El justo y los pecadores
Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
SALMO 1:1-6
Introducción
El
carácter y condición, y el destino presente y futuro, de los piadosos y de los
impíos se describen y se contrastan, enseñando que la verdadera piedad es la
fuente de la felicidad final, y el pecado, la de la miseria. Como tal es el
resumen de todo el libro, este Salmo, haya sido puesto así de propósito o no,
forma un prefacio muy propio.
Meditar en
la palabra de Dios es discernir con nosotros mismos acerca de las grandes cosas
en ella contenidas, con una íntima aplicación de la mente y concentración en el
pensar. Debemos referirnos constantemente a la palabra de Dios como regla de
nuestras acciones, y fuente de nuestro consuelo; y hemos de tenerla en nuestros
pensamientos noche y día. Con este propósito no hay momento que no sea oportuno.
Desarrollo
Este
salmo, pórtico al salterio, contrapone dos modos de ser y de proceder. El justo
es dichoso porque hace de la instrucción divina, convertida ya en Ley, su
tarea. La Ley es como un caudal de agua perenne, vivifica todo y confiere al
hombre justo una vitalidad como la de un vegetal que no se marchita Así como
todo lo que produce el árbol llega a su sazón, la vida del justo tendrá éxito,
porque Dios custodia o se ocupa del camino de los justos . Los malvados son
«pecadores» y «arrogantes». Se mofan del Nombre divino y desprecian su
instrucción y su Ley. Por muy organizados que parezcan –en «reunión», «camino»
y «sesión»–, Dios disolverá sus organizaciones cuando ejerza como juez, y los
malvados se convertirán en paja a merced del viento. Quien ora con este salmo,
buscando la auténtica felicidad, sabe que unidos al Señor daremos mucho fruto.
Meditar
en la palabra de Dios es discurrir con nosotros mismos acerca de las grandes
cosas en ella contenidas, con una íntima aplicación de la mente y concentración
en el pensar. Debemos referirnos constantemente a la palabra de Dios como regla
de nuestras acciones, y fuente de nuestro consuelo; y hemos de tenerla en
nuestros pensamientos noche y día. Con este propósito no hay momento que no sea
oportuno.
Este
Salmo sirve de introducción a todo el libro de los Salmos y prepara al lector
para que esté alerta de los falsos adoradores, haciendo un contraste entre dos
caminos: el camino bienaventurado de los justos y el camino de condenación de
los impíos No hay otro camino. En forma alternada, describe a los impíos y a
los justos y contrasta a los dos, usando dos símiles y dos destinos. El justo
es bienaventurado, porque ha escogido tener una relación vital y victoriosa con
Dios, relación que se manifiesta por medio de la fe y la obediencia a los mandamientos del Señor recibiendo abundantes bendiciones.
El impío, sin embargo, por el camino que ha escogido, no se sostendrá en el
juicio, y no podrá resistir la ira de Dios cuando El separe a los justos de
los impíos.
Ahora
somos nosotros los que debemos decidir en camino estamos, Dios conoce nuestro
corazón y nuestro andar, entonces la invitación es a sincerarnos en la
presencia del Señor y que siempre estemos transitando por la huella de los
justos, pues es en esa instancia donde está, nuestra verdadera delicia.
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