, el mar, y los árboles (cap. 7.) y he aquí—Así dice el manuscrito A; pero el B y el C omiten. terremotoGriego, “una sacudida” de los cielos, el mar, la tierra seca; la sacudida de las cosas mutables siendo el preliminar necesario del establecimiento de las cosas que no pueden ser sacudidas. Esta es una de las palabras claves [Wordsworth] que une el sexto sello con la sexta trompeta (Mat_11:13) y con la séptima copa (Mat_16:17-21): también el séptimo sello (Mat_8:5). saco de cilicio—Un paño hecho de “pelo” de la cabra ciliciana, y llamado “cilicium”, o paño ciliciano. Era usado para carpas. Pablo, un ciliciano, hacía tales tiendas (Act_18:3). luna—A, B, C, y las versiones más antiguas dicen “la luna llena;” no meramente la creciente. como sangre—(Joe_2:31.)

13. estrellas … cayeron … como la higuera echa sus higos—(Isa_34:4; Nah_3:12.) La Iglesia estará entonces madura para la glorificación, el mundo anticristiano para la destrucción, lo que será acompañado por los poderosos fenómenos en la naturaleza. En cuanto a la caída de las estrellas a tierra, la Escritura describe los fenómenos naturales tal como aparecen ante el espectador, no en el lenguaje del acierto científico; y sin embargo, mientras que se adapta así a hombres comunes, nos da insinuaciones anticipatorias de los descubrimientos de la ciencia moderna.

14. se apartóGriego, “fué separado de” su lugar; “fué retirado.” No como Alford, “se hizo pedazos;” pues, al contrario, se dice que fué enrollado y puesto a un lado. No hay ningún “apartarse uno de otro” en el griego, como en Act_15:39, pasaje que Alford copia. todo monte … movidas—(Psa_121:1; Jer_3:23; Jer_4:24; Nah_1:5.) Este derrumbamiento total será el precursor de la tierra nueva, así como las convulsiones preadámicas la prepararon para sus habitantes actuales.

15. reyes … se escondieron—“¿Dónde estaba ahora el espíritu de aquellos que el mundo tanto temía?” [Bengel.] príncipes—los estadistas y altos oficiales civiles. ricos … capitanes—manuscritos A, B, C, trasponen, “capitanes … ricos”. los fuertes—Físicamente: así dicen los manuscritos A, B, y C .
16. de la cara
17.  “que vino el día grande …” que no puede significar sino el último gran día. Después que el Señor haya utilizado todos sus juicios ordinarios, la espada, el hambre, la pestilencia, y las bestias salvajes, y haya aún pecadores impenitentes, el gran día mismo del Señor vendrá. Mateo 24 forma un paralelo perfecto con el seis sellos, no sólo en los eventos, sino también en el orden de su ocurrencia, a saber: el 24:3, con el primer sello; el 24:6, con el segundo sello; el 24:7, con el tercer sello; el 24:7, fin, con el cuarto sello; el 24:9, con el quinto sello, bajo el cual las persecuciones y la grande iniquidad son detalladas en particular así como también los juicios consiguientes acompañados por cierto de la predicación del evangelio a todas las naciones como un testimonio (24:9-28); el 24:29, con el sexto sello. estar firme—El griego: “estar en pie;” justificado delante del Juez, y no condenado. Así el sexto sello nos lleva hasta el borde de la venida del Señor. Las impías “tribus de la tierra” tiemblan ante las señales de su inminente llegada. Pero antes que dé en efecto el golpe en persona, “los elegidos” deben ser reunidos se entre ellos.

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