GEDEÓN
Después de la muerte de Josué, el pueblo de Dios
fue gobernado por Jueces. Ese período duró por 356 años. 1 Reyes 6:1 enseña que
desde el tiempo de Éxodo hasta el principio del Templo de Salomón fue 480 años.
Sabemos que el pueblo de Dios andaba por 40 años en el desierto y que los reinos
de Saúl y David duraron ochenta años. Salomón comenzó la construcción del templo
en el cuarto año de su reino. Restando 124 de 480 deja 356 años.
El período de los Jueces se resume en Jueces 2. El
pueblo de Dios siempre se dexlizó en la idolatría. Cuando lo hizo, Dios
permitió que sus enemigos lo oprimieran. Entonces el pueblo de Dios se arrepintiera
y clamara al Señor por liberación. Entonces Dios levantara un Juez para salvar
a Su pueblo de sus enemigos. Aquellos jueces eran en realidad, líderes militares.
Mientras el Juez tenía vida, el pueblo servía a Dios. Cuando el Juez murió, el
pueblo regresó a sus costumbres idólatras.
He aquí una lista de los Jueces:
- Otoniel
- Jueces 3:7-11.
- Aod
- Jueces 3:12-30.
- Samgar
- Jueces 3:31.
- Débora
y Barac - Jueces 4:1-5:31.
- Gedeón
- Jueces 6:1-8:33.
- Abimelec
- Jueces 9:1-56.
- Tola
y Jair - Jueces 10:1-5.
- Jefte
- Jueces 10:6-12:7.
- Ibzán,
Elon, y Abdón - Jueces 12:8-15.
- Sansón
- Jueces 13:1-16:31.
- Samuel
- I Samuel 7:15.
Espero que algún día Ud. lea el libro entero de los
Jueces. Ahora, consideremos la historia de Gedeón.
Gedeón era el sexto juez. En su época, el pueblo de
Dios estaba oprimido por los madianitas y los amalecitas. 135,000 tropas
enemigos entraron a la tierra para destruirla. El pueblo de Dios estaba
oprimido y empobrecido. Clamó al Señor por liberación.
Gedeón no era más que un hombre común. El dijo que
su familia estaba pobre en y él era el menor en la casa de su padre. Un día, un
ángel de Dios le apareció cuando se escondía de los madianitas y estaba
trillando trigo. El ángel dijo: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
. . ve con es tu fuerza, y salvarás a Israel de la o de los madianitas".
Gedeón no lo creyó. El dijo: "Si Jehová está
con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus
maravillas, que nuestros padres nos han contado . . ."
Gedeón quería una "señal" de Dios. Estaba
pronto a obedecer a Dios, pero él necesitaba algo palpable. Las Escrituras
enseñan que Dios conoce nuestro origen y se recuerde que somos polvo. ¡Dios nos
hizo! No espera que ciegamente sigamos cualesquiera instrucciones. Él entiende
nuestra necesidad de confirmación. Por eso, dio a Gedeón una serie de señales.
Eso milagros convencieron totalmente a Gedeón que Dios le llamaba a asolar a
los madianitas.
La primera señal era un fuego milagroso que salía
de una peña. Esto se describe en Jueces 6:21-24.
La segunda y tercera señales tuvieron que ver con
un vellón de lana. Al principio Gedeón pidió a Dios que haga húmida la lana con
el roció, y la tierra alrededor de ella estaba seca. Entonces pidió a Dios que
haga el milagro al revés haciendo seca la lana y húmida la tierra. Dios
concedió la petición de Gedeón. (Véase Jueces 6:36-40)
La cuarta señal se relacionó con un sueño que Dios dio
a un soldado madianita. Dios contó a Gedeón que si aún tuviera miedo de entrar
en la batalla, debiera infiltrar el campamento del enemigo en secreto. Cuando
Gedeón hizo eso, escuchó a los soldados que describían un sueño. Interpretaron
que el sueño significaba que iban a ser vencidos por Gedeón. (Véase Jueces
7:9-15)
Dios puede discernir los pensamientos y los
propósitos de nuestros corazones. No puede ser engañado. Él sabía que Gedeón
quería obedecer, y por eso Dios le concedió la evidencia. Si Ud. sinceramente
quiere obedecer a Dios, ¡Él le dará a Ud. también, la evidencia!
Sin embargo, Gedeón pudo reunir solamente 32,000
soldados para la batalla. Como ya hemos dicho, los madianitas y los amalecitas
tuvieron 135,000 tropas. Aunque los israelitas eran menos, Dios dijo que los
que tenían miedo deberían regresar a sus hogares. 22,000 tropas dejaron el
ejército.
Dios vio los 10,000 soldados que se quedaron y dijo
a Gedeón que aún eran muchos. Si vencieran al enemigo bajo esas circunstancias
pensarían que hubieran ganado la victoria por su propia fuerza.
Dios dijo a Gedeón que llevara esos hombres al agua
para beber. Los que bebieron poniendo sus manos a la boca, llegarían a formar
el ejército de Dios. Había solamente 300 hombres en ese ejército.
Gedeón dividió su ejército pequeño en tres grupos.
Cada soldado fue dado una trompeta, y un cántaro con un antorcha encendida
adentro. En la madrugada, infiltraron al campamento del enemigo. En la hora de
cambiar las guardias, tocaron sus trompetas y sacaron sus antorchas. El
campamento estaba tan lleno de confusión que los madianitas comenzaron a
matarse el uno al otro. Esa noche 120,000 soldados enemigos murieron y Gedeón
ganó una victoria grande. Sin embargo, Gedeón sabía que la gloria por la
victoria perteneció a Dios.
Hay muchas lecciones que podemos aprender de
Gedeón. Una lección tiene que ver con el estar guidado por Dios. Las Escrituras
enseñan que Dios sí guía y dirige a sus hijos. Jesús dijo que Él área el Buen
Pastor. Él dijo que sus ovejas le seguirían, pero no seguirían a un
desconocido. Romanos 8:14 dice: "Todos los que son guidas por el Espíritu
de Dios, éstas son hijos de Dios."
Dios quiere dar a Ud. dirección y orientación. El
diablo es un engañador que a veces aparece como un ángel de luz. Si Ud. está
sincero de corazón, Dios le dará suficiente evidencia para hacer una decisión
racional, en la misma manera que lo hizo para Gedeón.
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus, si son de Dios. Porque muchos falsos profetas han salido
al mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne procede de Dios, y todo espíritu que no confiesa
a Jesús no procede de Dios. Este es el espíritu del anticristo, del cual habéis
oído que había de venir y que ahora ya está en el mundo." (1 Juan 4:1-3)“Y vino el ángel
de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás
abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para
esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo:
Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.”
El llamado del Señor no le llegó a alguien que vivía en un palacio. No
le llegó a alguien que estaba especialmente entrenado para esa misión, a un
gran guerrero por así decirlo, o a alguien que era líder de Israel. El llamado
fue para un campesino que estaba trillando trigo, para esconderlo de los
madianitas. “el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira
el corazón” dice la Palabra (1 de Samuel 16:7). Él mira el corazón y Él llama.
Él llama a cualquiera. A ti, que puede que no tengas una maestría en teología o
que tal vez nunca te hayas parado en un púlpito. Aún así, tú tienes a Cristo. Eres miembro de Su
cuerpo, con el mismo rol importante y significativo que cada miembro de tu
cuerpo físico tiene. Luego, el Señor llamó a Gedeón, un campesino que estaba
trillando trigo, hacia su trabajo. ¿A caso parecía que era un “varón esforzado
y valiente? Estaba trillando el trigo para ESCONDERLO de los madianitas. Y aun
así, eso es lo que eres exactamente “un hombre (o mujer) de valor” cuando el
Señor está contigo. “El Señor es la fuerza de mi vida, ¿de quién he de
atemorizarme?” (Salmo 27:1), David dijo. “Si Dios es por nosotros, quién contra
nosotros” (Romanos 8:31), “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE”
(Filipenses 4:13) Pablo dijo. “separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5),
dijo el Señor. No importa lo que tengamos o lo que podamos hacer – sin el
Señor, por nosotros mismos, no podemos hacer nada- pero puede hacer a través de
nosotros, si obedecemos a su llamado. Y continuando con el verso 13: “Y
Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos
ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros
padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová
nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.”
¿A caso había entendido Gedeón que estaba hablando con un ángel del
Señor? Probablemente todavía no, como únicamente en el verso 22 lo admite.
Gedeón respondió con un “porqué” al saludo del Señor el cual abrió la
conversación. “Si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo
esto? Algunos hermanos o hermanas miran al pasado, a tal o cual evento y
piensan lo mismo así como Gedeón: “si el Señor está conmigo, ¿por qué me pasa
entonces todo esto? “Nunca te dejará ni te desamparará” (Hebreos 13:5) dice la
Palabra. El Señor nunca te dejará ni te desamparará, aún si surgen los momentos
difíciles, y surgirán en la vida. Sin embargo, Dios no esperó hasta que Gedeón
ya no tuviera preguntas. El verso 14 nos da Su respuesta: “Y mirándole
Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los
madianitas. ¿No te envío yo?”
“¿No te envío yo?” No importa quién eres o cuáles son tus referencias.
Esas puede que les importen a los hombres. El hombre mira títulos y nombres.
Sin embargo, el Señor no. – Él solo mira el corazón. Lo que en realidad importa
es que Él te ha enviado. Si el Señor te envía y tú obedeces sus instrucciones,
entonces tú tendrás éxito en cualquiera que sea la misión que tengas, aún si es
la liberación de toda una nación, como aquí con Gedeón. Y la conversación
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