Autor: El apóstol Pablo.
Fecha: Probablemente escrito en Roma en el año 60 - 64 d.C.
Marco Histórico: Los judíos convertidos en las
iglesias primitivas se inclinaban a ser exclusivos y a separarse de sus
hermanos gentiles. Esta situación en la iglesia de Éfeso pudo haber motivado al
apóstol a escribir esta carta, la idea fundamental de la cual es la unidad
cristiana.
Tema Principal: La unidad de la iglesia,
especialmente entre los creyentes judíos y gentiles.
Texto Clave: 4:13
"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo."
Más que carta, la Epístola a los
Efesios (=Ef) es un escrito doctrinal y exhortatorio, que pone de
manifiesto en su autor fundamentales intereses pedagógicos y pastorales. Es una
reflexión sobre la iglesia, vista como cuerpo de Cristo (1.22b-23; 4.15–16. Cf.
Col 1.18), y una sólida enseñanza acerca de la salvación que Dios ofrece a los
pecadores (2.4–9).
Éfeso
Desde el año 133 a.C., con una
población cercana al medio millón de personas, Éfeso era la capital de la
provincia romana de Asia y residencia oficial del gobernador. Estaba situada en
un lugar privilegiado de la costa del Mediterráneo, con un puerto de mucho
tráfico y una importante vía de comunicación con el interior de Asia Menor. El
culto a la diosa Diana, en cuyo honor se había erigido en Éfeso un templo al
que acudían en peregrinación devotos de «toda Asia y el mundo entero» (Hch
19.23–41), contribuía a aumentar el prestigio de la ciudad.
El libro de los Hechos hace
referencia a dos visitas de Pablo a Éfeso. La primera fue breve (Hch 18.19–21),
pero la segunda se prolongó «por tres años» (Hch 19.1–20.1, 31), un período
cuya duración indica la importancia de la obra misionera allí realizada.
Propósito
Las frecuentes alusiones que en otras
epístolas hace el apóstol a Éfeso o a personas relacionadas con esta ciudad,
revelan que lo unían estrechos lazos de trabajo y afecto con la comunidad
cristiana allí establecida (cf. 1 Co 15.32; 16.8; 1 Ti 1.3; 2 Ti 1.18; 4.12).
Sin embargo, en la presente epístola se advierte una casi total ausencia tanto
de nombres propios (por excepción, en 6.21 se cita a Tíquico) como de los saludos
personales que son habituales en los escritos paulinos. Por esta razón se
piensa que se trata más bien de una especie de carta circular dirigida a
diversas congregaciones.
El pensamiento en torno al cual se
estructura la Epístola a los Efesios es la unidad de la iglesia y de
toda la creación bajo el gobierno de Cristo resucitado (1.20–22a), en quien se
han de «reunir todas las cosas... en el cumplimiento de los tiempos
establecidos» (1.9–10). Este es el propósito de Dios, mantenido en el secreto
de su sabiduría (3.10), el cual ahora ha de ser revelado universalmente por
medio de la iglesia (3.10–11).
Contenido y estructura
El texto de la carta consta de dos
secciones principales. La primera (1.3–3.21), de índole doctrinal, se presenta
a continuación de unas palabras iniciales de saludo (1.1–2). La segunda
(4.1–6.20) contiene una serie de exhortaciones a vivir de acuerdo con la
vocación y la fe cristiana. Por último, un breve epílogo pone punto final a la
carta (6.21–24).
La sección doctrinal comienza con una
alabanza a Dios (1.3–14), que nos escogió en Cristo desde antes de la creación
(v.4) y nos predestinó «para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo»
(v.5). Esa elección y destino pertenecen al «misterio de la voluntad» divina,
ahora manifestado, de que tanto judíos como gentiles son llamados a participar
de los beneficios de la redención (1.7; 2.11–22).
En una oración de gratitud y súplica
por la fe y el amor de los efesios (1.15–23), Pablo evoca la grandeza del poder
de Dios (1.19) y el señorío único y definitivo de Jesucristo, cabeza de «la
iglesia,... plenitud de Aquel que todo lo llena en todo» (1.22–23).
El capítulo 2 recuerda a los lectores
que, aunque antes estaban muertos en sus «delitos y pecados» (2.1–3), ahora son
salvos por gracia (2.5) y forman parte de un pueblo único, en el que no hay
diferencias de clase ni enemistades de raza (2.14–16), pues todos en él
pertenecen a la familia de Dios (2.19–22).
El misterio de la salvación de los no
judíos fue revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Cristo
(3.5). Y también lo ha sido a Pablo (3.3), ministro como ellos, escogido por
Dios para anunciar el evangelio a los gentiles (3.8).
En la segunda sección, el apóstol
exhorta a guardar «la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz» (4.3–6), lo
que en nada se opone a la diversidad de los dones espirituales que deben estar
siempre presentes en la iglesia (4.7–16; cf.1 Co 12).
La vocación cristiana ha de
manifestarse en la renovación profunda de la persona, con el abandono de los
antiguos hábitos perniciosos y haciendo concordar pensamientos, palabras y
actitudes con la realidad de la nueva vida en Cristo (4.22–24). Los principios
del Espíritu: «bondad, justicia y verdad» (5.9), deben gobernar el corazón de
los creyentes y presidir todas sus relaciones humanas: de esposas y esposos, de
padres e hijos, y aun de amos y esclavos (5.21–6.9).
Particularmente importante es el
pasaje 5.21–33, donde el autor establece un paralelismo entre la unidad
esencial de Cristo y su iglesia y la figura del matrimonio.
La sección concluye con una
exhortación a luchar contra el mal. La indumentaria y las armas del soldado
inspiran a Pablo la figura militar que hallamos en 6.10–20, con la cual, más
una última nota de despedida, termina el cuerpo central de la carta.
Fecha y lugar de redacción
Como ocurre con otros textos
epistolares del NT, tampoco hay unanimidad de criterio respecto a la fecha y al
lugar de redacción de esta epístola, incluida en el grupo de las llamadas «de
la prisión» (véase Introducción a
las Epístolas) a causa del testimonio del autor sobre su
situación personal (3.1; 4.1). Teniendo presente esta clara referencia a su
cautividad, se ha pensado que la carta fue redactada en Roma, entre los años 60
y 61 d.C.
Por otra parte, Efesios ofrece
algunas peculiaridades literarias, de vocabulario y de perspectiva teológica
que la diferencian de los demás escritos paulinos, a excepción de la Epístola a los
Colosenses, con la que tiene muchas afinidades en temas,
conceptos y expresión.
Esquema del contenido:
Prólogo: Salutación (1.1–2)
1. La obra salvadora de Dios
(1.3–3.21)
2. La vida cristiana (4.1–6.20)
Epílogo: Salutaciones finales
(6.21–24)
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio,
(Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
La Biblia de Referencia Thompson,
Versión Reina-Valera 1960, Referencia Temática # 4257.
TOMADO DE LINAJE ESCOGIDO
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