domingo, 9 de septiembre de 2012

Diezmar


Por. Karen Gallagher Florida, EUA
Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Proverbios 3.9 (VPEE)

POR años luché con el concepto del diezmo. No tenía problema depositando algún dinero en el platillo de las ofrendas cada domingo, pero ¿el diez porciento? Podía tener muchísimas razones para no diezmar, pero no tenía problemas en gastar la misma cantidad en el centro comercial.
Entonces conocí a Ana, una mujer soltera, que no sólo diezmaba, sino que ahorraba cada dólar que le sobraba para las misiones. Ana tenía un gozo y una fe en Dios que yo envidiaba. No tenía un trabajo con un sueldo muy alto, pero vivía de forma modesta y cómoda con sus ingresos. Un día, le pregunté su secreto. «Sigo el plan de Dios y confío en él», me confió. Me explicó que el diezmar no es una obligación, sino un privilegio y una forma de mostrar que honramos a Dios. «Dios nunca me ha desamparado, aun en los momentos más difíciles», dijo Ana.
Dios me desafió a través de Ana. «Pónganme a prueba», parecía que Dios me decía. Así que le tomé la palabra a Dios y nunca me arrepentí de mi decisión de diezmar. Dios ha cumplido fielmente sus promesas y las bendiciones fluyen a diario. Debido a que Dios es fiel siempre tengo suficiente.

Oración: Amado Dios, ayúdanos a creer en tu Palabra y a ponerla en práctica en nuestra vida
 
TOMADO DE DEVOCIONALES DIARIOS TRANSFORMANDO VIDAS.

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