domingo, 30 de septiembre de 2012

El HONOR DE SER MADRE


GENESIS 3:20

Hoy celebramos un día especial en honor a las madres. Las madres más que nadie merecen que se celebre un día en su honor.

Yo tengo mi madre lejos en Chile mi país, pero la recuerdo igual que muchos de ustedes, es mas hoy por esta fecha e tenido gran necesidad de pensar en Ella, sentir soledad de saber que no tendré sus manos abrazándome y Yo abrazándola, me produce mucha nostalgia, se que además en su oración de esta mañana estar orando por mí, para que tenga siempre sabiduría para llevar adelante mi ministerio y porque el resto de mi vida sea un hombre de bien y lleve con la dignidad que se merece, la labor pastoral, pedirá que nada ni nadie me aleje del propósito por el que fui llamado por Señor, siento nostalgia de no ver sus manitas preparando el desayuno, para que luego me vaya a la iglesia a saludar a mis hermanas en Cristo, que también son madres, sé que es un privilegio inmerecido de no solo tener a mi madre, si que también se suma el soporte y la oración de mi amada abuela Guillermina, quien también todos los días ora por sus hijos y nietos, que sirven en el ministerio como pastores, solo debo dar gracias a Dios por tenerlas con vida y con ellas me relacioné y conocí al señor desde que tengo uso de razón, gracias Padre , por que las tengo con vida y salud.

Un día, una madre fue a consultar con su terapeuta. Luego de que la madre le describiera su vida, el terapeuta la resumió de este modo: Usted invierte el 50% de sus energías en el trabajo, el 50% en su esposo, y el 50% en sus hijos. Creo que veo el problema.

Es muy triste que el mundo actual no respete la gran contribución que hacen las madres. A las mujeres se les dice que les hace falta una carrera para desarrollarse como personas. La carrera de ser madre no se respeta.

Sin embargo, a la vista de Dios, hay gran honor en ser madre. Dios mismo ha honrado a las madres grandemente. Él también llama a todos a honrar a las madres. Ahora, ¿qué de la mujer que no es madre? ¿Carece de valor? Claro que no. Puede ser usada por Dios en maneras que la mujer que tiene la responsabilidad de una familia no puede. Es apropiado, sin embargo, honrar a las madres, porque al hacerlo, honramos al Dios que creó la maternidad.

¿En qué consiste el honor de ser madre? El honor más grande viene de Dios. La realidad es que

I. Dios ha honrado a las madres

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, Adán le dio como nombre a su pareja Eva. Según Génesis 3:20, El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todo ser viviente.

Cada mujer que es madre refleja en su ser algo del poder creativo de Dios. Sólo Dios puede dar la vida, pero la madre posee una reflexión del poder que Dios tiene para dar vida. Ella no es la creadora de la vida nueva, pero es el instrumento usado por Dios para traer vida nueva al mundo. Podemos decir, entonces, que Dios ha honrado a las madres compartiendo con ellas su poder creativo. Dios ha dado un poder especial y único a las madres, por lo cual ellas deben ser honradas.

Esta realidad llega a su apogeo en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. La forma más grande en que Dios ha honrado a las madres es al usar a una de ellas para traer a su Hijo al mundo.

Cuando el ángel le apareció a María para anunciar el nacimiento de Jesús, le dijo estas palabras: ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo (Lucas 1:28). Dios favoreció a María, y a todas las mujeres, usándola para traer a este mundo a su Hijo. En algunos círculos, se usa el título Madre de Dios para referirse a María. Este título no es correcto. Ella no es la madre de Dios, pues Dios no puede tener madre; él siempre existe. Más bien, María fue madre de Jesucristo en su humanidad. Ella fue madre de la naturaleza humana de Jesús, mientras que su naturaleza divina siempre había existido.

Aunque no debemos de cometer el error, entonces, de pensar de María como madre de Dios, reconocemos que ella sí fue la madre de Jesús. Ningún hombre tuvo que ver con el nacimiento de Jesús. José no fue su padre. María, sin embargo, sí fue su madre.

Las mujeres han recibido un honor que se nos ha negado a los hombres – el honor de que una de ellas fuera usada para traer al mundo al Hijo de Dios. Si Dios ha honrado de tal modo a las madres, nosotros también debemos de hacerlo. En efecto,

II. Dios llama a todos a honrar a las madres

En primer lugar, Dios llama a los esposos a honrar a las madres. Los esposos deberán apreciar y apoyar a sus esposas.

Es una desgracia que en tantas partes de América Latina a la mujer se le vea como poco más que una sirvienta doméstica. El apóstol Pedro nos da otra idea en su primera carta. Dice así: Ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes. (1 Pedro 3:7)

La esposa no existe sencillamente para que su esposo la use; al contrario, la tarea del esposo es la de buscar formas de apoyar a su esposa, respetándola como quien comparte con él la salvación. Muchas culturas menosprecian a las mujeres, pero dentro del cristianismo no cabe tal actitud. Al decirnos que tanto la mujer como el hombre son herederos del don de la vida, Pedro nos da a entender que ambos tienen igual valor ante Dios, pues ha elegido salvar a ambos.

La actitud del hombre hacia su esposa, entonces, ha de ser la actitud de un jardinero hacia una bella flor. Precisamente por su delicadez y fragilidad le da mayor cuidado, para que pueda lucir en toda su belleza. El esposo que ama a Dios jamás se aprovecha de la debilidad de su esposa, sino que más bien busca la manera de ayudarla a desarrollar sus habilidades para que juntos puedan servir al Señor.

Los hijos también deberán honrar a las madres, mostrando a sus madres el debido respeto. Dice Proverbios 15:20: El hijo necio menosprecia a su madre. Es una gran falta de sabiduría menospreciar a la madre, cualesquiera que hayan sido sus fallas. Es de sabios respetar y honrar a su madre. La honra que el hijo le debe a la madre puede cambiar con el transcurso de los años, pero nunca se acaba la responsabilidad de honrarla. Por supuesto, la madre sabia aprecia los intentos de sus hijos, aunque su sinceridad sobrepase su conocimiento.

En algún día de las madres, dos niños le dieron a su mamá una planta en maceta como regalo. Con caras tristes, le dijeron: Había un ramo de flores que queríamos comprarte, pero no nos alcanzó el dinero. ¡Nos pareció perfecto porque traía una tarjetita que decía En paz descanse, y tú siempre estás pidiéndonos un poco de paz para que puedas descansar! Por lo menos sus corazones eran sinceros.

El padre también deberá hacer que sus hijos respeten a su propia madre. La madre, por su carácter más amoroso, puede permitir que los hijos la traten de una manera que no es conveniente. El padre deberá disciplinar a sus hijos y enseñarles a tratar con respeto a su madre, jamás levantándole la voz y hablándole con respeto en todo tiempo.

¿Tiene Dios un mensaje para las madres también? Sí,

III. Dios llama a las madres a ser dignas de honor

A los esposos y a los hijos les toca honrar a la madre cualquiera que sea su carácter. Sin embargo, Dios desea que las mujeres también se esfuercen en ser dignas del honor que reciben.

¿Cómo se puede hacer esto? Leemos en Proverbios 31:30, Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. En realidad no importa si puedas vestir las últimas modas, si tengas una buena figura o si parezcas modelo; todo eso es pasajero. El hombre mira lo exterior, pero Dios mira al corazón. El corazón es el verdadero depósito del tesoro de la belleza. Me parece que muchos hombres se han casado con mujeres bellas, y luego se han arrepentido de haberlo hecho. El proverbio dice: Como argolla de oro en hocico de cerdo es la mujer bella pero indiscreta. (Proverbios 11:22)

La belleza verdadera de la mujer no está en el color de sus ojos, en el arreglo de su cabello o en su forma de llevarse; la verdadera belleza es la belleza del alma. Esta belleza nunca cederá ante las arrugas, las canas o la celulitis; al contrario, se vuelve más y más grande con el transcurso de los años. Si quieres ser realmente bella, tú que eres mujer y madre, teme a Dios. Sométete a su voluntad para tu vida, busca más de él, y pasa tiempo con él cada día. Así serás realmente bella y digna de elogio.

La madre también se muestra digna de honor tomando en serio su llamamiento de madre. En la descripción de la mujer ideal que tenemos en Proverbios 31 encontramos este versículo: Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio. Sus hijos se levantan y la felicitan. (Proverbios 31:27-28) Desgraciadamente, hay muchas mujeres modernas que no consideran el ser ama de casa como algo honorable. La cultura, y hasta los mismos esposos, muestran una falta de aprecio por la importante labor que hace la mujer al cuidar la casa y criar a los hijos.

En realidad, no hay nadie que pueda criar a un niño como lo puede hacer la madre. Madres, tomen en serio el trabajo que Dios les ha dado de educar a sus niños, de enseñarles a temer a Dios, y de formar su carácter. Es el trabajo más importante que puedan tener. Si te es necesario trabajar fuera de la casa, Dios no lo prohíbe. Es noble que apoyes a tu esposo para proveer por la familia. No olvides, sin embargo, que tu trabajo más importante es el cuidado de esas vidas que Dios ha puesto a tu cargo. Ellos no se van a criar solos.

Un famoso predicador de otra generación tuvo cuatro hijos, y todos también se hicieron predicadores. ¡Ya se imaginarán cómo habrán sido las cenas en aquella casa! En alguna ocasión, un visitante le preguntó a uno de los hijos quién era el mejor predicador de la casa, pensando que nombraría a su famoso papá. Sin pensarlo mucho, el hijo respondió: Mi mamá.

Tú que eres madre tienes la gran oportunidad de predicar con tu vida, tu ejemplo y tus consejos a tu familia. Dios te honrará por hacerlo.

 

Carta para una madre

Mama
hoy te escribo esta sencilla y humilde carta, por tantas, pero tantas cosas...
la principal porque te quiero, y además porque hoy es tu día, es bueno saber que existe este día, realmente creo que cada hijo en este mundo tiene que estarle agradecido a su madre por cada cosa, quizás haya chicos que ya no la tengan; yo le doy gracias a Dios porque te tengo, y porque todavía puedo compartir cada minuto de mi vida contigo; por eso te escribo esto, para poder de alguna forma expresarte todo lo que sient
o:

Gracias mamá por ese día en que me enseñaste a dar mi primer pasito, porque me diste la seguridad de tus brazos, que me sostuvieron siempre para que no me caiga.

Gracias mamá porque junto a ti aprendí el significado de la palabra más hermosa, AMOR.

·         Gracias mamá
por cada velita que me ayudaste a apagar.

·         Gracias mamá por pasar noches enteras orando y velando por mi cuando yo estaba en un problema o cuando estaba enfermo.

·         Gracias mamá por compartir todas mis alegrías y por ayudarme en mis tristezas.

·         Gracias mamá por escucharme, aconsejarme, por luchar por mí, por darme tu hermoso hombro para que pueda llorar en él, y compartir tus lágrimas para luego sonreír porque juntos habíamos encontrado la solución.

Gracias mamá porque hiciste cumplir mi mayor deseo y quizás el sueño de mi vida, porque sufriste día y noches enteras en hacer lo mejor para que yo pueda ser feliz.

Es tanto lo que tendría que escribir, que se acabaría la tinta. Pero sé que mis labios no podrían nunca dejar de decir todo lo que siento por ti, todo lo que tengo que agradecerte; ni tampoco mi corazón dejaría jamás de quererte, porque el día que eso suceda entonces ya no latiría.

Mami, gracias, sólo gracias y recuerda que te súper quiero y disfruta al máximo este día que es el mejor porque es sólo tuyo, sólo tuyo mamá.

Carta para mi madre

Es el Día de la madre...

Es tanto lo que tendría que escribir, que se acabaría la tinta. Pero sé que mis labios no podrían nunca dejar de decir todo lo que siento por ti, todo lo que tengo que agradecerte; ni tampoco mi corazón dejaría jamás de quererte, porque el día que eso suceda entonces ya no latiría.

He aprendido que la distancia ha hecho más fuertes nuestros lazos, quizás porque solo aprendemos a valorar las personas que queremos cuando sentimos su ausencia, por eso hoy, siento que te Amo más que cuando estaba muy cerca a tí, y no apreciaba lo que día a día me dabas, quizás porque sentí que estabas ahí siempre que te necesitaba.
Mami, muchas veces sentí estremecerme al ver tus ojos brillar de amor, pues tu silencio era más elocuente que mil palabras, a través de él, siempre escuché los mil te amo callados, y aunque tus labios se sellaban para impedir dejar volar tantas palabras que quisiste expresar, ahora te digo que no eran necesarias, pues siempre he sabido tu gran amor siempre presente.
Cuántas veces Mami, en mis momentos de angustia, simplemente pasaste tu mano por mi cabeza, sin mediar palabra, para con ellas contagiarme de tu paz y tranquilidad, siempre lo lograste, sí, muchas veces sentí a través de ellas que todo se disipaba lentamente mientras solo sentía amor que se expandía mágicamente hacía mi.
Quién como tu puede sentir cuando mis palabras expresan algo más que un saludo, que seguidamente tu acompañas de un ¿Qué te pasa hija?, sin que pueda evadir contarte lo que tu sabes con solo escucharme, y quién mejor que tu para escucharme casi siempre sin mediar palabras, finalizando siempre con "Todo va a estar bien hijita, ya verás, todo pasará", transmitiendo con esas palabras la fortaleza, tranquilidad y la certeza de que ya todo está bien.
Hoy quiero agradecerte Mami, no porque me diste todo lo que necesitaba, sino porque me enseñaste a valorar lo que tenía; no por llenarme de palabritas bonitas, sino porque me enseñaste a ver en cada sonrisa, en cada mirada, en cada palabra, el amor implícito en cada una de ellas; no por llorar conmigo en mis momentos difíciles sino por enseñarme que más allá del llanto se necesitan soluciones, no por ocultar mis errores, sino por enseñarme a reconocerlos y enmendarlos, no por resolver mis problemas, sino por enseñarme que la responsabilidad de su solución era solo mía.
Gracias Mami, porque gracias a tu ejemplo, aprendí que el trabajo no es un castigo sino una bendición, gracias a ti aprendí que los hijos no son de nuestra propiedad, que un día ellos necesitan hacer su vida, y no por ello se deja de Ser..... Madres
Una vez más quiero decirte "Te amo, Madre", no por ser un hoy un día especial, sino porque así lo he sentido todos los días de mi vida, y lo seguiré sintiendo mas allá de la eternidad, porque solo contigo aprendí que Mama se escribe con A de Amor.

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