“Rogad al Señor de la mies que envíe obreros”
Texto: «Entonces
dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
38Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies» Mateo. 9: 37-38. Complemento.
(Lucas. 10: 2)
Introducción: Los líderes y políticos
observan a las multitudes y las ven como fuente de ganancia para su beneficio
personal, la ven como objeto de explotación y un ente de destrucción. Por el
contrario: El Señor Jesús al ver las multitudes tenía compasión de ellas, pues
la veía como ovejas sin pastor y como una mies madura a punto de ser cosechada.
Esa compasión lo movilizaba incansablemente de ciudad en ciudad para
predicarles, enseñarles y sanarles tanto física como espiritualmente. Pero su
visión en cuanto a los obreros para la cosecha estaba cargada de angustia y
necesidad: “pues la mies es mucha y los obreros pocos”; pero al momento el
Señor muestra la solución para esta gran complicación:
Rogad al señor
4.
Hay que movilizar a la iglesia para orar.
a)
El Señor dijo: ¡Es tan grande la mies y hay tan pocos
obreros! —Dijo una vez a los discípulos. Oren que el Señor de la mies consiga
más obreros para los campos» (Mateo. 9: 37-38)
b)
Pablo enseñó: «Orando en
todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con
toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19y por mí, a fin
de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el
misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que
con denuedo hable de él, como debo hablar» (Ef. 6: 18-20) (Col. 4: 3-4)
c)
Porque si el Señor no lo hace sería todo esfuerzo sería en
vano: (Salmo 127: 1)
5.
Antes de orar por los no creyentes, debemos orar que muchas
personas interesadas se unan al Señor para alcanzarlos.
a)
El Señor jamás tenía en mente tratar de suplir la necesidad
de tanta gente él solo. Siempre lo vemos trabajando con un equipo de gente
sujeta a sus directrices. El llamó a doce, luego a setenta y hasta mujeres
ayudaban en su ministerio. Vea en Lucas 8: 1-3; 9: 1-6 y 10: 1-12
b)
El interés estaba, pero todavía algo faltaba: (Lucas. 9:
57-62)
6.
Nuestra responsabilidad es orar; la del Espíritu Santo es
llamar a la obra.
a)
Por el clamor de Israel en Egipto, Dios llamó a Moisés (Éxodo.
3: 1-10)
b)
Cuando el pueblo de Dios gemía a causa de sus enemigos que
los afligían, Dios levantaba un obrero llamado juez (Jueces 2: 18)
c)
Samuel lloraba delante de Dios y Dios lo comisionó para
ungir a otro rey, este sería conforme a su corazón (1Sam. 16: 1-13)
d)
La iglesia naciente en Jerusalén oró a Dios pidiendo valor,
pues la oposición era terrible y Dios respondió capacitando a sus obreros con
poder y denuedo para seguir haciendo la obra (Hechos. 4: 23-31)
e)
La iglesia ministraba al Señor y el Espíritu confirmó en
público el llamado hecho personalmente a Bernabé y a Saulo de Tarso (Hechos.
13: 1-3)
7.
Por lo tanto, aprendemos hoy:
a)
Que nos corresponde a nosotros orar con todo tipo de
oración, ruego e intercesión delante de Dios para que él, como respuesta:
consiga, llame personalmente y envíe obreros a su mies.
b)
Que los obreros son el resultado del clamor de la iglesia y
la falta de obreros ¿Qué será? ¿Cuánto tiempo de nuestra oración diaria lo
dedicaremos a este propósito?
c)
Que la mies es de Dios y él nunca se quedó sin obreros, pero
nos invita a ser coparticipes en la tarea de levantar y enviar obreros a su
mies.
La mies
1. ¿Qué es mies? «mies»
therismos, relacionado con therizo, segar,
cosechar. Se usa:
a) Para
el acto de segar (Juan 4.35: «siega»);
b)
Para señalar el tiempo de la
cosecha, figuradamente (Mt 13.30: «siega», v. 39: «siega»; Mc 4.29: «siega»);
c)
Para cosecha, en sentido figurado
(Mt 9.37: «mies»; v. 38: «mies»; Lucas 10.2: «mies», tres veces; Apocalipsis
15.15: «mies»).
El comienzo de la siega
variaba según las condiciones naturales, pero tenía lugar generalmente
alrededor de mediados de abril en las tierras bajas de Palestina, en la parte
última del mes en las llanuras costeras y algo más tarde en las tierras más
altas. La cosecha de la cebada tenía lugar primero, por lo general, y después
la del trigo. La siega duraba alrededor de siete semanas, y era ocasión de
celebraciones festivas.
2.
¿Quiénes entonces podríamos sugerir, que están a punto para
ser cosechados para el reino de Dios?
a)
Los atados por toda clase de vicios perjudiciales
b)
Los presos circunstanciales y condenados
c)
Los enfermos física como emocionalmente.
d)
Los pobres y ricos sin Cristo
e)
Los explotados y los iletrados analfabetos
f)
Los huérfanos, los ancianos y las viudas
g)
Las minorías y etnias
h)
Las clases no privilegiadas y carenciadas
i)
Los que atraviesan una gran crisis
j)
Los niños de la calle y en situación de calle
k)
Las madres solteras y hogares en riesgo,
l)
Las familias desechas e hijos destrozados
m)
Los adolescentes que ya casi lo han probado todo en la vida
y los jóvenes con un futuro incierto, etc.
3.
¿Estamos viendo a estas personas como el Señor las ve,
listas para decidirse por él?
a)
En ocasiones la iglesia padece cierta enfermedad en su vista
y no puede mirar correctamente (Ap. 3: 17-18)
b)
En otras oportunidades no vemos lo más importante como el
siervo de Eliseo (2Reyes 6: 16-17)
c)
En otras ocasiones el Señor nos tiene que tocar varias veces
para que tengamos la visión correcta (Mr. 8: 22-25)
4.
Si no podemos ver la mies como él la ve, permaneceremos
indiferentes e indolentes, mientras que tantos esperan por nosotros. Solemos
cantar en este tiempo, y puedas hacer tuya la letra de esta canción: “Ayúdame
a mirar con tus ojos; Yo quiero sentir con tu corazón; No quiero seguir más
siendo insensible a tanta necesidad, oh Jesucristo...”
Envíe obreros
1.
En el reino de Dios no existe el desempleo. «El que quiera
trabajar hallará también lugar en la viña del Señor...»
2.
Este es uno de los versículos más profundos y más difícil de
entender.
a)
Es una constante para toda congregación, para todo pastor o
encargado y creo que siempre será así: Él dijo: «A la verdad
la mies es mucha, mas los obreros pocos» (Mt. 9: 37)
b)
Ahora, en honor a la verdad, ¿Le parece a usted que son
pocos los obreros?. Si ha tenido la dicha de recorrer un poco y ha conocido
algunas congregaciones en su ciudad, en su provincia, a lo largo y ancho de su
país, coincidiría conmigo que uno ha visto tantos y tantos obreros, pastores,
evangelistas, gente dispuesta, trabajando, haciendo una y otra cosa para el
Señor, O bien contemple los llamados retiros espirituales, las Conferencias,
los seminarios y congresos para obreros, ¡y ahora qué me dice! Cuantos obreros
hay, ¡son muchos! Pero recuerde algo: El Señor siempre tiene la razón.
3.
¿Por qué será entonces que los obreros siguen siendo pocos?
La respuesta es que obreros de la clase, del género, de la calidad que él busca
hay muy pocos.
4.
La mies ha sufrido
mucho por obreros bien intencionados pero mal formados. Algunos salieron
al campo persuadidos por medios humanos contribuyendo al fracaso espiritual.
Cuantos seminaristas han salido y han vuelto fracasados, que si bien tenían
talento pero faltaba lo esencial, ser llamado por el Señor de la mies. Otros
salieron por ser tan sólo hijos de pastores o familiares de personas
prominentes en la iglesia pero no les alcanzó con solo una agradable
personalidad o por tan solo saber tocar un instrumento. Fracasaron muchos de
estos desde su conversión hasta su llamado, trayendo sufrimiento no sólo en su
persona sino a congregaciones enteras. ¡Cuánta desilusión! ¡Cuánto abandono!:
De la obra, de la fe, de la Palabra, de la buena conducta, del testimonio, etc.
Pero se entiende que hay responsabilidades compartidas. Pero...
5.
¿Cómo ser esa clase de obreros de la cual hay tan pocos?
Veamos los requisitos:
a)
Mt. 4: 19 Lo primero es venir al Señor. Recuerde no es ir al
pastor o algún ministro o algún instituto o seminario. No hay sustitutos.
Consecuencia: “os haré...” Él hará de nosotros. Se requiere que él haga,
que él forme.
b)
Pablo dijo: “Fui hecho” (Ef. 3: 7) Un seminario ayuda
y mucho, pero el que forma, el que hace: es el Señor. Un seminario capacita en
muchas áreas, pero el que llama a la mies, es el Señor
c)
Notemos: «Porque somos hechura suya,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas» (Ef. 2: 10)
(1)
La clave: somos hechura suya.
(2)
Bajo un patrón llamado o modelo: Cristo Jesús.
(3)
Para qué: Buenas obras, es decir “buenos obreros”
6.
Estos son los buenos obreros que deben ser enviados por el
Señor y la iglesia (Isaías 6: 8 y Ro. 10: 15)
Conclusión:
Este año cuenta con 12
meses, 52 semanas, 365 días, 8.760, horas, 525.600 minutos y 31.536.000
segundos ¿Cuánto de este tiempo dado por Dios para que lo administres lo
utilizarás para rogar, clamar o pedir al Señor por obreros?
Dios no quiere que seas
un simple espectador. Dios tiene para cada uno de nosotros una obra que
realizar, ya sea orando o saliendo a cosechar, pero eres llamado a hacer algo:
«No
decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os
digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la
siega. 36Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida
eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37Porque
en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
38Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron,
y vosotros habéis entrado en sus labores» (Juan 4: 35-38)
La necesidad urgente de
hoy, como la de ayer, son obreros para salir a recoger la cosecha espiritual.
Los campos están blancos listos para la siega. El Señor necesita gente que
responda positivamente a su llamado a ministrar a las necesidades de la gente
tanto en masa como individualmente. ¿Cómo responderás tú a su llamado?
Oración en tres
direcciones:
·
Para que el Señor hoy llame obreros a su mies
·
Para que yo pueda ver las multitudes como él las ve
·
Para responder a su llamado dejándome formar por él y capacitándome
en todo lo que pueda.
Los
Diez Puntos más Importantes para Promover las Vocaciones
Para todos los Cristianos:
1. Ore por un aumento de las vocaciones al ministerio y a la
vida consagrada. Jesús dice en Mateo 9:38 "Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores para su cosecha." Si queremos más
pastores, hermanas misioneras y hermanos misioneros, todos nosotros
necesitamos pedir.
2. Enseñe a los jóvenes a orar. Es indispensable que a se les
enseñe a orar, nuestros jóvenes nunca escucharán a Dios llamándoles a
establecer una relación más profunda con Él y no entrarán a formar parte del
discipulado de la Iglesia.
3. Invite a adultos y jóvenes activos, a los adolescentes a considerar una vocación
al ministerio o a la vida consagrada
al Señor. Un comentario sincero y simple no debe subestimarse. Una manera
fácil de hacer esto puede ser recordado por cuatro palabras."Juan, yo
veo en ti las cualidades que hacen a un buen pastor, y quiero
animarte a que ores acerca de ello." Esta es una forma que no es
invasiva para fomentar la disposición abierta a una vocación cristiana
a los trabajos de la Iglesia.
4. Hágalo atractivo. Muestre el ministerio pastoral por
lo que realmente es, una llamada para ser un padre espiritual de toda una
familia de la fe. Del mismo modo, la vida consagrada para una mujer joven es
una llamada a estar unida a Cristo de una manera única y la oportunidad de
ser una madre espiritual de aquellos que encuentra en su vida y servicio, la
mejor manera de comunicarse con Dios. El desafío para los pastores y personas
consagradas es ser modelos jubilosos de su vocación, mostrando lo que Dios es
capaz de hacer por medio de sus vidas.
5. ¡Predíquelo, hermano! Si uno desea que una cultura vocacional
eche raíces en las Iglesias y hogares, es importante que se hable
constantemente de las vocaciones ministeriales. Esto significa, en primer
lugar, que la gente necesita oír al pastor hablar de vocaciones a través de
sermones, oraciones de los fieles y enseñanzas en la clase. Las vocaciones
mantenidas fuera de la vista, están fuera de la mente.
Para aquellos que están considerando una Vocación:
6. Practique la fe. Todos tenemos que recordar que el propósito
más importante de toda nuestra vida es crecer en una relación profunda,
íntima y amorosa con Dios. Este es el primer paso para cualquier persona
joven que desee discernir cualquier llamada en la vida por parte de Dios.
7. Entre en el silencio. El silencio es clave para la cordura y
la integridad. Sólo podemos "escuchar" la voz de Dios si
estamos en silencio. Saque los auriculares de sus oidos para escuchar a Dios
el grande que nos dice, YO SOY. Cada día los jóvenes deberían tratar de pasar
15 minutos en oración en silencio. Son estos momentos donde ellos pueden
empezar a recibir una orientación clara en su vida, por parte de Dios.
8. Sea un buen discípulo. Algunos pastores dicen: "No
tenemos una crisis de vocaciones ministeriales, tenemos una crisis de
discipulado." La gente joven pueden llegar a ser verdaderos seguidores
de Jesucristo sirviendo a los que les rodean. Al descubrir su llamada al
discipulado, también descubren su llamada particular dentro de la Iglesia.
9. Pregúntele a Dios: Lo que Él quiere para su vida. Él sólo
quiere lo que es bueno para usted. Si, de veras usted está llamado a servir
en el ministerio por medio del pastorado o a la vida consagrada, estará en el
camino para encontrar una gran alegría y satisfacción Dios cubrirá toda
necesidad, porque nuestro Padre es la fuente de todo.
10. En las palabras inmortales de un fabricante famoso de zapatillas
de deporte: "¡Simplemente hazlo!" Si siente que Dios le está
invitando a "probarlo", aplique a la denominación o seminario. Recuerde,
el seminario o institutos bíblicos, es un lugar de discernimiento. Usted no
va a ser ordenado o se le va a pedir profesar su “FE”, por muchos años, y por
eso se puede usar esta gran oportunidad para explorar la posibilidad de una
llamada al MINISTERIO Y a la vida consagrada a DIOS, PARA SIEMPRE.
NO TE MAIS NI DESMAYES, PORQUE JEHOVA TU DIOS, ESTARA CONTIGO EN
DONDEQUIERA QUE VAYAS
Josué
1:5 Nadie te podrá hacer frente(A)
en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te
dejaré, ni te desampararé.(B)
Josué
1:6 Esfuérzate y sé valiente;(C)
porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a
sus padres que la daría a ellos.
Josué
1:7 Solamente esfuérzate y sé muy
valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te
mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas
prosperado en todas las cosas que emprendas.
Josué
1:8 Nunca se apartará de tu boca este
libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes
y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué
1:9 Mira que te mando que te esfuerces
y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo
en dondequiera que vayas.
DIOS LOS BENDIGA
Y PROTEJA SIEMPRE
LIC. PR.
GUILLERMO SEBASTIAN OLIVERA
DECANO ACADEMICO SEMINARIO TEOLOGICO ISETI
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