lunes, 25 de marzo de 2013

Sociologia de la Religion (parte 1 )

"SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN"

¿Cuál es el objetivo central de la sociología de la religión?

Antes de responder la pregunta del “para qué”, quiero exponer brevemente “qué es” la sociología de la religión. Me parece esencial aclarar que la religión de hecho fue una de las primeras inquietudes de la sociología, como se demuestra en los escritos de los clásicos de esta disciplina que pretendían hacer de esta disciplina una ciencia (Émile Durkheim [1858-1917], Max Weber [1864-1920]) y es incluso una importante preocupación en el análisis social con intenciones liberadoras en el caso de Marx.
Hay que recordar que Durkheim postula que para entender a las civilizaciones más modernas (como Francia, a cuyo grado de solidaridad social y desarrollo cultural habrían de llegar o al menos aspirar las demás sociedades) era necesario entender a las sociedades primitivas. Esa postulación la realiza en el marco de su obra Las formas elementales de la vida religiosa para ayudar al lector a comprender que el análisis de la religión en las sociedades sin escritura es un elemento que nos permite entender las formas más avanzadas de sistematización de lo religioso en sociedades más complejas, en las que se da toda una reglamentación de lo religioso. Por su parte, Weber insiste en la necesidad de entender el papel de lo religioso en la historia de las diversas civilizaciones, en especial las clásicas, y emprende un amplio análisis de las manifestaciones y rituales y su relación con el ethos de los diversos pueblos. Dos son las obras más conocidas de Weber: Economía y sociedad (que representa una compilación de diversos temas) y, sintomáticamente, La ética protestante y el espíritu del capitalismo. En esta última obra expone su razonamiento de que es precisamente una ética del trabajo, vinculada a una visión (monoteísta) de lo religioso en la relación con lo divino, la que se encuentra en la base de la racionalidad de la administración y acumulación capitalistas.
Una de las más famosas tesis de Max Weber atañe a la “secularización”, es decir, la tendencia a que con procesos como la industrialización, la racionalización capitalista y la urbanización, las personas tenderían a hacerse “mundanos” y “del siglo” y a alejarse de las prácticas religiosas. Entre los sociólogos especialistas en el análisis del comportamiento religioso, hay quienes han matizado esa tesis, en especial Thomas Luckmann (1927 - ) al señalar que más bien se trata de un alejamiento de las manifestaciones colectivas y rituales, pero no necesariamente de una decadencia de las creencias religiosas. Más que una “secularización”, la modernización y sus ritmos acelerados traerían consigo un descenso en las prácticas visibles de la “religión de iglesia”.
Por su parte, Carlos Marx (1818-1883), el tercer pensador clásico para la sociología (disciplina que ciertamente fue criticada por la visión burguesa que se deja entrever en las primeras formulaciones por Augusto Comte, quien acuñara el término) plantea, en un primer momento a partir de su lectura crítica de Ludwig Feuerbach y luego en sus intentos de ampliar la crítica social y de la economía política, que la religión tiene efectos de control político de la sociedad. En breve, para Marx (y todavía más acendradamente en diversas interpretaciones del “marxismo”), la religión se constituye en un obstáculo para el desarrollo de las potencialidades humanas y en una forma de alienación o “falsa conciencia”.
Con base en los antecedentes mencionados, estoy ahora en posición de señalar que el objetivo de la sociología de la religión consiste en el análisis y la comprensión de las personas en su relación con lo divino. Repetidamente los sociólogos de la religión han señalado, siguiendo a Weber, que no es problema de esta disciplina el resolver la pregunta de si en verdad puede haber una relación directa e individual o colectiva y mediada por las instituciones entre los hombres y lo divino (sea que se trate de un dios o de varios), sino que más bien el problema consiste en analizar las manifestaciones de la religión en al menos dos ámbitos: (1) de qué manera los hombres intentan la comunicación con lo divino e instituyen rituales y otras manifestaciones de sus devociones y (2) de qué manera las relaciones entre los hombres se ven influidas por sus concepciones religiosas. En buena parte de esos análisis la sociología de la religión se ve en la necesidad de entender el comportamiento y las interpretaciones que los actores sociales hacen de su actuar, además de plantear formas para comprender las formas de organización (movimientos, agrupaciones, instituciones religiosas) que encarna lo religioso. En los estudios realizados desde la perspectiva de la sociología de la religión la pregunta no es en torno a la existencia “real” de fenómenos sobrenaturales, sino el hecho de que las personas y los grupos muestran creer en la existencia de estos, son devotos de determinadas imágenes, se declaran seguidores de un líder religioso o de una doctrina sagrada. A diferencia de los historiadores que buscan evidencias de que determinado personaje sagrado existió y tuvo una vida “históricamente comprobable”, los sociólogos documentan en cambio la devoción por ese tipo de personajes y la creencia que manifiestan sus seguidores.

En pocas palabras, la sociología de la religión tiene como objetivo central comprender los comportamientos que los actores sociales señalan como religiosos e incluso (según una definición “funcional” del fenómeno religioso propuesta por Thomas Luckmann, en contraposición a la definición más esencialista de su colega Peter Berger [1929- ]) de aquellos comportamientos que funcionan como la religión (por ejemplo, cultos, visiones de lo divino menos vinculadas a una “voluntad” racional, entre otros)

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