Pr Lic. Guillermo Sebastián Olivera
Apocalipsis 2:4 "Sin embargo, tengo contra ti que has
dejado tu primer amor”
INTRODUCCIÓN
Pablo
había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás, pero
muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la segunda generación
de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una iglesia muy activa y
sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la comunidad, pero por
motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar motivado por el amor a
Dios, o no perdurará.
DESARROLLO
Así como cuando un hombre y una mujer se enamoran, los nuevos
creyentes experimentan entusiasmo cuando se dan cuenta de cuán importante es
ser perdonado. Pero cuando perdemos de vista la seriedad del pecado, empezamos
a perder el entusiasmo por nuestro perdón. En los primeros pasos de su vida
cristiana, pudo haber sentido entusiasmo sin conocimiento. ¿Tiene ahora
conocimiento sin entusiasmo? Ambos son necesarios si hemos de mantener el amor
a Dios de forma intensa y sin mancha. ¿Ama a Dios con el mismo fervor de cuando
se convirtió?
Por eso el Señor en este versículo 4 le reprocha a
la iglesia de Éfeso: tengo algo contra ti. Mira le está diciendo, yo reconozco
todo lo que tu has hecho por el bien del Evangelio, por la extensión del
Evangelio, yo sé que lo que has hecho lo has hecho bien, pero con el tiempo
hubo algo que dejaste de lado, y era mirarme a mí, era amarme a mí, era hacer
las cosas por amor a mí, era dejar de hacer cosas por amor a mí, era hablar por
amor a mí, era dejar de hablar mal por amor a mí.
Hoy día, tenemos un desafío en este tiempo, ser una
iglesia que ame al Señor con todo su corazón. Y que lo demuestre no solo en sus
actos, no solo en sus dichos, no solo en sus pensamientos, sino en su manera de
vivir, en su manera de proyectar este Evangelio. Hay muchos de nosotros que
probablemente estamos encerrados en medio de nuestras actividades, y creemos
que eso es amar al Señor. Nos estresamos de tantas actividades que tenemos,
hasta de mal genio nos ponemos de tanta actividades que tenemos. Dejamos a
nuestra familia de lado, dejamos a nuestros hijos de lado, dejamos a nuestro
entorno de lado, por tantas actividades que tenemos. Ya no estamos amando a
Jesucristo, estamos más amando la idea de la organización a quién estamos
sirviendo. Servimos al Señor y a través de ese servicio muchos de los que están
a nuestro alrededor son impactados, pero porque servimos al Señor.
Una iglesia que sirve al Señor es una iglesia que
no se olvida que su primer Amor es
Jesucristo. Una iglesia como la que cada uno de nosotros compartimos en el
diario vivir es la que nunca se olvida que Jesucristo es su pasión, es todo.
Tengo algo contra ti, que has dejado a tu primer amor.
CONCLUSIÓN
Cuando amamos al Señor, cuando reconocemos su amor
en nosotros, nuestra fe se va haciendo verdadera, nuestro amor se va haciendo
real. No vamos a olvidarnos de lo que el Señor puso al comienzo en nuestras
vidas.
Pero este amor se había llenado de reglas, pero
este amor se había llenado de impurezas, pero este amor se había llenado de
asperezas, pero este amor se había llenado de dificultades que se van
desarrollando en las relaciones con las personas, con los que son hijos, con
los que son llamados santos. Este amor se fue desfigurando por aquellos que de
alguna manera ejercieron algún liderazgo equivocado. Este amor se fue siendo
más condicionado en la medida de que si está con mis intereses, yo apoyo, si no
tengo mis intereses yo guardados allí, mejor yo no apoyo. La iglesia necesita
sacudirse de esa rutina litúrgica, religiosa que ha traído muchas veces mal al
pueblo simplemente por haber dejado de amar al Señor.
Necesitamos sacarnos todo eso que puede impedir que
el amor de Dios fluya a través de nosotros en las diferentes acciones, de las
diferentes maneras, como él quiere actuar con nosotros. Cuando el amor de
Jesucristo invado todo nuestro ser debemos preocuparnos día a día de que no se
vaya filtrando, de que no se vaya escapando, con mucha oración, con mucha
lectura de la palabra del Señor, con ayuno, con juntarnos, con mirarnos a los
ojos honestamente, con mirar en nuestro hermano el rostro de Cristo por el cual
Cristo fue crucificado, y no mirar al hermano como nuestro enemigo.
Tengo algo contra ti, que has dejado tu primer
amor. Voy por compromiso, lo hago por compromiso, doy por compromiso, por
compromiso con quién? Por compromiso para quién? Debemos analizar nuestro
corazón, debemos abrir nuestro corazón, dejar que el Espíritu Santo redarguya
todo nuestro ser y comience a revelarnos cuáles son las reales motivaciones que
hoy día tenemos para servir al Señor. Debemos dejar que el Espíritu Santo
trabaje en nuestro entendimiento, renueve nuestro entendimiento cada día, como
dice Romanos, Capítulo 12, debemos ser renovados constantemente. Por qué?
Porque en esa renovación nos vamos a ir dando cuenta de aquellas cosas que no
le agradan a Dios y podemos corregir a tiempo.
Seguir amando al Señor con todo nuestro corazón.
Sabe cuál es la idea de esto? Es seguir creyendo que su amor es suficiente para
nosotros. Sabe cuál es la idea de esto? Es creer que el amor de Dios todo lo
puede en nuestra vida y yo creo que cuando está el amor de Dios hay milagros,
hay sanidades, hay señales, hay prodigios, hay provisiones, está la presencia,
está su unción, está su autoridad. El amor de Dios presente en nosotros refleja
la compañía de Jesús, la compañía del Espíritu Santo, la compañía del Padre, la
compañía de este Dios divino, poderoso que nos va a llevar de victoria en victoria.
Cuidemos a la iglesia de no cambiar su amor por los
intereses que cada uno de nosotros tengamos, incluyendo los líderes. Cuidemos
de no cambiar el amor de Dios, por nada de lo que nosotros creemos que es
bueno. La iglesia necesita estar pendiente, el amor es Dios, el amor es el
mayor, el amor de Dios a través de Jesucristo nos dio salvación,
El amor de Dios sobrepasa todo entendimiento. El
amor de Dios sobrepasa todo conocimiento. El amor de Dios sobrepasa toda
emoción. El amor de Dios sobrepasa todo lo que pueda considerarse importante en
esta humanidad.
Así que: que el Señor nunca te diga, “tengo algo
contra ti”, sino que le diga, bien buen siervo y fiel. En lo poco has sido
fiel, en lo mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor. ¡Aleluya! ¡GLORIA A
DIOS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario