Los Hechos de los
Apóstoles
Rev. Pieter J. Den
Admirant: pastor misionero que trabajó Los Hechos de los Apóstoles por años en
Chile
Hechos 13
1. (13,1-3) Desde Jerusalén, Saulo y Bernabé
llevaron consigo a Juan Marcos, el hijo de María, hermana de Bernabé (véase
Col. 4,10). En aquel entonces vivían en Antioquía varios profetas y maestros,
entre ellos Bernabé y Saulo. Los creyentes de esta comunidad cristiana estaban
ansiosos por comprender la voluntad de Dios con respecto a su misión entre y
hacia los gentiles. Comprendieron que la predicación que efectuaban entre los
gentiles en su propia ciudad era tan sólo el inicio de algo más grande.
Espiritualmente estaban vigilando y orando a fin de poder conocer la voluntad
del Señor, junto con esto ayunaban con el propósito de alcanzar una mayor
preparación y concentración en la oración, pudiendo así recibir dirección
divina. El Señor contestó sus oraciones mostrando a los profetas, a través del
Espíritu Santo, que deberían apartar a Bernabé y Saulo para predicar el
evangelio a los gentiles. Nuevamente oraron y ayunaron para encomendar a esto
nuevos `misioneros' a la gracia de Dios en la nueva etapa de su vida. Entonces
pusieron sus manos sobre ellos, siendo esto una señal de comunión, pero sobre
todo una promesa de que era el Espíritu Santo quien los capacitaba para su
tarea; Él les acompañaría en todo tiempo. Así fueron enviados a cumplir su
misión, llevando consigo a Juan Marcos como su ayudante.
* Dios está respondiendo
las oraciones para su gloria. ¿Oramos cada día, pidiendo al Señor la extensión
de su reino en este mundo?
2. (13,4-12) Desde la costa siria se dirigieron
rumbo a la isla de Chipre. Habiendo llegado a Salamina comenzaron a predicar la
Palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Según el principio de 1,8
debían empezar siempre con los judíos (así entendieron el mandato de Jesús).
Era una oportunidad, que casi siempre estaba abierta, el poder hablar en las
sinagogas. Dios, sin embargo, abrió también las puertas del mundo gentil. Pablo
y Bernabé cruzaron toda la isla hasta que llegaron a Pafos. Esta localidad era
la sede del gobernador Sergio Paulo, un hombre sabio. Éste vivía bajo la
influencia de un judío que pretendía ser un profeta y que practicaba la magia.
Era justamente un judío, que conocía la revelación de Dios, que intentó apartar
al procónsul de la fe, tratando de impresionarlo con algo satánico, la magia.
El procónsul estaba ansioso de oír la Palabra de Dios, por esta razón hizo
llamar a Pablo y Bernabé. Esto no le agradó a Elimas, quien trató de disuadir
al gobernador de no aceptar la fe cristiana. Saulo, cuyo nombre griego es
`Pablo', lleno del Espíritu Santo, castigó las prácticas fraudulentas de
Elimas, cuyo único objetivo era ganar dinero; en vez de rendir obediencia a la
voluntad de Dios, su vida era el reflejo de las prácticas satánicas. Pablo en
el nombre del Señor sentenció a Elimas a una ceguera temporal. El apóstol actuó
con el verdadero poder de Dios, quien es más poderoso que toda fuerza
diabólica, aunque el mago pretendía disponer de poderes divinos. El procónsul
quedó totalmente impresionado por el poder del evangelio, aceptando de
inmediato la fe. Nuevamente vemos cómo la oposición constribuye en cierto modo
a la extensión del reino de Dios.
* El poder de Dios salva
a los creyentes y castiga a los incrédulos. ¿Nos sometemos completamente al
Señor?
3. (13,13-41) Desde Pafos en la isla de Chipre
salieron rumbo a Panfilia, un distrito de Asia Menor. Allí Juan Marcos los dejó
para volver a Jerusalén. No sabemos los motivos por los cuales regresó. Podemos
pensar en el temor por las dificultades y la oposición en la labor misionera, o
simplemente por no aceptar que los paganos se convirtieran a Cristo sin antes
circuncidarse. Pablo consideró este alejamiento de Marcos como una deserción
(esto lo desprendemos de 15,37ss).
Atravesando el campo de Perge llegaron a Antioquía
(esta no es la misma Antioquía de 13,1), una ciudad de Pisidia y colonia
romana. La estrategia de los apóstoles fue impactar con el evangelio en las
ciudades importantes, en los nudos principales del entonces imperio. En esta
ciudad de Pisidia los judíos formaban un grupo importante. Debido a la
presencia de éstos, muchos gentiles ya conocían algo de la revelación de Dios;
además, es manifiesto que precisamente ellos estaban muy abiertos a la
predicación del evangelio de Jesucristo. En el día de reposo Pablo y Bernabé
entraron en la sinagoga, lugar en donde se les dio la oportunidad de compartir
algunas palabras. Pablo fue el vocero; su sermón lo podemos dividir en tres
partes:
a. El actuar de Dios en la
historia de Israel y sus promesas con respecto al Mesías y su venida (16-25)
b. El rechazo, muerte y
resurrección del Señor Jesús (26-37)
c. Aplicación del evangelio y advertencia en caso de
incredulidad (38-41).
d. Pablo comienza con un
breve resumen de la historia de Israel. En su libre y soberana gracia Dios
había escogido a los patriarcas. Asimismo, con gran poder los había liberado
del pueblo de Egipto. Aunque Israel había pecado durante todo su peregrinaje
por el desierto, Dios soportó sus pecados e incredulidad; y ahuyentó a siete
naciones hostiles, entregando a Israel la tierra de Canaán como herencia. Guió
a su pueblo por medio de jueces, siendo el último de ellos el profeta Samuel.
Cuando el pueblo pidió un rey, el Señor les dio a Saúl, pero a la postre este
rey fue un desobediente a Dios; es por eso que fue reemplazado por David, el
hombre de quien Dios mismo dijo: "Varón conforme a mi corazón". Toda
la historia de Israel anuncia a gran voz la clara demostración de la gracia de
Dios.
Ahora Pablo menciona inmediatamente a Cristo, la
simiente de Dios y el cumplimiento de todas las promesas dadas a Israel. El
apóstol muestra claramente que Jesús era en primer lugar el Salvador de Israel.
Juan el Bautista, su precursor, preparó su venida predicando el bautismo de
arrepentimiento para que luego el pueblo aceptara a Jesús, su Mesías.
Ad b. Israel, sin embargo, no
recibió a su Mesías, sino que por el contrario lo entregó a la muerte en la
cruz. Por consiguiente, Dios debería haber abandonado a su pueblo por este
rechazo. No obstante, pese a todo, Dios mostró su verdadero carácter, su gracia
fue revelada justamente mediante el sacrificio de Jesús, su Hijo. Dios hizo
evidente que estaba al lado de su Hijo, levantándolo de los muertos. Muchas
personas fueron testigos de este hecho. Ahora Pablo y Bernabé tienen el
privilegio de proclamar el significado trascendental de la aparición de Jesús,
cuya muerte y resurrección fueron profetizadas en las Escrituras. Él, a
diferencia de David, no vería corrupción sino que sería resucitado de los
muertos.
Ad c. Con firmes palabras
Pablo se dirige a su pueblo (comp. los versículos 26 y 38) para llamarlo a la
fe en Jesucristo y recibir así el perdón de sus pecados. No hay otro camino
para obtenerlo, ya que al no guardar la ley de Dios (además, guardarla es
imposible por la naturaleza pecaminosa que en nosotros hay) nadie será
declarado justo por Dios; sólo la fe en Jesús nos salva. Pablo termina su
predicación amonestando al pueblo para que no endurezca su corazón contra el
evangelio, porque de acuerdo a las profecías Dios juzgaría la incredulidad.
* El evangelio nos
predica el perdón en Jesús. No hay otro nombre que nos lleve a la salvación. La
justificación es por la fe a través de su obra. ¿Confiamos sólo en Él?
4.
(13,42-52). Muchos de los judíos y también de los
gentiles creyeron. Pablo y Bernabé instaron a éstos a que perseverasen en la
gracia de Dios (comp. 11,23) ya que no hay otro fundamento de salvación fuera
de ella.
Por otro lado se reveló también la resistencia
contra la gracia de Dios y la predicación de Pablo. Algunos judíos, por su
celo, no querían que el evangelio fuese predicado a los gentiles. Pablo explica
que según el orden de Dios fue necesaria la predicación del evangelio
primeramente a los judíos y posteriormente a los pueblos gentiles. Las
Escrituras hablan en forma clara que las promesas están destinadas también a
ellos (Isaías 49). Los gentiles se gozaron sobremanera al oír esto; se
enteraron de la mejor noticia que existe: ellos también podían ser partícipes
de la gracia de Dios por medio de Cristo. Todos los gentiles ordenados para la
vida eterna llegaron a ser creyentes. Aunque ellos aceptaron el evangelio,
Lucas muestra que sólo por iniciativa de Dios llegaron a ser salvos. El poder
de la Palabra fue tal que se difundió por toda aquella provincia. Pero junto a
esto una gran ola de resistencia se levantó de parte de los judíos y mujeres
piadosas y distinguidas, simpatizantes de la religión judía, que emplearon su
influencia en los gobernantes de la ciudad para acometer en contra del
evangelio. Por esa razón, Pablo y Bernabé tuvieron que salir de allí. Sin
embargo, Lucas termina positivamente, ya que la resistencia nunca es capaz de
destruir la obra de Dios: los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu
Santo. El gozo de los creyentes no depende de circunstancias favorables, sino
del Espíritu Santo por quien conocemos el profundo amor de Dios hacia nosotros.
* ¿Experimentamos el
gozo del Espíritu Santo, aun en las dificultades?
Síntesis aplicativa de
temas importantes
1a. Una iglesia
enriquecida con dones ministeriales anhelará la extensión del evangelio a otros
lugares.
Es notable la capacidad ministerial que existía en
la iglesia de Antioquía, en la que era posible hallar profetas y maestros. Sin
duda esta iglesia se vio grandemente beneficiada por los dones que el Señor le
había dado para su edificación. El pensamiento generalizado de gobierno
eclasiástico de hoy en día es de un pastor por congregación, mas la Palabra nos
muestra que una misma iglesia podía estar constituída por más de un líder
espiritual. Cuando en una congregación hay más de un don ministerial, habrá
también una interacción espiritual hermosa, en la cual se esforzará por buscar
la voluntad de Dios para su pueblo. Allí el Espíritu Santo está plenamente
gobernando la vida de esa iglesia, apartando a los creyentes para propósitos
específicos. ¿Buscamos en unidad la dirección de Dios para la extensión del
evangelio o queremos mantener a los líderes con potenciales ministeriales
dentro de la iglesia local?
1b. Despojémonos de toda
ligereza en la fe, buscando seriamente la voluntad de Dios.
La oración de la primera iglesia enfocada en la
búsqueda de la voluntad de Dios en cuanto a sus propósitos con este mundo, debe
ser un gran ejemplo para nosotros. Lamentablemente en muchos sectores de la
cristiandad la oración se ha vuelto egoísta, buscando sólo satisfacer los
deseos personales de acuerdo al patrón existente en el mundo. En sus oraciones
muchos dejan fuera la gloria de Dios, anhelando únicamente una mayor
prosperidad, o sanidad, pero no la voluntad de Dios en cuanto a la extensión de
la Palabra sobre esta tierra.
2a. En la predicación
del evangelio debemos aprovechar los lugares que se hallan abiertos para
hacerlo.
La estrategia apostólica de Pablo, por ejemplo, fue
la de dirigirse en primera instancia a la sinagoga de alguna ciudad
determinada. Desde allí comenzaban la evangelización, extendiéndola luego a
otros lugares. Como creyentes deseosos de ver crecer la Palabra de Dios,
debemos en estos días saber qué lugares nos presenta la sociedad para con
libertad predicar el evangelio. Por ejemplo, podemos pensar en los colegios,
instituciones infantiles, radios, la calle misma, y otros. La pregunta es,
¿estamos aprovechando todas estas puertas abiertas para proclamar la enseñanza
de Jesús?
2b. Debemos estar
conscientes que al predicar el evangelio nos encontraremos con ataques
satánicos que intentarán desanimarnos.
Los apóstoles llegan para predicar la Palabra, pero
un emisario de Satanás trata de impedir que ésta halle fe en el corazón de un
hombre. Entonces, el instrumento del diablo es castigado por el Señor. Este
castigo, como los otros que podemos encontrar en el libro de los Hechos, tenía
un propósito: quitar los obstáculos que impedían el libre avance del evangelio.
Nunca temamos la confrontación con aquellos que se resisten a la Palabra, ya
que el evangelio, poder de Dios, al final triunfará.
3. ¡Qué maravilloso
milagro el que Dios haya cumplido su promesa enviando a Jesús!
Empero, cuanto mayor es su gracia, tanto mayor
nuestra responsabilidad al ser receptores de ella. Cuando a los apóstoles se
les dio la oportunidad de decir algo a la asamblea reunida, no dudaron en
proclamar la salvación y la gracia de Dios manifestadas en Jesucristo. El
pueblo de Israel debía sentirse agradecido por la inmensa misericordia del
Señor para con ellos, pero esta misma misericordia los hacía tremendamente
responsables ante Dios. Nosotros como creyentes que vivimos por la gracia del
Señor, debemos saber que ella nos demanda una vida de santidad, obediencia y
gratitud permanente a Dios.
4. La elección de Dios
es el secreto detrás de la recepción del evangelio.
El apóstol Pablo predica a una gran cantidad de
personas, pero sólo una parte de ella cree a la Palabra. De los que creyeron,
Lucas nos dice "que estaban ordenados para vida eterna". Por otra
parte no debemos olvidar que Lucas también hace hincapié en la responsabilidad
del hombre si rechaza el evangelio (v.40). Sin embargo, el conocimiento de la
elección es un gran consuelo para la predicación del evangelio: siempre habrá
frutos, y todos ellos según la voluntad de Dios.
Hechos 14
1. (14,1-7) En este capítulo continúa la
descripción del primer viaje misionero de Pablo y Bernabé. Más que en el
capítulo anterior se constata aquí la gran difusión del evangelio al mundo
gentil. De esta manera el evangelio avanza con paso firme en su progreso. Este
capítulo nos muestra que aunque en el mundo gentil exista tanta oposición,
Dios, a pesar de todo, sigue edificando a su iglesia. Él es el Creador de todo
el mundo y, por lo tanto, merece la adoración de todos.
Desde Antioquía Pablo y Bernabé viajaron a Iconio,
capital de la provincia de Galacea, donde había mucha agricultura. También aquí
la predicación es dirigida primeramente a los judíos, llegando a cosecharse
hermosos frutos, ya que tanto judíos como griegos (tenemos que pensar en los
`piadosos', los adherentes de la sinagoga) creyeron. Otros que eran desobedientes
a la Palabra (así dice el texto en griego) incitan y enconan a los gentiles
contra los hermanos (los discípulos de Cristo). Sin embargo, pese a esto,
permanecieron bastante tiempo allí predicando; esto lo hicieron con franqueza,
en plena dependencia del Señor, quien responde a la predicación de su gracia de
acuerdo a su promesa (Marcos 16,20) con prodigios y milagros, por lo cual
muchos creyeron. Pero los judíos produjeron una división: unos estaban a favor
de los apóstoles (nótese que se incluye acá a Bernabé al número de los
apóstoles), otros a favor de los judíos; tan áspera se tornó la situación que
hubo un grupo, aun de los gobernantes, que quería atacar y apedrear a Pablo y
Bernabé. Al enterarse éstos, huyeron de la ciudad, pero no dejaron de predicar,
ya que continuaron con sus labores en otras ciudades como Listra y Derbe.
* La palabra de Dios
siempre encontrará oposición, sin embargo, ella tiene el poder de cambiar a
aquellos que aprenden a confiar plenamente en las promesas de Dios.
2. (14,8-20) En este pasaje encontramos al `hombre
religioso' quien reconoce a un ser superior digno de adoración, pero que en
realidad es nada más que una deificación del hombre mismo. Contrario a esto, la
fe verdadera se basa en la revelación de Dios y responde a su llamado con
confianza y obediencia.
Pablo y Bernabé llegaron a Listra, una ciudad en la
región de Galacia llamada Licaonia. En este lugar la presencia de judíos
residentes no era muy notable; la mayor parte de la población era gentil. Allí
se quedaron un buen tiempo para predicar. Un cierto día encontraron a una
persona con los pies tullidos, cojo de nacimiento. La amplia descripción que
nos hace el médico Lucas de este hombre resalta aún más la grandeza del
milagro. La predicación de los apóstoles había despertado fe en este hombre.
Pablo le ordena levantarse. Aunque no menciona el nombre de Jesús, es obvio que
es por su poder que habla y ordena a este hombre que se levante.
[4] Fue a
causa del poder de Dios que las palabras de Pablo tuvieron efecto.
La reacción de la gente fue de mucho entusiasmo,
pero un entusiasmo atiborrado de superstición. No reconocen el poder del nombre
de Cristo, sino que alaban a Pablo y Bernabé tratándolos como si fueran
divinidades encarnadas. A Bernabé denominan Júpiter (Zeus para los griegos) y a
Pablo llaman Mercurio (Hermes en el Panteón griego), el mensajero de los
dioses, ya que Pablo en este momento era el portavoz. Partieron del pensamiento
que estos dioses ahora se estaban revelando en forma humana a ellos.
Probablemente la población pensaba en la antigua leyenda según la cual los dos
dioses Zeus y Hermes visitaron Listra, siendo recibidos por un matrimonio de
ancianos (Filemón y Baucis), quienes fueron recompensados ricamente por el
agasajo tan hospitalario que le brindaron a las divinidades.
La gente había escuchado la predicación de los dos.
Sin embargo, aún no habían entendido la diferencia entre la religión verdadera
y su paganismo. Su `fe' les llevó a la deificación de los apóstoles; no
conocían el evangelio que habla de la única revelación de Dios, Jesucristo,
quien hecho hombre vino para rescatarnos de nuestros pecados, incluso el de
idolatría. Obedeciendo a sus instintos idólatras, quisieron ofrecer sacrificio
a estos "dioses" a fin de ganarse el favor de ellos. Indignados por
tanta idolatría, los apóstoles rasgaron sus ropas y se metieron en medio de la
multitud gritando: "Varones, ¿por qué hacéis esto?"; comienzan a decir
que ellos también eran seres humanos, los que precisamente estaban predicando
que era urgente convertirse de la idolatría al Dios vivo, que hizo el cielo, la
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay. Los hombres no necesitan ganarse el
favor de Dios mediante sacrificios, porque Él ha venido en Jesucristo a
otorgarnos su amor y su perdón. Pablo y Bernabé continúan diciendo que Dios
permitió, en tiempos pasados, que cada nación siguiera su propio camino, aunque
en aquellos tiempos también se manifestó otorgando sus beneficios, dando las
lluvias y cosechas a su tiempo, llenando con alegría sus corazones. El hecho de
que Dios mantenga y sustente a su creación significa que no existe para la
gente ningún tipo de excusa para no servir al Dios verdadero. Ahora, sin
embargo, Dios quiere revelarles su favor total para que le conozcan y le
sirvan a Él.
Las palabras de los apóstoles no lograron un efecto
conveniente. Difícilmente pudieron impedir que la gente les ofreciera
sacrificios; la multitud estaba empecinada en la adoración de los hombres, en
vez de someterse al único Salvador del mundo. Procedentes de Antioquía e
Iconio, llegaron algunos judíos con el fin de rebatir a Bernabé y Pablo. Estos
comenzaron a persuadir a la gente de que todo lo que dijeron los dos, era
mentira. Como resultado de esto apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la
ciudad pensando que estaba muerto. Al día siguiente él y Bernabé prosiguieron
con su viaje en dirección a Derbe. Claramente se vio la mano protectora del
Señor sobre Pablo, para que éste continuase predicando el evangelio en otros
lugares. Al parecer, la visita de los apóstoles a Listra fue un fracaso.
Empero, Dios tenía también allí unos discípulos que creyeron en Él.
* La predicación del
evangelio encuentra en el camino muchos obstáculos, siendo la característica de
éstos: incredulidad a la tan necesaria revelación de la gracia de Dios.
3. (14,21-28) En este pasaje se nos relata no sólo
el regreso de los apóstoles, sino también los `cuidados posteriores' que
llevaron a cabo en las iglesias jóvenes. Este cuidado posterior edifica a los
nuevos creyentes de dos formas: les enseña en la práctica todo lo que respecta
a la vida cristiana, las dificultades por las cuales deben pasar, y les da una
estructura firme a través de la elección de ancianos. A través de estos oficios
Dios cuida y protege a sus hijos, porque los ancianos están llamados para la
edificación de la fe de cada uno de los creyentes.
Después de haber proclamado el evangelio en Derbe,
regresaron visitando las iglesias que habían podido levantar en Listra, Iconio
y Antioquía. Allí, Bernabé y Pablo animaban a los creyentes a permanecer fieles
en la fe. (Compare esta expresión con 11,23 y 13,43; permanecer fiel al Señor
es perseverar en la gracia y en la fe; en los tres versículos se usa el mismo
verbo). Los creyentes necesitaban esta exhortación, puesto que debían estar
conscientes de que para llegar al reino debían pasar por muchas dificultades.
Además, los apóstoles designaron ancianos para el bienestar de las iglesias y
la buena administración de ellas. Oraban por los nuevos líderes encomendándolos
al Señor, en quien habían creído. La vida espiritual de éstos no debería
depender de los apóstoles sino sólo del Señor.
Desde el Asia Menor regresaron nuevamente a Antioquía,
lugar desde donde habían emprendido su primer `viaje misionero'. Dando cuenta
de sus labores hablaron de las puertas abiertas que Dios les había concedido,
tanto entre los judíos como entre los gentiles. Luego permanecieron allí mucho
tiempo con los discípulos, es decir, con los creyentes en Cristo. Tanto en
judíos como gentiles, Pablo y Bernabé habían encontrado mucha resistencia, pero
a la vez aceptación por la fe. Los muros de separación habían caído (Efesios
2,14). Dios estaba reuniendo un pueblo entre los judíos y los gentiles para
mostrar la grandeza de su gracia.
* Dios abre siempre
nuevas puertas para la proclamación del evangelio; pero esto no implica que el
progreso del evangelio sea todo "color de rosas".
Síntesis aplicativa de
temas importantes
1a. La franqueza en la
predicación no depende de nuestra valentía.
Es notable ver que Pablo y Bernabé, pese a tanta
oposición, siguieron predicando el evangelio. Esto lo entendemos cuando sabemos
que el evangelio es poder de Dios para salvación (Romanos 1,16). Tal es su
valor, que debe ser anunciado. Sobre todo, es Dios quien nos otorga las fuerzas
para continuar.
1b. Las intervenciones
milagrosas de Dios son un instrumento poderoso para fortalecer la predicación
del evangelio, cuando la iglesia es duramente atacada.
En Iconio los apóstoles encontraron una vez más
gran resistencia de parte de los judíos. Estos últimos pretendían desacreditar
la vida de los discípulos para que los gentiles no atendieran a sus palabras.
Mas el Señor responde soberanamente a la predicación de su Palabra, de tal
manera que Él hace notoria su presencia para acallar a los enemigos de la cruz
de Cristo. Al parecer los milagros siempre son necesarios allí donde hay una
tenaz oposición, pero, aun así, esto obedece al gobierno absoluto del Señor. Lo
que sí es algo cierto, en todo tiempo, es encontrarnos con la ayuda del Señor
que nos fortalecerá para continuar predicando su Palabra.
2a. La idolatría es una
religión humana; la fe en Jesucristo, es religión divina.
El ser humano no puede alcanzar la fe en Jesús
partiendo de sí mismo. Al no reconocer su pecado, quiere elevar al hombre a
alturas divinas. El evangelio nos revela nuestra dependencia total de la gracia
de Dios. Sólo si su Espíritu nos abre los ojos, podemos estar en condiciones de
reconocer nuestra culpa ante Dios y entregar enteramente la vida a Jesucristo.
2b. Siempre es
característico de los hombres atribuir el poder de Dios a los hombres que son
sus instrumentos.
La restauración física de un hombre enfermo de
nacimiento, llamó profundamente la atención de la gente de Listra. De inmediato
interpretan este milagro de acuerdo a sus concepciones paganas, diciendo que
Pablo y Bernabé eran deidades que los estaban visitando. Luego procuraron
rendir adoración divina a los apóstoles. El modo de proceder de los habitantes
de Listra es muy similar al que encontramos en muchas personas de hoy en día,
entre las cuales podemos encontrar a gran cantidad de creyentes. Si de pronto
Dios utiliza a alguien para hacer un milagro o una sanidad, la reacción de las
personas es de exaltar, aunque dicen que Dios lo hizo, al hombre, haciéndolo
alguien especial por sobre otros ministros.
2c. Nunca la labor de
los creyentes dirigidos por Dios resultará en fracaso.
Si pudiéramos visualizar la labor apostólica de
Pablo y Bernabé en Listra a través de una óptica humanista, diríamos que fue un
rotundo fracaso, casi con perjuicio de pérdida humana. Pero en la soberanía de
Dios estas cosas están permitidas, pues a través de ellas Él manifiesta su gran
cuidado para con sus hijos, asegurándonos que lo que hagamos por amor de su
nombre jamás resultará fallido.
3a. Los ancianos no
deben ejercer dominio sobre la iglesia, sino servirla para su bienestar.
Los apóstoles en su sabiduría dejaron establecido
una buena estructura en la iglesia. El oficio de anciano representa el señorío
y el cuidado de Cristo por su iglesia. Los ancianos son llamados para velar por
la vida espiritual de la iglesia y la conducta de acuerdo a los mandamientos de
Dios.
3b. El camino que debe
transitar la iglesia hasta llegar a la gloria eterna de ninguna manera está
exento de dificultades.
Los apóstoles fortaleciendo los ánimos de los
hermanos, les exhortaban a que permaneciesen fieles al Señor. De ningún modo
les presentaron a los nuevos discípulos del Señor una vida cristiana libre de
todo problema, al contrario, hablaron de tribulaciones (como las que ellos, los
apóstoles, soportaron en Listra) que hallarían por causa de Cristo.
Concerniente a esto, creemos que es un gran mal el que se les hace a los
creyentes cuando no se les enseña a esperar momentos de tribulación por causa
del evangelio. A veces la vida cristiana es predicada de un modo tan
triunfalista, que luego muchas son las decepciones en la existencia diaria.
Hechos 15
Este capítulo nos informa con respecto a ciertos
judíos que pretendían volver a reedificar los muros que el mismo Dios había
derribado entre judíos y gentiles; éstos exigían que se les obligase a los
gentiles a pasar por el rito de la circunsición, olvidando que de esta manera
estaban atentando contra la libertad cristiana, cambiando la pura gracia de
Dios en una nueva ley. La importancia del capítulo 15 radica en la amenaza que
debe enfrentar el progreso del evangelio en medio de los gentiles. Gracias al
Señor la iglesia recibió sabiduría para poder tomar decisiones adecuadas. De
este modo la predicación del evangelio sería realizada en forma libre, sin
impedimentos que surgieran desde el propio seno de la iglesia.
1. (15,1-6) Luego del regreso de Pablo y Bernabé, algunos
hermanos provenientes de Judea llegaron a Antioquía. Estos hombres enseñaban
que un gentil no alcanzaba la salvación sólo con creer en Jesús y bautizarse,
ya que le era necesario guardar la ley de Moisés y circuncidarse. Ellos partían
de la idea que el pacto de Dios con Israel (en su forma antigua), todavía
estaba vigente y que era imprescindible incorporarse a éste mediante la
circuncisión. En el fondo no tenían claro el significado trascendental del
sacrificio de Jesús (comp. la carta a los Gálatas). Estos hermanos, con sus
doctrinas, confundían tremendamente a las iglesias. Cuando Pablo y Bernabé se
opusieron contra estas opiniones, entonces la iglesia de Antioquía decidió
enviarlos a Jerusalén para que allí se pronunciaran acerca de este asunto tan
delicado. En su viaje visitan algunas iglesias en Fenicia y Samaria donde
cuentan las maravillas que el Señor ha hecho en medio de los gentiles. Antes de
las discusiones posteriores, Lucas ya muestra que Dios ha bendecido el actuar
de los apóstoles entre los gentiles, sin que ellos impusieran ninguna carga
pesada a los nuevos creyentes.
* Hay mucha gente que
piensa ganar la salvación por méritos propios, aun dentro de los creyentes;
esto se debe únicamente a un profundo desconocimiento de la gracia de Dios.
2. (15,7-21) Cuando Pablo y sus acompañantes
llegaron a Jerusalén, informaron a los apóstoles y ancianos la forma especial
en que Dios había bendecido la predicación del evangelio entre los gentiles.
Pero allí también surgieron los mismos problemas a causa de algunos fariseos
que habían recibido a Cristo, mas no habían llegado a comprender verdaderamente
el significado de su sacrificio. Por esta razón se reunió la iglesia de
Jerusalén para tratar el asunto. Pedro comienza diciendo cómo Dios le había elegido
para ministrar la Palabra entre los gentiles. Haciendo alusión a lo ocurrido en
la casa de Cornelio, demuestra que fue el mismo Dios quien confirmó la fe de
los recién convertidos al derramar su Espíritu sobre ellos sin imponer
previamente ninguna carga, pues Dios conoce los corazones. No existe ninguna
cosa aparte de la fe que nos pueda limpiar de nuestros pecados. Las cosas
exteriores no son decisivas, sino el interior de nuestro corazón. Por lo tanto
Dios mismo ha quitado la diferencia: judío y gentil, ambos descansan en Cristo
Jesús. Entonces, si Dios no exigía a los gentiles la imposición de cargas
pesadas, sería ilógico retarlos a que lo hicieran. Hay un solo camino por medio
del cual todos los hombres pueden ser salvos: la gracia en Jesucristo. Los
israelitas no están en condiciones de exigir, pues ni ellos mismos eran capaces
de cumplir la ley de Dios para la salvación.
Aunque todos estaban impresionados por las palabras
de Pedro, al parecer todavía no estaban convencidos. Por lo tanto, Pablo y Bernabé
relatan ahora en el mismo espíritu cuán grandes milagros Dios había hecho a
través de ellos en medio de los gentiles. Si Dios está confirmando la
predicación entre los gentiles, sin imponer ninguna cosa, ¿no debería ser esto
suficiente para continuar en la misma línea? Cuando hubieron terminado de
hablar, Jacobo, el hermano del Señor, tomó la palabra. Éste era una alguien muy
respetado dentro de la comunidad de creyentes; por el hecho de guardar la ley
de Moisés al pie de la letra, fue llamado "el justo". Su opinión en
este asunto podría ser determinante. Estuvo totalmente de acuerdo con lo dicho
por Pedro, mostrando que ya en el Antiguo Testamento Dios había hablado por
boca de Amós, que Él restauraría a su pueblo. Esta restauración se ha hecho a
través de Jesús, mientras que el mismo Amós también hizo ver que los gentiles
se convertirían al Señor, sin mencionar que ellos deberían cumplir las leyes
antiguas. Por ende, Jacobo sugiere que se debe romper completamente con el
paganismo, llevando una vida pura en cuanto a las relaciones sexuales; no comer
carne de animales ahogados, es decir, que no fueron matados sin antes haber
sido escurrida su sangre; por último que deberían abstenerse de sangre. Las dos
últimas prohibiciones tenían que ver con el mandamiento estricto de no beber
sangre, ya que "la vida (o el alma) de la carne en la sangre está"
(Levítico 17,11). Esta costumbre se había arraigado tan profundamente en los
judíos y los piadosos gentiles que habría sido un cambio demasiado drástico no
prohibirlo a los nuevos creyentes.
* La iglesia es
protegida por el Señor, para que ésta no cambie el evangelio por la ley.
3. (15,22-35) La propuesta de Jacob y lo planteado
por Pedro fue unánimemente aceptado por la asamblea. La propuesta era una
protección para el libre anuncio del evangelio, pero, por otro lado, también
una medida para no romper la unión con los judíos que querían ser fieles a la
ley de Dios. ¡Fue una proposición tremendamente sabia! Se acordó enviar a la
iglesia de Antioquía, junto con Pablo y Bernabé, a unos líderes de la iglesia
de Jerusalén; éstos fueron Judas, llamado Barsabás y Silas; su misión sería la
de presentar una carta que comunicaría los acuerdos tomados. La carta hacía
mención de la abnegada labor misionera de Pablo y Bernabé, "hombres que
han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo"; de esta
manera se expresaba la gran estima que la iglesia madre tenía por la obra
misionera de estos hombres. Esta carta además comunicaba la decisión que se
había tomado conforme a la voluntad del Espíritu ("ha parecido bien al
Espíritu y a nosotros"). Podían hablar con tal seguridad, ya que la
decisión tomada estaba en armonía con la Palabra y confirmación de Dios. De
esta manera se protegía la libertad cristiana sin afectar a los cristianos
judíos. No se imponía a los creyentes gentiles ninguna carga más que los
requisitos necesarios. Cuando se comunicó la decisión del primer `sínodo', la
iglesia de Antioquía se regocijó y animó enormemente, puesto que ahora los
creyentes gentiles podían contarse como miembros con pleno derecho dentro de la
iglesia. Judas y Silas, ambos profetas, se quedaron por algún tiempo en
Antioquía, enseñando y confortando a la congregación de aquel lugar. Después de
un tiempo, Judas volvió a Jerusalén, pero Silas prefirió permanecer en
Antioquía. Junto con Pablo y Bernabé siguió predicando la Palabra del Señor.
* Pretender guardar la
ley nos hace vivir en inseguridad; sólo el evangelio produce gozo.
4. (15,36-41) Por un tiempo Pablo y Bernabé
permanecieron en Antioquía, enseñando en la congregación. Entonces Pablo le
dijo a Bernabé de sus planes para visitar a todas las iglesias que habían
formado. Deseaba dar `cuidados ulteriores' a fin de animar y fortalecer la vida
de los creyentes en ellas. Bernabé estuvo de acuerdo con este plan, pero mostró
su deseo llevar nuevamente consigo a su sobrino Juan Marcos. ¿Pensó Bernabé que
los temores de su sobrino habrían desaparecido, y que ya había alcanzado una
mayor madurez para el ministerio? Pablo, sin embargo, se negó a la propuesta de
Bernabé, ya que Marcos anteriormente les había dejado solos; no había mostrado
el empeño necesario para la obra misionera y por ende no era apto para
desplegar mayores esfuerzos en este segundo viaje. El desacuerdo se encendió
tanto que se produjo una ruptura entre ambos hermanos (la palabra griega habla
de un fuerte desacuerdo o irritación). La disputa resultó bastante amarga. No
se logró un consenso común, por lo que ambos debieron tomar distintos caminos.
Bernabé tomó a Juan Marcos y se embarcó para Chipre, su ciudad natal (Hch.
4,36). Pablo escogió a Silas como su nuevo compañero de viaje. Aunque lo que
sucedió fue un pecado, gracias a Dios no detuvo el progreso del evangelio; el
Señor usó este triste incidente para la extensión de su reino, aun en un grado
superior.
* A pesar de nuestras
fallas, el Señor no permite que el avance del evangelio se detenga.
Síntesis aplicativa de
temas importantes
1. El desconocimiento de
la gracia de Dios conduce al legalismo como medio para alcanzar la salvación.
Un grupo de creyentes en Jesucristo no había
entendido aún el significado pleno del sacrificio expiatorio de Jesús, como
suficiente para obtener el perdón y la vida eterna. Éstos proclamaban que la
salvación sólo se completaba obedeciendo a la ley de Moisés, en la que era
imprescindible la circunsición. Hoy en día vemos también como en este asunto de
la salvación, aún persisten brotes de legalismo dentro de las iglesias. Muchos
creyentes no tienen una clara comprensión de la gracia de Dios, haciendo
depender la salvación de lo que ellos puedan hacer o sentir. Es por esta razón
que la iglesia necesita siempre ser enseñada en este tema de la salvación como
gracia de Dios manifestada en el sacrificio de Jesús. Su sacrificio es
suficiente para salvarnos de todos nuestros pecados, ya que es una
"propiciación" de los pecados de todo el mundo (1 Juan 2,1).
2a. Aun en las iglesias
las discusiones son inevitables, pero no por ello debieran producir rencor
entre la hermandad.
A través del libro de Hechos vemos cómo la iglesia
de nuestro Señor pasa por diferentes momentos, en todos ellos aferrándose por
completo al cuidado de Dios. La iglesia se fortalece en el Señor siendo llena
del Espíritu Santo, pero esto no evita que haya dentro de su seno ciertas dificultades,
como la que presenta el cap.15. Así que no nos desalentemos ante los eventuales
problemas que encontraremos en la iglesia, más bien pidamos al Señor que nos
conceda la sabiduría para poder ser instrumentos de edificación.
2b. El libertinaje es una
violación a la santidad de la ley de Dios; el legalismo, lo es de la gracia de
Dios.
El Señor nos da la debida sabiduría para detectar
ambos peligros, tomando las medidas necesarias. Le agrada una iglesia que alabe
su bondad y que respete su voluntad.
3a. Toda decisión que se
acuerde dentro de la iglesia ha de tener un apoyo verdaderamente bíblico;
siendo la Palabra de Dios aplicada sabiamente a una situación específica.
Ante perturbaciones legalistas acerca de la
salvación, la iglesia tuvo que reunir a sus líderes espirituales en Jerusalén
para dirimir sobre este asunto. Fue Jacobo quien sopesó los testimonios, y los
visualizó a la luz de la Escritura. A partir de esto se dio una sabia decisión.
Una decisión que salvaguardaba la gracia de Dios del legalismo, y que no
atentaba contra la conciencia de los creyentes judíos y prosélitos. Luego se
dirá que esta decisión fue la que tomó el Espíritu Santo y ellos. Así que ellos
podían hablar con tal seguridad que eran guiados por el Espíritu Santo porque
acudían al consejo de la Palabra de Dios. Esta es una regla que ha de regir
toda decisión, ya que es muy común decir "el Espíritu dice...",
cuando en verdad a veces tal cosa que se opone a la Escritura.
3b. La gracia de Dios
produce el gozo más grande.
Mi "ser hijo de Dios" depende plenamente
del sacrificio de Jesús. La iglesia de los gentiles se gozó en las buenas
nuevas de la decisión tomada en Jerusalén. No debían quedar afuera por no
cumplir la ley, sino sólo entrar por la puerta de la gracia.
4a. Los nuevos creyentes
necesitan ser fortalecidos en su fe.
Los más maduros deben preocuparse de ellos, aunque
la vida de los últimos no siempre sea un buen ejemplo. Sin embargo, Dios usa
incluso lo torcido para la expansión de su reino. ¡Todo depende de su gracia!
4b. Aun entre los
creyentes maduros los desacuerdos son una realidad que hay que afrontar.
Pablo y Bernabé, compañeros inseparables de
misiones, tienen que separarse. El motivo es la negativa de Pablo a que Bernabé
llevase a su sobrino Marcos para emprender una visita a las iglesias. ¿Actuó
con compasión Bernabé, queriendo dar una nueva oportunidad a su sobrino?, ¿fue
a caso muy duro Pablo? Podemos pensar en muchas respuestas, pero lo que
interesa es ver aquí como dos siervos de Dios tienen una tan grande disputa que
creen que la mejor opción es separarse. Nunca es bueno disentir tanto de
opiniones hasta el punto de que haya una ruptura en el trabajo realizado. Pero
aun siendo esto un pecado, Dios utilizó esta situación para extender aún más su
Palabra. De vez en cuando es inevitable que líderes maduros no trabajen en
forma unida, debido a las diferencias de opiniones existentes entre ellos.
Hechos 16
La tónica común en el libro de Hechos es el
progreso en la predicación del evangelio, y el capítulo 16 de este libro no es
la excepción a esta regla. Este capítulo nos informa del segundo viaje
misionero de Pablo; a pesar de los obstáculos, el apóstol y sus ayudantes
llegan aEuropa. Los versículos 6-10 muestran claramente la dirección de Dios
con respecto al trabajo misionero de Pablo. Dios, que nos ha enviado a su Hijo
unigénito para brindarnos la salvación, manda a sus mensajeros por todo el
mundo.
1. (16,1-10) Pablo en su segundo viaje misionero
nuevamente vuelve a Derbe y Listra. Allá encuentra a otro compañero (aparte de
Silas) llamado Timoteo. Este hermano gozaba de buen testimonio entre los
creyentes, siendo esto uno de los requisitos básicos para trabajar en el reino
de Dios. Timoteo era hijo de una mujer judía creyente, pero su padre era
griego. Por el hecho de que su madre fuera judía, se lo consideraba también a
él como judío. Pablo se vio obligado a circuncidar a Timoteo. Es curioso ver
que después de tan corto tiempo de haberse realizado el concilio en Jerusalén
tuviera que hacerse esto. Según Gálatas 2, Pablo no hizo lo mismo con Tito, ya
que éste como gentil no necesitaba de esto para ser salvo. Aquí Pablo lo hace
por otro motivo: Timoteo era judío; nunca los judíos aceptarían a Timoteo
cuando él les predicase el evangelio si antes no hubiese recibido la señal de
la circuncisión. Pablo actúa entonces conforme a lo que él escribe en 1 Cor.
9,19-23, "a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a
algunos".
Pablo y sus compañeros comunicaron a las iglesias
las decisiones tomadas en Jerusalén, motivo por el cual éstas fueron
fortalecidas en la fe, y creciendo cada día en número. El crecimiento recibió
un nuevo estímulo. Podían seguir predicando sin imponer cargas pesadas.
Ahora el `equipo misionero' se propone predicar el
evangelio en otras partes del Asia Menor. Su plan era viajar más al norte por
Frigia y Bitinia para llegar a la región del Bósforo en ciudades importantes
como Bizancio y Nicomedia. En dos oportunidades Lucas nos dice explícitamente
cómo el Espíritu Santo prohibió a este equipo llevar a cabo sus planes en las
ciudades que ellos querían. Este incidente destaca a grandes rasgos que es el
Espíritu Santo el ejecutor de los planes; Él guía la predicación del evangelio
en otras partes del mundo. No sabemos exactamente cómo les fue impedido, ¿Acaso
por profecía? ¿O simplemente por falta de éxito? En cualquier caso, fueron
dirigidos al noroeste hasta llegar a Troas por la costa, muy cerca del
continente Europeo.
Por tercera vez Dios interviene; ahora lo hace a
través de una visión. Se le muestra a Pablo cómo un hombre de Macedonia está
pidiendo ayuda. ¡La única ayuda permanente es la predicación del evangelio!
Pablo y los suyos entendieron el llamado de Dios y lo tomaron en serio.
* ¿Qué haríamos si el
Señor nos hiciera un llamado para ayudar a un sector específico?, ¿estaríamos
dispuestos a obedecerle?
2. (16,11-18) De inmediato la delegación partió
para Macedonia; pasando por la pequeña isla de Samotracia y por un puerto
llamado Neápolis. A 15 kilómetros de este puerto se hallaba Filipos, ciudad a
la que muy pronto llegarían. Era una colonia romana poblada por ex-militares al
servicio de Roma. Había allí muy pocos judíos, tanto que ni siquiera había una
sinagoga. Pues, cuando Pablo y sus compañeros, buscaron, como era su costumbre,
a sus compatriotas no encontraron ninguna sinagoga; se nos dice que sólo unas
mujeres tenían una reunión de oración cerca del río, un lugar común para
reunirse. ¿Cómo les sería posible predicar el evangelio si apenas había unos
cuantos judíos? Pero Dios proveería. El Señor obró en las mujeres a quienes
Pablo predicó el evangelio, de tal forma que Dios abrió el corazón de una de
ellas para que estuviese atenta a la Palabra predicada por Pablo. Esta mujer
llamada Lidia era temerosa de Dios (una gentil que se había convertido al Dios
de Israel), y provenía de Asia Menor, de la ciudad de Tiatira. Era una mujer
pudiente, que inmediatamente no sólo abrió su corazón sino también su casa para
alojar a los predicadores del evangelio. Ella fue bautizada junto con toda su
familia. Era el primer fruto de la predicación del evangelio, y a la vez una
prueba de la gran cosecha que seguiría. Sin embargo, los siervos de Dios
encuentran también aquí la resistencia del enemigo. Pasando por la ciudad,
Pablo y los suyos en varias ocasiones fueron seguidos por una muchacha esclava
que tenía un espíritu que predecía el futuro. Mientras ella seguía a Pablo,
clamaba diciendo: "Estos hombres son siervos del Dios altísimo, quienes os
anuncian el camino de la salvación". Pablo juzgó este espíritu, pues no
quería que la gente se confundiera con respecto al evangelio, a tal punto de
hacerlo descender al nivel de las religiones vigentes. Entonces, en el nombre
de Jesucristo, Pablo ordenó al espíritu salir de la muchacha. El espíritu
obedeció en seguida. La palabra del Dios todopoderoso se mostró más fuerte que
el poder satánico en el mundo pagano.
* El poder del evangelio
es el más grande que existe. Nunca debemos avergonzarnos con respecto a este
mensaje.
3. (16,19-34) Los amos de la muchacha no se gozaron
con la liberación, mas bien se irritaron sobremanera contra Pablo y Silas, ya
que éstos habían puesto fin a su fuente de recursos. Por eso los arrastraron
hasta los magistrados romanos. Ante ellos ocultaron la marcha real de las cosas
y los acusaron de rebelión, hombres que si no eran detenidos comenzarían a
perturbar el orden público a través de la propagación de regímenes extraños de
vida; además añadieron a sus acusaciones que estos hombres eran judíos,
apelando con esto a los sentimientos anti-semitas ya presentes en la sociedad
romana. La multitud fue fácilmente influenciada, por lo que los magistrados
ordenaron rasgar la ropa de los acusados y luego azotarles. Nada oímos de algún
interrogatorio previo o de una justicia sincera. Después de ser azotados, el
carcelero cumple las órdenes con prontitud echándolos en el calabozo más
lúgubre, una celda pestilencial, fría y húmeda, sin mostrar un ápice de
misericordia para ellos. A medianoche Pablo y Silas orando al Señor cantaban
himnos. Derramaban su corazón delante de Dios y se gozaban cantando para la
gloria del Señor. Este testimonio de fe fue oído por todos los presos. A partir
de ahora, el plan de Dios para con la ciudad de Filipos comenzaría a tomar
forma para los apóstoles. De pronto los cimientos de la cárcel se sacuden con
la intensidad de un gran terremoto, y al instante se abrieron todas las
puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Encontramos dos veces la palabra
`todos', indicándose así la extensión y la grandeza del milagro. Nada puede
impedir el progreso del evangelio. En aquella noche comenzaba a colocarse la
base de la primera iglesia en Europa.
El estruendo del lugar despertó al carcelero, quien
al percatarse de lo sucedido quería matarse, porque pensaba que algunos presos
habían escapado, y él como carcelero tenía la responsabilidad sobre ellos. La
fuga de presos significaría su muerte y vergüenza. Pablo detuvo el suicidio,
explicando que todos estaban allí. El carcelero se postró temblando,
preguntando que tenía que hacer para ser salvo. Posiblemente recordó lo que
había dicho la muchacha esclava. El carcelero se dio cuenta que detrás de estos
hombres estaba presente la mano de un Dios poderoso. Como pagano que era,
preguntó qué cosa tenía que hacer para ser salvo. La respuesta fue totalmente
diferente: no hacer nada sino creer en lo que hizo el Señor Jesús. Entonces le
proclamaron la Palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Dios obró nuevamente, despertando la fe y el amor en ellos. Agradecido les lavó
sus heridas, y en seguida se bautizó él con todos los suyos; el gozo de aquel
momento se plasmó en una cena que el carcelero realizó en su hogar.
* "El carcelero
lavó y fue lavado. El que lavó las heridas fue lavado de los pecados. El que
alimentó, fue alimentado" (Crisóstomo).
4. (16,35-40) Al parecer los magistrados piensan
que han actuado con demasiada dureza, y por eso ruegan a Pablo que salga de la
ciudad. Éste, sin embargo, exige, en su calidad de ciudadano romano,
rehabilitación, quizás con la intención de proteger a la joven iglesia de
Filipos. Pablo está dispuesto a sufrir, pero quiere evitar que se piense que la
iglesia de Jesucristo pertenece a un grupo dudoso, cuyo líder (Pablo) con razón
fue azotado y encarcelado. Por ello pide, como un acto público de restitución,
a que sean los mismos magistrados quienes los saquen de la cárcel.
* ¿Es encomiable nuestro
testimonio ante los ojos de la sociedad?
Síntesis aplicativa de
temas importantes
1a. No buscar agradarse
a uno mismo sino a los demás por amor de Cristo es algo muy sabio que permite
la libre predicación de la Palabra.
En su segundo viaje misionero Pablo encuentra un
nuevo creyente que cumple los requisitos para servir al Señor; el apóstol desea
que este creyente llamado Timoteo les acompañe en el viaje. Pero debido a que
su madre era judía, debió circuncidarlo para evitar poner tropiezo a los
creyentes de los judíos. Si no está en juego la gracia de Dios, lo más sabio es
no discutir sobre cosas triviales para nuestra fe y atender a los pensamientos
de hermanos `débiles' (comp. Rom. 14,1.15-23).
1b. Confirmar en la fe
es asegurar a los creyentes que la salvación depende entera y completamente de
la obra de Cristo.
Pablo pasa por las iglesias dándoles a conocer las
resoluciones que se tomaron en Jerusalén. Las noticias de esto hizo que las
iglesias fuesen confirmadas en la fe, en la seguridad de la salvación sin la
necesidad de la circuncisión. De esta manera también se produjo un crecimiento
numérico. Asimismo si buscamos el fortalecimiento de la fe en los creyentes,
debemos enseñarles a depender enteramente de la gracia de Dios en Cristo, sin
la exigencia de reglamentos para ser salvos.
1c. En la obra misionera
o evangelística es importante estar atentos a la dirección del Espíritu Santo.
Aunque el mandato de nuestro Señor es predicar el
evangelio a todo el mundo, no obstante, debemos ser sensibles a la dirección
del Espíritu para que sigamos el rumbo que Él nos muestra; en esto usará
distintos medios para darnos a conocer su voluntad específica.
2a. Es el Señor quien
abre el corazón para que la gente comprenda su Palabra y la reciba con fe.
La comitiva apostólica llega finalmente a Filipos;
no hallando sinagogas, se dirigen a un lugar de oración fuera de la ciudad,
cerca de un río. Allí se reunían algunas mujeres a las cuales comienzan a
hablarles la Palabra. De una de estas mujeres llamada Lidia, se nos dice que
"el Señor abrió el corazón de ella para que estuviera atenta a lo que
Pablo decía". Esto nos muestra que sin la asistencia de Dios, la predicación
del evangelio no tendría su efecto. Ante la dureza de la gente pidamos al Señor
que Él abra su corazón, alumbrando sus mentes oscurecidas por el pecado para
que contemplen la gracia salvadora en Jesucristo.
2b. El diablo pretende
hacer descender el cristianismo al mismo nivel que las demás religiones del
mundo.
El maligno usa a una joven, a la cual le había dado
espíritu de adivinación, para desacreditar al evangelio. Esta joven decía que
Pablo y sus compañeros eran siervos de Dios que anunciaban el camino de la
salvación. A primera vista esto no nos parece de ninguna manera una amenaza,
pero toda propaganda que venga de los demonios, por verdadera que pueda
parecer, no es sino otra manera astuta de hacer que el evangelio sea otro
mensaje de salvación entre tantos. Satanás muestra que el cristianismo es una
opción entre tantas opciones. Quiere hacer creer a los hombres que al fin de
cuentas todos creemos en el mismo Dios. Demostremos al mundo que esta es una de
las más grandes mentiras.
3. Adorar a Dios, incluso
en los momentos difíciles, revela cuán grande es nuestra comunión y
conocimiento de Él.
Luego de ser injustamente castigados, Pablo y Silas
son dejados en situaciones realmente precarias en una cárcel. ¿Pero qué hacían
allí?, ¿a caso no fue el Espíritu Santo quien los guió a aquella ciudad de
Filipos? Los siervos del Señor hacen lo que saben hacer en cualquier
circunstancia: adorar a Dios. De esta manera la adoración a Dios no sólo se
realiza en los buenos momentos, sino también en los malos pasajes de la vida.
Si comprendiéramos que es Dios quien tiene el control absoluto sobre todas las
cosas, adoraríamos su grandeza en todo tiempo. Sólo el Señor da cánticos en la
noche (Job 35,10; Salmo 42,8). Este es un testimonio tremendo que lleva a la
conversión de otros.
4. El testimonio de la
iglesia es trascendental.
Si es malo, la predicación del evangelio en seguida
pierde su valor. Si es bueno, a pesar de la mucha resistencia, siempre deja a
la gente impresionada, ya que encuentra a personas diferentes por pertenecer a
Cristo. Es por esta razón que Pablo exige sus derechos como ciudadano romano, a
fin de que no se pretenda decir, como afirmaban sus acusadores, que los
creyentes eran un grupo de rebeldes. Sin embargo, la iglesia de Jesucristo es
una iglesia sana y santa, a pesar de todos sus pecados.
Hechos 17
El cap. 17 es muy fascinante. En él encontramos a
Pablo en el centro de la cultura griega, Atenas, y en una declarada
confrontación con la filosofía pagana. Incredulidad y burlas son las reacciones
inmediatas ante la predicación de Pablo. En este mismo capítulo encontramos
oposición de parte de los judíos. Pablo tiene que huir de Tesalónica, también
de Berea (aunque su predicación encuentra allí más fe que en Tesalónica), y no
puede establecer una iglesia en Atenas (ver el v.33: "Así Pablo salió de
en medio de ellos"). ¿Hubo aquí entonces un saldo negativo en la obra
misionera?, ¿un retroceso en lo que hasta ahora parecía un gran avance? De
ninguna manera, ya que a pesar de la tan grande resistencia al evangelio, igual
hubo personas que creyeron en Jesús (v.34); lo mismo sucedió en Tesalónica
(v.4) (es preciso ver también la carta a los Tesalonicenses para saber cuánta
fe, amor y esperanza había en aquel lugar). En Berea los judíos respondieron
más favorablemente que los de Tesalónica. Pese a tanta oposición, incredulidad
y burlas, Dios sigue obrando y tiene el poder. ¡También el capítulo 17 es un
paso hacia adelante en la predicación del evangelio!
1. (17,1-15) Desde Filipos Pablo y sus compañeros
viajan a Tesalónica; tuvieron que cubrir una distancia de 150 kilómetros. Lucas
nos relata que allí había una sinagoga. La predicación de Pablo siempre
comenzaba con los judíos. Pablo entra en la sinagoga y predica (literalmente:
"pronuncia un discurso con preguntas y respuestas", como un diálogo)
a Cristo, explicando y predicando en base a las Escrituras que:
a.
era necesario que el Mesías padeciera, ya que así
estaba ordenado en el plan y voluntad de Dios,
b.
el Mesías ya había venido, en la persona de
Jesucristo.
Lo más probable es que Pablo mostrara a partir de
las Escrituras los paralelos existentes entre la profecía del A.T. relativas al
Mesías y su cumplimiento en la vida de Jesús. El resultado fue que su
predicación encontró fe en tres grupos: "algunos de ellos" (los
judíos), "un gran número de los griegos piadosos" (los gentiles que
participaban en la sinagoga) y "muchas mujeres nobles" (también
participantes de la fe judía).
Sin embargo, ciertos judíos incrédulos provocaron
un alboroto, involucrando en él a algunas personas del mercado, personas sin
trabajo (vagos) para asaltar la casa de Jasón donde se alojaban Pablo y Silas.
Su móvil fue el celo, no podían soportar el éxito de la predicación. Al no
encontrar allí a Pablo trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las
autoridades, gritando que éstos estaban desencadenando una revolución en todo
el mundo, revolución que ahora trasladaban también a Tesalónica. Jasón y sus
compañeros, al dar alojamiento a estos hombres tan `peligrosos', son acusados
de involucrarse en esta rebelión en contra del César. La acusación era que
aquellas personas se oponían a la autoridad del César, diciendo que había otro
rey. Resulta un tanto jocoso lo que aquí sucede, pues la gente acusa a Jasón de
lo que ellos mismos están haciendo: alborotar. La denuncia fue de índole
político, pero nada tenía que ver con la predicación de Pablo; no obstante, en
cierto modo la imputación contenía algo de verdad, ya que ciertamente había
otro rey: Jesucristo, cuyo reino triunfaría sobre el reino de los césares. Este
rey Jesús, no tiene necesidad de armas terrenas para conquistar a los hombres,
pues con su espíritu Él puede obrar en el corazón de ellos. Jasón se prestó
como fiador y pagó la fianza por Pablo y Silas. Sin embargo, los hermanos
estimaron aconsejable que éstos dejaran la ciudad. Pero había una iglesia y el
Señor de la iglesia se quedaba allí.
Lo mismo sucedió en Berea, la siguiente ciudad,
pero con la diferencia de que allí muchos judíos creyeron la Palabra del Señor
con gran gozo, examinando y estudiando las Escrituras para ver si era verdad lo
que Pablo predicaba. También su predicación se extendió a los gentiles, de
donde tanto mujeres como hombres confiaron en el Señor. Pero los judíos
hostiles de Tesalónica llegaron a Berea, provocando también allí un alboroto.
Debido a esto los hermanos instaron a Pablo que se retirara, aunque Silas y
Timoteo se quedaron.
* Ninguna oposición
puede impedir el progreso del evangelio.
2. (17,16-34) En este pasaje Lucas nos esboza la
confrontación del evangelio con la filosofía pagana y con la religiosidad
reinante en aquel entonces. En Hechos 14 encontramos el encuentro de los
apóstoles con la religiosidad del pueblo; en los capítulos 16 y 19 el
enfrentamiento con la magia, y ahora con los filósofos de Atenas.
La importancia política de Atenas no era la misma
que en otrora había gozado en la historia; sin embargo, sí tenía significado
cultural: era el centro de las ciencias.
Habiendo llegado Pablo a Atenas se irritó cuando
vio la idolatría que en la ciudad imperaba. Discutió con los judíos y los
piadosos (gentiles que tenían temor por el Dios de Israel); pero en aquella
ciudad hizo también mucho hincapié en sus contactos con los gentiles,
conversando en el mercado con filósofos de los epicúreos y estoicos. Los
seguidores de Epicuro asignaron mucha importancia al disfrutar de la vida y ser
libre de toda tristeza y dolor. No creían en la intervención de poderes
sobrenaturales en la vida. Epicuro quería liberar al hombre de su miedo a los
dioses y a la muerte. En tanto el estoicismo era una doctrina filosófica que
enseñaba la posibilidad del dominio sobre sí mismo y sobre las pasiones hasta
alcanzar la imperturbabilidad del ánimo.
Para estos filósofos Pablo es sólo un palabrero
(lit. "una persona que picotea semillas", es decir: una persona que
ha escuchado mucho de algo, pero que en realidad no sabe nada, un charlatán).
Lo llevaron al Areópago, la colina donde se administraba justicia. Allá Pablo
se dirige a los filósofos en un discurso que posee la siguiente estructura:
a. La introducción: La
ignorancia de los atenienses.
El tema del discurso es Jesús y la resurrección. No
obstante, para llegar a este tema, Pablo comienza su predicación buscando un
punto de contacto: su punto de partida es la ignorancia claramente
exteriorizada en los atenienses por el altar que habían levantado al "dios
no conocido". Pablo demuestra que el altar para el dios no conocido
manifiesta claramente que no conocían al Dios verdadero (v.23).
b. El Creador no es
objeto de idolatría.
Pablo se adhiere estrechamente a lo que los
filósofos mismos confiesan (ver el v.28). Debido a que fue Dios el creador del
universo y de todo el linaje humano a partir de un solo hombre, entonces se
debe comprender que este hecho en sí es un fuerte ataque a la idolatría. Él es
mayor que su creación, ni siquiera habita en templos, tampoco depende de
nuestro servicio. Nos creó para vivir en esta tierra y para que le busquemos
como corresponde. Nunca tenemos que pensar que la divinidad sea semejante a
oro, plata, piedra, escultura de arte y algo que nazca producto de la
imaginación de los hombres. En otras palabras: se trata de un Dios que se
reveló a nosotros como un Dios glorioso y no un dios que no sobresale por
encima del ser humano (vv.24-29).
En lo precedente Pablo había dicho que Dios estaba
muy cerca de nosotros, pues en palabras del poeta griego Arató, "linaje
suyo somos". Esto implica que ningún hombre puede disculparse por su
idolatría, ya que eso es degradar a Dios hasta algo menos que un hombre, siendo
infinitamente más que eso.
c. El llamamiento.
Ahora Pablo proclama el llamamiento de Dios. En su
misericordia Él pasa por alto los tiempos de esta ignorancia. Aunque tal
ignorancia no exime de responsabilidad, no obstante, Dios hace un comienzo
nuevo en Jesucristo. Su revelación en Él es tan clara, probada por la
resurrección de los muertos, que nos llama ahora al arrepentimiento, para que
confesemos nuestra ignorancia e idolatría como culpa ante Él. Pues llegará el
día en que Dios juzgará a este mundo a través de su Hijo Jesucristo (30 y 31).
Cuando Pablo hizo mención de la resurrección, de
inmediato surgió el menosprecio y la burla de parte de los filósofos. Mientras
tanto hay otros que quieren saber algo más; ¿es hambre espiritual, o
simplemente una curiosidad intelectual? Pablo salió de en medio de ellos,
dejándolos en su actitud incrédula. Empero, algunos creyeron, juntándose con
él. La predicación del evangelio nunca será en vano. A pesar de que la confrontación
con el paganismo será una lucha vehemente, satanás igual verá como pierde
terreno en el corazón de los hombres. Algunas personas, entre ellas Dionisio el
aeropagita, probablemente una persona de influencia (un juez que trabajaba
allí) y una mujer desconocida, Dámaris, y otros, pusieron fe en el mensaje de
Pablo.
* El evangelio
desenmascara la religión humana como idolatría.
Síntesis aplicativa de
temas importantes
1a. Aunque la oposición
venga de diferentes sectores, en el fondo apunta a lo mismo: menosprecio hacia
Cristo. El
evangelio (de Cristo crucificado) es "para los
judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura" (1 Cor.1,23).
Sin embargo, Dios siempre preservará a un pueblo que pondrá fe en su Palabra,
siendo esta fe su propia obra en el corazón. Aunque los hombres malvados intentaron
desacreditar el evangelio y a los mensajeros de éste, tanto en Tesalónica como
en Berea hubieron personas que creyeron en Jesús como el Cristo.
1b. El estudio de la
Escritura debe ser una práctica constante; sólo así desaparecen las dudas y se
fortalece la fe en Jesucristo.
Pablo y Silas llegaron hasta Berea. En la sinagoga
se encontraron con judíos que recibieron con solicitud la Palabra, a la vez que
escudriñaban cada día la Escritura para comprobar si lo que Pablo hablaba
acerca de Jesús como el Cristo era realmente así. Sería una verdadera muestra
de crecimiento espiritual que los hombres se entreguen al estudio diligente de
la Palabra; pero al contrario de esto, vemos cómo muchos creyentes se han
entregado a la ociosidad, conformándose sólo con lo que escuchan; ni si quiera
existe el discernimiento para juzgar lo que se está predicando, viendo si ello
realmente tiene asidero bíblico. Es peligroso cuando los creyentes aceptan todo
sin investigar ellos mismos, pues de esa manera también están abiertos a la
influencia de errores y de falsos profetas y maestros.
2a. Pablo vio la
idolatría, se enojó al verla y ... predicó.
El fuego se enciende sólo si sabemos `ver' bien.
Pablo no visitó Atenas como turista con interés histórico sino como apóstol que
tiene gran preocupación por la vida perdida de la gente. La idolatría reinante
en Atenas encendió el celo por Dios en el apóstol Pablo. Es por esta razón que
con gran pasión se entrega a la predicación del evangelio que habla del único
Dios verdadero y de su Hijo Jesucristo. Asimismo nosotros, no podemos ser
insensibles a la inmensa idolatría que existe en el mundo, como todo tipo de
licencia para pecar. Idolatría es poner cualquier persona o cosa en el lugar de
Dios, sean grandes personajes, `ídolos', o también cosas `inocentes' como
nuestra carrera, auto, posesiones, familia, trabajo, o autovanagloria.
¿Sabemos `ver' bien cómo vive la gente? ¿sabemos
discernir la idolatría incluso a menudo hasta en la misma iglesia? Ante todo
esto, ¿cuál es nuestra actitud?, ¿enardece nuestro espíritu ver tanta
incredulidad e idolatría a nuestro alrededor? Si la respuesta de Pablo a los
males de Atenas fue la predicación del evangelio, entonces igual debe ser la
nuestra para desenmascar el pecado del hombre y llevarlo al señorío de Cristo.
2b. Nuestra predicación
del evangelio no debe ocultar aquellos temas que resultan chocantes para el
mundo.
El punto de partida de la predicación del apóstol
Pablo es el altar erigido al Dios no conocido. Pero no debemos creer que la
religiosidad en el hombre es un apoyo para el evangelismo, al contrario, es un
enemigo acérrimo de la verdadera conversión, y que por lo tanto hay que atacar
fuertemente como algo que no da respuesta a las inquietudes del ser humano.
Pablo les dice a filósofos y gente de la ciudad, que el Dios que ellos no
conocen es el Dios que él anuncia; siendo Él, el creador de todo. Su
predicación parece tener mucha aceptación, hasta que toca el tema de la
resurrección de Jesús, como el del juicio venidero. Esto hizo que los filósofos
presentes allí se burlarán. Esto nos muestra que aunque Pablo sabía del rechazo
a lo sobrenatural que había en estas escuelas filosóficas de Atenas, igual
predicó todo el mensaje de Dios. A veces se predica la Palabra y no se quiere
hablar de los temas que el hombre no puede ni quiere aceptar, como por ejemplo
el infierno, el juicio, y otros asuntos que por lo general algunos creyentes
deciden dejar fuera de la predicación. ¿Hacemos esto nosotros?
2c La fe no proviene de
abajo, de la religiosidad del hombre; sino sólo de arriba, del Espíritu Santo.
La religiosidad del hombre conduce a la idolatría;
la revelación de Dios, a la verdadera adoración. La cruz de Jesús es tropiezo
para los judíos, ya que declara que nuestras obras no tienen valor en el juicio
de Dios; para los griegos la cruz y la resurrección de Jesús es locura, porque
no pueden comprender la razón por la cual Dios se reveló a través de un hombre,
Jesús, su propio Hijo. Sin embargo, debemos predicar `esta locura', creyendo
que Dios abrirá paso al corazón del hombre, para que el evangelio halle fe en
él.
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