Primera de Corintios, Capítulo
2, versículo 1 al 5. Dice la palabra de Dios: “… Así que hermanos, cuando fui a
vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de
palabras o de sabiduría, pues me propuse no saber de vosotros cosa alguna sino
a Jesucristo y a él, éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad y
mucho temor y temblor y ni mi palabra, ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría sino con demostración del espíritu y de poder
para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en el
poder de Dios…”
Padre, en el nombre de Jesús
queremos ser una iglesia así, Señor, cuando predicamos y compartimos la palabra
lo hacemos también como una oración delante de ti, diciendo, Señor, haz esto
entre nosotros. Padre, queremos ser una iglesia no llena de sabiduría o fuerza
humana, queremos lo verdadero, Señor, una demostración del poder divino entre
nosotros. Que sea genuino, Señor, no solamente el mover tuyo entre nosotros
sino la fe de cada uno que repose sobre ti y no sobre el hombre. Así que
háblanos en el día de hoy, yo te pido que tu poder se perfeccione en la
debilidad de este vaso, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén y amén.
Sabe que sentí del Señor
hablar hoy acerca de la sangre de Cristo. Como dice la palabra aquí, pues me
propuse no saber de vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste
crucificado. Sabes qué? En la época del Apóstol Pablo, la gente no quería
escuchar de esto. Había personas judías que querían saber de milagros, ellos
querían un salvador como uno de los profetas que levantaba los muertos, que
hacía maravillas. Ellos querían algo espectacular para ver. Los griegos querían
elocuencia y sabiduría como los filósofos, querían sermones y discursos bien
elaborados y bien perfectos.
El Apóstol Pablo dijo, sabes
qué? Si tu quieres eso vaya al teatro para verlo, porque yo les voy a dar lo
que quieres pero lo que necesitas. Es la historia de una salvador, un Dios que
se hizo hombre y que se dejó crucificar. Y esto es un poquito sucio, hermanos,
es nuestra tentación a veces a limpiar el Evangelio, todo sanitize things.
Pero la verdad es que el
centro de nuestra fe se basa en sangre, en sangre. La sangre de Jesús es la
clave, la base del poder que nosotros vivimos como cristianos. Y muchas veces
no queremos pensar en eso, no lo entendemos. Pero Pablo dijo, yo no quiero
saber nada sino Jesucristo y a él crucificado.
Saben que yo recuerdo,
invitamos unos hermanos, estaban aquí este verano haciendo ministerio con los
niños en los parques y estuvimos en un parque con mucha gente liberal de la
Ciudad de Boston, no cristianos mirando, y había todos los niños ahí sentados.
Y los hermanos sacaron su posters, una pancarta y lo primero que tenía dijo,
que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados, no hay remisión de
pecados. Y yo pude ver toda esa gente, bien sofisticada, bien liberal mirando cómo,
sangre… remisión de pecados. Ese grupo será una secta, será un grupo terrorista
que está hablando de violencia? Y yo me puse a pensar, ¿Saben qué? Aunque tal
vez uno quisiera comenzar con algo más divertido, algo más suave, no me
avergüenzo del Evangelio. Es el poder de Dios para salvación de todos.
¿Saben qué? Si tratamos de
limpiar el Evangelio demasiado le quitamos su poder. Si tratamos de explicarlo
demasiado y modernizarlo tanto, pierde el poder que tiene. La sangre de Jesús
para sanarnos, para liberarnos, para quitar nuestra vergüenza delante de Dios.
Gracias a él.
Yo quiero que pensemos un
poquito en la sangre de Jesús. Yo tuve una experiencia como hablé en la mañana,
yo leyendo una Biblia para niños, con mi hijo Noah que tiene 3 años ya, y
nosotros leyendo la Biblia había un dibujo de Jesús caminando hacia la cruz. Y
había detrás de él un soldado que tenía una espada o algo así. Y él dijo, una
lanza, y él dijo, Daddy, qué es esto? What’s that? Y yo le dijo, “It’s a
spear”, “Es una lanza”. Y no me gusta hablar de las armas con él, no quiero que
aprenda esas cosas. Y yo dije, es una lanza, y él me pregunta, “Is it sharp?” y
él dice, “Qué hacen con esta lanza?” “Do
they poke people?” and I said, “We’re not supposed to poke people, but, yes he
pokes people with that”. Y él después de una pausa
larga me preguntó, “Is he going to poke Jesus with that?” “Él va a Jesús con
esto?” Y yo le dije que sí, y después otra pausa. “Is it going to hurt?” I said, “yes, it’s going to
hurt”
Saben qué? Yo no quise, ay,
pero ya estoy asustándolo. Saben que yo no quisiera tener que, quiero que todo
sea happy, pero ¿Saben qué? Nuestro Evangelio, esa sangre que Jesús derramó es
la base de nuestra esperanza en la vida, es el poder de todos los días. yo no
puedo sacar esto del Evangelio, para nadie, ni aún un niño. Y así para nosotros
es tiempo de volver a recordar el poder de la sangre de Jesús. Y si se animan,
quiero que reflexionemos en 4 escenas de la Biblia que nos enseña el poder de
la sangre.
Y vamos a comenzar bien en el
principio, Génesis, Capítulo 3. La historia de Adán y Eva, qué pasó? Después de
ellos meter la pata, sabemos qué pasó, no? estaban desnudos desde la creación
pero después se dieron cuenta de que estaban desnudos. Qué vergüenza! Y qué
hicieron para tapar su vergüenza? Hicieron ropa con higos, hojas de higos,
hicieron un ropaje con hojas, pero que cosa más ridícula, no? pero hicieron eso
para…, algo tenemos que hacer. Y después cuando viene Dios en el torbellino del
viento de su majestad, se asustan y qué hicieron Adán y Eva? Se escondieron en
los árboles.
Pero qué escena más patética.
Esas dos personas mal vestidas, escondidas en árboles, temblando, con
vergüenza. Pero sabes lo que hubiera sido más triste? Si Dios no los hubiera
buscado, si Dios los hubiera dejado ahí escondiéndose. Pero él dijo, “Adán
dónde estás?” son las palabras más tristes y más lindas de la Biblia. Dice que
ya la amistad entre el hombre y Dios se rompió, pero gracias a Dios que no iba
a quedar así. Hay un Dios que nos busca.
Qué hacemos nosotros cuando
pecamos? Tu sabes cómo es? Hay ciertos amigos que tu no quieres mirarlos a los
ojos. Algunos dejan de congregarse, aunque la iglesia es un lugar de sanidad,
uno puede llegar tal como es. Pero nuestra tendencia es escondernos y Dios nos
busca ahí.
Después ellos salen y después
toda la cosa, saben qué? Yo conté otra historia esta mañana y no puedo resistir,
otra historia de Noah. Yo lo busqué en la escuela esta semana un día y saliendo
de la escuela él escuchó a un niño diciendo,” y me pregunta, “Daddy, qué
significa am” y yo le dije, “bueno, eso es lo que dices cuando no sabes qué
decir”. Y después la maestra me dice, “oh, Sr. Bishop, sabe que tu hijo hubo un
problemita…” and I like, ah, okay. Así que después en el carro yo ahí
manejando, después de un tiempo tranquilo, yo le pregunté “Noah, la profesora
me dice que había un problemita, qué me cuentas, qué pasó?” Y yo escucho ahí en
el back seat “am, am, am, am” Noah, yo quiero saber qué pasó? “Am, am, am, am”.
Que malicia, tres años, el pecado natural que sale.
Somos así, no? cuando tenemos
vergüenza y Adán y Eva con su ropaje ridículo y su esconderse. Pero Dios no los
deja así. Saben que Dios dice, yo sé que tienes vergüenza por lo que has hecho,
pero quiero que sepas que no tienes que vivir con vergüenza. Yo puedo cubrir tu
vergüenza de verdad. Este ropaje que hiciste no sirve. Déjame hacerte otra
vestimenta.
Dice el versículo 21 “… El
Señor Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles y los vistió…”
Qué lindo, no? Dios dice,
¿Saben qué? Yo creo que tu no sabías que yo soy un buen costurero y yo puedo
hacerte un vestido mejor que esto, y voy a cubrir tu vergüenza por ti.
Pero cómo lo hizo, cómo
consiguió estas pieles? Fue a la tienda? Entró en Google para pedir una qué se
yo? De lo que yo sepa una piel viene de un animal que estaba utilizándola, no?
que usa su piel. Para conseguir su piel no te la da. Tuvo que haber allí en el
huerto de Edén muy al principio, sacrificio de un animal, sangre derramada para
cubrir la vergüenza del hombre y de la mujer. ¿Saben qué? La sangre de Jesús
puede cubrir tu vergüenza.
Nosotros tratamos tantas
cosas, nos tapamos con máscaras y cosas y tratamos de disimular y Dios dice, yo
tengo la cura que tú necesitas, la sangre, la sangre del cordero.
Génesis 15, otra escena, otro
poder de la sangre. Abraham, un hombre que amaba a Dios, que Dios le había
hecho grandes promesas, y un día él sacó a Abraham en la noche. Cuántos han
visto las estrellas en estos días? qué lindo cielo en el otoño. La luna tan
fuerte y Júpiter ahí mismo, que bello. Todo brillando.
Él saca a Abraham a ver las
estrellas y él dice “así será tu descendencia”, aunque tú eres un ancianito ya
y la esposa ancianita, y aún jovencitos no pudieron tener, ahora sí va a tener
tu bebé y así será tu descendencia. Y también además te voy a dar la tierra
prometida para tu vivir ahí con toda la multitud de tus hijos y nietos y
bisnietos. Y Abraham creyó a Dios, él tuvo fe y le fue contado por justicia,
pero le quedó un poquito de duda y él dijo, “Pero Dios cómo puedo estar seguro
que tu me vas a dar la tierra?” y Dios dice, “Yo te voy a enseñar cómo puedes
tener seguridad de la promesas que yo te hago”. Él dijo “Tienes que tomar unos
animales y tomar esos animales y tienes que matarlos.” Y todo esto bien sucio.
Tienes que matarlos, tienes que cortarlos y partirlos en dos piezas, varios. Y
después quiero que tu coloques las piezas como un runway, un caminito, y ahí te
voy a enseñar algo. Y que fue, hay sangre, hay cosas… y después algo
maravilloso pasó.
Porque sabes qué? En esa época
hacían pactos en esta manera. Hoy en día, se firma, en esa época mataban
animales entre dos reyes y pusieron las piezas y después el rey más pequeño,
menos poderoso, caminaba en la ceremonia dentro de las piezas de los animales.
Y llegar al otro lado, él dice, “así seré yo como uno de ellos si yo no cumplo
con mi parte de este pacto”. Así que después de eso que vas a hacer? Cumplir
con tu lado del pacto, no?
En inglés se dice, la idea de
to cut a deal, o to cut a covenant. Have
you ever heard of that? They cut a deal. Eso
es como cortar un pacto, se usa en inglés esto, en español creo que no. pero
sale de eso. La idea de un pacto que se basa en sangre. Y siempre es el rey más
pequeño que camina entre las piezas de animales. Mira lo que pasa en la noche
con Abraham después de él poner, colocar todas las piezas. Dice que en el
versículo 17. En la noche cayó una oscuridad terrible sobre Abraham, fue una
escena casi sobrenatural, un ambiente pesado. Y en el versículo 17 dice:
“… Y sucedió que puesto el sol
y ya oscurecido se veía un horno humeando y una antorcha de fuego que pasaba
por entre los animales divididos. Y en aquel día hizo Jehová un pacto con
Abraham, diciendo a tu descendencia daré esta tierra, y después hace su
promesa…”
Así que, qué pasa? Abraham ve
un horno con humo ahí y también una antorcha con fuego moviendo entre las
piezas. Ahora tu puedes pensar en otro momento en la Biblia más adelante,
cuando Dios se va a revelar con una nube y también fuego? Cuando el pueblo de
Israel salgan de Egipto Dios va estar delante de ellos con una nube
sobrenatural y fuego divino, la gloria shekida de Jehová. Y ahora Dios está
dando a Abraham un saborcito de su gloria y él aparece a Abraham, pero una
pregunta, si es el rey más pequeño que tiene que caminar entre las piezas, en
esta historia quién es el que pasa por las piezas? No es Abraham, es Dios. Él
pasa ahí como para decir, si yo no cumplo mi palabra contigo, así moriré. Y
¿Saben qué? Él sí murió en la cruz, cumpliendo no por la falta de fidelidad de
él, sino la falta de fidelidad del hombre. Él hizo un pacto con Abraham y dice,
tu puedes confiar en mi porque yo he dicho mi palabra y la voy subrayar con
sangre.
Hermanos, yo no sé qué
promesas Dios te ha hecho pero podemos confiar en ellas. Dios no cambia de
idea, él no se levanta un día de mal humor y decide no amarnos más, él ha
jurado cumplir su buena promesa con nosotros y lo ha firmado en sangre y la
sangre de Jesús no cambia y nos da confianza.
Sabes que en el tiempo de
acercarnos a la muerte, qué va a pasar con todos nosotros? Va a llegar un
momento que yo pienso en qué estoy contando yo para mí destino espiritual con
Dios cuando yo tenga que estar delante de él? Yo quiero confiar en un pacto
hecho en sangre, quiero confiar en la sangre de Dios que quita mi vergüenza. Y
saber que yo puedo descansar porque eso no es algo liviano o pasajero, mi Dios
está en serio conmigo.
Más adelante ya hablando
tantas cosas feas, pero son cosas feas y bonitas a la vez. Génesis 22, Dios le
da el hijo prometido a Abraham, se llama Isaac, un hijo de la promesa y Dios
dice, tienes que tomar a este hijo y sacrificarlo a mí. Sabemos la historia.
Abraham lo lleva a la montaña y está a punto de sacrificar a su hijo cuando
Dios dice, “Abraham, Abraham, versículo 11, Abraham y Abraham, y él respondió,
“Heme aquí”, y dijo, “No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada
porque ya conozco que temes a Dios por cuanto no me rehusaste tu único hijo.
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró y he aquí a sus espaldas un carnero
trabado en un zarzal por sus cuernos. Y fue Abraham y tomó el carnero y lo
ofreció en holocausto en aquel lugar en lugar de su hijo.
Abraham estaba a punto de
ofrecer su hijo como un sacrificio y gracias a Dios no lo tuvo que hacer, pero
sí se derramó sangre en este día, de un animal que fue un substituto por el
hijo Isaac. Y Dios está diciendo algo, él está diciendo, lo que Abraham no tuvo
que hacer yo haré por ti, yo voy a dar un substituto a morir en tu lugar, que
va a tomar todo el castigo por ti. Él es culpable, todos estamos bajo sentencia
de muerte pero hay otro, hay un substituto que está dispuesto a ir a este lugar
de castigo por nosotros.
Lo que Abraham solo tuvo que
estar dispuesto a hacer, Dios cumplió cuando ofreció a su Hijo, Jesús. Sabemos
la expresión Jehová shiré. Viene de aquí. El Señor proveerá un substituto para
mí.
La próxima vez que tu sientas,
ya no puedo más, Jehová shiré. Cuanto tu acercas a la muerte o estás pensando
en la culpabilidad que todos tenemos como seres humanos, Jehová shiré, un
substituto para mí.
Sabe que a veces nosotros
hablamos mucho de la gracia y debemos hacerlo, porque la iglesia es un hospital
para sanidad de nuestras heridas espirituales y Dios es misericordioso y
paciente, gracias a Dios. Pero siempre debemos recordar el costo del pecado que
no es barato. Dios no puede perdonar solo porque le da la gana, él perdona
porque como un buen juez él hizo posible que se cumpliera los requisitos de la
ley.
Había pecado tiene que haber
muerte. Donde hay pecado tiene que haber sangre. Y él suplió el substituto por
nosotros. Gracias a Dios. La sangre del cordero. Sabemos que hay mucho otro que
podemos hablar, la Pascua, no? están ahí en Egipto como esclavos y Dios dice,
sabes que estás en esclavitud pero te voy a liberar de tu esclavitud. Los
israelitas esclavos en Egipto y sabemos que hoy en día tal vez no somos esclavos
en la natural, pero sí somos esclavos al pecado.
Cuantos vienen a la casa de
Dios con ataduras, con tantos problemas que uno siente que no está libre porque
la…. te jala algo. El pecado te ha abrumado. Hay situaciones en que mucha gente
se siente atrapada como si estuvieran presos. Gracias a Dios hay sangre para
eso. Porque en esta historia de la pascua, qué hicieron los israelitas? Tomaron
un cordero, mataron el cordero, tomaron la sangre y la pusieron sobre dinteles
de la casa y los postes y cuando pasaba el ángel de la muerte para matar cada
primogénito de la tierra de Egipto, él vio la sangre y pasó esta casa sin hacer
daño. Y todavía es así.
Ponemos la sangre sobre el
dintel de nuestra vida y cuando viene el castigo del pecado estamos refugiados
ahí y gracias a Dios no tenemos que tener temor. Y los israelitas salieron
corriendo de Egipto, pasaron, llegaron al mar, estaban atrapados, viene faraón
cambiando de idea, buscándolo, Dios parte las aguas, separa las aguas, pasan
por el medio y son libres y sabe que eso es lo que sucede con la sangre de
Cristo para nosotros.
Ustedes saben para mí el gozo
mejor, creo, que tengo en el ministerio es ver personas liberadas delante de
mis ojos. Es ver personas que llegan a la iglesia, que no ven la salida, tu
sabes? Llegan con problemas que son tan fuertes y cargas que siente, yo no sé
cómo voy a salir de eso? Yo he tenido ese problema por tantos años, estoy tan
atado en eso, que yo no veo la libertad, pero bueno, voy a darle a Jesús la
oportunidad de mi vida. Y buscan a Jesús y comienzan a tomar esta sangre y
ponerla sobre su vida y aceptar a Cristo, y durante la oración vienen al frente
y oran aquí y lloran y dejan que la gente ore por uno. Van a tomar clases y
aprenden la palabra y con tiempo esta carga comienza a quitarse poco a poco.
Y casi como si tu pudieras ver
el cambio, tú ves una sombra quitarse de la persona y una nueva luz comenzar a
brillar. Y después me gusta mucho cuando los veo bailando aquí, danzando
delante de la presencia de Dios, aunque no siempre tiene que ser así, pero hay
un sentido de que Dios me ha puesto libre, libre, libre, Cristo. Es la sangre
de Jesús que nos hace libres, es el sacrificio que él hizo cuando él vino a
bautizarse, Juan dijo, “he aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Aquí está el cordero, es su
sangre que te va a sanar. Es su sangre que va a quitar tu vergüenza, es su
sangre que va a también hacerte seguro de su promesa y hacerte sentir que ya
hay liberación en la vida. Es la sangre de Jesús.
Sabe que a veces oramos
diciendo, Señor, yo pido la sangre sobre esta persona. Yo pido la sangre sobre
mi vida. Y a veces lo decimos como, no sé, casi comunicando que esto no es
bueno, porque no creemos en palabras de fórmulas que funcionan solo por ser
palabras. Pero sabes qué? La idea de pedir la sangre de Jesús es algo muy
bueno. Es algo muy bueno, porque todos estamos en corte delante de un juez
divino, y todos quedamos cortos delante de este juez.
Como hablamos en discipulado,
si tú te crees bueno, bueno, vamos a comenzar a leerte los pensamientos y ver
cómo sale la película. PG 13, pg 14, el pecado. No es solamente matar gente,
son pensamientos que tenemos palabras grabadas que Dios tiene que hemos dicho.
Todos quedamos cortos.
Y hay delante de este juez,
hay un fiscal, un fiscal excelente en lo que él hace, que sabe hacer su
argumento en contra nuestro. Sabe que la palabra para fiscal en griego es
diábolos. Y no es que todo abogado es diablo, no? hay fiscales buenos que, uno
que otro… pero eso… Satanás es un acusador y él tiene caso, tiene caso. Las
mentiras de Satanás se ganan porque hay mucha verdad que él usa en contra
nuestro. Y él acusando, diciendo, este tipo no merece el amor tuyo, Dios, es un
pecador. Ha pecado, debe estar escondido en los árboles todavía. Qué va a ser
nuestro argumento? Oh, no, no, pero no entiendes, es que no, es que también
hice buenas cosas también. No, no, Dios pero no fue tan malo porque tuve razón.
He had it coming. Esa persona era mala y lo merecía. Qué se yo los argumentos
que usamos?
Pero esos argumentos no sirven. Pero sí hay un
argumento que sirve. En corte, delante de Dios y también el diablo mismo.
Decimos, sí, yo sé que he pecado, y yo sé que la paga del pecado es la muerte,
yo sé que tiene que haber sangre pero gracias a Dios hay uno que lo ha pagado
por mí, hay sangre, hay sangre. Yo pido la sangre de Cristo. Es como en córtele ofrecemos un motivo, ¿no? Usted ofrece un
motivo, puede alegar demencia. Usted puede alegar ninguna Que se, defensa
personal, tu puedes pedir algo en cierta base. Nosotros como cristianos podemos
pedir la sangre de Cristo como una base para cubrirnos legalmente y el ambiente
espiritual funcional con ley. El enemigo, Dios mismo, se ajusta a su ley. Por
esto él envió su Hijo y murió para pegar, para pagar las consecuencias de la
ley.
Y nosotros también podemos
decir, estoy justificado ante la ley de Dios. No por lo que hice yo, pero otro
lo hizo por mí. Ese ladrón en la cruz que mira a Jesús y él dice, miren, este
no ha hecho nada malo, nosotros estamos aquí porque lo buscamos. Y después mira
a Jesús y le dice, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino. Sabiendo que éste
me puede perdonar, yo no puedo hacer nada para ganar mi salvación, pero éste
está pagando la sangre que yo debo. Gracias a Dios, la sangre del cordero.
Por eso dice la palabra de
Dios en Apocalipsis, 12:11 dice:_
“… Y ellos le han vencido por
medio de la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte…”
Gracias a Dios. Sabe que para
un ser humano es imposible estar en la presencia de Dios solo. Sabe que la
presencia de Dios no es algo liviano, algo suave, la presencia de Dios de
verdad es algo súper peligroso. La santidad de Jehová es algo majestuoso, algo
como poder nuclear, que tiene un poder tremendo pero también peligro si alguien
está ahí en una manera que no es apropiada. En el templo, la presencia de Dios
estaba ahí en presencia de una nube brillando con luz y fuego. Sabes qué era el
templo? Tu podías ver la gloria de Dios en el tabernáculo saliendo de la
tienda. Era algo visible. Y una vez había algunos hijos del sacerdote que
querían entrar ahí al templo con un fuego nuevo, que ellos inventaron, pensando
a Dios le va gustar eso, que yo no hago sacrificios como él dice, yo voy a
inventar un nuevo sacrificio para que no se aburra el Señor. Y entran estos dos
jóvenes y el fuego de Dios los consumió porque el poder de Dios, la presencia
de Dios es peligrosa.
Si tu vas a entrar en una
planta de poder nuclear, qué vas a hacer antes? Vas a… espero que leas el
manual de cómo se hace, qué no se hace, porque ese poder, mira hermano, por más
bien intencionado que seas, si tu entras ahí a lo loco, la cosa no sale bien. Y
es así con la presencia de Dios.
Había un arca con la ley de
Dios, las tablas de la ley que Moisés tenía en ese arca, y la gloria de Dios
delante del arca, y ángeles como estatuas de ángeles grandes mirando a esta
arca, este mueble, y gracias a Dios había una tapa sobre este arca que se
llamaba el propiciatorio. Puedes decir eso conmigo, el propiciatorio, todos
dicen mejor que yo.
Y lo que hacía el sacerdote,
una vez al año tomaba la sangre de un animal y lo ponía sobre esta tapa para
que Dios mirando con su gloria a la ley de los mandamientos, sabiendo que el
ser humano había violado cada mandamiento, él miraba no solamente la ley, sino
la sangre que cubría la ley.
Hermanos, en la ley solo
estamos mal, pero cuando Dios te mira, aunque estamos mal él nos mira con la
sangre de Jesús cubriéndonos, él mira su hijo, él nos mira con ojos de amor,
porque su sangre nos ha limpiado.
Traté de explicar esto a mi
hijo y no salió muy bien. Pero así es. Ellos pudieron sobre vencer, vencido por
medio de la sangre del cordero. Hermanos, queremos ser una iglesia de verdad
vencedora, una iglesia que sigue prosperando. Esto no se hace con nosotros ser
súper hombres y súper mujer, esto se hace con personas quebrantadas y humildes
que sepamos en el centro de nuestro ser que no merecemos nada, pero que hay
sangre para nosotros. Hay uno que murió por nosotros.
Volviendo al texto en Primera
de Corintios, Capítulo 2, dice que yo propuse no saber entre vosotros cosa
alguna sino Jesucristo este crucificado, y estuve entre vosotros con debilidad
y mucho temor y temblor, ni mi palabra ni mi predicación fueron palabras persuasivas,
sino con demostración del espíritu y de poder para que vuestra fe no esté
fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios.
Hermanos, no es solamente creer en la sangre, creer
en la cruz, es también vivir la cruz. Había en esta época ciertos súper
Apóstoles, hombres impresionantes que llegaron a los lugares donde Pablo había
estado y ellos llegaban y predicaban y como robaban mucho dinero a la gente, y
comenzaban a hablar mal de Pablo, no? Se empezó a hablar algo de basura sobre Paulo. Comenzaban a decir, ese
Pablo, cómo pueden respetar a Pablo? Él sufre tanto, él sufre persecuciones,
tiene problemas a veces, tiene que hacer tiendas para ganar su sueldo, hasta he
escuchado que tiene un aguijón en la carne. Cómo puede él ser un Apóstol? El
Apóstol Pablo dice, sabes qué? Tal vez son súper Apóstoles, pero yo tengo un
súper Dios. Y yo no siento obligado de impresionar a nadie sino de vivir la
cruz para que haya un poder genuino que fluya a través de mi vida.
Y el Apóstol Pablo dice, además
tu quieres saber la debilidad humana? Yo te digo la debilidad humana, voy a
contar muchos problemas que tengo. En los libros de Primera y Segunda de
Corintios, él habla de sus luchas, de sus persecuciones, de sus sufrimientos y
él no dice que fue todo fácil, que cuando me perseguían yo estaba tranquilo y
no sentí nada de angustia. Él dice, mira, yo tenía mucha presión y temor a la
muerte, y yo sentí la sentencia de muerte, pero Dios me dejó sufrir estas cosas
para que yo aprendiera a confiar no en el hombre, sino en Dios que levanta los
muertos. Y yo sé que si yo voy a mover en el poder de la resurrección de
Jesucristo, tengo que aprender a vivir la cruz de Jesucristo, tengo que dejar
tomar mi cruz todos los días, abrazar el sufrimiento por el Evangelio, reconocer
mis debilidades y decir cuando estoy débil, entonces soy fuerte, porque hay un
Dios poderosos que reposa sobre mí. Tengo este tesoro no en platos finos sino
en vasos de barro.
Algo tan común, algo tan
cotidiano, un vaso de barro. Él dice, sabe qué? Si tu quieres alguien
espectacular, vaya al teatro o no sé qué. Tu vas a tener un tipo normal aquí
con ustedes, un vaso de barro, pero el tesoro que llevamos por dentro, esto no
es algo normal, es algo extraordinario y es algo que brilla, es algo precioso y
se va a ver más obvio lo lindo y lo precioso de la gloria que llevo por dentro
porque llevo también en mi cuerpo la muerte de Cristo. Y es obvio que no puede
ser Pablo tiene que ser Dios. Gracias a Dios.
Hermanos, Dios nos está
llamando cada día más a ser personas que creemos en la cruz y que vivimos la
cruz, que sabemos que cuando tengo un problema es otra puerta por la cual el
poder de Dios se puede manifestar en mi vida, donde hay muerte ahí puede haber
resurrección, donde hay luchas y problemas y lo feo de la vida, ahí lo lindo de
Dios va a resplandecer, porque donde hay muerte, hay nueva vida, si creemos en
él. Amén. Amén.
El Apóstol Pablo llega al
punto de hablar de su aguijón en la carne. Él dice que él fue llevado a los
cielos y él vio revelaciones de los cielos. Yo creo que Dios lo hace, fíjate,
yo creo que aún ahora algunos de ustedes han tenido experiencias que el velo se
ha quitado y ustedes han visto la gloria de Dios en una manera palpable. Hay
uno o que otro. El Apóstol Pablo tuvo experiencias así. El vio los cielos, vio
cosas tan maravillosas que Dios le dijo, tu no tienes permiso de hablar de eso,
ni lo puedes hablar, eso solo es para ti.
Y Dios sabía que si un hombre
tiene estas experiencias fácilmente puede llegar a ser orgulloso y sentir que
Dios se revela a mí, y sentirse orgulloso. Y Dios dice, para mantenerte humilde
te voy a dar un regalo, creo que él dice, un mensajero de Satanás para
abofetearte. Que regalo más lindo!
Y Pablo dice, muchas gracias,
Señor, pero si puedo llevarlo a la tienda de regreso, tal vez buscamos otro. Y
el Apóstol Pablo es honesto, él dice, Señor, por favor, este aguijón y no
sabemos qué es. Por favor, quítamelo. Y oró una vez. Y tu crees que es
suficiente, orar una vez? Y Dios dice que no. pero cuántas veces oró? 3 veces.
Puedes pensar en otra persona
en la Biblia que oró 3 veces para que se le quitara un dolor que le esperaba.
Que 3 veces venía ante Dios sangrando, sudando sangre, la gota gorda, orando
con angustia diciendo, Padre, si es posible que esta copa pase de mí. Jesús en
el huerto del Edén, nunca pecó, nunca pecó pero en su humanidad luchó con su
llamado a llegar a la cruz, y dijo al Padre, si es posible que esta copa pase
de mí, pero que no sea mi voluntad sino la tuya.Hay algunas batallas, hermanos,
que tenemos que perderlas, tenemos que dejar que Dios nos conquiste para que
seamos conquistadores. Al final Jesús aceptó la cruz y sabe ahí delante de
Pilatos y la cruz y el sufrimiento, tranquilo porque él ya había luchado con
Dios y es así con el Apóstol Pablo. 3 veces, Señor, quítame mi aguijón. Qué
dice Dios? Bástate mi gracia. Señor, quita mi aguijón. Bástate mi gracia.
Señor, quita mi aguijón. Y después la tercera vez, me imagino que él lo dijo
con Dios, bástate mi gracia, okMe sale la imagen. Para qué tu poder perfeccione mis debilidades.
El Apóstol dice, no, yo soy la
gran cosa, yo soy el súper Apóstol. No, él dice, por tanto, de buena gana me
glorificaré más bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de
Cristo, por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades en afrentas,
en necesidades, en persecuciones, en angustias. Porque cuando soy débil
entonces soy fuerte.
Gracias a Dios. Hermanos, cuál
es tu área, cuál es tu aguijón? Sabe que Dios quiere decir, mi poder se
perfecciona en tu debilidad. Si me dejas voy a enseñarte mi poder ahí, en ti, y
a través de ti, y los demás lo verán porque verán que no puede ser tu, sino es
el poder de Dios en ti a través de esta lucha.
Gracias a Dios. Tenemos un
Dios poderoso. Cristo no quedó en la cruz, no quedó en la tumba, después de 3
días se levantó de los muertos y ya no muere más y el poder de la resurrección
está disponible para nosotros también que vivimos la cruz todos los días.
Hay que abrazarlo, hermanos,
hay que pedir la sangre y abrazar la cruz en nuestra vida. Así que, yo los
invito a orar conmigo. Pongámonos de pie y vamos a orar. Vamos a venir ante un
Dios poderoso y misericordioso. Primero que todo, Señor, quisiera darte las
gracias por la sangre. Señor, no sé cómo lo hiciste, aunque tu palabra no dice
que es por el gozo delante de ti, es por amor a tu Padre, a nosotros. Tu fuiste
a la cruz por nosotros. Gracias, Señor, gracias, por tu sangre. No nos dejes
olvidar de darte las gracias por tu sangre.
Ayúdanos a pedir la sangre
sobre nosotros cuando hay guerra espiritual, cuando hay luchas, cuando hay
problemas, cuando hemos pecado, o cuando hemos ganado una lucha. A pedir la
sangre a cubrirnos, que tu sangre me cubra, que tu sangre cubra León de Judá,
que tu sangre cubra a pastor Mirando y toda su familia. Que tu sangre cubra a
esta ciudad, a este país. Que tu sangre nos cubra, pedimos la sangre, que no
veas nuestros pecados sino el sacrificio perfecto de tu Hijo Jesús.
Y hermanos, yo no puedo dejar
pasar este momento sin dar una oportunidad. Si hay alguien que quiere en este
momento levantar su mano y aceptar a Cristo como tu Señor y salvador, ahora es
un buen momento para hacerlo. Dios te bendiga, hermano. Si hay otros que
quieren aceptar a Cristo, levantar tu mano diciéndole no al hombre, sino a
Dios.
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