lunes, 9 de julio de 2012

DEPRESION VISION FARMACOLOGICA Y BIBLICA

Depresión
La depresión (del latín depressu, que significaba «abatido» o «derribado») es un trastorno del estado de ánimo, ya sea desde el punto de vista de la psicología o desde el punto de vista de la psiquiatría, pero siempre dentro del ámbito de la psicopatología. Según el modelo médico, la psiquiatría la describe como un trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente.

El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático. En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo. Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena, y el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte). También hay otros orígenes, como una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento educativo. La depresión puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral hasta el suicidio. Desde la biopsiquiatría, a través de un enfoque farmacológico, se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, los antidepresivos sólo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor/grave (en el sentido clínico del término, no coloquial).[]

“El término en psicología de conducta (ver terapia de conducta o modificación de conducta) hace referencia a la descripción de una situación individual mediante síntomas. La diferencia radica en que la suma de estos síntomas no implica en este caso un síndrome, sino conductas aisladas que pudieran si acaso establecer relaciones entre sí (pero no cualidades emergentes e independientes a estas respuestas). Así, la depresión no sería causa de la tristeza ni del suicidio, sino una mera descripción de la situación del sujeto. Pudiera acaso establecerse una relación con el suicidio en un sentido estadístico, pero tan sólo como una relación entre conductas (la del suicidio y las que compongan el cuadro clínico de la depresión). Es decir, en este sentido la depresión tiene una explicación basada en el ambiente o contexto, como un aprendizaje desadaptado de la realidad[1]

 Historia

Artículo principal: Historia de la depresión

“Conocida en sus inicios con el nombre de melancolía (del griego clásico μέλας, "negro" y χολή, "bilis"), la depresión aparece descrita o referenciada en numerosos escritos y tratados médicos de la Antigüedad. El origen del término se encuentra, de hecho, en Hipócrates, aunque hay que esperar hasta el año 1725, cuando el británico Sir Richard Blackmore rebautiza el cuadro con el término actual de depresión.[2] Hasta el nacimiento de la psiquiatría moderna, su origen y sus tratamientos alternan entre la magia y una terapia ambientalista de carácter empírico (dietas, paseos, música, etc.) pero, con el advenimiento de la Controversia de la biopsiquiatría y el despegue de la psicofarmacología, pasa a ser descrita como acaso una enfermedad más. Su alta prevalencia y su relación con la esfera emocional la han convertido, a lo largo de la historia, en frecuente recurso artístico e incluso en bandera de movimientos culturales como el romanticismo.

 

Etiología

Molécula de Serotonina. El eje serotonina-dopamina parece cumplir un papel fundamental en el desarrollo de los trastornos depresivos. En este descubrimiento se funda el efecto de los modernos antidepresivos, inhibidores de la recaptación de serotonina.

El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores genéticos, biológicos y psicosociales.

Hay evidencias de alteraciones de los neurotransmisores, citoquinas y hormonas que parecen modular o influir de forma importante sobre la aparición y el curso de la enfermedad.[3] [4] La psiconeuroinmunología ha evidenciado trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal relacionados con los neurotransmisores, así como alteraciones inmunológicas asociadas a citoquinas en el trastorno depresivo mayor (por ejemplo, se reducen el número de transportadores de serotonina en linfocitos de sangre periférica de pacientes deprimidos).[5] Esto parece apuntar a una fuerte relación entre la serotonina y el sistema inmune en esta psicopatología.

Sin embargo, es destacable que aún no se ha descubierto ninguna alteración biológica estable y común a todas las personas con depresión, es decir, ningún marcador biológico, por lo que no podemos hablar de enfermedad en su sentido literal. Por esta razón se establecen otros términos que no implican "enfermedad" en su sentido más clásico, sino hablamos de un trastorno mental, enfermedad mental o una psicopatología.

Por ejemplo, la alteración en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal puede ser interpretada como un correlato biológico (correlación), pero no implica necesariamente una explicación del hipotético síndrome. La alteración funcional en el eje puede o no aparecer en una persona deprimida; antes, durante o después. La relación correlacional supone que "tener depresión" es más probable durante la alteración en dicho eje, pero esta diferencia orgánica es estadística y no sirve para diagnosticar. Es decir, no puede ser considerada un marcador biológico de enfermedad.

Algunos tipos de depresión tienden a afectar a miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. [][]En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión.

Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.

Desde la psicología de conducta, se entendería que la autoestima y la depresión suponen ambas descripciones de aprendizajes adquiridos, siendo la causa de la depresión principalmente social, es decir, aprendida. Por ejemplo, la evitación y el condicionamiento han demostrado tener un papel fundamental en la adquisición y mantenimiento de este problema.

En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales pueden llevar a una enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender sus propias necesidades físicas, lo cual prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los problemas en una o en muchas de sus relaciones interpersonales, los problemas económicos o cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo. Las causas de los trastornos depresivos generalmente incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales. Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés.

En todo caso, la depresión es descrita desde la medicina con una serie de síntomas. Así, cualquier problema psicológico que cumpla esos criterios pudiera ser diagnosticable como depresión. Ya sea un problema de neurodegeneración, ya sea aprendida, en todos los casos hablaríamos del síndrome. Si bien, el diagnóstico médico debe indicar si es de origen neuroanatómico, hormonal o psicológico. Debe aclararse a este aspecto que las hipótesis biológicas anteriormente mencionadas se referían al psicológico; muy distinto al párrafo anterior, que se refería a problemas neuroanatómicos o endocrinos mejor conocidos, como por ejemplo alteraciones en la glándula tiroides.

Es decir, aún no se ha encontrado ningún marcador biológico de la depresión, de modo que ninguna de las alteraciones biológicas atribuidas a la depresión puede ser usada para el diagnóstico de enfermedad. Se habla por tanto de psicopatología, que puede ser descrita en un cuadro clínico (nosología)”[2]

 TIPOS DE DEPRESION

“Al igual que en otras enfermedades, por ejemplo las enfermedades del corazón, existen varios tipos de trastornos depresivos.

Los tres tipos de depresión más comunes son: Trastorno depresivo mayor, el Trastorno distímico y el Trastorno bipolar. En cada uno de estos tres tipos de depresión, el número, la gravedad y la persistencia de los síntomas varían.

El trastorno depresivo mayor se manifiesta por una combinación de síntomas (vea la lista de síntomas) que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras.

 El trastorno distímico es un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar de la persona.

La característica esencial de este trastorno es un estado de ánimo crónicamente depresivo que está presente la mayor parte del día de la mayoría de los días durante al menos 2 años. Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.

Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar. Éste no es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión).
Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales. Cuando una persona está en la fase depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo.

Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse con relación a los otros.
Puede llevar a que la persona se meta en graves problemas y en situaciones embarazosas. Por ejemplo, en la fase maníaca en individuo puede sentirse feliz o eufórico, tener proyectos grandiosos, tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras o fantasías románticas”[3]
SÍNTOMAS DEL TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR

“No todos experimentan la depresión de la misma manera, los síntomas varían según las personas. La depresión puede ser calificada como leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad y gravedad de sus síntomas.

Depresión

  • Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" en forma persistente.
  • Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
  • Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
  • Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban, incluyendo la actividad sexual.
  • Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta."
  • Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
  • Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta.
  • Pérdida de peso, apetito o ambos, o por el contrario comer más de la cuenta y aumento de peso.
  • Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio.
  • Inquietud, irritabilidad.
  • Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos”[4]

SINTOMAS DEL TRASTORNO DISTIMICO

“Las características asociadas al trastorno distímico son parecidas a las de un episodio depresivo mayor. Varios estudios sugieren que los síntomas más frecuentemente encontrados en el trastorno distímico son:

  • sentimientos de incompetencia
  • pérdida generalizada de interés o placer
  • aislamiento social
  • sentimientos de culpa o tristeza referente al pasado
  • sentimientos subjetivos de irritabilidad o ira excesiva
  • descenso de la actividad, la eficiencia y la productividad

Síntomas dependientes de la edad y el sexo: en los niños el trastorno distímico parece presentarse por igual en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento escolar y de la interacción social.

 En general, los niños y adolescentes con un trastorno distímico están irritables e inestables, además de tristes. Tienen una baja autoestima y escasas habilidades sociales y son pesimistas.

En los adultos las mujeres son dos o tres veces más propensas que los varones a presentar un trastorno distímico.

Tipos de la depresión

La depresión es una forma de qué se conoce como humor o afectivo, desorden, porque se refiere sobre todo a un cambio en humor.

La depresión es una enfermedad muy compleja. Nadie realmente sabe para seguro que causa la depresión, y cada uno experiencia de la depresión es diferente.

Los desórdenes depresivos vienen en diversos tipos, apenas al igual que el caso con otras enfermedades tales como enfermedad cardíaca. Cuando un siquiatra hace una diagnosis de la enfermedad depresiva de un paciente, él o ella pueden utilizar un número de términos--por ejemplo afectivo o unipolar bipolar, clínico, endógeno, importante, melancolía, estacional--para describirla. Estas etiquetas confunden a mucha gente que no entiende que ella puede traslaparse. La gente con enfermedad depresiva puede también recibir más de una diagnosis puesto que la enfermedad se liga a menudo a otros problemas, tales como alcoholismo u otros abusos de la sustancia, comiendo desórdenes, o desórdenes de ansiedad.

La depresión puede también categorizar de la manera siguiente - (1) - la depresión que está originando de un malo o de un acontecimiento que disturba en tu vida y (2) - la depresión que aparece sin causa evidente - el más común. El primer tipo de depresión es más fácil para que abordes porque se sabe la causa. El primer paso es ocuparse del acontecimiento que accionó tu depresión. Pudo haber comenzado como resultado de una muerte, de un accidente, de un divorcio o de cualquier otro tipo de revés. El segundo tipo de depresión es más difícil de tratar de pues la fuente es desconocida. Es la forma más común de depresión.

Conseguir la ayuda apropiada para diversos tipos de depresión comienza con una diagnosis apropiada. Hay varias diversas diagnosis para la depresión, determinadas sobre todo por la intensidad de los síntomas, la duración de los síntomas, y la causa específica de los síntomas, si se sabe eso.

Para 20 por ciento a 35 por ciento de gente presionada, una rutina normal es toda sino imposible. Otros tienen episodios de la depresión seguidos por sensaciones del bienestar. Todavía otros tienen episodios de los puntos bajos terribles que se alternan con “colmos inadecuados.” Aquí están algunas descripciones de las formas más comunes de depresión.

Ahora consideremos las diagnosis uno por uno y veamos cuáles son las características esenciales de cada uno del tipo de depresión:

Depresión importante - la depresión importante es un problema con el humor en el cual hay las sensaciones severas y duraderas de la tristeza o de los síntomas relacionados que consiguen de la manera del funcionamiento de una persona.

Desorden de Dysthymic - un tipo menos severo de depresión, desorden distímico, implica largo plazo, los síntomas crónicos que no inhabilitan, pero guarda uno del funcionamiento bien o de la sensación buena.

Desorden de Cyclothymic - Cyclothymia es una forma más suave de depresión maniaca, caracterizada por la hipomanía (una forma suave de manía) que se alterna con combates suaves de la depresión.

El desorden bipolar (también llamado enfermedad maniaca-depresiva) - esta sección cubre la información del detalle sobre todos los tipos de desorden bipolar, de sus opciones del tratamiento, de suceso en niñez, de criterios de la diagnosis, de etc.

Depresión unipolar - este humor bajado puede variar levemente a través del día pero la víctima no puede ser animada generalmente para arriba, y ésta es la distinción principal entre simplemente ser infeliz y clínico que es presionada.

Depresión Maniaca: La depresión Maniaca se puede definir como desorden emocional caracterizado cambiando cambios del humor de la depresión a la manía que puede a veces ser absolutamente rápido. La gente que sufre de la depresión maniaca tiene un índice extremadamente alto del suicidio”[5]


Depresión sicopática

“Aproximadamente 15 por ciento de la gente que sufre de la depresión importante también demuestran síntomas de la depresión sicopática. Estos síntomas incluyen voces de la audiencia dentro de su cabeza (alucinaciones auditivas), teniendo visiones de la gente o de las cosas que no están realmente allí (las alucinaciones visuales), y pensamiento delusional. La gente que sufre de esta forma extrema de depresión importante está necesitando la atención inmediata. Porque no pueden juzgar racional las consecuencias de sus acciones, están en el peligro serio de la matanza ellos mismos.





El otro desorden que ofrece varios tipos de depresión:


Aparte de tipos de mención de la depresión anterior, hay otros desórdenes que ofrecen varios tipos de depresión. Algunos tipos de depresión tienen síntomas particulares o son particularmente situaciones y grupos de misma edad considerados, y tienen nombres especiales.

Estos tipos de depresión pueden ser difíciles de identificar. Son a menudo similares a otras enfermedades. En un panorama a lo peor esto puede dar lugar a la enfermedad que va sin tratar.

Es importante que los siquiatras puedan hacer una diagnosis y comenzar el tratamiento derecho en estas circunstancias.


Desorden traumático de la tensión del poste - desorden de la tensión de Postraumática es una condición compleja de la salud que puede convertirse en respuesta a una experiencia traumática - una situación peligrosa para la vida o extremadamente que se apena que hace a persona sentir miedo intenso, horror o un sentido del desamparo.

Postparto la depresión mientras que el nombre implica, Postparto la depresión o la depresión postnatal ocurre hasta seis semanas después de que las mujeres han dado a luz”[6]









[1]  Blehar MD, Oren DA. Gender differences in depression. Medscape Women's Health, 1997;2:3. Revisado de: Women's increased vulnerability to mood disorders: Integrating psychobiology and epidemiology. Depression, 1995; 3:3-12.


[2]  Jackson, Stanley W., Historia de la melancolía y la depresión.

[3] Lima, L. (1992). Bases biológicas de los trastornos afectivos. Interciencia, 17(2), 86-91.
Faraj, B. A., Olkowski, L. y Jackson, R. T. (1994), Expression of high-affinity serotonin transporter in human lymphocytes. Int. J. Immunopharmac., 16:561-567.

[4] Karkowski, L. M. y Kendler, K. S. (1997). An examination of the genetic relationship between bipolar and unipolar illness in an epidemiological sample. Psychiatr Genet., 7(4):159-163.
Barondes, S. H. (1998). Mood Genes: Hunting for the Origins of Mania and Depression. New York: W. H. Freedman & Co.
 Weissman, M. M., Myers, J. K. (1978). Affective disorders in an US urban community. Arch. Gen. Psychiat., 35:1304-1311.

[5] Karkowski, L. M. y Kendler, K. S. (1997). An examination of the genetic relationship between bipolar and unipolar illness in an epidemiological sample. Psychiatr Genet., 7(4):159-163.
Barondes, S. H. (1998). Mood Genes: Hunting for the Origins of Mania and Depression. New York: W. H. Freedman & Co.
Weissman, M. M., Myers, J. K. (1978). Affective disorders in an US urban community. Arch. Gen. Psychiat., 35:1304-1311.

[6] Blazer, D. G., Kessler, R. C., McGonagle, K. A. y Swartz, M. S. (1994). The prevalence and distribution of major depression in a national community sample: The National Comorbidity Survey. Am. J. Psychiat.., 151:979-986.
American Psychiatry Association (1994). DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. 3a. ed. Washington: APA.
 Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. Consenso en el tratamiento de las depresiones (2005). ISBN 84-9751-134-4. Capítulo 1. Páginas 2-3.
Blehar, M. D. y Oren, D. A. (1997). Gender differences in depression. Medscape Women's Health, 2:3. Revisado de: Women's increased vulnerability to mood disorders: Integrating psychobiology and epidemiology. Depression, 1995; 3:3-12.

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