Pr Lic. Guillermo Sebastián
Olivera
Josué
3:5 Y Josué dijo al pueblo: Santificaos,
porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros.
INTRODUCCIÓN
Se le pidió a la gente que se separara de todo
lo impuro y se consagrara por completo al Señor.
Antes de entrar a la tierra prometida, los
israelitas debían santificarse, hacer una ceremonia de purificación. Esto se
hacía muchas veces antes de hacer un sacrificio o, como en este caso, antes de
presenciar un gran acto de Dios. La ley de Dios declaraba que muchas cosas
podían hacer que una persona se volviera inmunda: ingerir ciertos alimentos
(Levítico 11), el parto (Levítico 12), la enfermedad (Levítico 13, 14), tocar
un cadáver, etc. Dios se valió de estas diferentes señales externas de
inmundicia para ilustrar la inmundicia interna del hombre como resultado del
pecado. La ceremonia de purificación ilustraba la importancia de acercarnos a
Dios con un corazón puro. Como los israelitas, al acercarnos a Dios debemos
resolver el problema del pecado en nuestra vida.
DESARROLLO
Los israelitas llegaron al Jordán con fe, habiéndoseles dicho que debían
cruzarlo. En el camino del deber prosigamos tan lejos como podamos y dependamos
del Señor. Josué los guiaba. Se nota en particular su levantada temprano, lo
cual demuestra, como después en otras ocasiones, cuán poco buscaba él su propia
comodidad. Aquellos que harán pasar grandes cosas, deben levantarse temprano.
No ame el dormir, no sea que se empobrezca. Todos los que están en puestos
públicos siempre deben atender al deber de su posición. El pueblo tenía que
seguir al arca. Así, pues, nosotros debemos andar en todo conforme a la regla
de la Palabra y a la dirección del Espíritu; así será la paz sobre nosotros,
como sobre el Israel de Dios; pero debemos seguir a nuestros ministros
solamente como ellos sigan a Cristo.
Todo el camino de ellos por el desierto fue una senda no hollada pero
principalmente éste por el Jordán. Mientras estemos aquí debemos esperar y
prepararnos para pasar por caminos que no pasamos antes; pero en la senda del
deber podemos proceder con osadía y alegría. Sea que estemos llamados a sufrir
pobreza, dolor, trabajos, persecución, reproche o muerte, estamos siguiendo al
Autor y Consumador de nuestra fe; ni podemos sentar planta en ningún punto
peligroso o difícil en todo nuestro viaje pues la fe verá allí las huellas de
los pies del Redentor, que pasó por esa misma senda a la gloria en lo alto, y
que nos llama a seguirle, para que donde Él está nosotros también podamos
estar. Ellos tenían que santificarse. Si queremos experimentar los efectos del
amor y poder de Dios, debemos abandonar al pecado y tener cuidado de no
contristar al Espíritu Santo de Dios.
Evitar la murmuración
que es algo muy feo, malo y abominable ante los ojos de Dios. Tengamos mucho
cuidado de caer en ese lazo, porque si no estaremos dando vueltas en el
desierto de la vida sin llegar a las alturas de las cosas grandes que Dios
tienen para nosotros.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Nos vamos a parar aquí, nosotros
en el desierto o nos vamos a parar ante el Río Jordán en el medio, y la Tierra
Prometida de ricas bendiciones con todo lo que queremos y necesitamos al otro
lado del Jordán. En esa tierra hay muchas bendiciones 1) el Bautismo en el Espíritu
Santo, 2) Dones 3) Talentos 4) Paz 5) Felicidad que tanto deseamos 6)
Prosperidad, 7) Salvación de nuestra familia 8) Sanidad física, 9) Sanidad
espiritual 10) Entrar en otra dimensión en lo espiritual etc. Bueno hay muchas
cosas más, todo eso que querías y pedías, pero hay un Jordán en tu vida que no
te deja pasar, cuál será, quizá algún vicio, el mal carácter, la amargura, el
constante desánimo, la impaciencia, la rebeldía, el odio viejo, el rencor, la
venganza, la duda, la pereza, la desobediencia, la mentira, la falta de
palabra, etc. Las bendiciones no son tan fácil de obtener, están muy cerca pero
no se dan fácil, hay que estar dispuesto a sufrir por la causa del Señor, por
el testimonio de Jesucristo, pero también te digo que al otro lado del Jordán
hay muchas cosas que tu espíritu viene deseando por mucho tiempo,: está la
Unción fresca del Espíritu Santo, la Bendición de poder oír la Voz de Dios y
obedecerla, y decir Señor si quieres que pida perdón lo haré, si quieres que
deje esto o aquello estoy dispuesto, este rencor que he estado guardando por
todo este tiempo solo me ha traído tristeza, dolor y amargura, estoy dispuesto
a tomar el primer paso, voy a pedir perdón a mi hermano/a, a mi amigo, a mi
enemigo a todos aquellos a quienes en algún minuto ofendí e hice daño
Hágalo venga en este momento a la
presencia del Señor y hable con Él, cada uno de nosotros debemos dar este
primer paso que el Señor espera que demos; porque la decisión es nuestra y
vamos a pisar el Jordán que nos impide la felicidad, la tranquilidad y por la
Fe se abrirá ante nuestros ojos. Dios lo hará y entraremos a poseer la Tierra
que fluye leche y miel, o sea todas esas bendiciones que Dios tiene para
nosotros y las estamos desaprovechando por nuestra ignorancia o por no saber
que Dios está dispuesto a bendecirnos y perdonarnos y darnos otra oportunidad.
Pero debemos tener claro que le que dijo a
Josué: Santificaos porque mañana Jehová hará maravillas con vosotros. La
persona en la Dios quiere hacer maravillas mañana eres tú, entonces debes
santificarte con urgencia HOY.
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